Feliz añoooo :)
Escribí el capítulo más largo hasta ahora en celebración de que Hijo de la Luna llegó a 2k, gracias a todos los que leen, votan y comentan.
Espero que les guste.
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Es extraño dormir con una persona en tu cama, sobre todo si es el chico del que estas enamorada, pero la noche que tuvimos nos dejo tan exhaustos que no hubo tiempo de pensar mucho en lo íntimo que era dormir en la misma cama. Se sentía natural, si me preguntan. Al abrir mis ojos y verlo a mi lado me imagine despertando cada día así, no me molestaría para nada.
Me levante despacio para no despertarlo, tome una ducha, me cepille los dientes y me arregle para ir a clases. Al salir del baño vi que Polo ya no estaba en la cama, me sentí triste porque esperaba poder ver su rostro al despertarse. Baje para ir a la cocina y me pareció extraño oler la comida, era imposible que mi madre estuviera despierta tan temprano incluso en un día de semana. Entre en el momento exacto en el que Polo sirvió los huevos fritos en el plato con tocino. Sonreí, era de lo más raro ver a Polo hacer cosas tan cotidianas como cocinar. Supongo que la imagen que tenía de él en mi cabeza lo ponía en un puesto superior debido a sus poderes y que es el Hijo de la Luna y todo eso, a veces me es difícil verlo como en realmente es una parte de él, la de el chico humano con problemas normales como prepararle la comida a su novia.
-Buenos días-me dijo con una sonrisa y le di un beso, la puerta de la nevera se abrió de un golpe y reí.
-Me gustaría tener una cámara para que pudieras ver lo tierno que te ves
-tierno no es exactamente la palabra con la que quiero que me describas-dijo él sirviendo el jugo mientras yo sacaba los cubiertos
-de acuerdo, te ves...¿guapo?
-mejor-dijo y nos sentamos a comer.
-¿no necesitas ir a buscar ropa para cambiarte en tu casa?-le pregunte
-voy a ir cuando termine de comer, no creo que la srta Castillo me extrañe mucho en su clase de todas maneras-me dijo y reí, por lástima yo si tendría que aguantarme la peor clase del día.
Al terminar de comer Polo y yo nos fuimos en direcciones diferentes. Llegue al colegio sin problemas, lo suficientemente a tiempo para que no me regañaran de nuevo. Arthur se sentó a mi lado.
-Hola Sunna, estás hermosa hoy-me dijo y me quede sorprendida, Arthur desde que llegó ha sido bastante amigable conmigo mucho mas que su reservado hermano Alec, pero es primera vez que me dice algo como eso.
-eh gracias-dije un poco apenada, se le veía animado
-¿vas a ir a nuestra fiesta el viernes verdad?
-si claro- respondí con una sonrisa, mis amigas no me perdonarían si no iba.
Comenzó la clase y la profesora nos puso a realizar algunos ejercicios, cosa que ocupo mi mente por muy poco, empecé a pensar sobre lo que había pasado anoche porque no podía desecharlo y pretender que nada había pasado. Algo nos estaba persiguiendo, nos está persiguiendo, desde hace tiempo. No sé qué es ni qué busca o si sólo es otro efecto colateral de que Polo y yo estemos juntos pero no creo que sea eso, lo de anoche era diferente, peligroso, lo sentí en lo profundo de mi ser. Era el mismo miedo que tenía al ser perseguida en los sueños, ¿sería posible que lo mismo que me persigue en los sueños sea lo que me persigue en la vida real? y de ser así ¿la sombra de anoche es el monstruo de las pesadillas?. Tenía que hablar con Polo, juntos nuestras ideas tendrían más sentido.
Arthur se sentó conmigo en todas las clases y me pregunto sobre lo que me gustaba: mi color favorito, la música que suelo oír, ese tipo de preguntas. Me dieron ganas de reír, mis amigas jamas se imaginarían que este gemelo hablaba tan bien el español. A la hora de almuerzo los gemelos se sentaron con mi grupo de amigas, todas estaban felices, excepto Allison quien notó lo interesado que estaba Arthur en mi.
En la última clase del día fue que pude escaparme para poder sentarme con Polo, él al igual que todos los días, estaba ensimismado en sus pensamientos apoyado en la ventana hasta que cruce por la puerta. No me dijo nada y yo tampoco le dije nada a él, las personas llegaron al salón y muy pronto la clase comenzó.
A mitad de clase Polo coloco su cuaderno en mi mesa para que lo viera.
¿Quieres ir a mi casa después de clase?, decía en la hoja de su cuaderno. Escribí un si de respuesta.
Trate de controlar mi emoción, al fin sabría donde vive Polo, conocería más de él.
Sonó el timbre y Polo me sorprendió tomándome de la mano, fuimos caminando en silencio mientras me dirigía, noté que adonde íbamos estaba muy cerca de la playa del pueblo, podía oír las olas.
Se detuvo frente a un área desierta, lo único que se veía alrededor era una pequeña choza a diez pasos de distancia, lo demás estaba cubierto de una espesa grama que nadie se había molestado en cortar, lucía un poco abandonado.
-este es mi hogar- anunció Polo mirando a su alrededor con un poco de pena y me llevo hasta la puerta de la choza que abrió sin necesidad de llave. En el interior había una pequeña sala adornada con una mesa y dos sillas, una improvisada cocina a la derecha y vi un pasillo a la izquierda que debían de ser los cuartos.
-es... acogedor
-ni lo intentes, se que es un basurero- dijo con un sonrisa triste sentándose en la mesa, le di un beso en la frente
-a mi me gusta-dije sincera, no creo que se necesitara un gran espacio para que alguien pudiera llamar a este lugar un hogar. Las cosas que conforman un verdadero hogar son justamente las que no tienen nada que ver con lujo, se notaba en las notas de Polo pegadas en la nevera, en el juego de cartas sin guardar en el suelo, en la foto de Polo con su padre adoptivo en la pared. Aquí vivía una verdadera familia, por lo tanto esto era un hogar.
Me senté en la otra silla disponible.
-he querido hablarte sobre lo que paso anoche, tengo algunas ideas- anuncié
-te escucho
-bueno, para empezar, lo que nos persiguió anoche fue diferente a lo que nos ha pasado a las otras veces estando juntos. Por ejemplo, cada vez que nos besamos o algo por el estilo suele suceder algo en el clima o en el ambiente pero eso es todo, la única que vez que sucedió algo muy grave fue en nuestro primer beso y fue todo una ilusión. Pero anoche algo nos perseguía de verdad, y puedo jurar que es lo mismo que me perseguía el otro día cuando iba a casa y me dio el mismo miedo que cuando nos persiguen en los sueños.
-Estoy de acuerdo, lo que fuera que sea que nos persiguió anoche es lo mismo que nos sigue en los sueños
-pero pensé que sólo eran sueños y que nada de esto se volvería realidad, pensé que tu podías manipularlos
-y puedo, a veces. Pero los sueños en donde nos persiguen no los puedo controlar, no realmente, y si ahora nos está persiguiendo en la vida real debe ser por algo
- ¿qué es lo que nos persigue exactamente? lo de ayer era una especie de sombra pero en los sueños son unos lobos horribles
-no lo sé, supongo que esos lobos pueden cambiar de forma, en las pesadillas los veo pasar muy rápido al igual que una sombra
-tu abuela, los gitanos, la Luna o alguien, ¿nadie te había advertido de algo como eso?
-no-dijo en suspiro, se veía frustrado, yo también lo estaba , ambos teníamos muchas preguntas y pocas respuestas. No sabíamos por qué existía esta conexión entre nosotros, tampoco sabíamos a qué nos enfrentábamos y mucho menos por qué algo así nos perseguía.
Juntos preparamos el almuerzo y nos entretuvimos hablando acostados en su pequeño cuarto, sólo tenía una cama, un closet y un escritorio, no necesitaba más me dijo él.
Me olvidaba del resto del mundo estando a su lado, el sonido de su voz hacía desaparecer todos los años de interminables peleas con mi madre, borraba de mi memoria los momentos en donde reconocía que la mayoría de mis amigas no eran honestamente mis amigas y me hacía sentir libre, nada de deberes ni fórmulas para aprender, lo único en mi mundo era su voz. Su voz y sus hermosos ojos grises.
Eventualmente tuve que volver a mi revuelta realidad, Polo me acompaño hasta la puerta de mi casa. Mi madre estaba hablando por teléfono cuando llegue, andaba con una sonrisa más seguido debido a su nuevo novio el cual no he conocido aún, sólo me alegro de que este feliz.
Seguía siendo martes así que me tocó realizar las tareas del día, esperaba de todo corazón que esta semana pasara volando. Lauren me llamo antes de dormir, me contó que Alli estaba celosa de que los gemelos me prestaran tanta atención, le dije a mi amiga que no se preocupara por mi aunque si me molestaba que Alli fuera tan celosa.
El miércoles fue una tortura de lentitud, en la hora de almuerzo todos hablaban de lo que se pondrían para la fiesta de los gemelos, y en las clases de arte trabajamos en nuestras obras para el festival, el jueves fue igual.
La mañana del viernes desperté de buen humor, estaba lista para enfrentar un par de clases más para ser libre de nuevo aunque sea solo por el fin de semana. También se me ha contagiado la emoción por la fiesta de los gemelos, Lauren y Ashley se vendrían a mi casa para alistarnos juntas, no me pareció raro que Allison quisiera ir por su cuenta a la fiesta.
En la primera clase que tuve con Polo me senté a su lado y lo primero que me dijo fue
-¿vas a ir a la fiesta de los gemelos?
-eh si, voy con mis amigas, pensé que ya te lo había dicho
Polo se me quedo viendo por unos segundos y luego volvió su vista a su cuaderno.
-ten cuidado
No sé que quiso decir con eso pero no volvimos a hablar del tema, de hecho Polo no volvió a hablar durante todo el día, tenía la mente en otro lugar.
Salimos de clase y enseguida fuimos a comer todas juntas en el local de comida rápida más cercano, Alli decidió unirse a nosotras para ir a arreglarse en mi casa, no cuestione su decisión pero no es que me alegrara mucho que estuviera ahí.
Tomamos turnos para bañarnos una vez que llegamos a mi casa, esta mañana no tuve tiempo de esconder las botellas de alcohol que mi madre se aseguraba de dejar por todo el lugar así que discretamente las oculte mientras ellas sacaban la ropa que se iban a poner.
Yo opte por una de mis camisas favoritas y un par de shorts de cintura alta con unas sandalias porque no estaba en animo de usar tacones. Allison no fue la única esta vez en vestirse reveladoramente, Ashley y Lauren al igual que la mayoría de las chicas en el instituto, buscaban llamar la atención de los gemelos.
Cuando solo me faltaba maquillarme sonó el timbre, espere a que mi madre abriera la puerta de milagro pero no lo hizo, tuve que bajar para ver quien era. Al abrir la puerta esperaba ver quizá al nuevo novio de mi madre que venía a visitarla pero no, era Arthur.
Me quede sin habla por unos segundos, no había duda de que él y su hermano eran hermosos pero esta noche se veía increíble.
-hola Arthur, ¿qué haces por acá?
-hola, solo se me ocurrió venir a verte antes de la fiesta porque...-lo interrumpieron los gritos provenientes de mi habitación- ¿no estas sola?
-no, mis amigas vinieron a arreglarse acá ya que vivo muy cerca de ti
-ah claro. Bueno, vine a darte esto-dijo mostrándome el ramo de flores que había ocultado todo este tiempo detrás de su espalda. Ahora si que se me fueron las palabras. Lo tome de sus manos y olí las flores, eran margaritas, mis favoritas.
-espero que la podamos pasar muy bien esta noche-dijo antes de darme un beso en la mejilla e irse. Me encontraba en un trance hasta que la voz de Lauren llamándome me despertó, ¿qué rayos acaba de ocurrir?, me pregunte a mi misma.
Puse las flores en un florero improvisado con agua y subí hasta mi cuarto, mis amigas se aseguraron en dejarlo hecho un desastre, yo termine de maquillarme y ayude a las otras. Al estar listas solo nos toco caminar un par de cuadras para llegar a la casa de los gemelos que no era la más grande del pueblo pero si una de las más bonitas.
Una multitud de estudiantes llenaba el lugar, me sentí un poco sofocada al llegar, mis amigas sin embargo parecían estar encantadas buscaban por todas partes a los gemelos con la mirada. Como si hubieran sentido nuestra presencia aparecieron delante de nosotras, cada uno con un trago en la mano y una sonrisa, algo extraño de ver ya que Alec nunca sonreía.
-me alegra que hayas podido llegar bien-dijo el gemelo odioso en tono de burla
-ya sabes solo tuve que dar unos cuantos pasos
-estas muy hermosa Sunna-me dijo Arthur tomándome de la mano y desee que no hubiera dicho eso frente a Allison a quien el rostro le cambio por completo
-no te encariñes mucho Arthur, Sunna tiene un novio celoso- dijo Alli apropósito
Rayos, Alli no mentía del todo, quién sabe lo que haría Polo si viera el ramo de flores y supiera cómo me trata Arthur.
-no te pongas celosa Alli tu también estas muy hermosa, de hecho, todas están hermosas. Vengan acompañenme, les daré una vuelta por el lugar- la amabilidad de Alec me hizo sospechar por eso me quede atrás mientras mis amigas lo siguieron encantadas. Arthur se quedo a mi lado y todavía no soltaba mi mano.
-Arthur no quiero que te ilusiones conmigo yo...- él me interrumpió
-la noche está muy linda ¿no lo crees? deberíamos bailar -me dijo y no pude negarme, la música que sonaba era excelente y al igual que Arthur, prefería evitar romperle el corazón. Tengo poco tiempo conociéndolo pero siento un gran apego por él, nada romántico por supuesto, aunque lo suficiente para no querer herirlo nunca.
Pase un largo tiempo bailando con Arthur , nos interrumpieron un par de veces, más que todo chicas tratando de hablar con él. Alec apareció un par de horas más tarde con Alli pegada a la cintura, la chica parecía que iba a explotar de la felicidad, probablemente se habían enrollado.
Fui a buscar a Lauren ya que no la había visto desde que llegamos y eso me preocupaba. Arthur me ayudo a buscarla, cuando tomamos caminos diferentes me dio un beso en la mejilla y lo vi extrañada, pensé que tendría en claro que no quería nada con él, mucho menos estando con Polo.
Encontré a Ashley en el borde de la ventana y la ayude a bajar.
-estas loca, podrías haberte hecho daño, ¿cuánto has tomado?
-no me regañes Sunna, ya he tenido suficiente de ti y de Allison y de Lauren y de todas ustedes
-Ashley,¿de qué hablas?
Ella derrumbándose en mis brazos empezó a llorar.
-Siempre consiguen a los chicos que quieren, ¿por qué no puedo ser como ustedes?-le dije que era igual de linda que nosotras y que era una chica maravillosa, porque eso es lo que debes decirle a una amiga que se siente mal consigo misma, la verdad. La ayude a llegar a la cama del cuarto donde estaba para que durmiera un poco y se le pasara la borrachera. Volví a mi misión de encontrar a Lauren, me adentre en uno de los cuartos pero la luz no prendía, busque a ciegas a Lauren pero no estaba. Se abrió la puerta y me quede en silencio por miedo, un par de sombras entraron a la habitación.
-no creo que pueda seguir con esto, es claro que nunca le voy a gustar
Esa era la voz de Arthur. La reconocí al instante.
-no pierdes nada con intentarlo y si funciona sería lo mejor que nos podría pasar
¿De qué rayos hablaba con Alec? ¿De mi?
-este plan es una ilusión
-es nuestra última opción para salvarla
-¿de qué? ¿ de sus sentimientos?-preguntó Arthur molesto
-Sabes muy bien de que debemos salvarla
Uno de ellos abrió la puerta molesto y el otro le siguió, me quede unos segundos asimilando esa conversación. No podían estar hablando de mi, era imposible, o eso me gustaría creer. Porque si estaban hablando de mi entonces, ¿lo de Arthur tratando de conquistarme era un plan? y si eso era cierto entonces de qué rayos trataban de protegerme y por qué hacían algo tan malo como jugar con mis sentimientos. ¿Sería posible que los gemelos supieran sobre lo que me persigue? no, no podía ser eso, ellos eran unos simples estudiantes que venían del extranjero.
Mi mente aún daba vueltas al salir de la habitación, necesitaba despejar mi mente. Salí al patio trasero de la casa, estando ahí oí unos gritos familiares, demasiado para mi gusto. Busque con la mirada de dónde provenían, otro grito retumbo en el aire y me di cuenta de que sonaba igual a la voz de Lauren. Corrí más allá del patio hacia el bosque desesperada buscando a mi amiga que lo más seguro es que estuviera en problemas.
La luz de la luna alumbraba el árbol en donde vi su pequeña figura, estaba siendo aprisionada por unos brazos masculinos.
-Alguien ayuda!- gritó ella llorando, fui torpemente a su rescate. Tome al sujeto que la sostenía desprevenido y lo empuje lo más fuerte que pude, él se movió solo unos centímetros y me tomo del brazo viéndome a los ojos. Entré en pánico, era Brandon. Me tiro al suelo con fuerza y siguió besando a mi amiga en contra de su voluntad.
Cuando me tiro mi cabeza golpeo el suelo del bosque con fuerza, mi visión se puso borrosa, los gritos del Lauren aún sonaban de fondo, me sentí vulnerable. Trate de sentarme, mis ojos se dirigieron a la Luna por instinto y en ese instante se formo una ira dentro de mi indescriptible.
No sé decirles con certeza lo que paso a continuación, solo se que vi llamas de fuego y Brandon sufriendo, luego Lauren corriendo a la casa de los gemelos.
La oscuridad duro unos segundos antes de que pudiera recuperar la visión por completo, el cuerpo de Brandon estaba en el suelo, él estaba gimiendo de dolor. Mire mis manos aterradas, estaban cubiertas de cenizas, corrí lejós del bosque, lejós de la casa de los gemelos, lejós de mis amigas y de las personas que conocía. Por más que corrí no pude escapar de mi misma.
Mi pasos me llevaron hasta la playa del pueblo, me senté en lugar donde me di mi primer beso con Polo y las lágrimas fluyeron con facilidad. Una vez más mire mis manos con una sola pregunta en la cabeza... ¿qué había hecho?.