52• No puedo hacerle daño...

905 54 11
                                    

Aún parecía haber cosas raras en Draco y Ana, los había visto merodeando por los pasillos muy tarde nuevamente, seguía siendo extraño.

Los ignoraba sobre todo para mantener la tranquilidad en la extraña guerra que se había formado entre la chica y yo, no quería desatar algo peor, mucho menos después de que me golpeó, si eso fue a la más mínima provocación no sé de qué sería capaz con algo más grande, algunas personas lo verían como un acto cobarde, yo sabía defenderme pero no quería tener que enfrentarla, a pesar de todo aun le tenia cierto aprecio.

Despertarme por las mañanas cada vez era un suplicio mayor, había días que solo quería quedarme en cama y no salir pero si faltaba a clases nos quitarían puntos, además, no estaba dispuesta a lidiar con una Hayley histérica por mi estado de animo (principalmente la última opción).

Me arreglé para poder bajar a desayunar, mientras quitaba mi corbata de la mesa de noche un pedazo de pergamino termino en el suelo, lo tome entre mis manos y recordé que había estado en mi cama unas noches atrás, lo oculté en mis bolsillos y salí de la habitación, me encargaría de esto luego de desayunar.

Al encontrarme frente al gran comedor mi humor parecía haber mejorado bastante, no había notado que las tripas me rugían desde que desperté así que esto me parecía una enorme salvación.

Camine entre las mesas y me senté junto a Emily que se encontraba saboreando un pedazo de tarta de cereza.

No tarde mucho tiempo en servirme una gran cantidad de pan tostado con mermelada junto a un par rebanadas de  pastel.

—Parece que no has comido en años, terminarás con dolor de estómago — se burló Emily.

Tome un tenedor y metí una gran pieza de postre a mi boca, me giré hacia la chica comenzando a masticar con una gran expresión de satisfacción.

—Lo siento Mamá Emily, te prometo que no me dolerá nada—rodó los ojos y volvió a su plato—he olvidado bajar a cenar ayer, tenía mucha tarea pendiente así que fui de la biblioteca directo a dormir.

—Creí que había sido a ver a Ron a la enfermería, al menos eso me contó Lavender cuando regresó a la sala
Común.

—Claro, pero no me quede demasiado tiempo, dejamos a Hermione con él.

—Eso explica por que parece que Lavender cometerá asesinato en cualquier momento—al ver mi cara de confusión Emily señaló a la mesa de en frente dejando ver a una rubia bastante furiosa.

—Wow, eso si es aterrador.

Estaba por volver a mis asuntos con mi desayuno cuando noté que Draco y Ana entraban en el gran comedor, me quedé mirando fijamente a ambos cuando sentí un pequeño golpe en mi costado.

—¿Qué?—me giré algo desconcertada.

—Se que han tenido sus problemas pero sé más discreta—dijo Emily en voz baja.

De reojo pude observar que ambos chicos salían tan pronto como habían llegado, me iba a hacer de la vista gorda cuando un Harry algo alterado salió detrás de ellos.

—Va con Draco—murmure para mi misma.

—¿Dijiste algo?—preguntó la castaña.

—No, solo que ahora vuelvo, voy al baño—me levante con algo de torpeza—guárdame un par de tostadas.

Trate de salir de forma rápida pero discreta del lugar para no perderlos de vista y no levantar sospechas.

Alcance a observar a Harry perdiéndose de vista entre los pasillos.

Me encontraba algo pérdida, el castillo era enorme y no veía a Ana en ningún lado, cuando di vuelta hacía él área de las mazmorras escuche a alguien detrás de mi.

—No puedes meterte en tus asuntos ¿cierto?—vi a la rubia parada frente a mi.

—No quiero pelear, solo quiero saber qué pasa—coloque mis manos junto a mi cabeza en son de paz.

La chica extendía su varita y mantenía una posición de duelo, se veía enfadada pero era claro que escondía un enorme terror. Baje lentamente una de mis manos hasta mis bolsillos y saqué el pedazo de pergamino.

—Tú me dejaste esto, no sé cómo lo hiciste pero sé que es tuyo, conozco tu letra.

—Parece que no eres tan estupida como creía—rodé los ojos.

—Estoy tratando de que hablemos, el papel dice que me vaya de aquí ¿Por qué?

Baje mis manos y tome mi varita imitando su posición, estaba confundida pero no dejaría que me asesinara.

—¡¡Solo lárgate, no te estoy pidiendo nada a comparación de las consecuencias!!—alzó la voz mientras sus ojos se llenaban de lagrimas.

—¿Qué consecuencias? ¿De qué hablas?

Movió su muñeca con destreza lanzando un hechizo directo hacia mi, logre evitarlo con un contraataque pero sabía que esto no podía salir bien.

—Quiero ayudarte, por favor—pedí en forma de súplica

—¡¡CÁLLATE!!

Otro hechizo casi me golpea, no quería atacarla pero ella parecía no detenerse, rayos de luz salían de su varita uno tras otro dándome oportunidad si quiera de pensar.

No podía atacarla, simplemente no podía hacerle daño.

Al ver que no se detendría aproveché una pequeña distracción suya, logré desarmarla con un Expelliarmus y me aleje de ahí lo más rápido que pude.

Sentía una gran impotencia en mi, pudo haberme matado y no hubiera hecho nada ¿Porqué seguía justificándola?

Sentía mis ojos cristalizados pero el llanto era algo que no podía permitirme, no por ella, estaba claro que ya no quería amistad ni nada conmigo pero estaba segura de que si lo necesitaba yo estaría con ella.

Al pasar por el baño de los chicos vi a Harry salir de estos, se veía bastante afectado, nervioso y con una mirada en la nada.

—¿Estas bien? ¿Qué pasa?

  ~*~*~
Capítulo corto, lo sé y lo lamento pero lo que viene es lo más triste, se acercan grandes cambios para nuestra protagonista.
Y hablando de cambios quiero hacerles una petición, quiero ponerle un nombre a nuestra amada "rayita" pero soy mala para los nombres así que ¿Ideas? Las leeré todas y el que más agrade a mi y a ustedes gana.
Espero su apoyo, los amo.

Mi idiota favorito (Fred Weasley y tu)Where stories live. Discover now