Harry no quiso decir nada en ese momento, tuvimos que llegar a la sala común para que comenzara a hablar.
Hermione, Ginny, Ron y yo escuchamos su relato atentos, él azabache estaba tembloroso y la voz se le quebraba un poco ante la historia, no porque fuera a llorar si no porque lo que había visto lo afectó como no teníamos idea.
Harry habló de un hechizo que lanzó contra Draco, un hechizo del libro de la clase de pociones que no había regresado aún, parecía que Draco se desangraría hasta que llegó Snape y lo comenzó a curar.
Al terminar de hablar todos intercambiamos miradas tratando de buscar una forma de reconfortarlo pero nadie parecía tener una solución.
—Desasté del libro, hoy—Ginny fue la primera en romper el silencio sentándose a un lado del chico, fue más una orden que una petición pero aún así Harry aceptó .
Mientras los chicos iban a esconder el libro yo me quede en la sala común para poder terminar algunos pergaminos que me faltaban para la clase de pociones, a pesar de no querer concentrarme en las clases justo ahora no podía hacer mucho mientras ellos dejaban el diario, estaba angustiada pero sabía que solo quedaba esperar.
—Las serpientes han estado actuando muy extraño ¿no?
Emily se encontraba sentada frente a mi, a pesar de lo ocurrido traté de mantenerme calmada para no levantar sospechas de ninguno de los dos enfrentamientos con dichos Slytherins.
—No he estado de lo más atenta a esos dos.
—Pero si pasas todo el día buscando su pista como un sabueso— Levante un poco la vista de mi pergamino para mirarla mal— Tal vez no todo el día pero no puedes negar que estás muy pendiente.
—Lo estuve y no he encontrado nada Emily, he perdido mi tiempo con dos cabelleras rubias que no tienen más que problemas para relacionarse con cualquier otro ser viviente.
Seguía sin mirar directamente a la castaña, sentía que de verme se enteraría de mis mentiras.
—Vaya pareja ¿cierto?
—Mi abuela siempre decía que casa roto tiene a su descosido— ambas reímos.
Había momentos en los que olvidaba todos mis problemas, no era una bruja con una ex-amiga psicopata, era solo yo, tratando de dar lo mejor para sacar buenas notas en la escuela y hablando con mis amigos de chismes de pasillo... pero estos no eran solo rumores.
Al estar "tan concentrada" en mis deberes, Emily terminó rindiéndose, tomó sus apuntes y comenzó a repasar un par de hechizos que según ella le salían a la perfección pero temía incendiar todo como cierto alumno que ya era bien conocido por su suerte.
Las pocas veces que había visto a Seamus eran simples, estaba tonteando con mi hermana o explotando alguna cosa, esa era la fama que Emily se quería evitar, lo cual yo entendía por completo.
Tardamos poco más de 3 horas sentadas casa una con sus tareas pero en cuanto anocheció mi compañera huyó a la recámara con la excusa de cansancio, aunque yo Dani que solo se quería escapar de su trabajo. Me dispuse a recoger los materiales para seguirla pero cuando moví mis plumas había un pequeño pergamino entre estas, sabía de que se trataba pero ni siquiera quería verlo.
—Últimamente recibo más amenazas que cartas de amor— dije específicamente a nadie.
Desenrolle el pequeño trozo para lograr leer su contenido, estaba cansada pero ir a reclamar o cruzar cualquier palabra con Ana estaba sentenciado a no suceder más.
Alejarte fue la solución pero debes saber que no puedo pedir perdón, vienen cosas peores, por la sangre sucia en tus venas tenemos la orden de que caigan.
Solo podía pensar en lo turbio que era aquello, no era una advertencia, no era una pedida de auxilio, era la sentencia de que estaba a punto de vivir algo que pasaría a la historia, pero algo en mí me gritaba que no era por las razones correctas.
—¿Qué tienes ahí?— di un respingo al escuchar las palabras detrás de mi.
—Esto es... solo... ¿No habías ido a dormir?— Emily parecía divertida con mi reacción pero no me dio tiempo de detenerla cuando ya tenía el papel entre sus manos.
—Parece que viste un...—Mientras hablaba leía la nota, estaba atrapada esta vez— Fantasma— murmuró.
—Deberíamos ir a dormir— Sonreí forzadamente.
—Esto está mal ______, debemos mostrárselo a Mcgonagall.
Sabía que esto sucedería en cuanto alguien más se enterara de lo sucedido pero no creí que fuera tan rápido.
—Ni siquiera se de quien es, solo perderíamos el tiempo.
—¿Qué no es obvio? Los Slytherin te están intimidando, debe ir contra alguna regla.
—No saquemos conclusiones, solo...
Estaba dispuesta a pasar la noche con este debate hasta que un sonido fuera de la Sala Común nos interrumpió ¿Qué podía ser tan fuerte como para escucharse a través de las paredes?
—Tal vez solo son las escaleras cambiando— mencionó Emily luego de un largo silencio.
—Las escaleras nunca se escuchan— Me aleje de la mesa y camine hasta la puerta empujándola un poco— Tal vez alguien se lastimó.
—No creo que sea buena idea— A pesar de sus palabras la chica ya se encontraba detrás de mi asomando su cabeza por la puerta.
Había mucho movimiento detrás de esta, alumnos corriendo por todos lados, bajaban las escaleras a toda velocidad por lo que salimos sin pensarlo demasiado y nos unimos a la multitud.
No lograba ver a nadie conocido pero ahora solo estaba preocupada por mi hermana, no me importaba que estaba sucediendo pero quería verla para poder mantener la cordura.
—No veo a Hayley— le mencioné a Emily.
—Tal vez ya bajó— ambas mirábamos a todos lados esperando respuestas que nadie parecía dispuesto a dar.
—¿Qué está pasando Em?
—¿No se enteraron?— Gire un poco mi cabeza y vi a Neville a nuestro costado.
—No— dijimos al unísono.
—Algo sucedió en la Torre de Astronomía, nadie sabe exactamente qué sucedió pero ninguna teoría es buena.
—¿Viste a mi hermana?
—Estaba con Ginny la última vez que la vi.
Me gire con Emily tratando de buscar consuelo emocional respecto al terror que sentía ante la incertidumbre de lo sucedido en la Torre de Astronomía pero parecía aún más afectada, estaba ligeramente pálida y la vitalidad había escapado de sus ojos, solo podíamos esperar lo por pero ni en nuestros sueños más macabros hubiéramos imaginado la escena que nos esperaría a las afueras del castillo.
Las miradas de todos estaban destrozadas, lágrimas por todos lados acompañadas de pequeños suspiros cortados, esto era de lo peor que nos había pasado, la poca esperanza que teníamos estaba ahí en el suelo frente a todos, Dumbledore se encontraba sin vida.
—Solo es una mala broma— Murmuró Emily aunque parecía que trataba de convencerse a ella misma.
Estábamos perdiendo la cabeza, tratábamos de asimilarlo, quería desaparecer en ese instante, tomar mis maletas y huir pero no había escapatoria, lo sentía en mis huesos.
La escena se volvió aún más desgarradora cuando Harry se acercó al cuerpo con lágrimas en los ojos, nadie se movió, en esos momentos el chico de lentes nos representaba a todos, la única que se atrevió a tratar de darle consuelo fue la menor de los Weasley, trató de abrazarlo pero el chico estaba destrozado; aquella desgarradora escena fue interrumpida por el brazo de Mcgonagall levantándose entre la multitud, un Lumos brillaba en su varita, algunos intercambiamos miradas entre nosotros y lo supimos, ni siquiera la marca tenebrosa que predominaba en el cielo podía apagar la luz que cargaba Dumbledore en él, no solo su luz, la luz que había dejado encendida en cada uno de nosotros, la única que logró disipar el mal en el cielo por unos instantes.
(...)
Hogwarts estaba vacío, ni risas, ni hechizos, los pocos alumnos que quedábamos empacábamos nuestras maletas para alejarnos sin mirar atrás.
Sabía que los chicos buscarían los horrocruxes para poder acabar con esto pero no era fácil y por más que me ofrecí ninguno estuvo dispuesto a dejarme ir, los tiempos eran complicados, teníamos que tomar decisiones duras, ya no podíamos seguir jugando a ser adultos, debíamos convertirnos verdaderamente en unos.