Practice makes the master.
___ POV
Inhalé hondo. Estaba demasiado exhausta y sudada, pero no había conseguido burlar las barreras de su mente.
No era momento de detenerse.
—Necesitas descansar —dijo Camila.
—No hay tiempo —dije frustrada.
—_____...
—¡No! Es demasiado difícil esto. Lo haré una y otra vez hasta que lo logre. No puedo parar ahora.
Había intentado entrar en Camila exactamente 135 veces. Si estaba siendo terriblemente difícil en ella que era solo un ángel, ¿qué me esperaba con Deamon?
Suspiró.
—Entiendo lo que quieres decir, pero no puedes esforzarte tanto —dijo preocupada.— Te ves fatal.
—Oh, gracias —dije sarcástica.
Habían pasado dos días desde mi secuestro. Alejandro volvió pronto al cielo, dejando a Camila y dos guardianes celestiales con nosotras: Ally y Dinah. Afortunadamente aún seguían sin encontrarnos y ya no había habido más asesinatos angelicales.
Me desplomé al piso. Siento que era mucho más difícil hacer todo en mi forma semihumana. Mis ojos eran cada vez más pesados. Me di por vencida y me dejé llevar.
——
Camila POV
—Oh, gracias —dijo molesta.
No sabía qué decirle ni tampoco cómo ayudarla. Sé que no estábamos pasándola bien, pero ella era la que más sufría en todo esto.
La miré justo cuando cayó al piso, sin fuerza propia alguna. Corrí a auxiliarla, pero noté que solo estaba dormida.
—Dinah —dije.
No había necesidad de gritar, pues al estar todo en silencio, se escuchaba fuerte y claro.
Tocaron la puerta.
—Adelante —dije.
—Señorita Camila —dijo Dinah, haciendo una pequeña reverencia en el proceso.—¿Cómo puedo asistirla?
—Ayúdame a subir a _____ a la cama, por favor.
Asintió. Se acercó a _____, inhaló hondo, y movió ambas manos al mismo tiempo de abajo hacia arriba, con sus palmas mirando al techo, levantando al demonio del suelo en el proceso.
Siguió moviendo sus manos de diferentes formas hasta que colocó a _____ en la cama, cubriéndola con un sábana delgada.
Aunque los ángeles también podíamos mover cosas a voluntad, los guardianes tenían mucha más fuerza. Y _____ era demasiado pesada para mí.
—¿Algo más, señorita Camila?
—¿Qué sabes de la posesión de un cuerpo?
Me miró. Sentía que quería decirme algo, pero no sabía si era lo correcto. Después de unos minutos, finalmente habló:
—Difícil las primeras veces. El símbolo de protección es más efectivo si se dibuja con su propia sangre.
Se tomó un momento, como recordando la información en su mente.
— Y debería empezarse con alguien de la misma clase, pues toma tiempo dominar a otra especie en el primer intento.
Oh.
—Eso no venía en el libro que leí.
—Es información que entre menos se sepa es mejor, señorita. Escribir todo revelaría muchos secretos.
—Dinah...
—Señorita Camila.
—Trae un demonio aquí.
—Pero, no creo que sea una buena idea —dijo, haciendo una mueca.
—Llévate a Ally y traigan un demonio.
—Pero, señor–
—¡Ahora mismo!
Sé que le sorprendió mi orden, sin embargo ella no podía hacer nada al respecto. Dios les dio la indicación de obedecerme y proveerme la ayuda necesaria.
—Sí, señorita Camila.
Hizo una reverencia que correspondí.
—Regresaremos pronto.
——
___ POV
Desperté porque escuché cosas cayendo. También gritos se escuchaban dentro del recinto donde estábamos. Algo se sentía diferente, pero todavía no sabía qué era.
Me estiré en la cama antes de sentarme en ella. Fue entonces cuando detecté un aroma peculiar: un demonio estaba aquí.
Me levanté rápidamente y salí de la habitación, casi corriendo, buscando de dónde provenía el ruido.
—¡Déjenme ir! ¡No he hecho nada! ¿Qué quieren de mí!
—Necesitamos tu ayuda en algo —dijo Ally tranquilamente.
Llegué hasta la habitación donde estaban discutiendo, abrí la puerta y, ¡oh sorpresa!
—¿Lauren? —pregunté, viéndola.
Lauren se encontraba sobre sus rodillas, con sus manos atadas atrás. Me miró esperanzada.
—¡_____! No puedo creer que estés aquí. Te hemos buscado por todos lados.
Ally, Camila y Dinah veían nuestra interacción muy atentas. Camila le hizo una seña a Ally y esta tronó los dedos, liberando a Lauren de su amarre en el proceso.
—Deamon está furioso —dijo, levantándose despacio.
—¿Están todos bien ahí abajo? —pregunté.
Asintió, sonriendo ligeramente. Suspiré aliviada.
—Aunque me cargó un poco la mano...
No entendí qué quiso decir, pero noté la enorme cicatriz que le atravesaba el rostro.
—¿Él te hizo esto? —pregunté.
De repente una ira se apoderó de mí.
—Sí, pero está bien. Era Normani o yo.
Asentí. Lauren daría todo por su novia. Yo haría lo mismo si tuviera una.
Camila se aclaró la garganta y habló:
—Me alegro que se conozcan, pero...
La miré confundida.
—Verás... bueno..., no sé cómo decir esto...
—Camila...
—Dinah, Ally, regresen a sus puestos —ordenó Camila.
Ambos guardianes asintieron y salieron de la habitación.
—¿Qué está pasando, Camila? —pregunté.
—La razón de porqué tienes dificultad de poseerme es porque debes intentarlo primero con tu propia especie.
Lauren y yo volteamos a vernos al mismo tiempo.
—No —dije molesta.—Lauren es mi amiga y jamás le haría algo así.
—¿De qué me perdí? —preguntó Lauren confundida.
—Debo poseer a Deamon para poder eliminarlo del plano —contesté.
Los ojos verdes se sorprendieron por mi respuesta.
—Eso será demasiado complicado —comentó la ojiverde.
—Por eso necesitamos tu ayuda, Lauren —intervino Camila.
Lauren la miró con curiosidad.
—_____ ha estado intentando poseerme, pero sin éxito.
Lauren me miró.
—Me es demasiado complicado —confesé.
—Recién Dinah me dio esta nueva información —comentó Camila.—Y es demasiado importante que puedas ayudar a _____ en el proceso.
—Por supuesto que no debes hacerlo si no quie–
Me interrumpió.
—Estoy dentro. Todo sea por derrotar a Deamon.
—Lauren...
—Sé que tú lo harías por mí, _____.
Le sonreí.
—Está bien.
——
Después de ponernos un poco al tanto, empezamos la práctica.
—Entonces, ¿debo dejar que lo hagas o luchar contra ello? —preguntó Lauren.
—Lucha —contesté.—Lucha tanto como te sea posible.
—De acuerdo.
Camila se mantuvo al margen, solo viendo nuestra interacción. Se sentó en una esquina y se puso a leer.
—Bien, primero que nada, el símbolo —dije para mí misma.
Mordí un pedacito de mi dedo y éste comenzó a sangrar, pero no demasiado. Dibujé lo mejor que pude el símbolo en mi hombro izquierdo.
Suspiré.
—Bien, es la hora de la verdad.
—Recuerda que debes estar relajada —intervino Camila.
Me acerqué a Lauren. Puse mi pulgar derecho en su frente y mi mano izquierda a la altura de su corazón.
—¿Lista? —le pregunté a Lauren.
Asintió.
—Eam etiam corporis mea —recité.
Sentía cómo una fuerza comenzaba a jalarme hacia Lauren. Era inexplicable.
Resoplé, frustrada, ya que tenía la esperanza de que funcionara al primer intento.
—Necesitas estar relaj–
—¡Ya entendí, Camila!
Sabía que ella intentaba ayudarme, pero me desesperaba que me repitiera las cosas.
—Estaré afuera.
Se levantó y salió de la habitación.
—¿Relación difícil? —preguntó Lauren, alzando la ceja.
—Ha, ha, ha —dije rodando los ojos.
Lauren rió.
—Aquí voy nuevamente.
Asintió.
—Eam etiam corporis mea.
Sentí más fuerte esa fuerza que me llamaba a Lauren.
«Tú puedes», me alenté mentalmente
—La tercera es la vencida —me dijo sonriendo.
Sonreí de regreso. Cerré los ojos. Inhalé profundamente y saqué el aire. Miré a Lauren directo a los ojos.
—Eam etiam corporis mea!
Todo se volvió negro, y luego verde, y luego otra vez negro.
Abrí los ojos. Vi mi cuerpo en el piso. Volteé a ver mis manos y... esas no son mis manos.
—¿Lauren?
—Aquí.
Había escuchado su voz, pero en mi cabeza.
—¿Cómo te encuentras? —pregunté.
—Bien, pero se siente raro no tener control de mi cuerpo. Prueba moverte.
Intenté levantar la mano derecha, pero sin éxito.
—Ahora estoy luchando —dijo Lauren divertida.
Me concentré más que nunca en lo que quería. Después de una larga batalla, lo logré. Lauren también tenía mucha fuerza mental y eso era algo que había notado hasta ahora.
Caminé sin problemas. Salté, desplegué sus alas... prácticamente el cuerpo de Lauren estaba a mis órdenes. El reloj en el símbolo protector estaba aún presente, y eso me daba una buena señal.
Le daré una sorpresa a Camila.
———