3.- Cicatrices

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Salió de la ducha con una toalla que le cubría la cabeza mientras que una bata cubría su desnudez.

Dejo escapar un suspiro mientras que con cuidado se sentaba en la orilla de la cama, habían pasado cerca de tres días desde el incidente con Yuuri.
Había sido difícil bañarse con el agua pero lo bueno es que no había conseguido que la herida se hiciera fea.

Con cuidado comenzó a vendar se sus muñecas, debía darse prisa antes de que el entrará a la habitación aunque no serviría de mucho eso.

— Maldición— murmuró con un poco de dolor pues de hecho ni siquiera había ido al doctor para que lo revisará.

Cuando Yuuri lo había lastimado con el cuchillo sintió un fuerte dolor, mucho mayor que los anteriores con los que había tenido cuando se ponían a experimentar, un beso le siguió después de que el lo volvió a lastimar con el objeto.
Cuando Yuuri se separó del beso, tomó el cuchillo y empezó a lamer la sangre que tenía en el, su lado Omega se excito cuando debería estar asustado por ver algo tan escalofriante. Ambos caminaron a la habitación dejando un camino de gotas de sangre en el pasillo, la lujuria los estaba consumiendo.
Al llegar a la cama ambos se desnudaron para comenzar a cortarse nuevamente, ambos probaron la sangre del otro y Yuuri incluso mordía la herida para que saliera más sangre, le había ardido como si estuviera en el infierno pero no le importó.

Esa noche hicieron el amor y esa misma noche ambos se desmaya ron varias veces por la falta de sangre.

Un ruido lo sacó de sus recuerdo, Yuuri estaba subiendo las escaleras. Rápidamente se dirigió a su clóset para sacar una playera de manga larga la cual se colocó rápidamente para después actuar con naturalidad buscando un bóxer ajustado.
El japonés entró a la habitación con una charola donde estaba su desayuno de el o eso esperaba.

—Buenos días Vitya— saludo el japonés dejando la charola en un mueble mientras el ruso se colocaba su ropa interior.

—Buen día Yuuri— respondió con tranquilidad fingida.

El ruso se acercó al japonés que estaba sentado en la cama, lucia tranquilo por el momento, esa era una pequeña señal que todo estaba seguro. Se sentó en sus piernas para retrancar su espalda en el pecho de su esposo mientras éste depositaba un beso en su cuello y con una de sus manos acariciaba su estómago.

—Te amo— murmuró el japonés en tono dulce, Viktor se sentía feliz.

—Yo también te amo y mucho— agarrando la mano de su esposo, Yuuri sintió la venda—. ¿Te duelen aún?.

Viktor no entendía a que se refería.

—¿Que cosa?

—Tus muñecas

Era eso, casi lo olvidaba

—Estoy bien, no me duelen — mintió encogiéndose de hombros.

—Es mi culpa, lo lamento mucho— bajo la mirada y con tristeza retiro su mano del cuerpo de su esposo.

Iba a caer nuevamente con eso aún cuando sabía que era algo de esperarse pero no le importaba demasiado.

Se levantó para nuevamente sentarse en las piernas de su esposo pero esta vez para quedar de frente, tomó las mejillas de japonés y con una sonrisa sonrisa respondió:

—No tienes que disculparte, todo está bien Yuuri, yo te amo y tú me amas. Eso es más que suficiente— aclaro para depositar un beso en los labios de este que correspondío.

No era un besos como los que acostumbraban a darse, era un beso lleno de calma, tranquilidad y dulzura.

Los chicos estaban en su casa, aún era cerca de la una de la tarde y por suerte Yuuri había dicho que llegaría tarde, si llegaría temprano le mandaría mensaje para avisarle eso

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Los chicos estaban en su casa, aún era cerca de la una de la tarde y por suerte Yuuri había dicho que llegaría tarde, si llegaría temprano le mandaría mensaje para avisarle eso. Phichit no estaba con ellos pues al parecer le había surgido un problema y bueno de cierta manera no era requerido en esa reunión de omegas. Todos habían notado algo bastante en Viktor pero estaban siendo lo más paciente posible para que no surgiera un problema o una pequeña riña entre ellos.

Otabek ya se estaba cansando por lo que tomó de la muñeca a Viktor el cual hizo una enorme mueca de dolor, alertando a los demás.

— Viktor ¿Que a sucedido ahora?— preguntó Chris acercándose rápidamente a su amigo.

—No es nada, solo fue un reflejo eso es todo— contestó rápidamente.

—Viktor quítate la playera— ordenó Guang ya levantado de su asiento.

—No Guang

—Sera por las buenas o por las malas, tu decides— amenazó Otabek.

El peliplateado después de haber soltado un bufido se comenzó a quitar la playera dejando ver sus muñecas vendadas las cuales estaban manchada de sangre. Guang dejo escapar un jadeo de sorpresa mientras Chris solo trataba de no decir alguna tontería.

—Mierda ¿Que han hecho esta vez?— preguntó Otabek horrorizado incandose en frente de el.

—Fue un pequeño experimentó— contestó a la pregunta agachando la cabeza.

— No fuiste a un doctor ¿Verdad?— preguntó Guang un poco tranquilo aunque más bien era una actuación para no preocupar a los demás de su estado.

—No

—Viktor, Yuri debe de saber de esto— habló Otabek quitando las vendas viejas para encontrar unas marcas de profundas—. Esto acabará contigo.

—Otabek por favor no le digas nada a mi hermano— suplicó con unas cuantas lágrimas en los ojos.

—Iré por el botiquín— salió Chris disparado rápidamente a la cocina donde había uno.

Su hermano mayor no debía enterarse de lo que estaba ocurriendo en su matrimonio. Miró a sus amigos que lo veían con pena, sabía que ellos solamente querían ayudarlo pero él no quería su ayuda aún cuando si la quería. El mismo se contradecía con sus pensamientos, ideas y valores; el sentía excitación por eso, su lado Omega lo disfrutaba y el de cierta manera también.

Otabek lo pensó por un momento, si su esposo se enteraba posiblemente todo eso que estaba sucediendo podría empeorar y eso no era bueno, les dedicó una mirada a Chris y a Guang pidiendo que no dijeran nada.

—Esta bien no le diré nada pero debes encontrar nada manera para que esto al menos disminuya lo suficientemente— pidió mientras comenzaba a limpiar con cuidado la herida.

—¿Que pasará si quedas en cinta durante tu celo?— preguntó Guang haciendo que el ruso abriera los ojos de golpe.

Cuando era un poco más joven siempre deseo tener un hijo un fruto del gran amor que nacería de su pareja y el, ¿Que pasaría si el quedará embarazado?.

—Si esto solo son experimentos, ¿Que sucederá cuando estés embarazado?. ¿Ambos dejaron esos absurdos juegos para que el bebé no tenga complicaciones?— volvió a preguntar el chino.

El sabía la respuesta pero no quería decirla, no podía decirse las. Solo se limitó a mirarlos.

—No quiero un bebé— mintió.

Un hijo era lo que estaba deseando en esos momentos de locura y daño. Deseaba tener uno pero por esa maldita necesidad de sentir dolor no lo dejaba, era una cicatriz una de tantas cicatrices que lo atormentaban día y noche.

Su mayor Cicatriz era que había perdido un bebé por esos juegos estúpidos.


Nota: Comenten que les pareció el capítulo de hoy, lamento la tardanza. Dulce Condena no s cuando lo actualizo porque es un fic sin muchas visitas y posiblemente regresé a borrador. Este fic lo estaré actualizando cada 15 o 20 días.
Un agradecimiento enorme a KuroKen12   por el separador y la futura portada.

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