Nuestro lugar en el mundo

By Pally_03

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Ser jóvenes no es nada fácil y los alumnos del instituto de Lima están a punto de descubrirlo. Son jóvenes, s... More

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Epilogo: Lopez-Pierce

Reencuentros

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By Pally_03


La chica no pudo evitar sentirse incómoda ante las inquisitivas miradas de las chicas, sobre todo de la rubia de ojos verdes que no le quitaba la mirada de encima.

-Estoy buscando la oficina del Director y las listas-Aclaró intentando captar la atención de las chicas, quienes parecían estar ignorándola, exceptuando a la chica latina que no dejaba de ver a la chica rubia y la rubia que no dejaba de mirarla a ella-¿Saben dónde están?

Quinn, que por fin parecía volver a la realidad, asintió, pasándose una mano por su ya de por si desordenado cabello.

-Te acompañaremos.

-Muchas gracias-Sonrió.

Iniciando una conversación que aparentemente carecía de sentido, las cuatro amigas y la desconocida se encaminaron hacia la pared donde estaban colgadas las listas.

-¿Eres nueva?-Preguntó Marley para romper el silencio que se había formado tras averiguar cual era la asignatura favorita de la chica desconocida.

-Marley, no preguntes cosas tan estúpidas-Pidió Santana, haciendo un gesto elocuente con la mano-Es evidente que sí.

-Sólo me aseguraba-Se excusó la chica, avergonzada.

La chica, que había fruncido el entrecejo ante el comentario de la latina, miró a Marley y negó con la cabeza, dedicándole una sonrisa para restarle importancia a lo ocurrido.

-Discúlpalas-Intervino Quinn-Es que no estamos acostumbrados a ver chicas nuevas entrando a los cursos superiores

-¿De veras?-Inquirió, divertida-Pues supongo que pocas personas se mudan a esta aburrida ciudad.

-¿Te parece aburrida? ¿Por qué?-Cuestionó Mercedes, con fingida incredulidad-

-Yo opino lo mismo, esta ciudad no merece gente tan genial como nosotros-Corroboró Quinn, mientras Marley asentía con efusividad-¡Pero que mal educadas somos, chicas! Ni si quiera nos hemos presentado-Sonrió, dirigiéndose a la joven- Soy Quinn Fabray.

La chica miró a Quinn sorprendida, quien le había guiñado un ojo con complicidad.

-Nosotras somos Mercedes Jones-Se presento la unica de las chicas que no parecia sacada de una revista de modelaje, para seguidamente señalar a la chica que estaba a su lado-Y ella es Marley Rose

-Un placer-Sonrió sin mostrar demasiado interes a las presentaciones.

La joven, que había hecho el ademán de hablar, se vio obligada a callar cuando sintió como la chica rubia le cogía la mano antes de señalar a su amiga latina

-Ella es Santana López-Murmuró, mirándo a su amiga -Es un poco grosera pero es buena persona.

La latina solo hizo un movimiento de cabeza como saludo mientras le sonreia coquetamente a Puck que pasaba por la otra esquina del pasillo.

La chica desconocida no sabía que decir. Pasaba su mirada de unas a otras sorprendida de que no les hubiese reconocido antes. ¿Cómo no se había dado cuenta? Pero antes de que pudiese aclarar nada una voz la sacó de sus pensamientos.

-Siempre en medio Santana-Se quejó Brittany, chasqueando la lengua-¡Cómo no!

-¡Si eres tú la que ha chocado conmigo!-Protestó la morena, incrédula.

-Ya, pero yo no hubiese chocado si tú no hubieses estado en medio del pasillo, molestando como siempre-Terció la joven rubia encogiéndose de hombros-Así que técnicamente la culpa es tuya y sólo tuya.

-Lo haces a proposito ¿Verdad?

Brittany, quien era la persona mas tierna del mundo excepto cuando se trataba de discutir con Quinn y Santana, sonrió de forma infantil, haciendo enfurecer un poco más a la latina.

-Por si no lo has notado, Brittany, ahora mismo estamos muy ocupados para atenderte-Intervino Quinn, dedicándola una sonrisa forzada- Así que... ¡Largate de aqui!

-¿Y se puede saber que es eso tan importante que las mantiene tan ocupadas?-Se burlo de manera sarcástica-No estaran planeando quemar el instituto ¿Verdad?

-¿Por qué?-Cuestionó Mercedes, haciendo una mueca de disconformidad-¿A caso vas a ayudarnos?

La joven Pierce se encogió de hombres, al parecer no demasiado preocupada por la integridad de su centro escolar. En realidad, haciendo cálculos aproximados, tardarían unos tres meses en reformarlo nuevamente y ella estaba dispuesta en empalmar sus vacaciones de verano con las de navidad.

-Estamos acompañando a la chica nueva a la direccion-Explicó Marley

-¡Marley!-Protestó Mercedes, soltando un suspiro de resignación-¿Es que no sabes mantener la boca cerrada?

-¿En serio?

Brittany intentó divisar a la nueva estudiante, pero como los chicas estaban en medio pero no consiguió ver nada.

-¿Y quién es?-Se interesó.

-Una chica-Contestó Mercedes.

-Ya lo sé-Gruñó, molesta-Eso lo he deducido yo solita.

Sin querer, la carpeta que la rubia llevaba entre sus brazos, cayó al suelo haciendo que todos los papeles que tenía dentro quedasen esparcidos.

-Genial-Masculló, sarcástica -Sencillamente genial.

-Bien, ahora que nos has demostrado que estás loca, deja de meterte en nuestros asuntos y lárgate-Ordenó Quinn, comenzando a enfadarse.

Ignorando olímpicamente a a su prima, Brittany se agachó a recoger los papeles siendo imitada por la nueva estudiante, quien se había hecho paso entre las chicas para ayudarla. La rubia, que no había levantado la mirada, sonrió y le dedicó un tímido gracias mientras guardaba los papeles en la carpeta.

-Hola soy...-Brittany levanto la cabeza para mirar, asombrada, a la persona que la estaba ayudando- ¿Rachel?

-Brittany-Concluyó la nueva estudiante, reincorporándose lentamente

Las cuatro chicos se miraron desconcertados, más aun cuando ambas jóvenes se abrazaron con efusividad, olvidándose de ellas y de las hojas que aun permanecían en el suelo.

-Definitivamente son idiotas-Sentenció Brittany, emocionada-¿Cómo no os habéis dado cuenta antes que estabais hablando con Rachel, Rachel Bery?

-Rachel Bery-Murmuró Santana prestando por fin atención ala chica nueva y soltando un silbido tras recorrer con la mirada a la joven de arriba a bajo-Vaya, que cambio.

Mercedes y Marley asintieron sin saber muy bien que decir, mientras Quinn seguía observando a la chica con un deje de incredulidad y escepticismo.

-No-Sentenció finalmente, negando con la cabeza-No podemos estar hablando de la misma Rachel Bery. Imposible.

-¿Por qué?-Cuestionó Marley.

-Porque si no recuerdo mal, y es evidente que no es así, la Rachel Bery amiga de Brittany, era una chica normalita, de voz chillona, con el pelo un poco enmarañado y una mal humor que no podía con el-Explicó, en un tono evidente

-Veo que no exagerabas cuando decías que seguían siendo creídas-Suspiró Rachel, con una mano en las caderas-No han cambiado nada.

-¡Oh sí! Sí que lo han hecho-Le aseguró la rubia, sarcástica- Aun lo son más. Bueno, ¿No tenías que ir a la dirección?-Sonrió, maliciosa- Pues te acompaño. Además, aun tienes mucho que explicarme.

-Seguro-Asintió la morea, terminando de recoger los papeles del suelo- ¿Sabes, Britt? Me alegro mucho de estar aquí.

Brittany le dedicó otra sonrisa, ésta vez mucho más tierna, antes de encaminarse cogidas del brazo hacia el tablón de anuncios. Ni si quiera se molestaron en despedirse de las otras chicas, quienes las siguieron con la mirada con la misma expresión de incredulidad que cuando habían descubierto que otra de sus amigas de la infancia había vuelto a la ciudad después de tantos años fuera.

-Si no era suficiente con aguantar a Brittany, ahora también tendremos que soportar el genio de Rachel-Se lamentó Quinn, alzando las manos hacia el techo- ¡Dios! ¿Por qué nos odias tanto?

////

Con paso pesaroso y con la nueva noticia rondando por sus cabezas, las cuatro amigas volvieron a las escaleras para ocupar sus sitios de antes para seguidamente reJessiear esa interesante conversación sobre chicos en la que se habían enfrascado antes de la intervención de la joven Bery.

No obstante, a los pocos minutos, Sam y su grupito se acercaron a ellos y estos, nada más verlos, se levantaron dispuestos a empezar una pelea si les tentaban un poco.

-Vaya, veo que tenemos una cara nueva en el instituto-Comentó como saludo Jessie St James, el mejor amigo de Sam-¿O debería decir cuerpo nuevo?

Jessie era un chico alto, rubio y de ojos azules y, al igual que sus amigos, muy popular entre las chicas y entre el resto de los estudiantes. Integrante del equipo de fútbol, sentía una especial antipatía por Quinn y Mercedes, aunque Santana tampoco era santa de su devoción precisamente.

A su lado estaba un chico llamado Dave, era un poco más alto y fornido que Jesse y Sam, castaño y de ojos azules. También formaba parte del equipo de fútbol y era tan popular como los anteriores. Sin embargo, Dave se caracterizaba porque era alguien bastante violento y le encantaba provocar peleas.

El último se llamaba Blaine y al contrario que sus amigos, era bajito, muy delgado, castaño, de ojos marrones y no eran deportista ni tan grosero como el resto de sus amigos, ademas no parecia prestar atención a las chicas del instituto. Era el hijo de una gran amiga de la madre de Sam y asi es como se habia convertido en amigo de ellos.

-A Rachel ni te acerques-Le advirtió Quinn, señalándole con el dedo.

-Así que se llama Rachel ¿Eh?-Sonrió Dave, burlón-Interesante.

-Si lo que quieren es que los avergozemos delante de toda la clase solo pidanlo-Les aseguró Santana con aparente cordialidad-Hoy me siento especialmente caritativa.

Las cuatro chicas rieron por el comentario mientras el grupo de Sam hacía muecas de disconformidad. Sabían que la latina hablaba en serio y, aunque ellos no le tenían ningún miedo, tampoco podían ir directos a dirección el primer día de instituto.

-Que violentas-Comentó Blaine, siendo indiferente a la discusión.

-¡Tú cállate!-Le exigió Marley.

Blaine se encogió de hombros y miró a sus amigos prediciendo una nueva intervención que no se hizo esperar.

-Contéstame a algo, Fabray-Pidió Sam, acercándose a la chica- No podemos acercarnos a Brittany, ahora tampoco a la tal Rachel... ¿Cuantas protegidas tienen ya?

-Tú sólo aléjate de ellas y no tendrás problemas-Le advirtió-Nada más.

////

Tras arreglar los últimos detalles del horario de la morena, Brittany y Rachel se dirigieron hacia la cafeteria, lugar donde esperaban encontrar a los amigos de la rubia.

-La verdad es que aunque me haya metido con ellas, no me extraña que no te hayan reconocido-Admitió la rubia, mirando a su amiga con admiración- Estás muy cambiada. Incluso con las fotos, me ha costado reconocerte.

-A mí también a ti-Sonrió Rachel, abrazándola- Estás guapísima.

-Gracias.

-Aunque a los que más me ha costado reconocer han sido a las idiotas estos-Admitió Rachel-Están guapisimas tambien, la verdad. Incluso Quinn.

-Especialmente Quinn-Insistió Brittany, recordando la opinión que tenían los estudiantes de la actual capitana del equipo de fútbol femenil- Sí, es evidente que físicamente han cambiado ¡Y a mejor!

-¿Físicamente?

-Claro, porque mentalmente siguen atascadas en los tres años-Contestó con naturalidad haciendo que Rachel soltase una carcajada-Por cierto, Mike está cogido-La advirtió, deteniéndola al entrar a la cafeteria.

Sus amigos le hicieron un gesto con la mano desde la mesa del fondo y ambas chicas se acercaron sin borrar la radiante sonrisa de su rostro.

-¡Nos ha tocado juntos!-Exclamó Tina, abRussellzándose sobre su amiga con efusividad-¡Nos ha tocado juntos!

-Lo sé-Corroboró Brittany, correspondiendo al abrazo de su amiga-Acabo de verlo en las listas.

Los dos chicos, que hasta el momento habían estado observando la escena avergonzados, se unieron al abrazo. A esas alturas todos los presentes en la cafeteria miraban extrañados y sorprendidos la situación. Nada más separarse volvieron a sus asientos y Brittany hizo un gesto con su mano para que una sorprendida Rachel se acercase.

-Les presento a mi queridísima amiga Rachel.

La morena les saludó con la mano a la par que gesticulaba un "Hola" al que los cuatro aludidos correspondieron con una sonrisa, alegres por tener por fin a la famosa Rachel Bery frente a ellos.

-Soy Kurt-se presento el joven- Bienvenida de nuevo a Lima.

-Muchas gracias-respondió Rachel.

-Pues yo soy Artie-se presentó- Me alegro de conocerte al fin, Britt nos ha hablado mucho de ti.

-Lo mismo digo-contesto sorprendida.

-Soy Mike-continuó su amigo.

-¿Tu eres el que esta cogido?-pregunto más bien para si misma que para los demás, pese a que el resto pudo oírlo.

Brittany asintió mientras que Mike y Tina enrojecían por momentos.

-Lo siento-se disculpo la morena al darse cuenta de que había metido la pata.

-Yo me llamo Tina-se presentó la chica asiatica aún muy avergonzada.

-Rachel también irá con nosotros-informó Brittany.

-Que bien-dijo Kurt- Sin ninguna duda, será un curso muy divertido.

Brittany y Rachel cogieron otras sillas y se sentaron junto a sus amigos a la espera de que tocase la sirena para entrar a clase y comenzar con las clases.

////

Quinn apretó los puños y miró a sus amigas con complicidad. Los ocho estaban haciendo un gran esfuerzo para no pelearse entre ellos y así no ser llamadas al despacho del director el primer día de clase.

No obstante, la actitud protectora de Quinn y Santana respecto a la nueva estudiante, había intrigado a Sam y a su grupito, quienes les observaban con evidentes expresiones de curiosidad.

-No entiendo porque defienden a una chica que acaban de conocer-Reclamo Jessie, pasando su mirada por cada uno de los chicas.

-Nosotros ya la conocíamos-Aclaró Marley.

-¿De veras?-Preguntó Dave, con falsa sorpresa.

El chico miró a sus amigos con malicia y todos pudieron adivinar lo que estaban pensando. Ese detalle recién descubierto resultaba un nuevo atractivo para el grupito de Sam. Desconocían si esa chica era amiga o una simple conocida de las chicas pero se divertirian acercandose a ella para molestar mas a Quinn y sus amigas.

-De todos modos ese no es el caso-Intervino Quinn, tensa-Es amiga de Brittany y ni a sus amigas ni a ella se las toca.

-¿Con que derecho?-Sonrió Sam, melodramático-Es Brittany la intocable.

-Más de uno pagaría por tener algo con ella-Comentó Dave, relamiéndose los labios.

-Yo me incluyo-Corroboró Sam, divertido.

-Pues te vas a quedar con las ganas-Se burlo la latina-Porque ni aunque le pagaras ella se acercaría a ti.

La sonrisa de Sam se borró de forma instantánea dando paso una expresión que denotaba la furia y la humillación que sentía tras el comentario.

-Yo no estoy tan seguro-Murmuró finalmente, prácticamente arrastrando las palabras-Pero tranquilas, que tendréis el honor de ver como besará el suelo que piso dentro de poco.

Santana y Quinn apretaron los puños con fuerza no muy convencidas de que pudiesen soportar las provocaciones de Sam por más tiempo. Quizás por eso fue una fortuna que sonara el timbre que daba inicio a la clase.

-Hoy has tenido suerte-Musitó Quinn, amenazando con el dedo al líder del otro grupo-Pero cuidadito, que algún día la suerte te abandonará y yo estaré ahí para reirme de ti.

-¿Es una amenaza?-Se mofó el aludido.

-Considéralo una advertencia-Aclaró Santana, a quien no le caía nada bien el chico.

Sam sonrió y, tras hacerles un gesto burlón en señal de despedida, subieron las escaleras que daban a la entrada del edificio con ese aire chulesco que les caracterizaba. Sólo Jessie se giró unos instantes, también con una sonrisa en los labios aunque la suya derrochaba malicia.

-Por cierto, por si no lo saben, nos ha tocado en la misma clase.

-Desgraciadamente-Comentó Santana, sarcástica, chasqueando la lengua-Supongo que no esperarás que me ponga a llorar de la alegría ¿No?

Jessie soltó una carcajada antes de proseguir la marcha seguidas a cierta distancia por las cuatro chicas. Después de todo iban al mismo sitio. Otro año más en la misma clase. Eso si era tener mala suerte.

Al entrar comprobaron con cierta indiferencia que el aula era un poco más grande que la que habían tenido el curso pasado. No obstante, al igual que el curso anterior, las mesas estaban colocadas de dos en dos por lo que se sentaron en parejas. En la parte de las ventanas Quinn y Santana y detrás de ellas Mercedes y Marley. En el otro lado de la clase, justo detrás de Brittany y Rachel, se sentaron Sam y Jessie y sucesivamente Dave y Blaine.

-Brittany-Llamó Sam, inclinándose hacia delante-¡Eh, nena!

La joven Pierce le ignoró completamente y siguió hablando con Rachel sin inmutarse. Estaba demasiado acostumbrada a su actitud y ella a ignorarle.

-¿Quiénes son?-Le susurró Rachel cuando se aseguró que el chico no las oía.

-Los idiotas de turno y la versión masculina de Quinn y las otras imbéciles-Contestó Brittany con simpleza, encogiéndose de hombros-

-¿La versión masculina? ¿A que te refieres?

-Pues a que estos cuatro que tenemos detrás también se creen que el mundo esta a sus pies-Explicó la chica, haciendo una mueca- Vamos, se llevan mal porque son los ocho igual de populares.

-En resumen, igual de imbéciles-atajo Rachel.

-Has dado en el clavo-Sonrió, guiñándole un ojo-Y será mejor que sepas algo más de lo que pasa en este instituto antes de que empecemos de verdad. Mira un momento hacia donde están Quinn y las otras.

Rachel giró la cabeza y miro al mismo punto donde miraba desde hacia unos segundos su amiga. Los cuatro perfectos estaban, como no, tonteando con las chicas mientras que ellas sonreían pícaramente.

-¿Y estos?-Preguntó la morena, frunciendo el entrecejo-¿Quiénes son?

-Los perfectos-respondió Brittany haciendo comillas con los dedos- O como yo digo, una prueba de que los chicos pueden ser más tontos de lo que nos pensamos-Chasqueó la lengua-Son los chicos más populares del instituto y te aseguro que no exagero cuando te digo que no hay nada que las chicas no estén dispuestos a hacer por ellos. Los adoran.

-¿Tanto como tú?-Se burló Rachel, comprendiendo la aversión que su mejor amiga sentía por ellas.

-No, no creo que eso sea posible-Rió, sarcástica.

Las dos chicas volvieron a centrar su atención en los perfectos y los chicas, pero la persistente voz de Sam que comenzaba a taladrarles la cabeza obligó a Brittany a girarse hacia él, ya enfadad.

-¿Qué quieres?

Los dos chicos se miraron y rieron mientras la joven Pierce les miraba con el entrecejo fruncido.

-Es evidente ¿no?-contestó Sam, inclinándose nuevamente sobre la mesa para estar más cerca de ella- A ti.

-Lo que si que es evidente es que has tenido que coger una insolación bien fuerte este verano, porque estás más idiota de lo normal-Respondió Brittany, soltando un bufido-¿Qué parte de "déjame en paz" no has entendido?

La rubia le encaró durante unos instantes pero al ver que el chico no contestaba se giró nuevamente para darles la espalda tal y como estaba haciendo su amiga.

-Vaya, la gatita a sacado las uñas-Comenzó Jessie, burlón.

-Tú preocúpate de tu leona que ya me encargaré yo de amansar a mi gatita-Le advirtió, huraño.

Le gustaba mucho la actitud de Brittany, tímida pero a la vez desafiante, pero había algunas veces que conseguía sacarle de quicio. No le gustaba que le dejasen en ridículo delante de nadie y la joven Pierce era la única que lo hacía sin recibir represalias.

"Y todo por que tiene un culo..."Pensó, mordiéndose el labio inferior.

-Esa déjamela a mí-Se pavoneó Jessie, señalándose a si mismo con suficiencia-En un par de días te aseguro que será la que me acompañe en mi nuevo paseo por las estrellas.

Los dos chicos estallaron en sonoras carcajadas y las chicas, que habían oído la conversación, se miraron y fruncieron el ceño. No obstante Jessie no tardó en demostrar que no era persona a la que le gustase perder el tiempo. Ayudándose de la mesa, se inclinó hasta acercarse a la morena y comenzó a soplarle por el cuello, algo a lo que ella respondió pegando un pequeño salto en su asiento.

-¡¿Pero que haces?!-Exclamó, captando la atención de algunos de sus compañeros- ¿Te estás desinflando o qué?

El aludido, que tenía los ojos desmesuradamente abiertos a causa de la sorpresa, se dejó caer sobre su asiento siendo vigilado por Rachel, quien le observaba desafiante.

-No lo entiendo-Murmuró Jessie, dudoso-Esto nunca falla. Les gusta a todas las chicas.

-Pues ya ves que a mí no-Contraatacó molesta-Así que no tantas confianzas. La puerta de la clase fue atravesada por un profesor de unos treinta años.

-Buenos días-saludo para luego sentarse en la silla de su escritorio.

-Buenos días-respondieron a coro los alumnos.

-Soy el profesor William Schuster y sere su tutor durante este curso-explicó- Para los que no me conozcan les advierto que no quiero recibir ninguna queja de ningún profesor ¿Queda claro? Se espera mucho de ustedes y no quiero que me defrauden.

////

Quinn y sus amigas nada más abandonar el instituto, fueron a su punto de encuentro, un parque próximo al centro escolar donde habían quedado con "los perfectos".

-Las chicos se retrasan-Comentó Marley, mirando su reloj de muñeca.

-Se habrán entretenido en el campo-Opinó Santana, encogiéndose de hombros-Ya los conoces.

Ignorando la mirada crítica que la rubia le dirigía, extrajo un cigarrillo de la caja roja que llevaba en uno de los bolsillos y se lo llevó a los labios, tanteando los bolsillos en busca de su mechero.

-No me gusta que fumes-recordó Quinn, al ver como la latina encendía el cigarrillo.

-Déjalo ya Q-Replicó la latina soltando el humo-Nadie va a conseguir que lo deje, así que deja de intentarlo.

Quinn hizo una mueca de desagrado, gesto que Santana prefirió ignorar. Después de todo ambas sabían que Santana era testaruda como nadie y que cuanto más le decían de no hacer una cosa más ganas tenía de hacerla.

-¿Dónde estarán los chicos?-Repitió Marley, desesperada.

-Ahí vienen-Indicó Mercedes, señRusselldo en una dirección con la cabeza.

Sus tres amigas dirigieron la mirada en la misma dirección que Mercedes indicaba y soltaron un suspiro de resignación cuando Santana se inclinó un poco sobre Marley para murmurarle un audible "Te lo dije".

Los cuatro chicos, cargaban su bolsa de entrenamiento y sin dejar de reír por el comentario de uno o de otro, se acercaban a ellos sin preocuparse por haber llegado más de veinte minutos tarde. Estaban acostumbrados a que las chicas las esperasen.

-Perdón por el retraso-Se disculpó Jake por compromiso -Pero es que hemos estado entrenando una nueva rutina en el ejercicio y no nos hemos dado cuenta de el paso del tiempo.

Los chicos, que sólo soltaban monosílabos para fingir que les prestaban atención, soltaron un suspiro de alivio cuando Nicole les mostró la última prenda que habían comprado. Habían sido unos minutos interminables y sólo al joven Pettigrew parecía gustarle ese calvario.

Finn, que había notado a Quinn más callada que de costumbre, se acercó a ella y le dio un intenso beso en los labios.

-¿Qué pasa, guapa? –Preguntó Finn, rodeando la cintura de la chica.

- No es nada-Negó la rubia sonriendo ligeramente.

Finn frunció el ceño y le miró de forma inquisitiva. Sospechaba que algo le pasaba a la chica, pero no le importaba lo suficiente como para seguir insistiéndole. Además, Quinn sólo era un rollo para el, el mejor posiblemente, pero nada más.

-Me alegro-Dijo alegremente para seguidamente dirigirse al Santana, quien había encendido otro cigarrillo-¿Me das una fumada?

La latina asintió y le paso el cigarrillo a Finn, quien no tardó en llevarse el cigarro a los labios. Quinn negó con la cabeza, exasperada, pero no tuvo más remedio que tolerar que ya no sólo su mejor amiga fumase sino también el chica con el que se enrollaba muy a menudo.

"Pienso ponerle un altar a quien consiga que Santana deje de fumar" Pensó, divertida por su ocurrencia "Lo prometo"

-¿Y bien?-Pregunto Ryder-¿Vamos a quedar esta tarde?

////

Brittany y Rachel, tras despedirse de sus amigos, se dirigieron a casa de la primera. Durante el trayecto, la joven Bery estuvo contándole a su amiga como era Francia y un breve resumen de su vida durante esos casi seis años.

-Y nada más-concluyó, soltando un suspiro-Esa es la monotonía de mi vida. Ya podría pasarme algo interesante por una vez.

-Ya, claro, seguro que hay algo que no me has contado-Dijo Brittany, maliciosa.

La pelirroja la miró y le guiñó un ojo siguiéndole la corriente pese a que ambas sabían que la única emoción que había vivido había sido cuando se le había colado una cucaracha en su casa y había intentado matarla durante horas.

-Así que viniste antes para darme una sorpresa ¿no?-dijo Brittany con una sonrisa en sus labios- Pues lo habéis conseguido.

-Me alegro.

Las dos chicas se abrazaron durante unos segundos y siguieron caminando alegremente. De verdad que estaban muy contentas de volver a estar juntas.

-¡Pero que rabia!-Se lamentó Brittany, haciendo una mueca-Queríamos prepararte una fiesta de bienvenida para darte a ti la sorpresa.

-Eso es lo que pasa cuando tienes amigas tan listas como yo-Bromeó la morena con fingida arrogancia-Corres el riesgo de que se te adelanten.

Se detuvieron frente a le entrada de la bonita casa Fabray durante el tiempo que tardó Brittany en sacar las llaves de su pequeña mochila para seguidamente introducir la correcta en la cerradura.

Rachel miró el recibidor de los Fabray con curiosidad. Hacía años que no entraba en aquella casa y lo cierto es que no había cambiado demasiado. Seguía siendo tan acogedora como siempre y transmitía esa sensación hogareña que tanto le gustaba.

-¡Ya estoy aquí!-Avisó Brittany, cerrando la puerta tras de sí-¿Judy? ¿Russell? ¡Traigo compañía!

Unos pasos apresurados se oyeron cruzar el salón hasta detenerse en la entrada de la habitación, que unía la entrada con el salón. La señora Fabray, vestida con un elegante traje de falda y chaqueta, sonrió emocionada y se acercó a las chicas para seguidamente abrazar a la joven Bery con ternura.

-Me alegro de verte, cariño-Le susurró al oído.

-Lo mismo digo-Contestó Rachel, correspondiendo al abrazo-Me alegro de estar de nuevo en casa.

-Y yo me alegro de que estés aquí-Aseguró la mujer, separándose de ella lentamente-Sobre todo porque ya sabes que soy malísima guardando las sorpresas y me ha costado mucho resistirme y no contarle a Britt que venías.

-¿Cómo?-Cuestionó la rubia, desconcertada-¿Me estás diciendo que ya lo sabías?

Su tía asintió de forma culpable y con una expresión angelical que a Brittany le puso la piel de gallina.

-Se lo dije un día que te llamé y, como no estabas en casa, hablé con ella-Explicó Rachel, juntando las manos en un gesto de disculpa-Lo siento, pero quería darte una sorpresa y le pedí que no te lo dijera. ¿Nos perdonas?

-¡Claro que sí!-Exclamó Judy, abrazando a su sobrina- Si mi Britt es un sol. Además, para que veas que no somos tan malas, ya había acordado con Rachel que hoy se quedaría a comer. ¡Esa es mi sorpresa! Y voy a hacer una receta nueva que he leído en la revista.

La mujer estrechó a su sobrina-quien comenzaba a adquirir una tonalidad rojiza- con más fuerza antes de soltarla finalmente para permitirle respirar. Brittany, que agradeció enormemente el sentimiento de libertad, soltó un suspiro y correspondió con otra la sonrisa que Rachel le dedicaba.

-¿Seguro que te quieres quedar a comer?-Cuestionó Brittany, recelosa- ¿O a caso no recuerdas que Judy no es precisamente diestra en la cocina?

-Así que era por eso-Comentó la morena con fingida sorpresa-Desde que Judy me propuso quedarme a comer tenía una extraña sensación, como si me esperase un peligro ¿Entiendes? Debe ser eso.

-Instinto de supervivencia-Opinó la rubia con convicción-Sin duda debe de ser eso.

-¡Oye!-Protestó la señora Fabray, sin poder disimular una pequeña sonrisa.

Nuevamente la puerta de la casa Fabray se abrió esa mañana, dando paso a las cuatro perfectas, quienes entraron a la casa entre comentarios algo groseros y bromas.

-¡Ese lenguaje, Quinn!-Le reprendió Judy, fulminándole con la mirada antes de mirar al resto con cariño-¿Qué tal les ha ido el día?

-Como siempre-Contestó Santana con simpleza, encogiéndose de hombros.

Las miradas de Quinn y Rachel se encontraron y la chica le hizo un gesto con la cabeza en señal de saludo, acercándose a su madre para darle un beso en la mejilla. Judy, que no se había percatado del gesto de su hija hacia la morena, se acercó a ésta y le pasó un brazo por los hombros, acercándola un poco más hacia sí.

-¿Y bien?-Apremió la mujer, mirando a las chicas de forma inquisitiva-¿No vas a decirle nada a Rachel después de tanto tiempo fuera de la ciudad? ¿O es que a caso no se acuerdan de ella?

-Ya nos hemos visto en clase-Explicó la joven Bery, mirando a Quinn con una sonrisa maliciosa en el rostro-Pero no, no me habían reconocido.

-¿De verdad?-Judy pareció decepcionada pero no tardó en volver a sonreír- Bueno, aunque con lo cambiada que estás es normal. Casi no reconozco a esa niña que llevaba trenzas. ¡Estás guapísima, cariño!-La mujer miró a su hija- ¿Verdad Quinn?

La chica se encogió de hombros y miró hacia otro lado no muy dispuesta a darle el gusto a su madre.

-Adolescentes-Masculló irritada, mirando a los amigas de su hija-Por cierto, ¿Se quedan a comer? Vamos a celebrar el regreso de Rachel.

-Claro-respondió Santana.

-Yo también-contestó Mercedes-Pero tengo que consultar a mi madre.

-Y yo-corroboró Marley, asintiendo con efusividad.

-Pues ya saben donde está el teléfono-Sonrió la mujer, dirigiéndose hacia la cocina-Llamar y comemos en media hora.

Judy les hizo un gesto con la mano antes de desaparecer tras la puerta de la cocina. Las seis chicas se miraron entre ellos y suspiraron. Así que otra vez volvían a estar juntas. ¿Sería cosa del destino?

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