POV Camila
Lauren y yo estábamos en el cine aunque no sabíamos de qué se trataba la película. Tal vez era mi culpa haberme acercado a su cuello en un principio a oler su nuevo perfume.
–Creo que deberíamos venir más seguido al cine –susurró Lauren en mi oído cuando salíamos de la sala. Sorprendentemente la ojiverde tenía su brazo alrededor de mi cuello y mi mano estaba rodeando su cintura.
–Estoy de acuerdo –besé su mejilla.
Mi teléfono sonó y sentí a Lauren quitar su brazo de golpe.
–Hola chicas –saludó Dinah de la mano de su novio.
– ¿Qué tal copo de nieve? –Siope se refería a Lauren y mientras respondía el mensaje vi sus puños chocar.
– ¿Copo de nieve? –preguntó Dinah.
–Sí, ¿Qué no ves lo blanca que es? –contestó el chico.
–Idiota –bromeó Lauren.
–Hola –por fin salude dejando de nuevo mi móvil en el bolsillo de mi chaqueta.
–Hola –saludó la pareja frente a mí.
– ¿Vinieron a ver una película? –cuestionó Dinah.
–Sí –respondí con una sonrisa.
–Oh, deberíamos juntarnos. Las chicas y yo hace unos días que no sabemos de ustedes, parece que ya no nos quieren –Lauren soltó una leve risa.
–No es eso, es sólo que nuestras familias se han empeñado a que pasemos tiempo como eso, una familia –respondió Lauren con naturalidad y no mentía.
–Además Lauren ha estado cuidando de Taylor –agregué.
–Bueno pero supongo que irán al juego de mañana –Siope miró a Lauren quien asintió –Por cierto… –comenzó a hablar con Lauren mientras mi amiga se acercaba a mi dejando de lado a los otros dos.
–Camila, hay algo que necesito preguntarte –susurró Dinah.
– ¿Sucede algo? –ella dudó en su respuesta.
–No lo sé, eso me lo dirás tu pero no ahora. Tal vez mañana hablemos de ello –seguía susurrando.
–Está bien –en mi cabeza no dejaban de surgir pensamientos que tuvieran que ver con Lauren y conmigo en su pregunta.
–Entonces espero que no se te olvide Jauregui –dijo finalmente Siope antes de abrazar a Dinah por detrás.
–No te preocupes –respondió Lauren chocando nuevamente su puño con el del chico.
–Nos vemos –se despidieron y nosotras hicimos lo mismo.
En silencio caminamos al estacionamiento.
–Sube –dulcemente Lauren me invitó abriendo la puerta de su auto.
La vi rodear el auto y subirse antes de poner en marcha el auto.
– ¿Está todo bien? –me preguntó al ver que no decía nada.
–Sí, es sólo que… Dinah quiere hablar conmigo –respondí.
– ¿Sobre nosotras? –su mirada estaba sobre el camino.
–No lo sé y realmente no me importaría –Lauren me miró en seguida. El auto se detuvo en una luz roja.
– ¿Hablas en serio? –parecía que trataba de esconder una sonrisa.
–Por supuesto, no es como que siempre lo vayamos a ocultar –me acerque a ella. Apoyé una mano sobre su rodilla y la besé.
–Supongo que tienes razón –dijo una vez me separé de ella sin quitar mi mano de su pierna.
Al llegar a mi casa Lauren me acompañaba hasta la puerta y sabía que ella estaba a punto de irse.
– ¿Entrarías un momento? –le pregunté tomando su mano.
–Quizá tus papás te están esperando para cenar o algo –con su pulgar comenzó a acariciar el torso de mi mano.
–Ellos no están, me escribió mi mamá para avisarme que estarían fuera –Lauren sonrío de manera discreta.
– ¿Entonces quieres algo de compañía? –puso sus manos en mi cintura y se acercó.
–Yo sólo quiero TU compañía –me acerqué más y le dejé un beso en los labios.
–En ese caso… –abrió la puerta y me adentré a la casa seguida por Lauren.
– ¿Quieres algo de comer? –le pregunté en la puerta de la cocina.
–Me encantaría –sonrió y pasamos a la cocina.
– ¿Qué quieres de comer? –se detuvo a pensar su respuesta.
– ¿Qué tal si pedimos sushi? –respondió sentándose en un taburete.
–Me agrada la idea –tomé el teléfono e hice el pedido.
– ¿Estas segura de que quieres sushi? –me preguntó una vez me acerque a ella rodeando su cuello con mis brazos y ella tomo mi cintura.
–Claro, hace tiempo que no lo como –no dijo nada y me acerque a su rostro apenas acariciando sus labios con los míos sin llegar a un beso.
Con mi mano acaricié la parte baja de su cuello y observé su sonrisa mientras cerraba sus ojos. Nuestras frentes estaban juntas.
–Te quiero Lauren –susurré y sus ojos se abrieron al instante.
–No me mientas –sonrió apartando nuestros rostros tan sólo unos centímetros.
–No miento, de verdad te quiero –tomé sus mejillas y la besé dulcemente.
–Yo también te quiero Camz –acerqué mi cuerpo a ella acomodándome entre sus piernas para besarla de manera más apasionada.
Nuestros labios se acariciaban mutuamente de manera violenta. Lauren abrazaba mi cuerpo con más fuerza.
Ella se puso de pie sin detener nuestro beso ni su agarre en mi cuerpo. Me recargó sobre la mesa de mármol que estaba en el centro de la cocina. Sus manos acariciaban mi espalda y nuestro beso parecía aumentar de intensidad provocando una falta de aire en ambas por lo que nos separamos un momento, Lauren aprovechó ello para tomar la parte trasera de mis piernas y colocarme sobre la mesa. Ella se posicionó entre mis piernas y mis caderas estaban peligrosamente cerca de las suyas, por instinto enlace mis piernas a su alrededor y seguimos con el beso.
Mis manos estaban en su cuello y poco a poco descendían pasando por su espalda hasta llegar a su perfecto trasero. Las manos de Lauren acariciaban los costados de mis piernas y sentía que lentamente subían a los costados de mi torso provocando un cosquilleo por todo mi cuerpo.
Mi mano derecha se deslizó por debajo de su blusa y acaricié su espalda, cuando quise acariciar su abdomen ella puso su mano sobre la mía y detuvo toda interacción entre nosotras.
–Lo siento –dijo ella con el ceño fruncido y los ojos llorosos.
–No tienes por qué, yo lo siento –seguía sentada sobre la mesa, mi agarre con las piernas en Lauren desapareció y nuestros cuerpos se separaron ligeramente.
Soltó mi mano y la acercó a sus labios para besarla.
–No quiero que te disculpes por algo que tú no has hecho Camz –me acarició la mejilla y se acercó para depositar un dulce beso en mis labios.
–Lo lamento –vimos en la puerta de la cocina a una de las chicas de servicio. Al instante nos separamos y yo de un brinco baje de la mesa –Sólo venía a dejar la comida –la mujer soltó la bolsa de papel sobre la mesa –Señorita, realmente lo siento –bajó la mirada.
–No te preocupes Sally –le respondí antes de que se retirara.
– ¿Crees que diga algo? –negué con la cabeza.
–Camz, de verdad siento lo que pasó y no quiero que las cosas se pongan raras entre nosotras –sus ojos de nuevo se cristalizaron.
–Lolo, no tienes de que preocuparte, nada cambiará –besé sus labios y luego me giré para sacar nuestra cena.
POV Lauren
– ¿Qué tal te fue con Camila? –preguntó mi hermana cuando me recosté junto a ella sobre su cama.
–Increíble, todo con ella lo es –una estúpida sonrisa se formó en mis labios y cuando me di cuenta de lo que dije miré nerviosa a mi hermana.
Ella con una ceja levantada y una mirada sugestiva sonrió –Sabia que te gustaba pero nunca imaginé que tanto –oculté mi rostro sobre la almohada.
– ¿Tan obvia soy? –la confianza entre mi hermana y yo respecto a Camila había nacido.
–Sólo un poco Lau –sentí la mano de mi hermana acariciar mi cabello.
–Tay… yo –ella negó con la cabeza al mirarla para comenzar a explicar lo que sucedía.
–No tienes que decir nada, se nota que se gustan. Y no te preocupes, no diré nada hasta que tú lo hagas –me sonrió sinceramente.
–Gracias –besé su mejilla y me abrace a ella por unos minutos.
–Querida –comenzó mi madre entrando a la sala mientras yo desayunaba sobre el sofá con la televisión encendida y con un plato de cereal entre mis manos.
–Buenos días mamá –dije antes de que comenzara, su forma de entrar siempre traía algo malo.
–Lo siento cariño, buenos días –besó mi frente y se sentó junto a mí.
–Habla –sorbí un poco de leche del plato.
–Tu padre no quería que te dijera pero sé que si ni lo hago ahora entonces después será peor –puse mi plato sobre la mesa de centro y me acomodé de nuevo sobre el sofá para escuchar lo que mi mamá tenía que decir.
–Con respecto a lo que pasó hace casi dos años –comenzó y mi ceño no dudo en fruncirse –Sabes que tu papá y yo no estamos tranquilos sabiendo que tu andas por la ciudad sin protección así que… –suspiró –Contratamos a un guardaespaldas para ti hace una semana –mi mandíbula se tensó.
–Mamá –intenté no alterarme –Sé que se preocupan, yo también lo hago por mí misma y aunque debieron preguntarme antes sobre eso, les agradezco –intenté ver el lado positivo de las cosas pues recordaba perfectamente lo que había pasado hace unos años pero me molestaba saber que siempre había alguien detrás de mí –Sólo quiero hablar con él –mi mamá tomó mi mano.
–Gracias por tomar las cosas con calma, él está afuera con tu padre –el abrazo de mi mamá fue repentino sin embargo lo acepte y lo correspondí.
–Tú –llamé la atención de un hombre de cerca de unos 30 años y me miró seriamente.
–Andrew, mi nombre es Andrew –mi papá ya no estaba con él, así que se presentó solo.
–Supongo que es bueno saberlo pero lo que quiero hablar contigo se trata de otra cosa.
Bajaba las esclareas de la entrada principal, él seguía recargado sobre su auto negro.
–Ya sé a dónde va todo esto, es sobre tu no novia –aseguró sin titubear.
–Así es –mi mirada se mantenía fuerte y por dentro frase no novia retumbaba en mi mente.
–No diré nada, no soy ningún soplón. No me contrataron para eso –tomó un cigarrillo y lo colocó en su boca – ¿Puedo? –se detuvo antes de encenderlo.
–Puedes pero preferiría que no lo hicieras –él dudó y finalmente retiró el cigarrillo de su boca para guardarlo de nuevo en el bolsillo de su gabardina.
–Lauren, lo único que tus padres quieren es que estés bien y me he comprometido a protegerte –suspiré relajando mi rostro.
–Lo sé pero a veces me siento incomoda con tanta protección –me recargué en el auto junto a él –En los pasillos de la escuela hay ojos cuidándome, en la entrada de la residencia hay dos hombres cuidando quien entra y quien sale, cada hora hay un guardia rondando frente a la puerta de mi dormitorio. Es raro para mi ahora tener a un hombre persiguiéndome por toda la ciudad –miraba mis botas negras.
–Entiendo, pero no es nada lo que te sucedió y tu padre teme de que vuelva a ocurrir –sentí su mano sobre mi hombro –Además no tienes de que preocuparte, no me verás y yo no estaré viendo cuando metas tu lengua en la garganta de tu “no novia” –bromeó y golpeé su brazo con mi puño –En serio, no creo que deba ser posible hacer eso con las personas que no son tu novia –su mirada se fijó en mis ojos.
– ¿Además de guardaespaldas eres el gurú del amor? –sonrió negando con la cabeza.
–Sólo digo que los secretos no siempre tienen un buen resultado y no veo porque no pedirle que sea tu novia cuando se conocen más que bien –levanté una ceja al mirarlo y él sólo miró su reloj.
–Supongo que en algún momento lo haré, mientras estamos disfrutando del momento –dije intentando restarle importancia.
–Intenta no demorarte con eso –me dio un ligero empujón y giré los ojos divertida.