Nunca el mundo se había puesto tan de cabeza, las apariciones de mortifagos ya no eran extrañas en la ciudad pero las personas sin magia trataban de justificarlo con cualquier otra cosa, si supieran que sus vidas estaban en peligro se volverían locas, tan locas como lo hicieron mis padres al enterarse de todo. Mi plan desde un inicio era no mencionar las cosas pero Hayley no pensaba de la misma forma que yo, no podía culparla, estaba muy asustada y las pocas cosas que la hacían sentir segura eran sus padres, sabía que trataba de verse valiente pero yo conocía la verdad, un par de veces había visto que escribía cartas a Seamus contándole sus miedos, las respuestas del chico eran cariñosas y llenas de ánimo, pero ni así parecía ser suficiente para calmarla.
Los periódicos de ambos mundos estaban abarrotados de apariciones diversas, en el cielo o a plena luz del día. Los muggles eran asesinados como si fueran culpables de no tener magia mientras que los magos como mi hermana o yo éramos linchados por no tener una "sangre pura", el mismo trauma que había escuchado por parte de Draco ahora era mi condena.
Cuando me puse en contacto con el profesor Lupin no quiso decirme mucho, ni él ni nadie, pero yo sabía que algo más grande estaba por suceder así que con mucho esfuerzo logré sacarle la sopa a Fred, su plan de ayudar a Harry era arriesgado, pero también era lo único que nos quedaba, ahora solo venían las decisiones más complicadas. Al enterarme de que Hermione había borrado la memoria de sus padres no pude evitar sentirme mal, ellos no tenían la culpa pero al menos así aseguraba mantenerlos a salvo, los tíos de Harry habían huido de casa por su propio bien y los Weasley... bueno, ellos no tenían opción.
En cuanto a mi, hice lo que pude, no tenía fuerza para que mis padres se olvidaran de mi, pero logré que se unieran a la caravana con la hermana de mi madre, su destino era Italia así que solo debía llegar a su casa y ellos harían todo lo demás, no parecían convencidos pero en cuanto dije que los alcanzaríamos pasando dos días mientras arreglábamos cosas de la escuela, accedieron.
—Este es tu peor plan— Dijo Hayley entre dientes mientras esperábamos el tren que nos llevaría donde mi tía.
—Deja de quejarte, es esto o ponernos en riesgo— Al ver que el tren había llegado ambas subimos.
No era tan bello como el tren de la escuela pero cumplía la función, al menos por ahora podíamos decir que nos mantendría a salvo de lo que se viniera.
—Quiero quedarme.
Mi hermana no dejó de quejarse hasta que nos sentamos dentro de un compartimento, era algo absurdo que se siguiera quejando por lo que me levanté para hablarle.
—Escucha, ya no podemos cambiar de idea, Mamá debe estar esperando en la otra estación para recogernos así que no sigas— No obtuve respuesta— Voy al baño.
Pude ver cómo Hayley solo recargó su rostro en la ventana así que me alejé del cubículo para apresurarme, escuché la última llamada que hacían para avanzar así que caminé con velocidad hasta la puerta del tren.
—Lo siento Hayley, pero no puedo exponerte así.
Luego de murmurarle aquello a la nada di un paso fuera del tren, en ese momento el encargado me dijo que estaban por partir a lo que solo asentí. Esta no era una lucha que mi hermana necesitara pelear, menos cuando estaban cazando hijos de muggles.
Me apresuré hasta la ventana donde se encontraba Hayley, al principio pareció no darse cuenta que era yo pero cuando el tren comenzó a moverse pegó su rostro a la ventana, pude ver un par de lágrimas recorrer sus mejillas mientras golpeaba el cristal desesperadamente, no había salida esta vez.
—Hay una carta— Grité esperando que escuchara aunque sabía que eso era casi imposible— Te quiero hermana— Una lágrima recorrió mi mejilla cuando el tren desapareció por las vías.
Hermione me había dado la idea de guardar mis cosas en un bolso con el hechizo de extensión un detectable, así podía llevar una maleta vacía con Hayley mientras todo lo demás lo mantenía en mi bolso de mano.
Mi plan era simple, Harry hace algún tiempo me proporcionó su dirección, como ambos éramos del mundo Muggle podía visitarlo cuando quisiera, si lo que decía Fred era cierto entonces la orden estaría en ese lugar, solo esperaba que no fuera demasiado tarde cuando me sumara a ellos.
Caminé por varios minutos hasta que por fin vi mi tan deseado destino, la casa de Harry estaba frente a mi, al menos la que esperaba que lo fuera, cuando estaba por llamar a la puerta escuché un par de sonidos de sorpresa detrás mío.
—¿_____?— Al darme vuelta solo sentí los brazos de Hermione rodeándome con fuerza, apenas pude reaccionar ante su repentina acción.
—¿Tanto me extrañaste?— Bromee mientras devolvía el abrazo.
—Acabas de superarte a ti misma— Escuché decir a Ron mientras la castaña se separaba.
—Muy linda reunión pero tenemos cosas que hacer antes de que nos maten— Luego de decir aquello Ojo loco llamó al timbre de Harry.
—Por esto no quería decir nada— Sonreí como niña pequeña mientras Fred me decía aquello.
—No seas amargado, fue una pequeña sorpresa— Me coloqué de puntillas y alcancé a dar un pequeño beso en sus labios.
—Parece que está queriendo convencerte hermano, no caigas tan fácil, resiste un poco más— Escuché junto a mi.
—Te extrañé George— lo miré de reojo con una sonrisa.
—Está bien, ya puedes disculparla, me tiene— Reí un poco fuerte ante aquello, extrañaba las ocurrencias de estos chicos.
En definitiva luego de lo que acababa de vivir, Fred era lo más reconfortante de la situación, mientras él se quedará conmigo estaba tranquila. Mi conversación con todos iba a seguir pero entonces escuché el alboroto detrás mío, Harry se encontraba en la puerta abrazando a los chicos que anteriormente estaban conmigo, parecía reconfortado de que todos estuviéramos ahí.
Según lo poco que sabía todo era un plan para trasladar a Harry sano y salvo hasta la madriguera, si el plan salía bien entonces no tendríamos problemas, al menos no más de los que ya estaban considerados.
—Te ves bien— Fue lo que escuché decir a Hagrid desde la entrada.
Claramente Ojo loco estaba algo más entusiasmado que los demás por toda la situación así que entró a la casa como si fuera suya mientras apartaba a los que se ponían en su camino.
—Si, se ve muy hermoso ¿Qué tal si entramos antes de que alguien lo mate— No pude evitar reír ligeramente ante aquello.
—Buenas noches— Fue lo único que respondió el de gafas.
Mientras todos entrábamos a la casa pude ver algunos rostros desconocidos entre los presentes, mientras que algunos que no veía de hace tiempo también estaban cerca.
—¿Ella no estaba en el torneo de los tres magos?— Pregunté a Fred mientras pasábamos el pasillo.
—Es la prometida de Bill, ya te había contado.
—Si pero no creí que habláramos de la misma Fleur, sentí que era un nombre muy común— Dije en voz baja para que no me escucharan— Pero espera, entonces él es...
—Felicidades _____ casi conoces a todos los Weasley— Escuché el tono burlón de George.
Extrañamente me sentí poco preparada para este momento, había sido fácil con los demás ya que primero los conocí como compañeros de Hogwarts pero este era el primer hermano que no conocía de esa manera, tragué en seco mientras dirigía una mirada de pánico al chico que se hacía llamar mi novio.
—Tranquila, solo mira esto— Miró a su gemelo y ambos caminaron hasta la conversación que su hermano mantenía con Harry.
Quise detenerlos a ambos pero apenas podía pensar claramente, esto era demasiado para un solo momento.
—Nunca fue tan guapo— Dijeron los gemelos entrando— Era horrible.
—Algo es cierto, se lo debo a un hombre lobo llamado Greyback— Mostró unas marcas en su rostro de las cuales había teñido curiosidad pero me parecía descortés preguntar—Espero devolverle el favor algún día.
—Eres hermoso para mi William—Dijo Fleur dando un beso en su mejilla.
Mientras apreciaba la tierna escena pude escuchar que alguien más entraba en la habitación, no había repasado a todos afuera ya que apenas me habían dejado respirar pero tal vez así hacían más fáciles las cosas.
—Pero no olvides Fleur que Bill ahora come sus filetes crudos— Al girarme pude ver a Lupin junto al nuevo Weasley.
—Mi esposo el gracioso— Habló Tonks junto a su pareja.
—Tonks, Remus— Sonreí ampliamente mientras me acercaba a ambos y los abrazaba recibiendo la misma respuesta por parte de ellos— Los extrañaba mucho.
—Sigues siendo muy perseverante, sin responder tus cartas para saber sobre esto aún así llegaste— Dijo Lupin— Aunque han estado rastreando las lechuzas ¿Te aseguraste de que todo se mantuviera en secreto?
—Tranquilo, enseñé a Fred a usar correo Muggle, nada de lechuzas.
—Hubieras hablado conmigo, te hubiera respondido cualquier cosa sobre esto ____— Intervino Tonks.
Estaba por responder cuando otra voz interrumpió la conversación.
—Así que tú eres la famosa ____— Me di la vuelta algo nerviosa y asentí al pelirrojo— Fred no dejaba de hablar de ti, al menos cuando veníamos hacia acá.
El hermano mayor de los chicos parecía muy divertido, aunque Fred parecía avergonzado, no se porque esperaba algo más horrible si todos eran de la misma enseñanza de Molly, aunque hay excepciones como lo era Percy.
—Por cierto, tenemos noticias— Habló de repente Tonks, como si recordara un gran anuncio— Remus y yo...
Cuando estaba por contarnos se vio interrumpida por Mody, parecía tener un tino especial para arruinar momentos de sorpresa como lo era aquel.
—Ya, ya, ya, habrá tiempo para hablar más tarde, tenemos que largarnos de aquí y rápido, Potter eres menor, todavía tienes el detector.
—¿Qué es el detector?— Preguntó el chico.
—Si estornudas el ministerio sabrá quien te limpió la nariz, el punto es qué hay que usar los transportes que el ministerio no detecta, escobas, thestrals, todo eso, iremos en parejas así si alguien nos está esperando, y nos estarán esperando no sabrán cual es el Harry Potter auténtico.
—¿El auténtico?—Preguntó Harry
—Me parece que estás familiarizado con esta poción— La licorera que Ojo loco tenía era algo espeluznante, pero dentro era obvio lo que había, solo una asquerosa poción que esperaba no tener que tomar.
—No, por supuesto que no— Se negó el elegido.
—Le dije que no estaría de acuerdo—Habló Hermione.
—No, si creen que dejare que arriesguen su vida por mi...
—Como nunca lo hemos hecho— Dijo Ron con algo de sarcasmo.
—Vamos Harry, deja de hacer que te roguemos, estamos perdiendo tiempo valioso— Repliqué al chico.
—No, esto es diferente, tomar eso, convertirse en mi, no.
—A ninguno de nosotros nos parece bien— Apoyó Fred.
—Si, imagina si algo sale mal y terminamos siendo flacos cuatro ojos para siempre—Completó George.
Hice una mueca ante la simple idea de terminar teniendo a Harry como mi novio, no era feo pero desde que le había dicho que lo veía como un hermano no podía cambiar esa perspectiva.
—Todos son mayores de edad Potter, y aceptaron correr el riesgo— Dijo Mody— Bueno, ella aún no se que hace aquí pero no hay tiempo para que se vaya.
—Adorable— Hablé con sarcasmo al ver que me señalaba a mi.
—Técnicamente yo fui obligado — Se aclaró la garganta un sujeto extraño— Mundungus Fletcher señor Potter, siempre he sido su admirador— Expresó con una sonrisa.
Esto cada vez se ponía más extraño.
—Cállate Mundungus— Nos giramos nuevamente hacia el ahora líder de la misión—Ahora Grenger hazlo— Hermione arrancó un cabello de la cabeza de Harry sin siquiera pedir permiso.
—Diablos Hermione.
La molestia del chico era palpable pero también era obvio que a nadie le importaba.
Cuando tuvieron todo listo colocaron el cabello en la licorera y el mayor la mezcló un poco, ahora tenían que seguir con el plan.