El miércoles había llegado para Claudia, estaba tan nerviosa por la última vez que rindió que no pudo dormir en toda la noche, no se mato estudiando toda la noche como la vez pasada pero si dio repasos de vez en cuando.
Salto de la cama, se cambio con el uniforme como siempre y bajo a desayunar, a diferencia de todos los días sus padres no se encontraban debido al viaje de trabajo que tenía su padre y al cual su madre lo acompañó. Se preparó un té con tostadas y se sentó en la barra con el celular en mano mientras terminaba su desayuno.
Una vez fuera de la casa camino hacia el colegio como todos los días, esta vez su mejor amiga no se sentía bien por lo que decidió ausentarse ese día dejando a Claudia sola, a ella no le importaba en lo absoluto, solo iba a estudiar y no a hacer sociales.
Cuando llego al salón de contaduría que tocaba en primer hora los miércoles se puso a repasar un poco antes de que suene el timbre y todos empiecen a entrar, incluido el profesor.
Estaba concentrada en su lectura hasta que escucho l voz que menos quería, haciendo que instantáneamente le doliera el estómago de los nervios.
- Hola chicos, ¿cómo están?. Bueno, saben que hoy tenemos el examen otra vez para los que sacaron entre 5 o 6 y tener la posibilidad de pasar este trimestre.
Ahora les voy a entregar los exámenes anteriores y los que sacaron esas notas se sientan del lado derecho, los que aprobaron del lado izquierdo
El profesor fue entregando todos las pruebas corregidas y los alumnos fueron poniéndose en sus correspondientes lugares. Claudia se situó en el lado derecho con todos los nervios recorriendo su cuerpo.
- Profesor, ¿por qué Claudia está de este lado si ella ni siquiera llenó el examen? -pregunto Stephanie con su voz irritante
- Porque la señorita Mileghar se sentía mal la clase pasada y tiene la posibilidad de rendirla otra vez, ¿algún problema alumna?
- Si, no me parece justo que ella esté acá si no puso ni un poco de empeño en completar la hoja del lunes
- Si no le parece como me manejo en mi clase puede agarrar sus cosas y retirarse del aula -atacó el profesor con la voz totalmente firme
Stephanie en ese momento supo que tenía que guardar silencio y se sentó en su banco sacando las cosas necesarias de su mochila. Claudia tenía una sonrisa victoriosa en el rostro y miraba a su compañera con desprecio.
El profesor paso banco por banco con la cara totalmente seria y firme, llegando al lugar donde Claudia no compartía con nadie, depositando la hoja y antes de retirarse dandole una sonrisa confortante.
- Bien chicos, empiecen. Tienen los 40 minutos como la clase pasada y si llego corrijo algunos los 20 minutos restantes y los demás los corrijo en la siguiente hora.
Los alumnos empezaron a rellenar lo más rápido que se podía, en el salón de clases solo se escuchaban los lápices raspando contra la hoja y las respiraciones nerviosas de algunos.
Claudia miro cada pregunta con detenimiento y empezó a contestar algo insegura de sus respuestas, se dio cuenta que había estudiado algunas fórmulas de mas y se le empezaron a mezclar con las correctas pero de igual forma relleno todo el examen.
- Bueno chicos, se termino el tiempo. Dejen las pruebas arriba del escritorio ordenadamente y vuelvan a sus lugares.
La única que faltaba entregar el examen era Claudia, estaba muy insegura de sus respuestas y tenía miedo que el profesor se burle de ella por no saber responder con exactitud.
- Profesor, ¿me puede prometer una cosa? -mencionó la alumna mientras iba dejando lentamente el examen en el escritorio junto a los demás
- Si señorita Mileghar, ¿qué pasó? -pregunto el profesor mientras dirigía su mirada hacia la de la alumna
- Que no se va a burlar por las respuestas que puse, no creo que estén bien y quiero que sepa que no soy una inútil, simplemente me puse nerviosa -Hablaba lentamente Claudia mientras desviaba el contacto visual, sintiéndose totalmente desprotegida
- ¿Como me voy a burlar por escribir mal las respuestas? Nadie nació sabiendo todo en esta vida, por eso estamos en el colegio, para aprender, no lo tengo que jurar porque nunca se me cruzaría burlarme -comentaba lentamente Liam con un tono reconfortante
- Lo se, pero.. solo necesitaba decirle eso, ¿me puede prometer otra cosa? - Levantaba lentamente la vista Claudia mientras hacía la pregunta, poniendo ojos suplicantes
- ¿otra cosa más? -se reía el profesor mientras miraba a la alumna con intriga
- Que la va a corregir en la próxima hora, por favor
- Lo prometo
- Gracias profesor, en serio gracias
- No hay porque darme las gracias, anda a tu lugar por favor
Claudia se retiró hasta su lugar, sintiéndose mal de repente y totalmente tonta. Trato de dibujar, de escuchar música pero nada servía, se distraía fácil viendo si el profesor cumplía su promesa. Sin embargo, el profesor esquivaba el examen de ella tal como lo prometió.
El fin de la hora llegó y todos salieron del salón a paso veloz, Claudia guardaba sus cosas lentamente porque no tenía apuro ni ganas de salir al receso, mirando por última vez al profesor. Esta vez, Liam estaba dando un repaso rápido con la vista al examen de claudia, saliendo rápidamente del salón.
Las clases pasaron lenta y dolorosamente aburridas, la última que tocaba era filosofía y era la menos tediosa del día. Terminando de hacer los puntos pedidos por la profesora, Claudia pudo irse 10 minutos antes que termine la clase con la excusa de que se sentía muy mal, se llevaba bien con la profesora así que no tenía problema.
Agarro sus útiles y los deposito en su mochila lo más rápido que podía, el patio estaba totalmente solitario debido a que todos estaban en clase y las rejas no abrían hasta el horario así que no tenía otra opción que quedarse ahí.
Una vez fuera del salón de clases se dirigió hacia el lugar que ella amaba, a la mesa que había debajo del árbol. Acomodó sus cosas y sacó sus auriculares para entretenerse en algo.
Disfrutaba de la música con los ojos cerrados hasta que una sombra le tapó el poco sol que le daba en los ojos, lentamente los abrió y cuando se encontró con la figura del profesor Payne frente a ella los dolores de estómago volvieron.
- Señorita Mileghar, ¿otra vez rebelde? -se burlaba el profesor tratando de amortiguar lo que se venía
- Esta vez no, solo me sentía mal y como termine los ejercicios antes la profesora me dejó salir 10 minutos
- Me parece perfecto, bueno, usted sabrá que yo vine por algo
- Profesor, usted vino a entregarme el examen y a decirme que soy una inútil, no necesito que alargue la conversación para decirme algo que ya se -se excusaba Claudia tratando de sonar fuerte, pero en realidad las lágrimas le picaban
- Señorita ya le dije que nunca voy a decir eso, le expliqué el porque. Vine a entregarle su examen y que usted vea en lo que se equivocó, no lo hizo mal y no por eso usted va a repetir de año y todo el mundo la va a odiar -explicaba el profesor mientras extendía la hoja con la calificación
Claudia analizó la nota y sus lágrimas cada vez picaban más detrás de sus ojos, el 5 en rojo y las equis marcando los errores le dolía cada vez más, ella se había esforzado para aprobar y sin embargo no fue suficiente. Era una inútil como todo el mundo se lo dijo alguna vez.
- Si no le molesta profesor, necesito estar sola -Hablo firme Claudia, pero la verdad quería estar sola para poder llorar sin que nadie la viera
- Si, solo.. no es una inútil por no saber una fórmula que nadie atinó -dicho esto se retiró lentamente del área, pero en realidad no se fue del todo
El profesor se alejó lo suficiente para que claudia no lo vea pero el si a ella. La vio mientras se desmoronaba en el asiento con sus auriculares rompiendo sus tímpanos y sus lágrimas comenzando a salir descontroladamente. La vio mientras se golpeaba lentamente la cabeza con la palma de su mano y repetía cosas inaudibles pero no debía ser nada lindo.
Claudia rompía su examen con furia, no con el profesor, sino con ella. Se repetía una y mil veces que nunca iba a llegar a nada, no se lo repetía con su voz, la repetía con la voz de Jacobo. Por una parte ella quería aprobar para su mejor amiga pero en realidad quería aprobar para demostrar que no era ninguna idiota cómo el decía, simplemente le dio la razón esta vez.
El profesor se sintió mal de ver así a una alumna, no podia simplemente ignorar el hecho de que le dolió ver cómo una persona se sentía tan inútil, recordó a esa chica que lentamente se desmoronaba al igual que Claudia por las notas.
Se fue de ese lugar, no podía simplemente ver a su alumna deteriorándose por lo mismo, se fue con la mala sensación palpitando cuando en realidad sin saber porque sólo quería abrazarla y decirle que todo iba a estar bien.
Cuando faltaban 3 minutos para la salida, Claudia se paró frente a las rejas para salir primero directo a su casa, no quería estar ni un segundo más en ese lugar.
llego a su casa y lo primero que hizo fue agarrar una botella de whisky del mueble de su papa, mandándosela de una sin pensarlo, al principio su garganta ardía como el infierno pero con el paso de los tragos su garganta se fue acostumbrando.
Se sintió lo suficientemente relajada mientras agarraba el celular, cuando vio todas las letras distorsionadas se dio cuenta que no estaba en sus sentidos y tecleó lo primero que se le ocurrió en el buscador de Facebook.
En grande se veía 'Profesor Payne' en el buscador, no se acordaba su nombre pero fue lo primero que se le vino a la cabeza, no apareció al principio pero bajando un poco más pudo ver como aparecía el nombre de 'Liam Payne' con la foto del profesor en este.
Empezó a revisar el perfil con la poca visión racional que tenía y vio que la última publicación fue en 2018, hace dos años. No conforme, al tener ya el nombre decidió ir al buscador de Instagram y cómo pudo escribió 'Liam Payne' en el.
Su perfil apareció segundo, tenía la cuenta en pública y su descripción era simple, tenía solamente la información de su carrera y que era profesor particular. Analizando un poco más encontró el número de el para contacto por profesor particular.
No tuvo el valor ni borracha para agregarlo a sus contactos pero su cabeza gritaba que deslice el dedo hacia el botón azul que aparecía con la palabra 'seguir' en el.
Los tragos empezaron a afectar cada vez más y cómo pudo deslizó su dedo apretando el botón, no sabía que acababa de hacer pero tampoco se inmutó, solamente siguió con su miércoles de tragos por la noche.