MASOQUISTA

De JamesSeb

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El era su omega, el era suyo y de nadie más. -¿Que más quieres para saber que te amo?- habló el alfa sostenié... Mai multe

Prólogo
1.-Destino
2.- Pensamientos
3.- Cicatrices
4.-Pasado «Primera Parte»
5.- Pasado «Segunda Parte»
6.- Susurros
7.- Mentiras
Capítulo 9.- Problemas
Capítulo 10.- Idiota

Capítulo 8.- Mila Babicheva

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De JamesSeb

Mila Babicheva era hija única de unos poderosos Alfas, había crecido en un hogar con amor y comodidades, en el cuál se le había inculcado el respeto hacia los Omegas.

No por ser Alfa tenía que tratarlos mal, al contrario, debía de ser respetuosa.
Se le habló sobre el amor, los lazos, el respeto entre muchas cosas para que ella fuera una excelente Alfa en el futuro.

No creyó mucho en las palabras de sus progenitores hasta que conoció al hijo menor de los Nikiforov, un bello Omega del cual se enamoró a primera vista.

No pudo evitar sentirse bien cada vez que lo miraba.

En ese entonces tan solo ella tenía doce años cuando le confesó su amor, el chico tan solo tenía siete años y lo tomo como broma.

Cada año se le confesó y cada año era rechazada.

Hizo todo lo que estuvo en sus manos para ganar su corazón, aún cuando el hermano de éste la aborrecía. Si era amor lo que sentía debía de luchar por el con todas sus fuerzas.

Pero aquel Omega de ojos azules ya había elegido a su Alfa. Su nombre era Yuuri Katsuki, pertenecía a una familia adinerada de origen Japonés, él había logrado en tan poco tiempo lo que ella no pudo en años.

No pudo evitar derrumbarse cuando se enteró que ellos habían comenzado a salir como pareja, sus oportunidades se habían terminado. Aunque si tuvo la esperanza que toda esa relación solo fuera algo pasajero pero se equivocó, un par de años después anunciaron su boda.

Lloró como nunca lo había hecho, pero no maldijo al japonés por aparecer en su camino. Apoyo la relación de la persona a la que amaba aunque esto la matará por dentro.

Tal vez eso era tóxico pero se había cuestionado que si lo amaba debía dejarlo ser feliz.

Después de la boda en la cual fue madrina, sé fue al extranjero con el pretexto que iría a realizar negocios por pedido de su familia, aunque una parte de toda la verdad era realizar una vida y olvidar a Viktor pero no lo consiguió.

—Mila debes de saber algo.

Centro su vista en el Omega, el tono de su voz era más serio de lo usual además que podía notar algo en su mirada que decía que era algo demasiado delicado.

—¿De que se trata?— preguntó.

—Es sobre Viktor— finalizó.

Soltó un suspiro bajando la mirada.

—Otabek, yo quisiera que ya no habláramos de él, por favor— ya no quería sufrir más.

Solo quería tener un lindo recuerdo del Omega de ojos azules, verlo o escuchar hablar de él poco era suficiente pero no saber más.

—Es importante— insistió el Kazajo.

Ella se llevó su mano derecha a la cara, ocultando una mueca que no se podía decifrar.

Soltó un suspiro al sentir la mirada intensa del Omega, noble quedaba de otra que escucharlo.

—De acuerdo está bien, ¿Que ocurre?— hablo quitando su mano.

Otabek se quedó un momento en silencio, ¿Cómo es que le diría lo que Viktor estaba sufriendo?.

—Su matrimonio con Yuuri— comenzó a decir pero se detuvo al sentir la presencia de su Alfa.

—Mila Babicheva— sonó la voz del Alfa de la casa.

Otabek guardo silencio, ya no podía decir algo más.

—Yuri— saludo ella con una leve sonrisa.

Aunque no se llevarán bien, debía de ser educada además verlo después de unos años no era nada malo.

—Es bueno ver tu cara horrible vieja bruja— saludo el rubio con burla.

La chica sonrió.

—Igualmente idiota— le dio un leve golpe en la espalda cuando este se colocó a un lado, solo por un par de centímetros el hombre era más alto que ella.

—¿Que tal extranjero?— preguntó con cierta curiosidad.

—Magnifico que es triste que tuviera que regresar— contestó.

Otabek entendió el doble sentido en esa oración pero no dijo nada, no quería abrir más la herida que había en el corazón de Mila. Se unió a la plática tratando de ya no tocar el tema de Viktor, al menos por ese rato.

                                 ∆∆∆

Haber vuelto tal vez no había sido tan malo, ver a sus amigos después de tanto tiempo le alegraba, al día siguiente de haber llegado fue a visitar a Guang Hong.
El cuál la recibió con su preciosa pancita de seis meses, no pudo evitar llorar de alegría. Siempre había visto al pequeño chino como un hermano menor y volver y encontrar así le alegraba su corazón.
Hablaron de todo lo que habian pasado en los tres años que ella no estuvo, rieron y lloraron por tantas emociones, cuando el Alfa de Guang apareció, Mila le dejo en claro que más le valía no faltarle el respeto al Omega porque se las vería con ella.
Leo había sonreído prometiéndole que jamás le faltaría el respeto.
Mila se fue contenta esa tarde, y en los días siguientes se reunió con Chris conversando sobre algunos asuntos importantes, ella sabía que el Omega de cabello rubio era el mejor amigo de Viktor, bueno en realidad todos los amigos que tenía los compartía con el Omega de ojos azules por lo que agradeció que estos en ningún momento lo mencionaran.
Por su parte Otabek ya no le había insistido en hablar sobre Viktor, lo cual la dejo aún más tranquila, aunque tampoco estaba preparada para cuando lo viera.

Ya tendría que improvisar en ese momento, por supuesto que no tardaría en llegar en el encuentro de sus miradas.

Se acomodó el moño de su traje, se miró en el espejo buscando alguna imperfección en su atuendo que llevaba debido a que ya no utilizaba vestidos como antes.

Comenzó a aborrecerlos desde un horrible momento que tuvo.

Despejó sus pensamientos para comenzar a salir de la habitación.

Una pequeña celebración por su bienvenida al país era lo que menos se esperaba. Principalmente porque no tenía ánimos de nada pero las palabras de Chris le habían animando a aceptar tal detalle. Por supuesto poniendo como única condición que está no fuera muy grande y solo con amigos y conocidos.

Bajo las escaleras encontrándose con Otabek y quien parecía ser la pareja de Chris, saludo a ambos para después comenzar a charlar con ellos sobre temas comunes y un tanto aburridos para personas normales.
Los invitados comenzaron a llegar, a algunos solo los había visto un par de veces pero los trato como si fueran amigos de muchos años.
Aunque su atención dejo de estar en la conversación que estaba teniendo con Leo y Guang para ponerla sobre aquel Omega de ojos azules.

Lo vio detenidamente, sé veía más hermoso que la última vez que se habían visto. Su cabello ya no estaba largo, además que era un poco más alto. Probablemente solo un par de centímetros más alto que ella, vestía un kimono blanco con flores de Sakura dibujadas.

Sonrió.

Sus miradas por fin se cruzaron, él sonrió al verla. Ella también hizo lo mismo, hizo un movimiento con su mano en forma de saludo, el correspondió.

Su corazón latió con fuerza y un leve sonrojo se apoderó de sus mejillas.

Esos sentimientos seguían ahí.

Aunque quisiera engañarse y tratar de olvidar lo que sentía por el, era imposible.
No importaba cuanto se dijera que no debía sentir amor por un Omega con Alfa, ni las mentiras que le decía al mundo; seguía amando a Viktor.

Pero su sonrisa se borró un par de segundos después, no fue por la mirada que le dedicó el Alfa del Omega si no al notar marcas un poco visibles en el cuerpo del dueño del cabello plateado.
Estos eran moretones de golpes.

Estaba segura de ello.

Se disculpó con la pareja para dirigirse al matrimonio Katsuki.
Con paso seguro y tratando que sus feromonas no se descontrolaran se posó delante de ellos con una sonrisa.

—Viktor, Yuuri que genial es verlos después de tanto tiempo— saludo mirando específicamente a Viktor.

El chico sonrió levemente, iba a hablar hasta que sintió la mano de su esposo en el hombro, dándole a entender que él sería quien hablaría.

—Es un placer tenerte aquí nuevamente—contesto Yuuri mirándolo fijamente.

Mila quito su mirada del Omega para pisarla sobre el Alfa, en su ojos se podía ver una advertencia silenciosa que decía que la golpearía si se sobrepasaba.
Tal vez podría probar que tal lejos podía llegar el japonés.

—Bueno tenía que volver a arreglar algunos asuntos y por un lindo Omega— miro de reojo a Viktor siendo esto notado por el pelinegro.

—Espero que aquel afortunado Omega este soltero porque si no lo fuera estarías en problemas— volvió a hablar Yuuri.

—Quien sabe— se encogió de hombros con una leve sonrisa burlona—, ¿Y que tal el matrimonio?. ¿Aún están en los días de felicidad o ya han tenido fuertes peleas?.

Viktor le miró, ¿Cómo decirle que su matrimonio era un infierno? ¿Cómo decirle que era un cordero atrapado con un lobo que es su esposo?.
No podía decir la verdad. No podía decir que los últimos años su matrimonio

—Muy bien, el mejor matrimonio que puedas ver— contesto el pelinegro pegando a su cuerpo a su Omega.

Viktor asintió con una falsa sonrisa que no paso desapercibida por Mila, al parecer el matrimonio Katsuki no era perfecto.

Y lo que más le causó curiosidad fueron los moretones que llevaba Viktor, podían estar bien cubiertos con maquillaje o que casi no se notarán pero para alguien como ella que ocultaba heridas desde pequeña no podían pasar desapercibidas.


Nota: Disculpen la tardanza pero tuve un problema con mi celular pero ya estaré actualizando más rápido.

En fin muchas gracias por la espera.

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"Dónde Jimin queda embarazado del "alfa" de su mejor amiga." - Omegaverse - M-preg -+18 No sé aceptan copias ni adaptaciones sin mi consentimiento.