Déjame amarte.

Da MssRise

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Una chica difícil. Un secreto. Una desgracia. Un chico arrogante. Un secreto. Una casualidad. Obra registra... Altro

Nota de la autora
Siempre juntas.
Es un adonis.
Perfecto
Aguafiestas
Otra vez
Como siempre
Tal para cual.
Corina. Parte 1
Corina. Parte 2
Coma
Yo no hago nada por obligación
No me fío de ti
No quiero tu compasión
Vuelve pronto
Supongo
Tengo toda la noche
Paso
Diferente
Cadenas
Amigos
No pares
Demasiado buena
"Siempre tu amigo"
Are you gonna be my girl?
Dilo
Entonces no importa
Iniciales
Reencuentros
Eres mía
La canción del miedo
No me odies
No podía dormir sin ti
Es ella
Juguete roto
Déjame
Quédate conmigo
Nosotros
Siempre
Loca
Tomás
En toda mi vida
Te he echado de menos
Hagamos el amor
Siempre quiero más
Mi sonido favorito
Martina
El azul
Sigo muy enfadado
No me hagas esto
Quiero verte
Está loco por ti
¿Quieres jugar?
Valdrá la pena.
Te quiero
Extra
Nota/Aviso
NOTA IMPORTANTE

Bailaré contigo

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Da MssRise

La tía Águeda insiste en que brindemos con champagne, y junto con mis tres o cuatro, ya no me acuerdo, copas de vino, mi timidez desaparece y me río con los chistes que cuenta Marcos, que no ha abierto la boca en toda la cena, pero que resulta ser muy divertido. Todos nos reímos y yo tengo que parar porque me está doliendo la barriga muchísimo.

Luego me emociono cuando la tía Águeda hace un brindis recordando a su marido y el tío de Alex. La hermana de Ricardo agacha la mirada y me imagino es porque sus ojos están llenos de lágrimas. Yo observo a Águeda que sostiene su copa en su mano temblorosa dedicando unas palabras de amor hacia su difunto marido y rememorando el día que se dio cuenta que ya no iba a volver. Me emociono y retiro mis lágrimas al mismo tiempo que ella acaba el discurso, bebo champagne para distraerme y veo que Alex me observa, pero aparta la vista cuando ve que le he pillado.

— Óscar va a estar con su prima en el Mistral. — Me comunica Alex, yo desvío la atención de Marcos para mirar a mi adonis personal. — ¿Aún quieres ir?

— ¿El mistral es ese bar en el que...?

— Sí. — me interrumpe eliminando cualquier amago de sonrisa en su cara. — Sandra es algo especial, le va ese rollo ya lo entenderás cuando la veas.

— Pues sí, claro, vamos. — sonrío más de la cuenta por culpa del alcohol. Alex se ríe entre dientes de mí.

— Bien, le llamaré. — se levanta marcando el número de Óscar.

Miro mi móvil, ni una llamada, ni un mensaje, nada. Trago saliva y miro la hora, ya pasan de las doce de la noche.

— ¿Vais a salir? — pregunta Sara cuando Alex vuelve a mi lado.

— Bueno, solo vamos con unos amigos un rato. — dice este. — Una copa, ya sabes.

— Ah, pues genial, voy con vosotros. — Miro a la tía Águeda de inmediato que me mira con cara de fastidio y media sonrisa. Esa chica tenía mucha cara auto invitándose a venir con nosotros. — No os importa, ¿verdad? — pregunta mirando a Alex y luego a mí inquiriéndome en silencio.

— No. — digo. — Claro que no. — ella sonríe de inmediato. — Marcos, ¿tú te vienes? — pregunto.

Éste abre la boca y sé de inmediato que va a rechazar la propuesta, pero su hermana le interrumpe.

— ¿Marcos? — se ríe ella de manera insultante. — A Marcos no le gustan las fiestas, nunca sale. — rueda los ojos.

— De hecho, me encantaría ir. — replica mirándonos a nosotros. — Si no os importa, claro.

Yo oculto una sonrisa bebiendo de mi copa

— Claro que no. — Alex sonríe.

— Iré a maquillarme. — Sara se levanta y va hacía el baño. Más, pienso yo, porque parece una puerta.

Todos nos levantamos para despedirnos. Fede y su novia se van hacia su habitación, supongo, sin recoger nada y sin despedirse de nadie, tampoco es que hayan saludado. Por un momento me da pena la tía Águeda. Aquí, sola cuidando a dos niños problemáticos. Bueno, Miguel es un amor, pero estoy segura de que no es fácil llevar ese hogar, y menos a su edad.

Le doy un abrazo a la tía Águeda que dura más de lo normal, ella me sonríe cuando nos separamos.

— Gracias de nuevo. — le sonrío. — Iban a ser unas de las peores navidades por lo que ya sabes, pero al final han sido una de las mejores gracias a ti y a tu familia.

— Tu familia. — me corrige Águeda. — Eres la familia de Alex, así que esta es también tú familia. — me explica. Le sonrío y le doy otro abrazo.

— Gracias otra vez.

Me despido de Miguel con un abrazo y veo a Alex algo incómodo despidiéndose de ellos. Sé que se llevan muy bien, pero también sé que le cuesta expresar sus sentimientos. Con todos menos conmigo, añado en mi cabeza y ese pensamiento me hace sonreír. Alex me observa como si estuviese loca mientras se ríe entre dientes.

Él conduce en silencio y veo que está algo serio mirando al frente. Toco su mano suavemente y me mira. Me sonríe cómplice y yo también le sonrío.

— Va, ¿no ponemos algo de música? — dice Sara con su voz chillona. — ¡Es una fiesta! — dice asomándose entre los asientos, encendiendo el equipo y poniéndolo a tope.

Ésta canta al son de la música, aunque no muy bien que digamos. Mi móvil vibra en mi bolso.

"¿Qué tal la cena? Feliz Navidad." Sonrío y le devuelvo el mensaje a Tomás de inmediato.

"Nadie me ha comido, todo bien. Alex y yo vamos a salir un rato al bar de la otra vez, ¿por qué no te vienes? Feliz navidad"— Yo le había contado a Tomás todos los detalles de esa noche después de saber que podía confiar en él.

"He quedado con él en media hora, estoy bastante histérico. Saluda a Alex de mi parte y pasadlo bien. Mi primo dice que igual se pasa por el bar. Es idiota."— escribe y le imagino poniendo los ojos en blanco.

Veo que Alex me mira inquiriéndome en silencio el motivo de estar tan pendiente del móvil.

— Es Tomás. — digo antes de teclear el último mensaje. "Ya me cuentas, un abrazo". — Ignoro lo último que me ha dicho. — Te manda un saludo. — Alex gruñe y masculla algo por lo bajo que no consigo entender. Cuando pone esa cara solo me dan ganas de besarle, y maldigo en mi interior que no pueda hacerle parar el coche para hacerlo.

Aparca cerca de la discoteca y Sara y Marcos se apresuran a salir del coche. Tomo su mano impidiendo que salga y me muevo para besarle lentamente.

— ¿A qué ha venido eso? — sonríe Alex en mitad del beso.

— A que tengo ganas de que estemos los dos solos. — susurro besando su barbilla y llegando a su oreja.

— Solo una copa rápida. — dice tragando él yo sonrío antes de volverle a besar.

Sara toca la ventanilla de Alex sobresaltándonos.

— Hace frío. — se queja, aunque apenas la oímos porque está el coche cerrado.

Alex suspira y ambos salimos al frío de la noche, toma mi mano mientras andamos. Las calles están el doble de abarrotadas que la otra vez, pues es nochebuena y la gente sale. Yo misma hubiese salido con Corina.

Salir con mi novio, su prima loca, y su mejor amigo no era mi mejor plan, la fiesta debía ser siempre con amigos, pero yo no tenía. Alex me atrae más cerca cuando la calle se estrecha e inevitablemente tenemos que espachurrarnos con los viandantes. Un chico me susurra "guapa, ven con nosotros" en el oído cuando pasamos entre todos ellos y tenemos que ir en fila india, yo situada entre Sara y Alex. Marcos encabeza la fila, aunque estoy segura de que no sabe adónde ir.

— Gilipollas. — gruñe Alex al tío que lo ha dicho frenando en seco, todo su grupo se ríe y Alex ya ha fruncido el ceño enfadado yo tiro de él haciendo que vuelva a andar. Sara mira hacia atrás para asegurarse de que no nos hemos perdido.

¿Veis? Por eso considero que salir de fiesta es algo que se hace con amigos y no con tu novio. Y ya si tu novio es Alex Sáenz, conocido por pegar palizas a cualquiera que se me acerque, puedes darte por vencida.

— Deja de fruncir el ceño, te van a salir arrugas a los veinticinco. — le riño y él lo relaja y sonríe ante mi comentario.

— Sé que no te gustan estas cosas, pero... — aprieta los dientes.

— Alex, estamos de fiesta, deja de preocuparte por estas tonterías. Aunque bueno... al menos solo le has insultado y no te he tenido que despegar del tío para que no le mates. — digo alzando las cejas. — Vas mejorando. — Alex se ríe pasando un brazo por mis hombros.

Sara abre la pesada puerta del local, al parecer sabía dónde estábamos yendo. Sigue igual de lleno que la otra vez y veo que Óscar nos agita una mano desde la barra así que vamos hasta allí.

Cuando veo a Óscar al lado de su prima me cuesta creer que sean primos, y también entiendo el "ya lo entenderás cuando la conozcas" de Alex.

— ¡Hola! — Sandra exclama emocionada. Lleva el pelo corto y liso por debajo de la barbilla y un piercing en la lengua, su dentadura es perfecta, así que cuando sonríe veo la belleza de la familia de Óscar en ella. Mira nuestras manos unidas y sonríe más aún. Lleva los ojos excesivamente maquillados de color negro, las uñas color burdeos mal pintadas y un vestido negro ajustado y simple. Me abraza. — Tú debes ser Elena, la novia de Alex. — exclama súper emocionada. — Soy Sandra y no te puedes ni imaginar las ganas que tenía de conocer a la que está soportando a este truño. — dice bajando la voz y mirando de reojo a Alex que pone los ojos en blanco.

— Vaya, no te pareces en nada a Óscar. — comento y Óscar tuerce la cabeza mirándome con ironía. Sandra suelta una carcajada.

— Yo soy Sara. — se presenta la prima de Alex. Sandra le da dos besos efusivos y coge mi mano, pero se para antes de observar a Marcos que parece nervioso mirando a su alrededor.

— ¿Y quién es este guapetón? — arrastra las palabras Sandra mientras le mira de arriba a abajo, él parece incómodo y divertido a la vez.

— Es el primo de Alex. — le digo en el oído. — Se llama Marcos.

— Marcos, tú y yo hablaremos ahora. — ronronea con una sonrisa torcida. — Primero tengo que hablar con mi nueva amiga.

Alex bufa cuando Sandra tira de mí hasta la barra. Ignoro lo que están haciendo los demás, e ignoro también el sentimiento de pánico que siento por estar lejos de Alex. Estoy con Sandra que parece maja y Alex con sus primos y Óscar, no tengo por qué ponerme nerviosa porque miles de rubias rodeen a Alex. Mi principal pesadilla, por lo menos en ese bar.

— ¿Qué tomas? — pregunta Sandra cuando llegamos a la barra.

— Oh, nada ya he bebido suficiente en casa de Alex.

— Tonterías, vino y champagne no es bebida— rueda los ojos y se dirige al camarero. — Dos bombas Jagger. — ordena.

— ¿Estás loca? Jagger y Red...

— Son mitos. — me corta. Esa chica parece que se ha metido algo de lo acelerada que está. Hombre, si todo lo que toma es Jagger con Red bull, pues normal que esté así. — Cuéntame sobre vosotros. — dice acomodándose en la barra. — Qué fuerte que te haya llevado ya a su casa, Alex es muy reservado con su familia. — dice abriendo los ojos.

— Todo va demasiado rápido entre nosotros, se podría decir que no hay nada escrito... —ella se ríe y veo que espera que diga algo más. — Nos conocimos en la universidad y... — Sandra corta la versión que siempre contaba yo.

— Eso no me interesa. ¿Te trata bien?

— Genial, él me da todo lo que necesito y más. — sonrío.

— En serio, como te haga daño se las tendrá que ver conmigo. Cuando Óscar... gracias. — dice cogiendo su vaso que acaban de servirnos. — me dijo que Alex tenía novia casi me caigo de la silla. — se ríe recordando. — Siempre ha tratado a las tías como mierda, y eso me sienta mal, ya sabes soy una tía. — dice moviendo los ojos como si fuese obvio. — Pero en serio, me alegro mucho, es un buen tío.

— Muchas gracias. — sonrío por la cantidad de frases que dice esa chica en unos pocos segundos.

— ¿Ya le estás hablando mal de mí? — interrumpe Alex mientras yo doy un largo sorbo a mi bebida.

— Le estaba diciendo cosas buenas de ti, capullo. — dice pegándole un puñetazo en el brazo, yo río entre dientes antes de beber más de lo mío. — No me has dejado ni cinco minutos con ella.

— Au. — finge dolor. — Ya la has tenido más tiempo del que deberías. — sonríe Alex acercándose a mí.

— Madre mía, y eres la misma persona que me pagaba para que me deshiciese de las tías por ti. — se burla ella. Alex me mira de inmediato, pero cuando ve que sonrió se relaja. — Lo siento, — empieza Sandra dándose cuenta de la situación. —Si te sirve de consuelo, nunca le he visto ser tan pesado con otra. — intenta tranquilizarme, aunque estoy bien.

— Sandra. — advierte él.

— No te preocupes, estos comentarios ya no me afectan. —aseguro para los dos.

— Eh, ¿tu primo tiene novia? — Sandra cambia de tema.

— Lo dudo. — se mofa Alex y yo le doy un puntapié.

— ¿Es gay? — Alex duda.

— No lo es. — digo yo y Alex alza una ceja. Lo cierto es que mi radar no es muy fiable, puesto que lo de Tomás no me lo esperaba, pero no creo que Marcos lo sea. — Intuición femenina. — me encojo de hombros.

— Pues tendré que averiguarlo yo. Ahora nos vemos. — Sandra se bebe de un trago su copa y yo me estremezco. Salta del taburete y se pierde entre la multitud. Alex ocupa su lugar.

El alcohol empieza a surgir efecto en mí y me siento acalorada. ¿No dicen que no es bueno mezclar? Me quito el abrigo y Alex vuelve a mirar mi vestido como si lo viese por primera vez. Doy un último trago a mi bebida y me levanto del taburete acercándome a Alex. De reojo veo que Óscar, que vigila a su prima la cual baila con Marcos, escucha a Sara sin interés. Me pregunto qué posición debería tomar yo si Óscar empezase a salir con otra chica. ¿Se supone que está con Corina? ¿Espera estarlo cuando despierte? Entonces me doy cuenta de que sé muy pocas cosas sobre la relación que tenían Óscar y Corina. Abro las piernas de Alex poniéndome entre ellas, él coloca sus manos en mi cintura y me sonríe antes de besarme. Cierro los ojos dejándome llevar y siento el mareo por mi interior.

— ¿Tú sabes si Corina y Óscar estaban juntos antes del accidente? — hipo jugando con su mano distraídamente.

— Pues... creo que sí. — dice él desconcertado. — ¿Por qué?

— Por nada, lo pensaba ahora y me he dado cuenta de que no sé nada de lo que pasó esta noche. — me encojo de hombros. No sé si me lo imagino o qué, pero creo que Alex se tensa.

— ¿Por qué quieres saberlo?

— Es lo que se espera de mí, ¿no? ¿Qué pasa? — pregunto distraída besando su mandíbula.

— No sé, es que nunca hemos hablado del tema y me pregunto por qué ahora quieres hablarlo.

— Ay, no sé. — niego con la cabeza riendo, me está dando dolor de cabeza. — No hablemos de eso.

— Vale. — sus labios son una fina línea.

— ¿Bailas? — ofrezco en su boca.

— No. — sonríe él. — Yo no bailo, lo siento. — niega.

— Vale. — digo suspirando, la verdad es que ya me esperaba que dijera que no.

— Está bien. — dice y veo que está observándome.

— ¿Qué?

— Bailaré contigo. — dice fingiendo fastidio y tomando mi mano, yo oculto mi sonrisa.

Holaaaaa, muchas gracias por los comentarios y los votos del capítulo anterior. Me encantan vuestros comentarios sean como sean, buenos, malos o, de cualquier forma. Los amo, en serio.

Muchas gracias por la paciencia, por leer, por votar y por comentar. Un beso enorme <3

Rise.

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