Katniss P.O.V.
Lo había hecho después de varios meses, le había pedido a Peeta volver a regresar a donde estábamos antes pero mejor sin errores, sin tropiezos, sin dudas...
—No. —me respondió.
Y había quedado tan anonadada que no dije nada. No dije nada cuando me besó en los labios y se fue en silencio. Fue tan impactante que no cené ante la mirada extrañada que me daban mi madre y mi hermana menor.
Gale no dijo nada de Peeta, no habló pestes de él, ni nada, si quiera su nombre se atrevió a decir. Clove no dejaba de parlotear y chillar, sólo... quería salir del shock para no ser grosera pero lo máximo que hice fue asentir. Qué demonios me estaba pasando, sabía que estaba ahí, sabía que pasó y que ésta era yo pero no sentía, no sentía absolutamente nada.
El amor es raro. —recuerdo que había dicho Johanna alguna vez y no podría estar más en lo cierto.
Peeta.
Su nombre sonaba tan vago en mi mente, no me podía concentrar en nada y era irritante porqué ¿no era yo la que lo rechazaba? ¿No se suponía que él no rechistaría y volvería conmigo en un abrir y cerrar de ojos?
El amor es raro. —Johanna estaba en lo cierto.
Prim me llevó un somnífero a la cama cuando eran aproximadamente las tres de la madrugada y me vio despierta llorando aunque no sabia que lo estaba haciendo hasta que me lo dijo.
[...]
El sentimiento impersonal se estaba yendo y volví a vivir poco a poco. Recordé el apellido de Madge y la busqué por lo que puede decirte tanto verdades crudas como mentiras ridículas. Google.
Madge Undersee.
Aparecían varias opciones pero entré en la que más me llamó la atención y decía así:
"Castor el conductor de Carreras más rápido de E.U. del año pasado. Se ha casado, sí. Han leído bien. ¡Se ha casado! Nunca nadie había pensado que se casaría con alguien que no estaba interesada en la fama y fortuna. Muchos especulan que ella sólo lo quiere por el dinero pero los creyentes en el amor lo niegan, ya veremos que pasa en un par de años con esta mujer que se hace llamar Madge Undersee..."
La noticia tenía fecha de hace tres años y medio. Si Madge estaba casada no podría ser ella, ¿no? No tendría lógica, ni ella está tan loca.
Ahora volvemos al principio. ¿Quién es?
Mi teléfono vibró y se escuchó en todo mi estudio.
"Peeta. 10:20 a.m.
Arréglate, vamos a salir."
"Yo. 10:21 a.m.
Vamos a salir?"
"Peeta. 10:21 a.m.
Sí, y es mejor que te abrigues bien. Llego en 10;) ."
Ok, eso fue raro.
[...]
—¿Puedo ver?—pregunto por milésima vez.
Peeta había llegado exactamente en diez minutos, como dijo que lo haría y luego de llevarme en su auto me vendó los ojos impidiéndome ver el camino... igual que aquella vez.
—Sé lo que estas pensando así que detente, ahora.—advirtió Peeta.
—No estoy pensando en nada, solo quiero que me dejes ver —repuse rápidamente. Nos bajamos del auto y caminamos varias cuadras.—. ¿Ya casi llegamos?
Al instante me quise golpear por hacer esa pregunta, yo se la hacia a mi papá cuando era niña y estaba ansiosa de llegar a un lugar. Él pareció notarlo y escuché que sonreía cuando dijo:
—Sí, pequeña, cuidado vienen varios escalones.
No lo dijo en plan burlón, lo dijo como si en realidad me quisiera como si me creyera una niña pequeña. Lo dijo con amor.
Estuve en silencio el resto del tiempo. No sabía que decir, él me había dicho que no quería volver conmigo y ahora me invita a una salida a... a.. bueno, ni siquiera me dijo. ¿Quién se cree que es?
Hasta que lo escuché. Mucho ruido. Muchas voces. Mucha gente. Y el inconfundible sonido de...
Nos detenemos y me quita la venda que me obstruía la vista. Peeta me trajo a la pista de patinaje comunitaria, y yo no podía con mi propia emoción.
Peeta P.O.V.
Era fascinante.
No pensé que le gustara tanto la pista de patinaje, pero cuando le quité las vendas vi como sus ojos se iluminaban y la preocupación de sus facciones se esfumaba.
Se giró hacia mi con su hermosa sonrisa en los labios. No dijo nada sólo me abrazó y eso me encantó.
Estuvo realmente feliz y emocionada cuando se ponía los patines. Parecía saber lo que hacia cuando entró a la pista de patinaje con exuberante confianza.
Tranquilidad era lo que emanaba cuando se deslizaba por el hielo, de vez en cuando una niña o niño se caía y ella les ayudaba.
Sé que se preguntarán. ¿Y dónde está Peeta (el hermoso trasero) Mellark?
Pues verán, estaba tropezando detrás de Katniss, no sabia que ella era tan buena en esto. Me debo ver patético.
Katniss se volteó a verme y se rió a carcajadas. Patinaba de espaldas, se reía y no perdía el equilibrio. Qué envidia.
—Te ves patético. —dijo entre risas.
Dejó de reírse y se deslizó hacia mí lentamente.
—Haremos esto —explicó pacientemente tomándome ambas manos y volviendo a patinar de espaldas. —. Yo te guiaré y te soltaré cuando vea que estas listo.
Era como si yo fuera su estudiante y ella mi profesora sexy pero esto era distinto porque no le pagaban para hacerlo, ella lo hacía porque quería, porque le nacía. Lo hacía con amor.
Y pátinamos, se notaba que a ella le encantaba su mirada se iluminaba tanto que perdí la cuenta. Reía libremente y respiraba como si no lo hubiera hecho hace millones de años... pero luego se fijó en mí y la luz se fue apaciguando.
—¿Qué pasa? —le pregunté porque en realidad quería que se siguiera divirtiendo conmigo.
No dijo nada, sólo siguió patinando con mis manos entre las suyas, obviamente.
—Dime, pequeña. —seguí intrigado. Cuando empezó a hablar miró todo menos a mí.
—¿Por qué me dijiste que no...? —se veía tan avergonzada por tener que hablar de eso. La miré enternecido.
—¿Qué no quería volver contigo?
—Sí. ¿Y por qué, entonces, me traes a una fantástica cita? ¿Por qué actúas tan... tan coquetador conmigo?
No pude evitarlo y me eché a reír.
—¡No te rías! —me gritó una sonrisa formándose en sus labios.
Cuando me hube calmado respiré profundo y busqué palabras para explicarme bien.
—Cuando estemos juntos de nuevo y pregunten ¿Cómo fue? No puedo dejar que tu digas que tu me lo pediste.
Katniss me soltó.
—¿Qué? —preguntó más enojada que sorprendida.
Pero me dolía lo suficientemente el trasero como para poder responder.
—¡Por eso me dijiste que no! —volvió a gritar. —. Pues cuando estemos juntos diré lo que en verdad pasó.
Gracias a Dios, no está tan enojada conmigo para no querer volver.
—Te conozco tan bien que sabía que ibas a decir eso. Por eso hice ésto. —chasqueé mis dedos y la música empezó a sonar.
Algunos niños que ayudó Katniss patinaron alrededor de ella y algunos mayores hicieron acrobacias perfectas y niveladas.
Katniss sólo me miraba maravillada hasta que la música se detuvo y todos los patinadores nos señalaron.
—Oh, querida, Katniss... — comencé yo.
—Te has vuelto completamente loco. —dijo al ver a todas esas personas mirando mi declaración.
—Todo por ti, pequeña —le guiñé un ojo. Se rió nerviosamente. —. ¿Me harías el increíble honor de volver contigo? Quizá no sea apto para ti pero eres lo que me mueve, lo que me hace respirar, lo que me hace pintar, eres lo que me hace falta para vivir. No sé como lo hiciste pero te aseguro que lo hiciste. Me hiciste amarte a distancia, me hiciste extrañar, me hiciste no creer en el destino a crearlo. Y Katniss yo quiero un destino a tu lado. ¿Volverías conmigo?
—Sí.
Johanna P.O.V.
Volví a conducir buscando un leve brillo de esperanza y lo encontré. Estaba en una camioneta estacionado en la esquina. Manejé hasta quedar a su lado. Era tan temprano en la mañana que no había nadie más en ésta calle.
—Señor, usted sabe como volver a la ciudad. —había dormido en el auto y sé que Finnick pensará que estoy con Kat. Pero no tengo nada seguro como la batería de mi estúpido celular.
—Eh... sí, claro. —miró su celular una vez y me examinó de nuevo como lo había hecho al principio.
Y se me prendió el bombillo.
—Señor ¿usted tiene cargador? —pregunté. Y él respondió afirmativamente. —. Y eso quiere decir que tiene celular.
El hombre rodó los ojos con impaciencia. — ¿Y el punto es?
Lo sé, estaba dando muchas vueltas pero necesitaba comida y una buena cama.
—¿Me presta su cargador... y un lugar donde cargarlo?
—Claro sígame. —y lo hice.
Pero yo no sabía que pasaría después de ese momento...
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Happy birthday to me <3!!!
Lamento no haber subido el domingo ni ayer pero ayer fue mi cumpleaños número 15 y se dice que en ese día hay que compartirlo con los que amas y blah blah blah así que no pude escribir y me fui de viaje lo que quiere decir que no sé si suba capítulo el domingo que viene.
Pero eso da igual. ¿Qué pasará con Johanna? Descúbralo en el siguiente capítulo de ¡Cambié! El próximo día que yo pueda subir capítulo xD
Nos leemos pronto! !! :* :* :*