¿Más Vale?

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Entró Briza por la puerta de la habitación con una bolsa llena de -Y lo siento por los sensibles.- miembros sueltos de cabras de la zona.

-Briza: Aquí tienes Dovarokerah. No comas mucho de golpe, podrías no poder digerirlo bien.

Dov apenas pudo contestar, estaba hambriento. -Obviamente, porque llevaba 4 semanas sin comer.- Engulló una pata entera y Briza le apartó la bolsa para dejarle digerir bien.

-Dov: ¿Dónde están Celeste y Anás?

-Briza: Celeste volvió a Heme para comunicar la noticia. Dijo que no volvería para no saber si sobrevivías. Anás está en su habitación. ¿Le digo que venga?

-Dov: No, quiero un poco de tiempo para pensar.

-Briza: Bien. Cloe, vámonos.

-Cloe: Joooo, es que es un dragón muy chulo.

Briza consiguió sacar a regañadientes a Cloe de la habitación y cierra la puerta con llave, dejando solo a Dov.

Dov se consiguió levantar al cabo de un rato, aunque andaba torpemente. Sus músculos sencillamente no estaban. Se acercó a la bolsa de "las cabras" y calculó que habría dos o tres cabras. Poco para un dragón multielemental. Sobretodo para su situación. Pero él estaba muy agradecido por la ayuda de Briza. ¿Y si merecía la pena vivir? Después de las molestias de Briza, Anás y Celeste no podía suicidarse, sería un insulto hacia ellos.

Dov recibió tratamientos intensivos durante varias semanas, y nadie tenía permiso para entrar, excepto Briza, sin permiso de ésta, ni siquiera los Siete Fundadores.

Pasaron las semanas, cerca de un mes en los cuidados de Briza, cuando se le dió el visto bueno al estado de Dov. Sus músculos no eran igual de fuertes que antes pero al menos estaban enteros.

Cuando Dov salió de la habitación, estaban sus conocidos esperándole en el estrecho pasillo.

-Briza, Anás, los Siete Fundadores, Cloe y Fíguera: ¡SORPRESA!

-Dov: -Muy sorprendido.- ¡Muchas gracias! De verdad que no lo esperaba. -Se dan todos un abrazo.-

-Fíguera: ¿Estás mejor? Siento mucho lo que ocurrió.

-Dov: Estoy mejor, tranquila. Gracias por venir desde tan lejos.

-Fíguera: No podía no venir. Celeste me informó y vine, pero me dijeron que no podía verte así que enviaron a un mensajero cuando te faltaba poco para salir y darte una sorpresa.

-Dov: -Se limpia un poco una lágrima.- Muchas gracias, esto es muy especial para mí.

Se dieron todos otro abrazo.

-Titus: Pero no estamos aquí por eso.

-Dov: ¿Por qué motivo entonces?

-Fíguera: ¡Feliz milenio!

-Dov: ¿¡Hoy es!? He pasado ya muchísimo tiempo aquí entonces.

-Briza: Y todavía no estás recuperado, pero no puedes continuar tu progreso aquí.

-Hidros: Necesitas recuperar tus músculos, y para eso tienes que entrenarte. Para ello, te he traído alguien con el que podrás entrenar. Te presento a Augusto.

Entonces apareció un dragón detrás de ellos. Era un dragón negro carbón cuadrúpedo, de dos metros y medio de altura. Era muy musculoso, incluso sus alas parecían difíciles de romper. Tenía los ojos rojos y sus cuernos, al igual que garras, torso y demás detalles de hueso, eran color negro igual que el resto de su cuerpo. Tenía una mancha gris oscuro en el hocico, encima del "labio" superior, que parecía un bigote.

-Augusto: ¿Alguien necesita un par de músculos?

Palabras De Dragón 2: El Amanecer De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora