Paper Hearts ❥ Kookmin Omegav...

By YoungDreamerO1

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Donde Jimin es un ratón de biblioteca y Jungkook siempre termina castigado en ella. Portada hecha por @Bacoli... More

🐁Capítulo 1🐁
🐱Capítulo 2🐱
🐁Capítulo 3🐁
🐱Capítulo 4🐱
🐁Capítulo 5🐁
🐱Capítulo 6🐱
🐁Capítulo 7🐁
🐱Capítulo 8🐱
🐁Capítulo 9🐁
🐱Capítulo 10🐱
🐁Capítulo 11🐁
🐱Capítulo 12🐱
🐁Capítulo 13🐁
🐱Capítulo 14🐱
🐁Capítulo 15🐁
🐱Capítulo 16🐱
🐁Capítulo 17🐁
🐱Capítulo 18🐱
🐁Capítulo 19🐁
🐱Capítulo 20🐱
🐁Capítulo 21🐁
🐱Capítulo 22🐱
🐁Capítulo 23🐁
🐱Capítulo 24🐱
🐁Capítulo 25🐁
🐱Capítulo 26🐱
🐁Capítulo 27🐁
🐱Capítulo 28🐱
🐁Capítulo 29🐁
🐱Capítulo 30🐱
🐁Capítulo 31🐁
🐱Capítulo 32🐱
🐁Capítulo 33🐁
🐱Capítulo 34🐱
🐁Capítulo 35🐁
🐁Capítulo 37🐁
🐱Capítulo 38🐱
🐁Capítulo 39🐁
🐱Capítulo 40🐱
🐁Capítulo 41🐁
🐱Capítulo 42🐱
🐁Capítulo 43🐁
🐱Capítulo 44🐱
🐁Capítulo 45🐁
🐱Final🐁
🐱Corazones de papel🐱: 🐁epílogo🐁
Segunda Temporada

🐱Capítulo 36🐱

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By YoungDreamerO1

El rubio se enfundaba en su chaqueta entre bostezo y bostezo. No había dormido demasiado la noche anterior, desvelándose entre libros y conversaciones con Jungkook por el móvil. Por supuesto había valido la pena, pero ahora miraba sus ojos hinchados, la marca de la sábana en su mejilla y el frío que se colaba por la rendija de las ventanas y lo último que quería era ir a clase. 

¿La parada del bus tenía que estar tan lejos? Gimoteó.

Su padre besó su mejilla y le dió una pequeña bolsa con el almuerzo.

-Hoy no podré darte dinero para el almuerzo, así que come esto.

El rubio asintió despreocupado.

Después, Jimin bajó las escaleras con una pequeña sonrisita. Le gustaba empezar los días sonriendo porque aquello lo ayudaba a sobrellevarlos, pero su sonrisa se ensanchó hasta convertirse en verdadera cuando sus ojos se toparon con la moto de Jungkook, y el pelinegro encima.

-¿Q-qué...?

-Venga, súbete, hace un frío de la hostia- gruñó.

El Omega trotó entusiasmado hasta él.

-¿Por qué estás aquí?- pregunto curioso- Ya te he perdonado, y dijiste que aquella banda ya no...-

-Porque quiero. Te llevo porque quiero. Claro que si tú no quieres...- comenzó persuasivo. Jimin brincó rápidamente, se colocó el casco y se montó tras él.

-Sí quiero, quiero mucho- contestó- Odio caminar a la parada del bus. Está tan lejos.

-Taxista Jeon a domicilio, lo que faltaba- Jungkook rodó los ojos, y arrancó la moto.

...

-Eso es increíble, Yoongi- el rubio musitó asombrado.

El pálido sonrió mostrando todos sus dientes y encías.

-La verdad es que no lo esperaba tan... Tan dulce. Lo miras desde fuera y parece un Jungkook 2.0.

-¿Jungkook 2.0?

-¿A que es ingenioso?- Yoongi rió entre dientes- Bueno, eso. Lo ves tan alto, tan fuerte y todo tatuado y piensas que va a ser todo un rompecorazones. Pero en realidad es muy romántico y... El otro día quedamos y me recibió con una flor... Siempre quiere pagarlo todo él, es...-

-Es precioso- Jimin musitó absorto. De sus ojos surgían corazoncitos enamorados, y eso que ni si quiera era Yoongi.

-Tenías razón, he sido un tonto por atrasarlo todo tanto. Tenía que hablar con él, eso era todo.

-Claro, Yoonie- el rubio sonrió.

-Pero estaba muy preocupado, c-como habíamos tenido sexo nada más conocernos pensé que... Que él...

-¿Qué te rechazaría por eso?- Jimin negó abruptamente y continuó- Eso da igual, el orden de los factores no altera el producto. Cada relación tiene sus fases y...

-¿Y en qué fase estás tú con Jungkook? ¿Eh?

El rostro de Jimin se sonrojó.

-Estamos hablando de ti- musitó rápidamente.

Los gatunos ojos de Yoongi se abrieron divertidos.

-Oh, eso es que ya estás avanzando. ¿Qué pasa, hum? ¿Has hecho alguna cochinada y no me lo has dicho?

Jimin boqueó perdido.

Habían muchas formas de responder a aquella pregunta, pero sería mentira si la negara. Todavía no habían llegado a palabras mayores, pero prácticamente había recorrido todo el camino con Jungkook. Que el día anterior se hubiera corrido a horcajadas del Alfa, mientras este simplemente le metía los dedos, había sido un argumento bastante consistente al respecto.

-H-hemos hecho cosas...- murmuró en un hilito de voz.

-¿Cosas? ¿Qué cosas?

-¡O-oye! Déjame, tú no eras así. A ti te daba vergüenza hablar de sexo- le reprochó.

-Ya. Hasta que lo probé- rió y abrazó sus rodillas.

Jimin lo miró curioso.

-¿Tae y tú habéis vuelto a...?

Yoongi rió asintiendo.

-¿Por qué perder el tiempo? Es que... B-bueno, ya lo hemos hecho, no tiene sentido retrasarlo si los dos queremos hacerlo otra vez... Y mientras tanto nos vamos conociendo, tenemos citas... Esas cosas. 

-Osea que vais enserio- Jimin contestó.

El rostro de Yoongi se inundó en rojo.

-¿Supongo? 

El Omega pálido se vió asaltado por los abrazos de su amigo.

-¡Pero eso es genial! ¡Tenemos que celebrarlo!

Su ceja se arqueó.

-¿Tenemos?

-¡Tenemos que hacer una fiesta!

Yoongi negó abruptamente.

-No más alcohol. No más ir a ese sitio y...

-No hablo de ese sitio- sus ojos se alzaron emocionados- En unas semanas es mi cumpleaños. Nunca he tenido amigos con quienes celebrarlo, me gustaría hacerlo esta vez. Hacer una fiesta en algún sitio... Las fiestas son geniales- asintió para sí mismo.

-¿Es tu cumpleaños?- Yoongi le preguntó igual de entusiasmado- ¿Cumples los dieciocho?

Jimin asintió.

-Me apetece tanto celebrarlo- bufó soñador- Invitarte a ti, a Tae... A Jungkook- se ruborizó repentinamente, levantándose del suelo de un brinco- ¡Tengo que hablarlo con Jungkook!

-¿¡Ahora!? ¡Tenemos clase en cinco minutos!

-¡No puedo aguantar más!

...

El Omega recorrió cada rincón que conocía esperando encontrar al Alfa, incluso la Biblioteca, pero Jungkook ni parecía estar por ninguna parte.

¿Se habría ido a casa?

Más le valía que no lo hubiera hecho, o todo los avances se habrían ido al traste.

Con un puchero inconsciente en los labios, el rubio estaba por finalmente desistir y marcharse a su clase cuando escuchó la puerta del director abrirse y ver al Alfa salir de ella.

Jungkook reía entre dientes y colocaba un cigarro tras su oreja.

-Guárdate eso hasta que salgas de aquí, por todas las lunas- gruñó Seokjin quitándoselo y lanzándolo en sus manos.

-No me lo voy a fumar aquí- el azabache rodó los ojos- No quiero volver a hacer saltar la alarma de incendios- sus labios se ensancharon- Qué recuerdos.

-Vamos, fuera de aquí, tengo cosas que hacer- el mayor se cruzó de brazos- Espero que todo siga como ahora, espero que este cambio tan bueno sea enserio, Jungkook.

-Que sí, no me calientes más la cabeza.

-¡Esa boca, Jeon Jungkook!

Una vez la puerta se cerró, el rubio salió de su pequeño escondite, encarando al Alfa. Este alzó la cabeza rápidamente y los ojos de ambos conectaron.

-¿Cach...-

-Te estaba buscando- Jimin miró la puerta del director- ¿Ha pasado algo o...-

La sonrisa que apareció en los labios de Jungkook fue genuina.

-Lo ha hecho.

Jimin se tensó.

-¿El qué? ¿Va todo bien?

-¿A que no sabes quien ha sacado un jodido diez en el examen de lengua?

Los ojos del rubio se abrieron como platos.

-¿¡Tú!?

-Nah, en verdad no- rió- Pero he sacado un precioso seis. Un jodido y magnifico seis ¿sabes lo que significa eso Jimin?- El rubio permanecía entusiasmado y expectante- No más tardes en detención, ni en la Biblioteca, no más castigos. Hasta que la vuelva a cagar, claro, pero hasta entonces... Soy libre, la luna- resopló.

El corazón de Jimin se agitó furioso en su pecho.

-¡Eso es genial! ¡Sabía que aprobarías!- sin poder evitarlo, se abalanzó contra el Alfa y envolvió su cuello en un abrazo feliz. Jungkook lo envolvió de vuelta con fuerza, alzándolo en el aire- ¡K-kook!- rió el rubio.

Jungkook lo devolvió a tierra, pero no lo separó de su pecho.

-Esto es gracias a ti. Porque confiaste en mí a pesar de que soy un desastre.

-Eso no es cierto...

-Lo es. Ni si quiera me leí literatura. Esto ha debido ser la tarde del jueves, que me dió demasiada suerte- bromeó

-Esa tarde sí que fue un desastre, cállate- el rubio se apartó de él, sin desenrollar sus brazos del cuello del tatuado y lo miró genuinamente divertido- Fue mi beso de la suerte- alzó las cejas convencido.

-¿Ah, sí? Pues voy a necesitar muchos de esos entonces, porque no es que tenga mucha suerte en las cosas- lo sostuvo de la cintura.

Jimin rodó los ojos con suavidad.

-Sí la tienes- musitó.

El azabache aproximó su rostro al contrario.

-Es verdad.

Jimin cerró sus ojos, esperando ser besado, pero todo lo que sintió fue las manos de Jungkook en sus muslos y ser alzado en brazos. Se sujetó automáticamente en su cuello, tratando de mantenerse allí.

El Alfa comenzó a andar sin importar qué.

-¿¡Jungkook!? ¿Q-qué haces, estamos en el Institu...?

-Voy a celebrar las buenas noticias.

-Tengo clase- lloriqueó- Bájame, bájameeeeeeee.

-¿Esto es enserio? ¿No te la saltarías por mí?- fingió sentirse ofendido.

-Sí lo haría si fuera algo importante- sonrió divertido- Pero estoy seguro que quieres celebrarlo en los baños que pilles más cerca, y no quiero que nos castiguen de nuevo.

-Joder, me has descubierto- respondió bromeando- Bueno- Jungkook lo devolvió al suelo de nuevo- Pues la celebración se pospone. ¿Esta tarde en mi casa? No podré recogerte porque tengo unos planes con Taehyung, pero estoy seguro de que sabrás llegar.

-E-espera ¿Cómo que recogerme? ¿Te vas?

-Eh... ¿Sí?

-¡No!

El azabache cogió su teléfono y frunció el ceño.

-¿Perdona?- le habló poniéndolo en su oreja- Joder, cachorro, me están llamando. Es urgente, eh...

-¡Jungkook!- lloriqueó frustrado.

-¿¡Qué tengo que irme ya mismo!?- abrió los ojos desorbitados- Mierda, Jimin, me necesitan. No puedo quedarme aquí.

-¡La pantalla está apagada, eres un mentiroso!- le chilló.

El azabache se había alejado paulatinamente de él. Antes de doblar en la esquina, Jungkook sonrió ladeado y le guiñó el ojo.

-¿¡Jungkook!?

...

Jimin se despidió de Yoongi en la puerta de la heladería, a pesar de que el pálido había insistido en llevarlo él mismo a casa de Jungkook con su bici, el rubio le había dicho que no importaba. Llevaba mucho tiempo sin coger el autobús y por una vez que lo hiciera no pasaría nada.

La verdad, era que necesitaba un tiempo solo para pensar, y aquellos cuarenta minutos en autobús fueron los suficientes y necesarios.

Necesitaba pensar sobre muchas cosas. Sobre él mismo, sobre sus amigos, sobre los deberes que tenía qué hacer y cómo se organizaría el fin de semana para estudiar, sin embargo, todo en lo que pudo acabar pensando fue en Jungkook.

El rubio cerró los ojos mientras escuchaba música en sus auriculares, y su mente se inundó del Alfa. De sus ojos cuando lo miraba, su sonrisa de dientes pronunciados, su pelo largo, sus tatuajes... Su estómago se revolvía emocionado sólo de imaginarlo. Y es que Jimin jamás había pensado que las cosas pudieran acabar así, jamás se había planteado que podría estar enamorado hasta las trancas de un Alfa como él. El Omega no era el más indicado para hablar de apariencias, él era el estereotipo de nerd hippie personificado, pero no pensó que pudiera congeniar tan bien con alguien tan opuesto. Alguien que se saltaba todas y cada una de las normas con sonrisas burlonas, y le daba igual. El primer día que Jimin llegó tarde al Instituto, había llorado por los nervios, y ahora no hacía más que saltarse clases, llegar tarde a todas partes, e incluso asistir a detención.

Todo estaba cambiando.

Su mente le pedía a gritos que echara el freno, o acabaría siendo como Jungkook, despreocupado y rebelde. Pero aquello no era cierto. Porque del mismo modo en que Jimin había adoptado ciertas conductas del Alfa, había sido al revés, y Jungkook estaba haciendo todo lo posible por ser mejor persona. Había abandonado el mundo ilegal que lo envolvía y pretendía comenzar a formarse un futuro. Ya no estaría castigado nunca más, y estaba aprobando.

Jimin no podía evitar sentirse algo entusiasmado de que él tuviera mucho que ver en ello, de que gracias a él, Jungkook estuviera mejorando.

Mejorar era muy subjetivo, pero el Omega no se había referido en ningún momento a sus calificaciones, sino a cómo sonreía en comparación a meses atrás. En que ahora lo hacía constantemente cuando él estaba cerca.

El rubio imaginó su sonrisa y no pudo evitar sonreír de vuelta.

Y pensando en lo que le había dicho Yoongi aquella mañana, y en cómo aquello había agitado su corazón esperanzado, Jimin supo que no necesitaba recibimientos con flores o romanticismo, siempre que tuviera sus dibujos, sus corazones de papel y aquel sitio oculto tras una verja.

...

Jimin sintió que se le salía el alma del pecho cuando finalmente llegó al piso de Jungkook. Se escurrió por la pared, en un intento desesperado por apoyar su peso en cualquier parte. 

¿Por qué tenía que vivir en el último piso?

La puerta al final del pasillo estaba abierta, y como si fuera arte de magia, Jungkook apareció por el marco de la misma. Llevaba el pelo atado en un moño desordenado y vestía de chandal.

En ese instante, la puerta del ascensor se abrió a sus espaldas y de ella surgió una mujer con dos niñas de la mano. Saludó cordialmente a Jungkook y después se introdujo en una puerta. Jimin miró atónito y confundido al ascensor.

-¿Qué...?

-¿Se me había olvidado decirte que ya iba el ascensor?- Jungkook contuvo una risa.

El rubio lo miró con los ojos bien abiertos.

-¡Te voy a matar!

Como si una poderosa fuerza se hubiera apoderado de él, Jimin recobró las energías y corrió fulminante hasta Jungkook, quien no hizo nada por ocultarse o huir de él. Simplemente lo esperó, y entonces, cuando lo tuvo cerca, lo cogió como un saco de patatas y lo adentró en el apartamento.

-¿¡Qué haces!? ¡Bájame! ¡Nos íbamos a pegar!

-¿Quieres pegarme?

-¡Sí!

-Y yo que tenía otros planes- resopló.

Cuando la cabeza del Omega volvió a estar boca arriba, fue sobre él colchón de la cama de Jungkook. Sus pupilas se dilataron y respiración se entrecortó, ante lo que sabía estaba por venir.

Y puede que sonara completamente desvergonzado, pero desde que había sentido los dedos de Jungkook en él, no había querido parar.

Se incorporó lentamente, bajo la atenta y depredadora mirada del tatuado. Sacó la mochila de su espalda, y dejó que esta cayera al suelo. Después, volvió a encarar a Jungkook.

-¿Y qué planes son esos?- musitó.

Jungkook se acercó a él, calmado y atento.

-Yo había pensado en agradecerte la nota del examen. ¿Te gustaría? Dime, ¿cómo quieres que te lo agradezca?

...


-K-kook...- Jimin lamió sus labios entre respiraciones agitadas. Apenas podía mantener sus ojos abiertos, mientras el Alfa succionaba su cuello y se deshacía de sus pantalones.

Jungkook luchó contra la imperiosa necesidad de clavar sus colmillos y trazó un camino abajo hasta su clavícula. El jersey le estaba dificultando la tarea, así que lo incorporó en la cama y se lo sacó de encima, haciendo lo mismo con la camiseta de manga corta que llevaba bajo.

Nunca Jimin se había desnudado tanto con el Alfa. La mayor parte de las veces simplemente quedaba desnudo de cintura para abajo, y eso era todo, pero ahora se encontraba sólamente en ropa interior, siendo devorado por los ojos hambrientos de Jungkook.

El Alfa, a horcajadas de él, y todavía vestido de arriba a abajo, se incorporó para observarlo todavía mejor. Su torso fuerte y níveo, sus pezones rosados, y su goteante erección cubierta por lencería de encaje. Pasó su mano tatuada por todo él, hasta llegar a su cuello y apretar levemente. El rubio jadeó, los cristales de sus gafas se empañaron.

Antes de poder seguir llenando su mente de imágenes indecentes con el cachorro, Jungkook bajó a sus labios y lo besó, amplio y hondo. Las manos de Jimin subieron a su cabello y tiraron de él, mandando al traste su desastrado moño. Después, el tatuado besó su mandíbula, su cuello, su torso, y se detuvo de más en sus pezones, estimulándolos con su lengua y el piercing que llevaba en la misma. Los ojos del rubio rodaron en blanco. No podía hacer más que luchar por obtener un mínimo de oxígeno mientras se deshacía en gemidos, sobreestimulado y absorto. 

Los besos siguieron su camino abajo hasta su ombligo, y después la tela de sus braguitas. Con una mirada cómplice, Jungkook las retiró, y el Omega se vió completamente desnudo y vulnerable ante él. El rubio tragó saliva, apretando las sábanas bajo él en un gesto nervioso. Jungkook, que se percató de ello, lo miró con ojos tranquilizadores y entrelazó aquella mano temblorosa con la propia.

Jimin podría haberse puesto el triple de nervioso debido a aquello, pero su mente se quedó sin la sangre suficiente para pensar cuando Jungkook metió su miembro en su boca.

-L-la luna... -gimió arqueándose.

El Alfa lo lamió de arriba a abajo. Nunca le había hecho algo como eso al rubito, pero definitivamente se lo merecía. Se merecía demasiado. Jungkook se dejó apretar y rasguñar su mano mientras devoraba al Omega, lo estimulaba con su lengua y lo tragaba hasta el fondo. Con su mano libre, el azabache palpó entre sus cachetes lubricados e introdujo un dedo. Jimin gritó.

El Alfa no pudo permitirse levantarse a por el lubricante, no cuando anhelaba como una necesidad vital hacerlo gemir constantemente. 

Jimin comenzó a retorcerse ahogado. Balbuceaba palabras inconexas, y todo empeoró cuando Jungkook metió un segundo dedo, y un tercero, y subió sus piernas temblorosas a sus hombros mientras continuaba estimulando su miembro con la boca.

El Omega nadó a partir de entonces en una espiral de placer, sin poder sentir nada más que las cálidas sensaciones en su entrepierna, y en su trasero. Jungkook lo volteó a segundos de correrse, lo hizo ponerse con el culo en pompa para facilitarle meterle los dedos, y entonces lo folló con ellos hasta el fondo, y finalmente Jimin se corrió contra la almohada, en sollozos impotentes y lloriqueos ahogados. 

El rubio friccionó su desgastada polla hasta derramarse por completo en las sábanas, y perdido en sus propios temblores y espasmos, no pudo ser consciente de Jungkook sobre él, desabrochando su cinturón y bajando su bragueta con urgencia. El azabache estaba seguro de que si lo hubiera embestido en aquel momento, ni si quiera lo habría dañado, no después de haberlo follado con tres de sus dedos por minutos, pero no lo hizo. Colocó su erección entre sus lubricadas nalgas y se masturbó con ellas, llegando al orgasmo en apenas segundos como un adolescente inexperto. 

El clímax lo asaltó desprevenido, haciéndolo caer sobre el cuerpo dócil del Omega, y frenar la caída con sus temblorosos brazos antes de aplastarlo. Gruñó en la oreja del rubio y se derramó en él en embistes desordenados, completamente perdido y embriagado.

-Joder- jadeó sin aire cuando pudo volver en sí.

Desde tan cerca, podía ver los párpados del rubio luchando por no cerrarse, y su rostro completamente ruborizado y satisfecho. Jimin lo miró a través de sus pestañas y los cristales empañados de sus gafas.

Expectante, Jungkook esperó que dijera algo. Había sido un impulso complacerse con su trasero, no sabía si había ido demasiado lejos, no sabía si la había cagado, pero todo lo que hizo Jimin fue sonreír y cerrar sus ojos.

Y eso fue suficiente.

...

El Omega cayó rendido minutos después de correrse. Jungkook, de vuelta en su mente fría, reconocía que quizás, sólo quizás, lo había llevado demasiado por el límite. Chuparle la polla mientras le hacía dedos había sido demasiado para un Omega que simplemente se corría con dos de ellos, pero oye, tampoco se arrepentía. Jimin no parecía hacerlo tampoco, durmiendo y roncando con suavidad sobre la cama del Alfa, completamente desnudo y en calma.

Precioso.

Jungkook cogió una toalla húmeda y limpió su propia corrida en su espalda y trasero, deteniéndose de más en los graciosos hoyuelos sobre el mismo. Después, le permitió descansar por todo el tiempo que él tomó una ducha, quitándole las gafas que se clavaban incordiosas en su rostro, pero cuando terminó hubo de despertarlo.

Jimin revoloteó sus párpados confundido. El azabache lo observaba con más cariño del que hubiera deseado, pero hacía tiempo que había perdido la batalla con su lobo. Su pelo goteaba húmedo contra su camiseta de manga larga.

-Buenos días, cachorro- murmuró con suavidad.

-¿Uh?- Jimin parpadeó aturdido hasta abrir sus ojos por completo- No veo nada ¿Y m-mis gafas?

-¿Eso es todo lo que te importa?- Jungkook sonrió ladeado y lo observó de arriba a abajo, completamente desnudo. El rubio se dió cuenta de ello y se sonrojó.

-P-pero...- se incorporó abruptamente- ¡N-no me mires!- Jimin tanteó rápidamente en la cama hasta encontrar sus gafas, entonces se lanzó contra Jungkook y se las puso en el rostro. La visión del Alfa se tornó borrosa.

-¡Hey!- los ojos del azabache se entrecerraron mareados. Las retiró de su rostro con diversión, observando a un torpe Jimin cubrirse con su ropa arrugada y del revés. Los ojos del Omega se desviaron abochornados a la mancha reseca en la cama- Sí- Jungkook suspiró- Voy a cambiar las sábanas. ¿Te gustaría ducharte mientras tanto?

Jimin asintió mirándolo de vuelta.

-¿Necesitas ropa o...?

-N-no, esta vez no se ha manchado- se ruborizó. Bordeando la habitación, Jimin encontró la puerta de la misma. Antes de salir, Jungkook se percató de algo.

-Cachorro, te dejas esto- se acuclilló por sus braguitas rosas y se las cedió. Jimin alcanzó el tono más oscuro en la escala de sonrojo y las cogió con un chillido, desapareciendo rápidamente por la puerta.

...

Tengo la sensación de que he narrado muy rápido el lemon but es porque me encargaré de escribir todos los detallitos cuando hagan el frutifantástico.

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