T U S E C R E T O
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Pasaron las semanas y ninguno sabía del otro.
Me dolía no tenerte
Una tarde vino tu hermana a hablarme sobre algo que le daba sentido a todo.
Después de aquella charla, todo estuvo más claro para mí.
Por eso abría y cerraba los puños cuando iba a perder el control.
Por eso su enojo era demasiado.
Por eso fue así de cruel conmigo.
Pensé.
Tú jamás me dijiste que sufres un trastorno explosivo intermitente.