The redhead

MaiaRubio

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Ella es pelirroja, sus ojos son azules y su piel demasiado blanca. No es de la ciudad, eso es seguro. Jamas... Еще

Nota
Prologo
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20.
21.
Epilogo

15.

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MaiaRubio

XV.

El martes de la siguiente semana, Savannah recibió una llamada de la academia de artes. La presente había sido para informarle a Savannah que había sido admitida en música y debería asistir a clase dos días a la semana al igual que ballet. A pesar de haber sido admitida en ballet sabía que debía perfeccionar y mejorar su estilo ya que hacía años no practicaba. Savannah le informo de la noticia a Evelina, quien se sintió muy orgullosa de Savannah y aseguró que practicar ballet la haría liberarse un poco de tanto estrés y mejorar su autocontrol.

Durante la semana los estudiantes estuvieron impacientes, deseaban saber los resultados de las pruebas trimestrales pero ningún profesor les daba respuesta alguna. Por fin el viernes estuvieron pegadas las respuestas en la pancarta de información, las hojas se dividían en clases básicas, intermedias y avanzadas.

— ¿Por qué hay tanta gente aquí? —preguntó Savannah al llegar a la fuente donde se hallaba Annette sentada junto a Megara.

—Salieron los resultados trimestrales. Todos se están matando por ver las notas —le explico Annette.

— ¿Ya vieron sus resultados?

Annette negó observando el tumulto de gente.

— ¿Le encuentras algún sentido a meternos entre todos y empujar para ver los resultados? Se supone que somos gente civilizada —especuló Megara con arrogancia—. En el almuerzo ya no habrá nadie en la pancarta, y nosotras podremos ver sin tener que matarnos.

Juntas se dirigieron a clase de Filosofía avanzada. El profesor contaba una aburrida historia sobre la filosofía medieval, su tono era monótono y estaba haciendo que los estudiantes comenzaran a bostezar.

Noha: Hoy te ves más linda que nunca.

Savannah recibió el mensaje y su sonrisa salió como por arte de magia. Miro a Noha en el asiento al otro lado del salón, le sonreía coquetamente.

S: No es verdad. Tienes el síndrome del enamorado.

Noha soltó una risilla que Savannah alcanzo a escuchar al otro lado del salón.

Noha: Puede ser…

Savannah había caído en todo el centro, era oficial que estaba enamorada de Noha, era algo tan nuevo para ella y tan hermoso que no parecía real. Permaneció observándolo por unos segundos, mirándolo fijamente a los ojos. Luego le llego otro mensaje y rápidamente lo reviso esperando que fuese de Noha.

Sami: Hermana ¿Estás ahí?

Pero en realidad al ver este mensaje su sonrisa se borró, no solo porque no hubiese sido de Noha sino porque generalmente los mensajes de Samantha no solían ser los más alentadores sino los más preocupantes. Hablaban varias veces a la semana para saber cómo estaba la otra, y por lo normal la  más cuerda siempre era Savannah.

Sami: Hoy fue mi última cita con el psiquiatra (: Dice que me ayudaran y estaré mejor.

Savannah frunció el ceño ante la noticia, ella seguía sin creer que su hermana estuviese loca. No necesitaba ninguna ayuda.

S: ¿Te ayudara quién?
Sami: ¡No sé! Pero me aseguró que estaré bien y me mejorare.

Savannah tenía un mal presentimiento, algo le olía mal.

S: Avísame si necesitas algo, te extraño.

Al finalizar la clase, recibió un acogedor abrazo y un cariñoso beso en la mejilla por parte de Noha antes de dirigirse a su siguiente clase. El cariño de Noha era mejor que un energizante para ella. Llegada la hora del almuerzo, Annette, Megara y Savannah se acercaron a la pancarta de información, la cual, efectivamente estaba totalmente vacía.

—Llego la hora de la verdad —Megara fue la primera en acercarse a ver sus resultados, hubo un silencio y al final gritó de la emoción— ¡Aprobé todas las materias!

La siguiente fue Annette, leyó las notas en voz baja y su nota más baja había sido Filosofía con Aceptable, lo cual le era indiferente.

Por ultimo Savannah busco su nombre entre las clase avanzadas y leyó sus notas. Asombrosamente había tenido todo en Sobresaliente. Ni ella misma se lo creía.

—Todos quemándonos las pestañas estudiando para los exámenes; esta no estudia ni el título y saca Sobresaliente en todo –protestó Megara indignada e incluso un poco celosa.

—Pues, yo propongo que festejemos por haber aprobado los exámenes trimestrales y no tener que venir a clases de refuerzo en las vacaciones.

—Annette tiene razón —corroboró Megara.

—Y sé perfectamente como lo vamos a celebrar hoy —por su mirada traviesa y la sonrisa socarrona, era notable que las intenciones de Annette no eran las mejores.

Savannah no sabía a donde querían ir Annette y Megara para celebrar. Buscando la ropa adecuada en su armario encontró un short comprado por su padre para que variara un poco con las faldas. Se vistió con el short deshilachado y un top-crop. Al descender al lobby por el elevador, espero ver la monstruosa camioneta de Annette estacionada en la puerta del edificio, pero en lugar de eso vio como un Audi gris ocupaba su lugar.

— ¿Qué es esto? —inquirió Savannah atónita.

—Mi auto —el tono caprichoso con el que Megara hablaba desde el asiento del conductor le hizo saber  Savannah que disfrutaba de presumir su lujoso auto—. Jamás lo llevo al colegio porque no quiero que los demás se den cuenta que en verdad soy una “niñita mimada de papá”. Me lo regalo en mi dieciseisavo cumpleaños.

¿Okay?

—Su papá es banquero —comentó Annette como si fuese un secreto desde la silla del copiloto.

—Entonces, ¿Te subes?

Savannah se sentó en la silla trasera del auto atónita por la faceta de Megara que acaba de conocer, era hija de ricachones y siempre le daban gusto en todo lo que quería; a pesar de su arrogancia lo sabía disimular muy bien.

Megara acelero el auto y comenzó a conducir por toda la ciudad, atravesaron varias calles hasta llegar a una zona de solo discotecas. La calle era iluminada por las luces del interior de los diversos establecimientos, había chicas en mini vestidos y la mayoría mostraba más que lo que cubría.

Megara dejo auto en un estacionamiento cerca y se dirigieron caminando hacia una de las discotecas.

¡¿En serio vamos a entrar ahí?!

El exterior de la discoteca era todo negro con iluminaciones y decoraciones en pedrería. En la entrada había un guardaespaldas cuidando del acceso a la discoteca, y tras él se extendía una interminable fila de personas que esperaban su turno para entrar.

—Hola, Vince —saludo Megara coquetamente al guardaespaldas mientras Annette y Savannah notaban que dejaba un rollo de billetes en el bolsillo de su chaqueta para ahorrarse la fila. El guardaespaldas les permitió el paso.

El interior de la discoteca tenía poca iluminación, las luces laser parpadeaban mientras otras luces de colores alumbran débilmente el lugar. La pista de baile ocupaba todo el primer piso y en una esquina se hallaba el dj sobre una tarima. Mientras que el segundo piso tenía la barra de bebidas, mesas con vista a la pista de baile y una pequeña terraza para fumadores. 

—Pediré bebidas, ¿Quieres? —preguntó Megara casi a gritos para que Savannah la escuchara sobre la música.

Savannah asintió.

— ¡Vamos! —Annette la llevo hasta el segundo piso y se sentaron en una mesa donde tenían una vista perfecta de toda la pista de baile.

—Mira ese chico —señaló Annette a un galán recostado en la pared, su estilo lo hacía ver muy cool—. ¡Está muy lindo!

Megara se unió a ellas y se sentó en una silla junto a las otras dos dejando las tres bebidas sobre la mesa.

—Propongo un brindis por haber aprobado los exámenes trimestrales —sugirió Megara levantando su bebida. Las otras dos chicas la siguieron y levantaros sus bebidas para chocarlas. 

— ¡Fondo blanco! —gritó Annette bebiéndose de un solo trago su bebida al igual que Megara. A cambio de Savannah que dio un sorbo a su bebía para probarla e inmediatamente sintió como la bebida le quemaba la garganta.

— ¡¿Qué demonios es esto?! —Preguntó Savannah.

—Es vodka, con un poco de jugo de naranja —Megara parecía nerviosa.

— ¿Tomar esto es legal?

— ¡Ya deja  de preocuparte por si algo es o no legal! —Le pidió Megara a regañadientes—, solo disfrútalo y diviértete.

— ¡Fondo blanco! ¡Fondo blanco! —repetían las otras dos chicas y Savannah supo que debía tomarse la bebida de una sola bocanada como lo habían hecho ellas anteriormente. Respiro profundo y se pasó la bebida de un solo trago.

— ¡Vamos a bailar! —exclamó Megara animadamente llevándose a las otras dos a la fiesta.

La pista de baile estaba hastiada de gente, todos se empujaban y bailaban pegados a los otros. Las luces laser parpadeaban y en la oscuridad se veían las manillas y collares de líquido neón de las personas que saltaban al ritmo de la música electrónica.

— ¡No se bailar esto! —le Mencionó Savannah a Annette angustiada sin saber qué hacer.

—No importa. Solo deja que el ritmo te mueva.

Annette y Megara introdujeron a Savannah hasta el centro de la pista. Déjate llevar por la música. En poco tiempo Savannah estaba saltando junto a Annette, daban vueltas y se reían insaciablemente sin razón alguna. Savannah se sentía con más energía que nunca, la música era la misma pero era mejor y sus sentidos se habían agudizado, estaba más sensible.

¡Esto es épico!

Savannah se sentía eufórica, las luces se mezclaban, jamás se había sentido tan feliz ¿Con que eso era la felicidad? A pesar de su estado anímico, notaba que las otras dos no se encontraban tan extasiadas como ella. Cuando menos se dio cuenta Annette ya no estaba a su lado, se encontraba intentando ligarse a aquel chico que había señalado desde la mesa y por lo visto iba muy bien.

— ¿Qué tal estas? —la cuestionó Megara a gritos mientras le colocaba un collar de neón.

— ¡Esto es genial!

Savannah siguió saltando y bailando con Megara, movía la cabeza desenfrenadamente haciendo que su cabello volara. De pronto sintió que unas manos masculinas la agarraban por la cintura y comenzaban a bailar con ella. ¿Quién es él? Que importa. Savannah continúo bailando hasta que las manos de deslizaron hacia su parte trasera.

—Vámonos a otro lugar —Le ofreció una voz masculina al oído.

Savannah se giró para ver su aspecto, era un hombre que pasaba los veinte años, tenía la camiseta a medio desabrochar y su expresión pervertida no le causaba ninguna confianza a Savannah.

Savannah se sintió incomoda e intento alejarse de aquel hombre pero luego sintió como él la arrastraba y se la llevaba.

— ¡MEGARA! —Gritó fuertemente divisándola a lo lejos y alcanzo a notar que Megara se percataba de ella—. ¡ANNETTE!—.

Lo último que Savannah recordó de esa noche fue aquel hombre y un gran bonche armándose en la discoteca.

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 Chicos :o ¿Que creen que pase con Savannah?
M.

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