The cute boy |Popee the perfo...

By _Oh_Honey

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Un día de otoño llegó un chico nuevo a nuestro instituto. Él era muy callado y frío, así que decidí hacerme s... More

Capítulo 1: El chico nuevo
Capítulo 2: El trabajo
Capítulo 3: La pelea
Capítulo 4: Amigos
Capítulo 5: Grupo
Capítulo 6: La playa
Capítulo 7: Estudios
Capítulo 8: La verdad
Capítulo 9: Dulces recuerdos
Capítulo 10: Precipitado
Capítulo 11: Cute couple
Capítulo 12: Acogedor
Capítulo 13: Navidad
Capítulo 14: Año Nuevo
Capítulo 15: Noche de cine
Capítulo 16: Pareja
Capítulo 17: Bebida
Capitulo 18: Los hechos
Capítulo 19: Pijamada
Capítulo 20: Internet
Hey cutie!
Capítulo 21: Soledad
Capítulo 22: Amigas
Capítulo 23: Desolación
Hacemos preguntas a Popee y acaba mal
Capítulo 24: Amistad
Capítulo 25: Noche de pareja
Capítulo 26: La rosa
Capítulo 27: La fiesta

Capítulo 28: Su fiesta

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By _Oh_Honey

En el espejo se podía reflejar su rostro pensativo. Parecía estar detenido en el tiempo, intentando convencerse de que todo saldría bien. Popee, muy en el fondo, tenía miedo. No sabía qué pasaría en esa fiesta con su novia y con Matthew y Julia allí a su lado... Quizás acababan volviéndose todos amigos de nuevo y la intentaban convencer para que lo dejara de lado. Y quizás la convencían... Ese era el peor final que se le venía a la mente. Por eso decidió ir a la fiesta.

Él estaba cerca de ambos durante el camino. Mantenía su distancia, y cuando vio el mensaje de su novia avisando que ya habían llegado, no pudo evitar sentirse aún más nervioso. Esperaba que no pasara nada y simplemente la noche acabara mal para ella, y allí estaría él, para consolarla y decirle lo mucho que la amaba. Sin embargo, eso no pasó. Su mirada se encontraba a veces con la de ella, pero ella estaba demasiado borracha como para darse cuenta de lo que hacía o decía. A pesar de estar allí por Alice, él también se fijaba en Kedamono. No podía evitarlo, pues él había sido su amigo por mucho tiempo. Verlo hacer tantas tonterías lo ponía de buen humor, y le daban ganas de hablar con él, pero no se atrevía. Quizás era un error. Pero...

Alice estaba bailando con Scott en un lado. Julia y Matthew hablaban en el sofá, y Kedamono hablaba con gente desconocida. Popee, después de beber un trago de alcohol mezclado con fanta de limón, se acercó a su antiguo amigo. Solo quería hablar con él, ver cómo estaba, cómo le había ido la vida, solo quería eso.

—Hola. —Popee saludó a Kedamono con una pequeña sonrisa.

Esperaba que Teddy no fuera tan listo como para reconocerlo. Popee había pasado mucho tiempo maquillándose y cuidando su peluca como para que lo pillaran por solo saludar a alguien. Para su suerte, Kedamono estaba casi tan borracho como Alice, y ninguno de los dos lo reconocía bien.

—¡Hola! ¿Quién eres? —preguntó Kedamono tambaleándose de un lado a otro.

—Uhm... Tú eres Teddy, ¿no? Eres muy famoso. —Popee intentó evadir su pregunta.

—¿Famoso?

—¿Quién no se fijaría en un chico tan lindo como tú?

Popee sonrió al decir aquello. Adoraba molestar a su antiguo amigo, pero el contrario no contestó como él quería.

—No me gustan los chicos. Lo siento.

Popee empezó a reír.

—¿Por qué me deberías de gustar? Solo he dicho que eres lindo.

—Tú... Tu voz... Me suena de algo. ¿Nos conocemos?

—Sí, nos conocimos hace tiempo...

Popee miró al suelo y, en sus pensamientos, dejó escapar aquel rencor que le tenía:

"Y me dejaste de lado."

Kedamono iba a seguir hablando con él, pero Popee se había ido. En ese momento el chico no estaba para mirar a su novia y ver qué hacía. No estaba bien. Sus pensamientos parecían atormentarlo una vez más. Su único amigo lo dejó de lado. La única persona en la que confiaba. La primera persona que le hizo sentir especial lo dejó. Quería recuperarlo pero sabía que era demasiado tarde. Popee quería mucho a Kedamono, pero cuando este lo dejó de lado, su amor se volvió odio. Odio que ahora sentía Kedamono hacia él.

Aún era temprano. Popee fue al baño a recomponerse. Se encontró a gente vomitando y esperó a que acabaran de hacer un desastre en el lavabo para entrar, refrescarse la cara y volver a su plan. Intentó no pensar en en Kedamono y se centró en observar a su novia. Esperaba que ella estuviera bien en el tiempo que no la estaba vigilando. Cuando consiguió localizarla, vio que la susodicha estaba bailando con Matthew, ambos cogidos de la mano. Popee casi dejó caer su bebida por la sorpresa, pero consiguió recomponerse y mantenerse al margen. Observó la escena disimuladamente. Intentó escuchar lo que decían, y cuando vio que se acercaban mucho, envió un mensaje a Alice. Quería recordarle que tenía un novio que la amaba tanto que estaba vigilando que no se fuera de su lado. Alice contestó, y poco después entró en una habitación. Luego vio a Scott empujar a Matthew allí adentro. Scott cerró la puerta y se fue con los demás para cotillear.

Fue en ese momento en el que Popee sintió miedo. Espero que alguno saliera después de unos minutos, pero eso no pasó. Se sintió mareado, con ganas de llorar y de vomitar al mismo tiempo. Su estómago dolía de los celos, y su corazón parecía que fuera a romperse en cualquier momento. Subió al segundo piso para que los demás no lo vieran llorar cerca de las escaleras. Contuvo sus lágrimas, porque sabía que Alice no haría nada. Ella lo amaba, lo amaba tanto que dejó a los demás por él, no como Kedamono. Él nunca haría algo así. Por eso, Alice era a la que amaba. La quería a ella, solo a ella. ¿Y por qué no salía de es habitación? Se mordió el labio inferior, intentando contener aquellas emociones que sentía, pues no estaba acostumbrado a sentir emociones tan fuertes. Se llevó una mano al pelo, y siguió pensando que tal vez algo le había pasado a su novia. Rezaba para que estuviera vomitando, o llorando quizás, y que Matthew la estaría consolando. No quería pensar que ella lo engañaría.

La puerta se abrió y solo se vio a Matthew irse a la terraza del segundo piso a tomar aire. Popee lo observó de lejos, mientras se aseguraba que Alice seguía en la habitación, esperando que alguno dijera algo para saber qué había pasado. Quería entrar en la habitación y abrazar a su novia pero no podía hacer eso. Si lo hacía ella sabría que él había estado allí toda la noche, y que la había estado espiando por el maquillaje y peluca que llevaba. También podía hacerse pasar por un desconocido, sí, podía hacer eso. Se acercó a la puerta ya abierta y vio a Alice chocar con él. Fue un poco gracioso, pues ellos dos medían lo mismo, pero ese día Popee se puso plataforma para parecer más alto. Se sintió bien al poder verla y tocarla al fin, pero ella lo miró confundida. Después se fue corriendo de allí, con lágrimas en los ojos. Popee no entendía qué había pasado, y quería ir detrás de ella para preguntarle qué había pasado, pero escuchó a Scott hablar con Matthew sobre lo que acababa de pasar. Y escuchó todo lo que debía escuchar.

Fue entonces cuando sintió su corazón romperse. Se acordó de la primera vez que se rompió su corazón... Cuando su padre lo miró con total decepción al ver que no tenía ningún talento, al contrario que su hermana. Ella, que era cuatro años más pequeña que su hermano, encajaba mejor con el negocio familiar que él. La segunda vez fue cuando la vio ganar premios mientras estaba en casa, completamente solo, mirando la sonrisa de orgullo de su padre al lado de su hermana. Al menos, durante esos días, el chofer, Kim, siempre estaba a su lado para apoyarlo. La tercera vez, fue cuando vio a Kedamono alejarse de él. Pensó que no era lo suficientemente bueno, y al ver cómo su vida era tan bonita y alegre, decidió destruirla aunque fuera un poco. Eso solo empeoró las cosas. Él quería a Kedamono solo para él, pero este se fue, lo dejó solo, y le rompió el corazón. Ahora Alice, alguien en quién pensaba confiar plenamente al igual que ella lo hacía con él, le había sido infiel. Había sido solo un beso, pero de todas formas, no pudo evitar sentirse mal. Muy mal.

Matthew se fue a por Alice al enterarse que ella se iba. Empezó a correr para alcanzarla, pues no quería que volviera a casa sola y llorando. Popee se sintió tan impotente al verlo preocuparse tanto por ella... Lo único que podía hacer era llamarla para saber si estaba bien, pero quizás una llamada no era la mejor opción.

Sus pasos se hicieron ligeros, llegó un momento en el que ya no sabía ni lo que hacía, mirando a los arbustos a sus costados. Al final de la calle se adentró en el bosque. No usó su móvil para guiarse por la oscuridad. No lo necesitaba. Solo quería respirar aire fresco. Sus piernas seguían caminando mientras las lágrimas caían por sus mejillas. Su maquillaje estaba totalmente estropeado pero ya no importaba. Se acercó, poco a poco, aún mareado por todo lo que había pasado. Se hizo daño al principio pero nada se comparaba con esos sentimientos que lo consumían vivo. Sus manos temblaron al acordarse de la forma en la que Kedamono lo miró en la fiesta. Se tiró encima al recordar a su novia correr llena de lágrimas. Su corazón se hundió de la emoción al recordar a su padre. Volvió a hacerlo, una y otra vez, agradeciendo a su padre por darle un arma para defenderse. Solo para eso servía su padre, pensó.

Nadie me entiende, pensó.

Esto es lo que tenía que hacer, pensó.

No es mi culpa, dijo.

Y se rió. Se rió entre lágrimas, con dolor en su mandíbula de abrir tanto la boca para reír. No podía parar de reír. Abrazó el cuerpo que yacía debajo suyo, buscando algo que lo confortara. No se podía creer lo que acababa de hacer, pero se sentía tan libre y tan bien que no quería que esa noche acabara. Tocó el cabello del chico y lo miró a los ojos. Su sonrisa nerviosa volvió a salir, mirando los labios de Matthew. Esos labios que habían besado a su novia... Quería quitárselos, pero no podía hacer eso. A pesar de la adrenalina que llevaba en la sangre, no podía seguir así. El camino que tomó Matthew era uno para llegar antes a la fiesta, así que más gente pasaría por allí en cualquier momento. Debía deshacerse de él antes de que la gente los viera. Se puso bien su peluca y tomó el cuerpo entre sus brazos. Pesaba demasiado, pero había estado haciendo ejercicio para impresionar a Alice, así que podía aguantar un poco su peso.

No tenía un plan en mente, Solo quería deshacerse del cuerpo. Mientras caminaba por el bosque se dio cuenta del error que había cometido. ¿Ahora qué haría? Buscarían el cuerpo de Matthew tan pronto como sus padres vieran que había desaparecido. Quedaban unas horas para que los adultos despertaran. Debía darse prisa... No, no lo conseguiría sin ayuda. Si realmente quería deshacerse del cuerpo, debía cortarlo en trozos, pero solo contaba con el cuchillo con el que cortó el cuello del chico. Llevaría siglos cortarlo en trozos... Necesitaba herramientas. ¿Pero dónde conseguiría todo el equipamiento?

Julia llamó a Alice para preguntarle si estaba bien. La chica no contestó, pero le mandó un mensaje para tranquilizarla. Julia suspiró y se tiró en el sofá. Ya no quedaba mucha gente en la fiesta. Se preguntaba si Matthew estaría en casa o con Alice. También se preguntaba si ella y Alice ya eran amigas o no. No le gustaba estar peleada con su mejor amiga, sobretodo si la razón era un chico raro como Popee. Miró el móvil por última vez antes de quedarse dormida al lado de sus amigos. Esperaba que ese fin de semana fuera bien, para todos.

________________

Hellow!

Um so se ha liado xd

Era de esperar la verdad xD

Bueno, no lo dije en el anterior capítulo but: no hay que ser infiel, el alcohol no es una excusa, no hay que matar a la gente, tampoco jugar con los sentimientos de la gente, no bebáis muy seguido alcohol, y más cosas family friendly.

JIJI eso es todo por hoy amigos xd

¡Nos leemos luego!

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