4TOXIC ✧ KARD Fanfic

By OmiBiIre

12.3K 1.4K 849

[BORRADOR COMPLETO] JiWoo, SoMin, BM y J.Seph son hijos de mami y papi, cuatro jóvenes amigos muy cercanos qu... More

୨⎯bienvenida⎯୧
| Personajes |
| Introducción |
Capítulo 01: El ratón de la maleta es SooBong
Capítulo 02: La razón del ritmo de su corazón
Capítulo 03: Malicioso(s) entre nos
Capítulo 04: Uñas largas, malhumor; colmillos no se asomen, por favor
Capítulo 05: Dichoso sea aquel que prueba sus labios sabor a miel
Capítulo 06: Querido..., te ayudo en lo que quieras
Capítulo 07: Preparativos con un susto irremediable
Capítulo 08: Sorpresa... Feliz cumpleaños
Capítulo 09: Vacaciones familiares navideñas
Capítulo 10: Uno por aquí, otro por allá. Que no te vayan a matar
Capítulo 11: El juego de las mentiras
Capítulo 12: En busca de una víctima especial
Capítulo 13: Celos, celos y más celos
Capítulo 14: Uno es mejor que dos
Capítulo 15: Víctima en la mira
Capítulo 16: Juguemos a ser novios
Capítulo 17: Las mentiras tienen patas cortas
Capítulo 18: Luces, cámara y acción
Capítulo 19: Una promesa que no se puede cumplir
Capítulo 20: Estambre de sentimientos
Capítulo 21: Rumores y otros golpes
Capítulo 22: Cambios inesperados
Capítulo 23: Un beso con duras consecuencias
Capítulo 24: La frialdad no solo es de la noche
Capítulo 25: Reconciliación sin esfuerzo
Capítulo 27: Medicación y debilidad
Capítulo 28: Dolor y superación
Capítulo 29: Rudeza y fragilidad
Capítulo 30: El final de KARD
Epílogo
N/A final
Canal de WhatsApp

Capítulo 26: Problemas y reconciliación

117 21 15
By OmiBiIre

Matthew de aquel entonces no era capaz de lidiar con aquello. Su padre siquiera tenía la osadía para decir algo al respecto, una disculpa por haberlo acusado de algo tan grave esa vez, es más, Mathew no recordaba haberlo escuchado pedir su versión de los hechos antes de señalarlo.

Desde que ellos llegaron, no confiaba en él.

Por eso en vez de sentarse para hablar antes de llegar a una conclusión, lo echó de la casa sin decir nada más.

Mientras veía las estrellas escasas recostado esa banca del parque, se dedicó a solo no pensar mientras esperaba a su gran amigo para colarse en una discoteca y caer en el suelo de aquel lugar que parecía más un hogar que un espacio de pasada para compartir entre ellos.

Solo divisó un largo y marrón abrigo único en el estilo de su amigo del alma. Odiaba esa prenda como nadie, pero TaeHyung le decía que se veía bien y que pronto la tiraría.

—No es hora de dormir, levanta tu feo trasero que nos esperan.

—¿Quiénes?

—Las nenas, idiota —Le dio una palmada en el hombro con una sonrisa de ganador—. Hoy la luna está llena y la discoteca llena de solteras.

Matthew no pudo evitar reír. Le sorprendía, pero a la vez le daba curiosidad y miedo las cosas que le pasaba por la cabeza a su amigo, por ambas.

Sintió de pronto que KARD siempre tuvo un ambiente ameno por sus locas ocurrencias, aunque todos les daban el toque personal. Hasta que de pronto todo cambió.

Esa noche llegó a La Guarida solo, dejó a su amigo revolcándose en algún lugar con una joven un poco mayor que él, porque para ese entonces no debían estar allí, mas no era problema ya que el guardia al ver hasta el triple de lo que ganaba en un mes en sus manos no rechistó al momento de dejarlos pasar a escondida hasta una de las salas privada y ofreciendo sus servicios personales para no ser despedido.

Pero Matthew sabía que pasaría de todas maneras cuando vieran el desastre que dejó en la sala en una etapa de rabieta que lo llevó hasta voltear las mesas llenas de copas y los sillones con derrame de licor y otros líquidos cuya procedencia no quería recordar.

Salió más que ebrio y por alguna razón en su camino se vio envuelto en una pelea en plena calle apenas iluminada por los faroles amarillos en un lugar que para sí mismo parecía de mala muerte. Sin embargo, salió triunfante porque estaba todavía en algunos de sus sentidos y la ira corriendo por sus venas hizo que los separaran antes de cometer un delito. Aun así, se había ganado sus moretones.

Rió ya que le hizo recordar las infinidades de veces en la que su padre llegaba igual.

—Me intentaron robar —decía. Su esposa le creía, pero Matthew nunca lo hizo.

Le parecía extraño, pues cuando llegaba así a casa no iba a trabajar hasta por un mes. Lo seguía luego de verlo alejarse con el auto, tomaba lo que sea que TaeHyung llevaba para trasportarse y lo veía tomar un rumbo distinto, contrario al de su trabajo.

Por ella no sentía ni una pizca de empatía. No supo su destino, pero estaba más que claro que se metía en problemas y le mentía a su mujer, la cual le daba cuidados extremos. De todas maneras, ella se aprovechaba y tomaba el dinero de su padre con la excusa de los productos para la casa. No trabajaba porque decía que era muy fina para eso, Matthew se reía en su cara cuando lo decía.

Cuando llegó a La Guarida intentó mantenerse calmado ante la presencia de las chicas cuyas voces le parecía irritables. Se movía de un lado a otro, apretaba sus puños tanto que las venas parecían querer estallar, las uñas las tenía tan largas que lo lastimaban, farfullaba cosas sin sentido y en inglés, abría el refrigerador en busca de nada y repetía el patrón.

—¡Maldición! —estalló, ya no podía controlarse—. ¡¿Será que se pueden callar por una buena y maldita vez?!

Se miraron perplejas y en silencio.

Exhaló, molesto.

—¿Creen que este es momento para reír? ¿Ah? La paso mal cada día de mi vida, ¿y qué hacen ustedes? Reír como si fuese momento. ¡¿A caso no creen que soy lo suficientemente desafortunado?! —Se acercó a ellas, gateando, con la mirada perdida y desquiciada—. Díganme, ¿tengo derecho de sentirme así? Se supone que teniendo dinero seré feliz, pero mi vida es peor así. ¿Será que tengo que morir para ser feliz?

Seguían en silencio, esperando que solo se levantara y se fuese a dormir, solo parecía otra rabieta más.

Se levantó, pero en vez de irse comenzó a dar vueltas en su propio eje. De la nada corrió hasta el bar, abrió tantas botellas como pudo para tomar el contenido de a tragos seguidos. JiWoo y SoMin se levantaron para llegar a él.

JiWoo, quien estaba más cerca, retrocedió al momento de verlo alzar su mano.

—Dicen que tienen una mala vida, ¿y yo qué? ¿Uh? —ladeó la cabeza, riendo cínico—. Debería dejar de tener una.

Se habían quedado calladas porque no parecía nada más que una estupidez ante sus ojos. Ni les importó cuando al terminar la botella la estrelló contra el suelo, pero eso ocasionó que se fueran sin decir nada, molestas por su egoísmo de niño pequeño. No querían lidiar con él, hablar con él empeoraría las cosas y sería incluso grave las consecuencias que de seguro evitaría.

Ya se habían acostumbrado a esas escenas donde se mostraba agresivo, de un momento a otro empezó a ser frecuente y por cosas insignificantes.

—Maldición —masculló esa vez. Esa camisa que se intentó poner terminó en el suelo mientras él la miraba mal, como si fuese la culpable de aquello y no su repentina frustración haciendo una actividad de su día-día.

—Deberías ir a un psicólogo.

—¿Me estás diciendo que estoy loco y que debería morir también? No lo necesito, estoy bien. No quiero terminar como SoMin.

—Estás muy extraño y te molestas por todo.

—Lamento que seas tan malditamente desesperante.

—Estás mal, muy mal.

—No, ¡tú eres quien está mal!

***

Matthew se dejó llevar por el alcohol, pero esa noche bebía y bebía mas no veía efectos. Quería despejar su mente estando en la nueva caverna para beber. A su alrededor había una gran cantidad de mesas, todas ocupadas. El espacio se le hizo acogedor, la música de fondo hizo el ambiente tranquilo junto con la iluminación perfecta, ni muy brillante ni muy opaca, el término medio que tanto le gustaba a él y a sus amigos. Le recordó la primera pelea que tuvieron al estar en La Guarida.

«—Agh, se ve con mucha luz, hace daño.

TaeHyung le pidió al electricista que la bajara para que las chicas se sintieran cómodas.

—Así no, para eso no ponemos luces —Se quejó Matthew. No le dio importancia a la mirada de molestia del señor.

—No estoy para que estén jugando —emitió el hombre con tono molesto—. Veamos si esto les gusta o sólo encárguense de esto ustedes que estoy trabajando.

Los jóvenes lo miraron mal. No les parecía muy feliz con su trabajo, pero poco les importaba. Parecía más joven, pero su apariencia desaliñada y la mala cara le agregaba más años a su porte.

Dejaron de juzgarlo al sentir una frecuente desnivelación en la iluminación que los alarmó, habían gastado toda la mesada de los cuatro para poder costear el sitio a escondidas de sus padres. Para ese entonces les limitaban el dinero por ser apenas unos adolescentes y, ante los ojos de sus padres, no tenían razones para gastar tanto dinero por sí solos. Era toda la del mes, que gastaron al inicio. No estaban acostumbrados a no tener dinero, pero al menos la inversión la iban a usar por mucho tiempo.

—¡¿Qué hace?! Ash, ¿está loco? —SoMin se acercó a él con expresión preocupada y con porte alarmado—. Ash, si está molesto no la pague con la luz.

—¿Debería descobrarla con ustedes? —vio a Matthew y J.Seph acercarse a él. Rió—. Solo estoy nivelándolo para que todos estén felices, hago mi trabajo para niños mimados.

Retrocedieron.

JiWoo se sentó en el mueble, acomodándose para jugar.

—¡¿Qué haces?!

—Me pongo cómoda —dijo. Tenía los pies sobre el espaldar y la cabeza hacia el piso, casi rozándolo. Los veía al revés y le causaba gracia.

—No lo hemos inaugurado, JiWoo. La idea era hacerlo al mismo tiempo.

—Estoy cansada, el mueble me decía que le diera amor.

TaeHyung estaba frente a ella, viéndola hacer cosas raras para sentirse cómoda. Giró los ojos, más celoso que molesto. SoMin estaba muy molesta.

—¡Levántate que los estás poniendo feo! —La tomó del brazo haciendo fuerza para tirarla al piso sin romper la mesa del centro.

—¡Está listo!

Se paralizaron al escuchar esa quinta voz, una poco conocida, anunciar que había terminado. SoMin soltó a JiWoo dejándola caer con fuerza contra el suelo. Ella, desde su lugar y con dolores en su lateral, miró a su alrededor como sus amigos estado de pies, ahora dispersos por la habitación. Se levantó para hacer lo mismo.

—Me siento extraña.

—Sí, pero se siente cómodo.

—No es mucha luz ni poca.

—Es perfecto.»

Matthew sonrió al recordar eso. Tomó hasta el fondo de su vaso, se sentía un poco afligido y sintió el extraño sabor amargo en su garganta, pero no estaba seguro que aquello fuese por el recuerdo de sus principios con sus amigos.

Tomó el celular, más inseguro que nunca antes y tecleó unas palabras que parecía automáticas e inconsciente. No quería hacerlo, pero su corazón comprimido pedía liberar su dolor.

Respiró profundo antes de presionar la tecla «enviar» porque era un número sin nombre, pero que conocía pese a todo, uno que evitaba a toda costa. Desconocía la razón de su existencia en su agenda, pero le alegró en ese momento.

Ahora solo le tocaba esperar. Quizá una respuesta negativa o ninguna, pero cualquiera le iba a permitir irse a su casa sin lograr ninguno de sus cometidos.

Miró la hora muchas veces, impaciente, y mientras lo hacía, tomaba más y más. El mensaje llegó, pero no sabía si había sido recibido o leído, cosa que le ponía nervioso.

—Debí mandarlo por otro lado —bebió—, o no hacerlo y así me evito el bochorno.

«Pero seguro ni sabe quién es», se dijo a sí mismo. Volvió a revisar su mensaje.

"Hola. Estoy borracho, bueno, no, pero necesito a alguien para compartir un rato... y hablar. Tenemos que hablar y arreglar las cosas"

—Deme le cuenta, por favor —Le dijo al bartender—. Iré al baño, ya vengo.

Al rato ya estaba listo para dejar el recinto, sin embargo, al abrir la puerta se encontró con el receptor de su mensaje. Lucía extraño, incluso algo incómodo. Supo que no era por el frío intenso del exterior porque cargaba un a chaqueta excesivamente grande que de seguro le daba el calor que necesitaba. Tragó duro, porque no esperaba que llegara a él.

Lo miró llevar su mano a su cabeza, intentó sonreír durante la acción, pero se vio obligado a dejar de hacerlo porque parecía un bicho raro. Matthew seguía sosteniendo la puerta abierta, paralizado por la vista del hombre ante él.

—Hola.

Sabía que estaba en Corea gracias a su padre quien no le ocultaba casi nada, pero no pudo evitar sorprenderse de lo real que era ese momento.

—¿Por qué viniste? No pensé que vendrías o que supieras que era yo.

—Ah, pensé que te habías equivocado de número. ¿Sabes? Dudé mucho en venir, hermanito.

—No soy tu hermano —masculló—. Y dime por qué viniste.

—Habías dicho que querías hablar y desde que me enteré de este sitio he querido venir a beber, pero no tenía con quién. ¿Por qué no pasar el rato con mi hermano?

Matthew giró los ojos, ya no quería decirlo otra vez.

—¿Entonces? ¿Entramos o debería irme a dormir?

—Estás aquí porque te invité, así que solo entra antes que me arrepienta.

YoungSoo sonrió, satisfecho.

—No cambias.

—Ni que fuera semáforo.

De un momento a otro estaban riendo, producto del alcohol que pronto comenzó hacer efecto. Matthew no supo si lo que estaba bebiendo antes era alcohol o agua, pero desde que se sentó con su hermanastro se empezó a sentir mareado.

—Dime la verdad —pidió arrastrando las palabras—, ¿nunca les gustó mi padre?

—¿Nos?

—Sí, a tu madre y a ti.

YoungSoo se quedó pensativo. Miró a todos lados, buscando qué decir y cómo decirlo. En realidad, no estaba muy seguro de lo que pasaba.

—Ustedes hicieron que mi padre estuviera en mi contra porque me veían como una amenaza, ¿verdad?

—Lo eres.

—¿Qué es lo que quieren para que dejen de manipular a mi padre?

—No lo sé, ¿el dinero y el restaurante?

—¿Son estafadores acaso? ¿Van a desaparecer luego como si nada?

—Matthew, no sé qué planea mi madre, pero estoy segura que lo quiere.

—Entonces si la quieres compra el restaurante para que te hagas cargo.

YoungSoo le sostuvo la mirada como si lo que dijo hubiera sido algo malo e irracional. Tomó todo el líquido de su vaso de un golpe para llenarlo de vuelta y volver a beber.

—No es tan fácil.

—¿Por qué? Estás en el extranjero, dices ser el mejor de tu universidad, supongo que debes tener dinero de algún lado como para tener ese abrigo tan feo que ni TaeHyung sería capaz de comprarse. No me digas, ¿es el dinero que mi padre se suda frente a un escritorio hasta tarde?

—No, Matthew, las cosas no son así...

—Claro, porque de seguro es peor. ¿Necesitas que mi padre siga haciéndose cargo del restaurante con su dinero? No quiero hacerme cargo de eso, pero no por esa razón la tendrán fácil.

—¿Qué debemos hacer?

—Ganárselo. Haz que mi padre los aprecie, trabaja, que tu madre lo haga también. Ayúdenlo, pero, sobre todo —Se levantó—, díganle la verdad. Mañana voy a reunirme con mi padre en su restaurante favorito a comer, si lo conoces sabrás cuál es y comerán con nosotros. En ese momento, conmigo presente, le dirán todo.

Matthew sacó unos billetes de su billetera para dejarlos sobre la mesa.

»Hasta entonces, si es que realmente lo quieres y conoces.

N/A

Hola, ¿qué tal?
¿Qué les parece el cap?

Comento que lit agregué ese
diálogo del meme porque me
dios vibes de Tae y no pude evitarlo.

¿A caso no es algo que diría él? 

Continue Reading

You'll Also Like

10.4K 1.4K 14
Na Jaemin era un chico que ante los ojos de todos parecía tenerlo todo de manera tan proporcional que daba envidia. Muchos querían tener y saber el...
21.2K 1.6K 20
Para las nuevas fans, aquí una pequeña guía que ayudará a conocer más sobre estos maravillosos chicos. Si eres nueva en el fandom, y quieres conocer...
17.9K 1.8K 17
Dónde Niall y Harry se quieren vengar de sus esposos por engañarlos Louis y Shawn se veían a escondidas y viajaban juntos por "negocios" Niall s...
180K 10.2K 25
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...