15.

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XV.

El martes de la siguiente semana, Savannah recibió una llamada de la academia de artes. La presente había sido para informarle a Savannah que había sido admitida en música y debería asistir a clase dos días a la semana al igual que ballet. A pesar de haber sido admitida en ballet sabía que debía perfeccionar y mejorar su estilo ya que hacía años no practicaba. Savannah le informo de la noticia a Evelina, quien se sintió muy orgullosa de Savannah y aseguró que practicar ballet la haría liberarse un poco de tanto estrés y mejorar su autocontrol.

Durante la semana los estudiantes estuvieron impacientes, deseaban saber los resultados de las pruebas trimestrales pero ningún profesor les daba respuesta alguna. Por fin el viernes estuvieron pegadas las respuestas en la pancarta de información, las hojas se dividían en clases básicas, intermedias y avanzadas.

— ¿Por qué hay tanta gente aquí? —preguntó Savannah al llegar a la fuente donde se hallaba Annette sentada junto a Megara.

—Salieron los resultados trimestrales. Todos se están matando por ver las notas —le explico Annette.

— ¿Ya vieron sus resultados?

Annette negó observando el tumulto de gente.

— ¿Le encuentras algún sentido a meternos entre todos y empujar para ver los resultados? Se supone que somos gente civilizada —especuló Megara con arrogancia—. En el almuerzo ya no habrá nadie en la pancarta, y nosotras podremos ver sin tener que matarnos.

Juntas se dirigieron a clase de Filosofía avanzada. El profesor contaba una aburrida historia sobre la filosofía medieval, su tono era monótono y estaba haciendo que los estudiantes comenzaran a bostezar.

Noha: Hoy te ves más linda que nunca.

Savannah recibió el mensaje y su sonrisa salió como por arte de magia. Miro a Noha en el asiento al otro lado del salón, le sonreía coquetamente.

S: No es verdad. Tienes el síndrome del enamorado.

Noha soltó una risilla que Savannah alcanzo a escuchar al otro lado del salón.

Noha: Puede ser…

Savannah había caído en todo el centro, era oficial que estaba enamorada de Noha, era algo tan nuevo para ella y tan hermoso que no parecía real. Permaneció observándolo por unos segundos, mirándolo fijamente a los ojos. Luego le llego otro mensaje y rápidamente lo reviso esperando que fuese de Noha.

Sami: Hermana ¿Estás ahí?

Pero en realidad al ver este mensaje su sonrisa se borró, no solo porque no hubiese sido de Noha sino porque generalmente los mensajes de Samantha no solían ser los más alentadores sino los más preocupantes. Hablaban varias veces a la semana para saber cómo estaba la otra, y por lo normal la  más cuerda siempre era Savannah.

Sami: Hoy fue mi última cita con el psiquiatra (: Dice que me ayudaran y estaré mejor.

Savannah frunció el ceño ante la noticia, ella seguía sin creer que su hermana estuviese loca. No necesitaba ninguna ayuda.

S: ¿Te ayudara quién?
Sami: ¡No sé! Pero me aseguró que estaré bien y me mejorare.

Savannah tenía un mal presentimiento, algo le olía mal.

S: Avísame si necesitas algo, te extraño.

Al finalizar la clase, recibió un acogedor abrazo y un cariñoso beso en la mejilla por parte de Noha antes de dirigirse a su siguiente clase. El cariño de Noha era mejor que un energizante para ella. Llegada la hora del almuerzo, Annette, Megara y Savannah se acercaron a la pancarta de información, la cual, efectivamente estaba totalmente vacía.

The redheadWhere stories live. Discover now