¿Listos?
- Hay una terminal de computadoras en un lugar en el que nunca antes miramos.- dijo Thomas.- El código abrirá una puerta para que nosotros salgamos del Laberinto. También desactivará a los Penitentes para que no puedan seguirnos, si es que logramos sobrevivir lo suficiente como para llegar hasta ese punto.
- ¿Un lugar en el que nunca antes miramos?- preguntó Alby.- ¿Qué piensas que hemos estado haciendo estos dos años?
- Créeme, nunca estuviste en este sitio.
Minho se levantó.
- Bueno, ¿y dónde queda?
- Es casi un suicidio.- contestó Thomas.- Los Penitentes nos van a perseguir cuando intentemos hacerlo. Todas las criaturas juntas. Es la prueba final.
- Ya dilo Thomas.- intervino Sophie mientras rodeaba sus ojos.
- Después del Acantilado. Tenemos que entrar a la Fosa de los Penitentes.- respondió.
La Asamblea siguió con la explicación de cómo sería la fuga y una pequeña confesión por parte de Alby. El fue quien había quemado los baúles donde se suponía que estaban los mapas. Tenía esa idea de que no debían salir, que no había nada para ellos. Y la sostenía.
- Acabo de decírtelo.- comenzó a decir con voz aguda, como una súplica.- No podemos volver al lugar de donde vinimos. Yo lo vi y recuerdo cosas realmente horribles. La tierra quemada, una enfermedad, algo conocido como la Llamarada. Fue horroroso, no se puede comparar con lo que tenemos aquí.
- Ya no tenemos nada aquí, Alby. NADA.- dijo la chica acercándose al centro.- Nos van a matar uno por uno si no nos vamos. ¿Acaso eso es peor que quedarse aquí a esperar nuestra muerte?
Alby se quedó mirándome fijamente durante un rato largo antes de responder.
- Sí.- contestó finalmente.- Es peor. Prefiero morir que volver a casa.
Minho esbozó una sonrisa y se recargó en la silla.
- Hombre, déjame decirte que eres una montaña de optimismo. Yo estoy completamente de acuerdo con Thomas. Si vamos a morir, que sea luchando como unos condenados.
Sophie miró a su amigo y le sonrió ampliamente. Hasta ahora no había caído en la idea de que saldrían de aquel lugar. Estaba genuinamente feliz.
- Adentro o afuera del Laberinto.- agregó Thomas. Se dio vuelta y enfrentó a Alby con expresión seria.- Todavía vivimos dentro del mundo que tú recordaste.
Alby volvió a levantarse, esta vez con cara de derrota.
- Hagan lo que quieran. No tiene importancia.- suspiro.- Moriremos de todas formas.
Dicho eso se encaminó a la puerta y salió por ella. La sonrisa de Sophie se esfumó. Últimamente Alby la había sacado de sus casillas, pero era su amigo y le dolía verlo así. Desesperanzado, rendido. Le producía una sensación horrible de ansiedad y preocupación. Newt respiró profundamente, con aire preocupado.
- Nunca volvió a ser el mismo desde que lo pincharon. Debe haber sido un recuerdo muy cabrón. ¿Qué es eso de la Llamarada?
- No me importa.- dijo Minho.- Cualquier cosa es mejor que morir aquí. Una vez que estemos afuera, podremos ocuparnos de los Creadores. Pero, por el momento, tenemos que hacer lo que ellos planearon: entrar a la Fosa de los Penitentes y escapar. Si alguno de nosotros tiene que morir, así será.
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Después de algunas discusiones, todos en la Asamblea decidieron arriesgarse. El único que no estaba muy confiado en ir, era Sartén. Sophie había trabajado con él como cocinera y le había enseñado muchas cosas, además de regalarle una hermosa amistad. Era un tipo leal y divertido. No pensaba dejarlo atrás. Al menos estaba feliz de que al final hubiera aceptado ir, pero tenía miedo de que se echase atrás con la decisión.
- Vamos nena.- dijo Minho mientras se apoyaba en el marco de la puerta.
Sophie giró y le sonrió. Metió una botella en la mochila y se la colocó por sus hombros.
- ¿Listo para irnos de este miertero lugar?- preguntó Sophie con una sonrisa genuina en sus labios.
- Siempre.-le dijo Minho mientras acelera el paso.
- Ojala Nick estuviera para esto.- dijo la chica, en lo que pensó que sería un susurro inaudible.
Minho la miró con compasión y le colocó una mano en su hombro en señal de apoyo. En un minuto ya estaban en la Puerta Oeste reunidos con el resto de los Corredores. Iban a explorar el Acantilado solo para estar seguros de que aquello fuera una salida. De todas formas, sabía que Newt, Minho, Thomas y Teresa entrarían de todas formas. Confiaban casi ciegamente en Thomas. A Sophie le parecía irritante, más con todo lo que había sucedido en la Asamblea, pero no le quedaba de otra que seguir a sus amigos.
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Llegaron victoriosos al Área. Estaban seguros de que aquello era una salida. Por el otro lado, los Habitantes estaban organizando la comida y repartiéndose las armas. Habían creado unas nuevas estacas con alambre de púas y en otras estacas les pusieron cuchillos en la punta, para que sean más efectivas. Una hora antes, Sartén cocinó la última comida del Área. Durante la cena Sophie se sentó junto con Minho. Comieron despacio pero se notaba la ansiedad en ambos. Después de dos años por fin saldrían. Sophie tenía miedo, ella no tenía la suerte de ser una de las que introduciría el código o una de esas garlopas, ella debía pelear con los Penitentes. Se había equipado con una larga estaca que tenía un cuchillo en la punta, otros cuchillos y su usual daga. Cuando apenas había terminado de comer, Newt se levantó haciéndole una seña a Sophie. Era hora. La chica miró con una sonrisa a Minho y los nervios recorrieron sus venas. Se dirigió al lado del castaño quien le ordenó juntar a unos Habitantes que se encontraban fuera de la Finca.
- Es hora. Agarren sus cosas y diríjanse a la Puerta Oeste. No olviden nada que, obviamente, no regresaremos.- gritó Sophie a todos los que se encontraban afuera.
Dicho eso volvió por su mochila y sus armas. Luego, junto con Newt y Alby, caminaron hacia la Puerta Oeste, donde varios habitantes ya estaban reunidos. Entre ellos estaba Jackson, quien la llamó para hablar.
- ¿Qué sucede?- preguntó la chica levantando las cejas.
- No, nada. Es solo que... ¿tú confías en este Thomas?, ¿estás segura de que esto es una salida?- preguntó el chico intentando ocultar su miedo.
Sophie sonrió.
- No confío en él, pero no queda de otra. Hay que arriesgarnos.- inspiró aire.- Cuando fuimos, con el resto de los Corredores, parecía serlo. No se como explicarlo, pero sucede algo raro allí.
El chico la miró con confusión y miedo al mismo tiempo.
- Está bien estar asustado,- agregó ella con una cálida sonrisa.- solo confía en mí.
Jackson le sonrió levemente, aún precupado, y Sophie volteó hacia el Laberinto. Se encontró a Minho hablando con Teresa animadamente. Se acercó a ellos, para poder quedar cerca de su amigo a la hora de entrar al Laberinto. Thomas también se estaba acercando y llegaron al mismo tiempo.
- Larchos, ¿están listos?- preguntó Minho.- Thomas, todo esto fue idea tuya, así que más vale que funcione. Si no, te mato yo antes de que puedan devorarte los Penitentes.
- Gracias.- exclamó Thomas.
Minho lucía confiado y calmo, como siempre. Sophie estaba igual y Thomas los miraba raro. La chica por dentro estaba nerviosa, tenía miedo y mucha curiosidad, pero por fuera, era como una piedra. Estaba dolida de no poder salir con toda la gente que quería. Que Nick y Gally no estuvieran allí, hacia todo menos importante. Tomó el collar que le había regalado Gally entre sus manos y miró hacia arriba. No tenía idea de por qué estaría allí, pero quería creer que sí, para tener algo en lo que sostenerse. Inspiró aire y se sintió lista para cualquier cosa.
- Somos cuarenta y uno.- exclamó Newt, poniéndose la mochila al hombro y alzando un grueso palo de madera con alambre de púas en la punta.- Asegúrense de llevar las armas. Más allá de eso, no queda mucho por comentar, ya todos conocen el plan. Nos abriremos camino peleando hasta la Fosa de los Penitentes, Tommy ingresará su código mágico y luego nos vengaremos de los Creadores. Así de sencillo.
- ¿No habría que decir unas palabras de aliento, para levantar la moral?- preguntó Minho.
- Adelante.- contestó Newt.
Sophie miró a Newt con el ceño fruncido y las manos levantadas como diciendo "¿En serio?". Minho siempre había sido el peor para estas cosas y hoy eso no cambiaría. Con un gesto afirmativo enfrentó a la multitud.
- Tengan cuidado.- dijo secamente.- No mueran.
Sophie lo miró y comenzó a reir.
- Estas hecho para esto.
- Genial, estamos todos sangrientamente inspirados.- admitió Newt, y luego apuntó hacia el Laberinto—. Después de dos años de ser tratados como ratas, hoy vamos a resistir. Esta noche, vamos a enfrentar a los Creadores, sin importar cuánto tengamos que luchar para llegar hasta allí. Hoy los Penitentes se llevarán el susto de sus vidas.
Sophie comenzó a vitorear junto con la multitud y la adrenalina comenzó a correr por sus venas. Sonrió mirando a Minho, quien estaba igual de emocionado como ella. Newt levantó su lanza.
- ¡Vamos!- gritó fuertemente.
Se dio la vuelta y comenzó a correr hacia el Laberinto. Parecía que no cojeaba. Minho y Sophie lo siguieron detrás.