¡Un rival de otro planeta!

By isomniax

86K 10.1K 9K

Un emo que no soporta que hagan chistes de su corta estatura, un gobernante de una galaxia destruida y una se... More

🚫 ADVERTENCIA 🚫
✨ Personajes ✨
✨ PLAYLIST ✨
Prefacio
1| Un inoportuno encuentro
2| Una patada no tan merecida
3| Desastre interno: 1era parte
4| Desastre interno: 2da parte
5| El consultorio portátil
6| Un traje de colegiala
7| Todo por información
8| Encontronazos con todo el mundo
9| La casa del gigante
11| La fiesta del siglo: parte 1
12| La fiesta del siglo: parte 2
13| Terapia con el bateado
Especial: La vida en Andrómeda
14| Alta velocidad
15| No pude salvarlo
16| Y todo se pone peor
17| Crímenes y perdones
18| Caída roja
19| Paz momentánea
20| No estás solo
21| También te odio
22| Todos locos
23| Besador de defectos
24| Lo que haga falta
25| Mintiendo a la muerte y fallando
26| ¡Al fin! ¡Una fiesta de verdad!
27| Los ojos más puros
28| Yo soy la guerra, la discordia
29| Esto es por ellos
30| Oye, tranquilo, viejo: parte 1
31| Oye tranquilo, viejo: parte 2
32| El que le tema a morir que no nazca
33| ¿????
34| Odio los títulos largos.
35| La verdad es indolente
36| Revelaciones y secuestros
37| ¿Yo? Yo soy tu familia
38| Distorsión: parte 1
39| Distorsión: parte 2
40| Una misión es una misión
41| Mil emociones
Especial: Cuenta regresiva

10| Sin control

2K 304 347
By isomniax

Bajo las escaleras con una tranquilidad rara en mí -creo que estaría agujereando los escalones con los pies si estuviera en estado normal-, camino por el pasillo que lleva a la cocina en un paso zombi, llego a esta de milagro y me precipito en la silla como dramático que soy.

-Buenos días -le digo a la espalda de mi papá, el que hace el desayuno.

El intenso olor a café americano llega a mi nariz y en vez de despertarme me produce un punzante dolor en la sien.

Prefiero el capuchino, la verdad.

¿Por qué me maltratan con ese café tan amargo y sin alma?

¡Me quieren convertir al cafeísmo!

-Así que ya tienes novio... -dice mi padre en tono pícaro, en vez de darme los buenos días como se debe.

Es que estas personas con las que vivo... no se les enseñó educación...

Al no escuchar respuesta por mi parte, papá sigue su cháchara sin sentido:

-Jules me contó y no entiendo que hice mal para que no me contarás de tu primer amor, es decir, soy tu padre...

Esto no puede estarme pasando.

¡Jules me las va a pagar!

Mis uñas se clavan en mis palmas, reprimo una mueca del dolor, aunque la humillación de que crean que Vólkov es mi novio es peor que cualquier herida.

-¡Oh! ¡Maravilloso, Westville! -celebra mi madre entre exclamaciones mientras entra a la cocina. -¡Jules nos contó sobre Lukyan! ¿Cuándo lo traerás?

Mi padre le da un beso en la mejilla y ella se sonroja, por un momento me imagino que el extraterrestre me besa en la mejilla y siento mi estómago revolverse de gozo.

De seguro es el hambre...

-¿Cómo es? -pregunta mi madre sentándose en la mesita que tenemos para desayunar, posa uno de sus puños en su mejilla, esperando mi respuesta.

Arqueo una ceja.

Si se le ve interesada...

-¿De qué novio hablamos, exactamente? -pregunto desorientado, la verdad no quiero interrogatorios, no a estas horas de la mañana.

-Pues tu novio, Westville -aclara mi padre volteando y dándome una mirada burlona.

Casi me atraganto con mi propia saliva al escuchar eso.

¡Dejen el tema! Es que son pesados...

-Es muy alto, serio y está bueno... -comenta mi hermana entrando a la habitación como perro por su casa -tal vez es que es su casa, ¿no? -, ella viste su uniforme de trabajo.

Ruedo los ojos.

-Lo que no puedo creer es... ¿cómo consiguió semejante hombre? -pregunta Rebecca mirándome interrogante, la observo lo peor que puedo, deseando poder desaparecerla de un chasquido.

La verdad ni yo lo sé... ¡tal vez porque no he conseguido ningún hombre!

Mi papá termina de hacer el desayuno y nos sentamos a comer, hay muchas preguntas de parte de mamá, la que no queda satisfecha y le pregunta a mi hermana Rebecca, la que responde con malicia:

-Tú sabes cómo es West, un reverendo asno -y sí, responde con esto a todas mis locuras recientes.

Aprieto mis dientes cada que lo hace.

-¿Por qué no te callas? -le pregunto alzando la voz a Rebecca, mamá me lanza una mirada severa y trago saliva, aunque no me retracto de mis palabras.

Algunas veces quisiera tener poderes como Lukyan y parar el tiempo, tal vez así podría tener un poco de tranquilidad.

-¿Y tú por qué no aceptas tu primitiva forma de ser, hermanito? -cuestiona la castaña, a la vez que toma su café. Sus ojos destellan con superioridad.

Pensé que desde nuestra cita con John el bateado íbamos a tener una mejor relación, hermanita.

-¿Y tú por qué no te pasas tus comentarios por dónde el sol no entra? -pregunto irritado.

Me he pasado. Lo admito.

Mi hermana frunce aún más el ceño.

-¡Westville Valli! ¡¿Y ese vocabulario?! -grita mi madre mirándome atónita, su boca está abierta.

Mi padre tiene las cejas casi tocando su pelo, pero una de sus comisuras está alzada.

¿Te estás divirtiendo, viejo?

-Ese vocabulario lo aprendió de Júpiter Jones, sin duda -volteo a ver a mi hermana con una rapidez inhumana, ella me observa con terror justo a tiempo para que yo le caiga casi encima.

Ese noche. La noche. La sangre que no era mía. Las estrellas girando en mi cabeza.

Mis oídos empiezan a pitar como alarmas de celular en la mañana.

-No. Menciones. Ese. Maldito. Nombre. Aquí. - digo con una voz amenazante y gruesa, taladrando a Rebecca con la mirada.

De seguro mis padres están demasiado impactados como para moverse.

Júpiter. Júpiter. Júpiter. Jones. Jones.

Júpiter Jones.

Mi. Perdición.

Aprieto los hombros de mi hermana, mientras mi respiración está agitada y mis oídos no paran de pitar, es insoportable.

-Eres... un... animal... -me escupe en la cara mirándome con los ojos llenos de algo parecido al terror, la angustia y el asco.

Mis manos siguen apretando hasta que siento un tirón y unos brazos -mi padre, creo -me sostienen y aprietan contra su cuerpo.

Escucho sollozos y suspiros de alivio, pero no me importa, lucho y lucho para quitarme esos brazos de encima.

Es él.

Viene por mí.

Viene por mí.

Otra vez.

Se va a vengar.

Va... a... matarme...

-¡Déjame! ¡Suéltame! -exclamo con la voz ahogada, una mano me sostiene la boca.

NO.

Lucho, forcejeo y golpeo como puedo, hasta que ya no siento esos brazos a mi alrededor.

De repente, los pitidos dejan de oírse y mi mente me muestra lo que en verdad pasa.

Mi papá está en el suelo mirándome con terror, al igual que mis hermana y mi mamá.

Trago saliva y niego en repetidas ocasiones con la cabeza.

No... no...

¿Qué acabo de hacer?

Los... los... asusté...

Quiero gritar.

-¡¿Qué pasa aquí?! -clama mi hermano con furia, entrando a la habitación con unas bruscas zancadas, curiosamente no me mira a mí, sino a mis padres y a Rebecca. -¡¿Ustedes no saben que no pueden accionar los detonantes de West?! ¡Ese nombre no se puede mencionar en esta casa! -su rostro está rojo y sus manos no paran de moverse, da miedo.

-Yo... per-perdón... n-no qui-quise... -dice mi hermana entre tartamudeos, su cara está comprimida en una mueca. Segundos después, al ver que todos la observamos, se tapa la cara con las manos y empieza a sollozar fuertemente, haciendo que mi madre la abrace y también empiece a llorar.

Miro mis manos e ignoro que mi hermana y madre lloren, en mis manos veo sangre y no sé por qué.

Siento cómo unos brazos cálidos me envuelven y me alzan, pierdo de vista mis manos y me aferro a esos brazos que me cargan.

¿Qué pasó con papá? ¿Qué pasará a continuación? ¿Por qué tengo que ser así de defectuoso? ¿Por qué mis reacciones tienen que ser tan extrañas e inesperadas? ¿Por qué? ¿Por qué?

Me depositan en una cama -mi cama, creo-, pero no se contentan con depositarme en ella, sino que se meten conmigo. Esos mismos brazos me abrazan y una voz me lleva a la realidad, me saca a la superficie y me hace pensar en un lugar tranquilo, todo gracias a esa melodía, mi melodía, la que tarareo cada vez que me encuentro de mal, pocas son las personas que harían eso por mí.

-N-no tuviste que -le digo a mi hermano Jules, ya que es la única opción que tengo, no hay nadie más en la casa que mis padres y Rebeca, así que tiene que ser él -Igual, te lo agradezco, Jules... -un hilo de voz sale de mi garganta, esta tiene un nudo que no me deja tragar bien.

La mano de mi hermano se posa en mi frente y sus dedos llegan a mi cabello rubio y desordenado, tan parecido al de él.

-Calla, que debes estar cansado... -dice a la vez que sigue acariciando mi cabello. El rubio continúa con su tarareo y mis ojos se empiezan a cerrar lenta, muy lentamente. Llegado un punto estos se cierran por completo y caigo en un sueño profundo.

Como nunca puedo tener algo de tranquilidad empiezo a soñar y no es cualquier sueño, es una réplica de esa noche, la noche en la todo cambió.

Aquella luna llena, que recuerdo muy bien. Los árboles tenebrosos y raquíticos, característicos del final del otoño. El frío en mi piel y el suéter de lana rojo que usé aquel día.

Todo es exactamente como lo viví.

Hasta el olor cítrico de mi colonia está.

Este es el sueño más vivido que he tenido.

-Westville... Westville... -escucho una voz susurrando mi nombre.

Mis manos tiemblan al escuchar aquella voz, la que es tan inocente y a la vez tan oscura.

Miro por el rabillo del ojo a la persona que me llama y el corazón me da un vuelco.

Es él.

-Júpiter -pronuncio su nombre. Por fortuna ningún efecto colateral viene a mí, no hay pitidos en los oídos ni ganas de lanzarme contra la persona en cuestión, solo un dolor en mi pecho, el que si lo pienso bien nunca se ha ido.

Júpiter se ve tal y como aquella noche.
Su piel pálida parece brillar más que la luna, su cabello largo y suelto le cae en bucles por toda la cara. Loja cicatriz que tiene en una de sus mejillas, la que le da un aspecto un poco terrorífico, parece recién hecha.

Él sonríe como un demonio -antes no podía describir su sonrisa, pero ahora sí, ahora ya sé cómo es -, sus dientes blancos relucen y sus ojos brillan con algo parecido a la maldad.

Si piensan que los niños no son malos... no conocen a Júpiter Jones.

-Te estaba buscando desde hace horas, Westville -dice en tono juguetón. Él se acerca a mí y parece notar algo extraño porque extiende una mano a mi cara. -Tienes una mancha de chocolate... aquí... -sus labios se acercan a mi rostro y su húmeda lengua lame la supuesta mancha en mi mejilla.

Aprieto los puños hasta ponerlos blancos.

No... sé que viene a continuación... y... no quiero... caer.

Sin embargo, no ve suficiente su acción y toma mi cuello con una de sus manos, cortándome un poco la respiración. Lo miro a sus ojos castaños y él acerca sus labios a los míos. Intento resistirme, pero no puedo hacerlo.

Cuando nuestros labios se encuentran lo hacen en un beso apasionado, su lengua recorre cada centímetro de mi boca y la mía hace lo mismo con la suya. Mi corazón se acelera y mis manos aprietan su espalda.

Necesitaba esto. Enserio.

Su boca va consumiéndome y un fuego se instala en mi interior, haciéndome reprimir un gruñido. Sus manos aprietan mis hombros, me duele, pero me gusta al mismo tiempo.

Nos separamos en busca de aire.

-No sabes cuánto te extrañé -le digo y él me observa con esa mirada tan característica suya, maliciosa y brillante.

-Y seguirás haciéndolo... -comenta.

Frunzo el ceño.

No... no me digas que esto es una cruel mentira. No.

Mis ojos se abren cuando su persona empieza a verse borrosa. Por un instante desaparece y cuando lo hace vuelve con la ropa ensangrentada y con su cínica sonrisa a todo esplendor.

-Porque... tú me hiciste esto... -señala sus ropas llenas de sangre y se da la vuelta, dándome una vista a la herida mortal. -Y... pagarás... por... ello.

-¡No! ¡No es mi culpa! -grito despertando al fin del sueño -pesadilla, más bien -y miro a todos lados, buscando a Júpiter. Al ver que no está y que todo fue una simple pesadilla, me tapo los ojos con mis manos y suelto un grito.

Escucho como unos pasos llegan al pasillo y como la puerta de mi habitación se abre. Retiro mis manos de mi cara y abro la boca para ver a Lukyan mirándome preocupado. Los papeles se han invertido porque ahora soy yo el que revela una parte de sí que no le había revelado a nadie.

-¿Q-qué haces a-aquí? -le pregunto asustado tapándome con la sábanas.

Estoy en un estado tan vergonzoso...

-Tu hermano me buscó en tu escuela y me dijo que viniera -dice estas palabras en tono serio, a pesar de la preocupación en sus ojos.

-¿Y lo primero que hiciste después de eso fue correr a verme? -cuestiono frunciendo el ceño.

Su sonrisa coqueta se manifiesta y afirma:

-Si.

Bajo la mirada a las sábanas y las aprieto entre mis dedos.

No lo puedo creer.

Sencillamente... no...

El pesado cuerpo del extraterrestre se sienta en la cama y sus ojos violetas me taladran una vez que alzo la mirada.

¿Por qué?

¿Por qué viniste?

El castaño ríe un poco.

-Siento que estoy en deuda contigo -responde sonriente. -Además, tu trabajo de servirme no ha terminado...

Ruedo los ojos.

-Tienes que acompañarme a una fiesta -dice.

¿Será la misma fiesta que Naomi me dijo?

No, serían demasiadas coincidencias... ¿verdad?

-¿Y si no quiero? -le pregunto, su boca se abre un poco y cruza los brazos -no aceptará un no por respuesta, lo sé-.

-Sé que quieres.

¿Cómo lo supo?

Lukyan se acerca aún más a mí.

Cierro los ojos inconscientemente.

-¿Qué estás haciendo? -pregunta el extraterrestre.

Abro los ojos de golpe.

Dios.

No.

¡Qué vergüenza!

El castaño me mira con una sonrisa y sus ojos brillan de diversión.

Siento mis mejillas arder.

-Y-yo...

-¿Pensabas que te iba a besar? -pregunta burlón.

¿Qué?

-¡No! ¡No preguntes esas cosas! -exclamo avergonzado.

Él ríe y sus ojos se estrechan un poco.

Se acerca a mí y sus labios rozan mi mejilla.

Oh. Por. Dios.

¿Acaba de...? ¿Acaba de besarme la mejilla?

-¿Qué-que fue e-eso? -le pregunto.

Vuelve a besarme la mejilla.

¡Alguien dígale que pare!

-No me gusta que hagas eso -le digo cruzándome de brazos.

Me toco la mejilla en el lugar dónde sus calientes labios me besaron.

No lo admitiré en voz alta... creo que... encuentro agradable ese gesto...

Un poquito agradable...

-Tu sonrojo me dice otra cosa... -comenta el castaño.

-¡Le avisaré a Jules sobre mi salida! -exclamo y me levanto de la cama de una forma muy brusca, la que me hace marearme y caer al suelo como una pila de papas.

Auch.

La humillación hecha persona, eso soy yo.

-¿Estás bien? -pregunta Lukyan con la voz ahogada.

Lo volteo a ver y no está teniendo una reacción alérgica o algo parecido, está luchando con la risa. Lo observo con los ojos como cuchillas. Él sigue riendo.

-Es que... eres tan... adorable... -dice secándose una lágrima del ojo.

Yo no soy adorable.

Soy... Batman.

-¡Cállate! -le espeto aún más avergonzado.

Me levanto del suelo, esta vez con lentitud y le saco el dedo del medio.

Inesperado, ¿verdad?

También puedo ser agresivo.

Salgo de mi cuarto y camino hasta el de mi hermano.

La puerta está cerrada, curiosamente.

-Jules nunca cierra la puerta... -me digo.

Me escojo de hombros y la abro.

Mi boca se cae al ver a una chica encima de mi hermano, el que la besa como si no hubiera un mañana. Las manos de ambos recorren sus cuerpos y... ¡maldita sea, no quiero ver esto!

-¡Jules! ¿¡Puedo ir a una fiesta!? -le grito al zopenco que tengo por hermano.

Él y la chica se separan, asustados.

Una sonrisa malvada se forma en mis adentros.

Además de Batman... soy el diablo.

La chica es morena y de cabello rizado.

La conozco.

-¿Marina?

Ella me mira entre sorprendida y asustada, pero eso no impide que sonría al verme.

-¡West! ¡Hola! -dice con su característica alegría.

Mi mente explotó.

¿¡Cómo pasó esto!?

-¿Tú no tienes 19 años? -le pregunto a la chica, ella asiente.

Mi hermano abre la boca y suelta una exclamación:

-¡Pensé que tenías 21! -se le escucha sorprendido y con miedo.

Sonrío con malicia.

-¿Escuchas eso, hermano? ¡Son las sirenas de la policía! ¡Vienen por ti! -exclamo riendo con perversidad.

Jules abre la ventana y se tira por ella.

Esperen... ¿¡Qué carajos?!

Marina y yo nos miramos asustados y corremos hacia la ventana.

Me abalanzo sobre ella y casi me caigo por escudriñar con la mirada el suelo.

Jules está tirado en el suelo sonriendo a la luna.

-¡Tranquilos! ¡Estoy bien! Fue la presión del momento -grita. -¡Aunque creo que me fracturé el coxis!

¿Por qué mi familia no puede ser normal?

-Y si, West, puedes ir a la fiesta -dice mi hermano.

Suspiro aliviado.

-¡Julian Valli! ¿¡Qué haces acostado en la hierba a estas horas de la noche?! ¿Estás drogado, hijo? -pregunta mi mamá, apoyada en la ventana de abajo.

Ella mira arriba y me grita:

-¡Westville! ¡Ponte un suéter o no sales!

Ruedo los ojos.

Si mi familia fuera normal... no sé qué sería de mí...

¡Hola! ¿Cómo están?

¿Qué les pareció el capítulo de hoy? ¿Revelador? ¿Triste? ¿Perturbador?

Espero que les guste, de verdad.

Por cierto, gracias por el apoyo que está teniendo esta historia y por los votos y comentarios.

West, el protagonista, les tiene un mensaje:

West: -No, no lo tengo.

SOASEN (yo) -West... hazlo por Lukyan 😏😏😏

West: -Agh, está bien, lo haré, pero no es por ese prospecto de E.T.

SOASEN: -Ajá, dilo hasta que te lo creas...

West: -Cállate y déjame hablar. Bueno, eh... no me gusta admitirlo, pero se les quiere...

SOASEN: -¿¡Así de seco?! ¡Dilo con más ganas!

West: -Ya terminé, me despido *se va*.

SOASEN: -Personajes... ¿quién los entiende?

Eso fue todo por hoy 😌.

❤️✨ Ni olviden votar y comentar, con eso me dan su punto de vista y nace un hada(? ❤️✨









Continue Reading

You'll Also Like

17.5K 1.5K 23
Yo siempre pensé que todo era blanco y negro pero... resulta que si es posible la redención y para colmo me enamoré de uno de los pecadores más malva...
111K 10K 28
Eira y Bloom, dos mellizas totalmente opuestas. Y no sólo físicamente. Ambas chicas llegaron a Alfea para descubrir sobre su pasado y sobre ellas m...
86.9K 6.4K 27
un joven de 22 años, fanático de Ben 10 viaja a ese universo luego de morir en un trágico accidente, estará preparado para enfrentar los peligros de...
36K 2.7K 22
Inefable; sentirse amado es algo que no se puede expresar con palabras, pero si sentirlo en lo más profundo de tu ser.