Destinados a ser [Julinn ☾ soulmates au]

la sala || cinco

Abrieron los ojos. Quinn aún tenía la misma sonrisa, Julien se levantó de golpe para quejarse con Conrad.

—¡¿Se puede saber por qué estaba vestido de conejito?!

—Buenos días, Julien. Es un gusto verte de nuevo —comentó Conrad, le dio un trago a su café—. Yo no manejo la historia, solo los envío ahí.

—Te veías muy tierno, ¿viste que tenías una colita de pompón? —dijo Quinn, y cuando ella habló, Julien no pudo evitar reír un poco.

—Y yo no lo pude ver, ahora necesito un dibujo de esa escena —interrumpió Conrad, tomó más café. Julien lo miró con los ojos entrecerrados.

—Te estás pasando, Conrad. Te las vas a ver conmigo.

—Qué miedo, el conejito me está amenazando. —Movió los brazos fingiendo miedo. Quinn se rio. Julien resopló.

—Esperen, tengo una duda —mencionó Quinn alzando las manos—. No sé si te pasa a ti también, no dije nada la primera vez porque no tenía idea de nada, pero, ¿soy la única que ve todo en blanco y negro mientras está ahí dentro?

Conrad pasó el café que tenía en la boca, miró a ambos y se rascó la nuca.

—¡Es lo mismo que iba a decir! —comentó Julien—. Fue raro. Y otra cosa. —Se revisó el brazo—. ¿Por qué sí tenemos la mariposa y no la frase de blanco y negro?

—No tengo idea —murmuró Conrad.

Ambos jóvenes lo miraron inseguros de lo que decía.

Conrad se encogió de hombros.

—¿Conrad? —Julien lo llamó.

Y Conrad presionó el botón para regresarlos al mundo real.

Ya le encargaría el problema a su yo del futuro.

—¿Hoy no chasqueas los dedos? —preguntó su asistente.

—Cállate.

Y huyó a su oficina.

muchas preguntas y pocas respuestas, eh, conrad?

terrible