Capítulo 8.- Mila Babicheva

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Mila Babicheva era hija única de unos poderosos Alfas, había crecido en un hogar con amor y comodidades, en el cuál se le había inculcado el respeto hacia los Omegas.

No por ser Alfa tenía que tratarlos mal, al contrario, debía de ser respetuosa.
Se le habló sobre el amor, los lazos, el respeto entre muchas cosas para que ella fuera una excelente Alfa en el futuro.

No creyó mucho en las palabras de sus progenitores hasta que conoció al hijo menor de los Nikiforov, un bello Omega del cual se enamoró a primera vista.

No pudo evitar sentirse bien cada vez que lo miraba.

En ese entonces tan solo ella tenía doce años cuando le confesó su amor, el chico tan solo tenía siete años y lo tomo como broma.

Cada año se le confesó y cada año era rechazada.

Hizo todo lo que estuvo en sus manos para ganar su corazón, aún cuando el hermano de éste la aborrecía. Si era amor lo que sentía debía de luchar por el con todas sus fuerzas.

Pero aquel Omega de ojos azules ya había elegido a su Alfa. Su nombre era Yuuri Katsuki, pertenecía a una familia adinerada de origen Japonés, él había logrado en tan poco tiempo lo que ella no pudo en años.

No pudo evitar derrumbarse cuando se enteró que ellos habían comenzado a salir como pareja, sus oportunidades se habían terminado. Aunque si tuvo la esperanza que toda esa relación solo fuera algo pasajero pero se equivocó, un par de años después anunciaron su boda.

Lloró como nunca lo había hecho, pero no maldijo al japonés por aparecer en su camino. Apoyo la relación de la persona a la que amaba aunque esto la matará por dentro.

Tal vez eso era tóxico pero se había cuestionado que si lo amaba debía dejarlo ser feliz.

Después de la boda en la cual fue madrina, sé fue al extranjero con el pretexto que iría a realizar negocios por pedido de su familia, aunque una parte de toda la verdad era realizar una vida y olvidar a Viktor pero no lo consiguió.

—Mila debes de saber algo.

Centro su vista en el Omega, el tono de su voz era más serio de lo usual además que podía notar algo en su mirada que decía que era algo demasiado delicado.

—¿De que se trata?— preguntó.

—Es sobre Viktor— finalizó.

Soltó un suspiro bajando la mirada.

—Otabek, yo quisiera que ya no habláramos de él, por favor— ya no quería sufrir más.

Solo quería tener un lindo recuerdo del Omega de ojos azules, verlo o escuchar hablar de él poco era suficiente pero no saber más.

—Es importante— insistió el Kazajo.

Ella se llevó su mano derecha a la cara, ocultando una mueca que no se podía decifrar.

Soltó un suspiro al sentir la mirada intensa del Omega, noble quedaba de otra que escucharlo.

—De acuerdo está bien, ¿Que ocurre?— hablo quitando su mano.

Otabek se quedó un momento en silencio, ¿Cómo es que le diría lo que Viktor estaba sufriendo?.

—Su matrimonio con Yuuri— comenzó a decir pero se detuvo al sentir la presencia de su Alfa.

—Mila Babicheva— sonó la voz del Alfa de la casa.

Otabek guardo silencio, ya no podía decir algo más.

—Yuri— saludo ella con una leve sonrisa.

Aunque no se llevarán bien, debía de ser educada además verlo después de unos años no era nada malo.

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