Quinn se sintió a salvo cuando llegó a su hogar. La sensación de estar en peligro solo la había hecho confirmar lo que pensaba. No necesitaba buscar un alma gemela. No lo quería cerca.
O eso es lo que ella pensaba, porque el poder del hilo que los unía, era más obstinado que un niño aprendiendo a manejar bicicleta.
Y aquel día no pasó nada, ni el día posterior, pero el siguiente sí.
Su hermana Brooklyn fue movida por los hilos para que ellos se encontraran.
—¿Vamos por un helado? —preguntó. Quinn le había abierto la puerta y se mantenía ahí.
—¿Para qué? —respondió.
—Porque el helado de Phill's es el mejor del universo, ¿tal vez?
Quinn suspiró, estaba en medio de una pequeña encrucijada, porque no tenía ganas de salir, pero no solía ver siempre a su hermana, y era una buena oportunidad para pasar el tiempo con ella. Así que finalmente accedió.
—Esta cosa de las almas gemelas es una estafa, Brooklyn, ya te lo digo —comentó casualmente mientras entraban a la heladería.
—Yo no pienso así, Quinn. Tu dije se encendió, eso debe significar algo, ¿no? —preguntó su hermana, y tocó su collar por inercia con una sonrisa.
—Esto es ridículo. —Rodó los ojos y se acercó a Phill para dejar su pedido.
—¡¡Quinn!! —gritó alguien. Ella no conocía esa voz, sin embargo, sintió la imperiosa necesidad de girar a verlo.
Estaba cansado, parecía haber corrido por mucho tiempo. Tenía flexionadas las rodillas y respiraba de forma irregular. Ella tomó su dije, que brillaba mucho más que otros días.
—¿Otra vez tú? —gritó Phill. Jamás en su vida le había visto gritar de esa forma.
—¿Qué pasa? —susurró Quinn, no entendía qué estaba pasando, pero no se sentía en peligro.
El muchacho, por lo poco que se apreciaba, era algo imponente. Alto y de cabello azul. Le pareció gracioso y tierno el contraste.
Pero tampoco se veía peligroso.
—Te dije que te vayas, voy a llamar a la policía ahora mismo.
—¡No! —El chico en cuestión se negó, aún estaba cansado. ¿Había corrido una maratón? —Solo quiero hablar contigo, Quinn. Por favor.
—¿Aló, Policía? —Phill habló, ella tomó su brazo para detenerlo.
—Gracias, Phill. No es necesario, voy a hablar con él. —Quinn giró a ver a su hermana, para avisar con la mirada que saldría con el muchacho. Brooklyn asintió y le avisó que estaría cerca por si la necesitaba.
Los dos jóvenes se miraron por algunos segundos y salieron del lugar.
—No hay tiempo —repitió. Era la tercera vez que el tipo aparecía en su trabajo. Eran las diez de la mañana. Hora perfecta para ir a molestarlo.
—Pero no entiendo —murmuró Julien—. Dijiste que vaya a buscarla y casi llaman a la policía, ¿qué quieres que haga? No me puedo arriesgar a ir preso.
—Búscala. Ella irá hoy. A las tres. —dijo sin más.
Julien soltó una risa y negó con la cabeza.
—¿Quién eres?
—No hay tiempo.
—¡¡Estás loco!! —gritó, mientras el hombre se iba. El jefe de Julien giró a verlo para regañarlo. —Perdón.
Y miró a su alrededor. Estaba harto de esa vida. Quería experimentar algo nuevo. No tenía nada que perder.
Bueno, podía perder el trabajo, pero la adrenalina pudo más, y se dejó llevar. Así que antes de las tres de la tarde, pidió permiso para salir.
El metro no estaba funcionando, no tenía otro medio de transporte para llegar. ¿Ese era el destino diciéndole que no fuera a buscarla?
—Ya estás aquí, Julien —dijo para sí mismo y asintió.
Entonces, decidió correr. ¿A cuántos kilómetros estaba el centro de la ciudad? ¿Cuatro? ¿Cinco?
Ni siquiera lo pensó, solo se echó a la suerte.
No vio la hora, tampoco el tiempo; las nubes en el fondo, muy en el fondo, empezaban a ponerse grises, eso advertía que pronto iba a llover.
Y llegó. Sudado, con el aliento agitado y las ganas de lanzarse al suelo para descansar, pero llegó.
—¡¡Quinn!! —gritó en cuanto llegó, no sabía dónde estaba, pero sabía que estaba ahí porque su dije empezó a brillar más de lo que debía.
Miró a todos lados, y justo donde estaba el tipo que le había amenazado con llamar a la policía, vio su color favorito en el dije de una chica.
Julien se encorvó un poco, porque estaba demasiado cansado como para poder pensar en lo que acababa de hacer. El dueño de nuevo estaba llamando a la policía, pero él solo quería hablar con ella, y ella accedió.
Y salieron de la heladería en silencio.
El muchacho apenas recuperaba el aliento, pero quiso hacer bien las cosas.
—Uhm, hola, Quinn. Te preguntarás quién soy y qué hago aquí...
—Eres Julien, ¿verdad? —dijo ella. Sin anestesia y de forma directa. Él se asustó. ¿Cómo sabía su nombre?
—Sí, ¿cómo lo sabes? —preguntó.
—Un loco vino a la puerta de mi casa y me dijo un montón de cosas que no entendí. Pero también dijo que debía buscarte. Que eras mi
Julien abrió los ojos y asintió rápido.
—¡A mí igual! ¡Me ha estado acosando todos estos días, cada día venía más desesperado que el día anterior!
—Wow —Quinn se quedó callada por unos segundos y sonrió un poco. Se encogió—. Yo... Yo me rendí el primer día. —Lamentó admitir mirando hacia abajo. —Creo que tuve un mal inicio, pero llegué al bar donde el hombre me dijo que trabajabas, y un señor, que estaba ebrio, me dijo cosas que no quería ni necesitaba escuchar, y me fui. Tuve miedo, yo...
—Lo sentí —dijo Julien y asintió—. Aquel día, vine a buscarte y Phill dijo que llamaría a la policía. Creo que también fue mi culpa, llegué de la nada preguntando por ti, le dije que quería hablar contigo, pero que tampoco sabía quién eras, entonces él se puso alerta. —Julien sacudió un poco el cabello—. El caso es que esto empezó a titilar muy rápido. —Señaló su dije.
Quinn tomó el suyo también, ambos brillaban mucho.
—El rojo es mi color favorito —mencionó ella con una sonrisa.
—Y el mío el azul. —Sonrió Julien—. Él me dijo que eres mi alma gemela —admitió un poco más bajito.
Quinn no pudo evitar sonrojarse.
Tal vez esa ridiculez, como le había llamado antes, sí existía.
—Hola, soy Quinn, mucho gusto. —Estiró su mano.
—Hola, yo soy Julien, igualmente, Quinn.
Tomó su mano también, y como decía la leyenda, en el momento que dos almas gemelas se tocaran, una marca aparecería.
El pulgar de cada uno tocó su dorso, y en aquel lugar, apareció una pequeña mariposa.
Se encontraron.
hey!
no sé cuándo vaya a subir esto, pero en breves subo la siguiente parte.
<3