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HARRY'S POV
Había conocido a Aaron Bauer en el verano del 2003. Tan solo hace dos años.
Tenia solo un poco mas de seis meses de cuando la abuela había muerto y por alguna razón, comenzamos a congeniar en aquel verano, en el que había comenzado a trabajar cortando césped en mi calle.
Aaron había estado en la escuela militar durante algunos meses, cuando había decidido dejarlo. Decía que las camisetas oliva no eran lo suyo. Por mi parte, ese año era justamente cuando yo entraría a la militarizada, así que solíamos caminar por la calle hablando de esto.
Cuando tienes dieciséis años y eres un chico huérfano, que le hace falta compañía, te encariñas rápidamente con las personas. Ese fue mi caso con Aaron.
El tenia veinte, pero actuaba de disecaseis así que no había tanta diferencia en nuestras formas de pensar.
Aaron se había marchado al este poco menos de seis meses atrás, sin embargo no había encontrado lo que deseaba. Era ridículamente bueno con las matemáticas, pero sin un titulo bajo se hombro, le costaba bastante encontrar trabajos estables. Había regresado a Washington con la idea de encontrar uno bueno en casa.
Era realmente bueno tenerlo de regreso.
"Recuerden de su ensayo de El rte de amar, para el próximo miércoles." Dio por terminada la clase el profesor Rodríguez. Cerré mi cuaderno y lo eche debajo de mi brazo. Me levante de mi asiento y estaba por cruzar la puerta, cuando la voz del profesor me detuvo. "¿Styles? ¿Puedes venir un momento?" Fruncí el ceño, pero asentí finalmente. Eran contadas las veces que los profesores pedían hablar conmigo. Mis calificaciones eran buenas, así que no había razón para esto.
"¿Pasa algo?" Pregunte una vez que el salón quedo vacío. El profesor comenzó a borrar sus notas del pizarrón con tranquilidad.
"¿Sabe por que ha vuelto a faltar la señorita Wilson?" Shay.
"Um.. no." Arque una ceja. "Oh, ¿se trata del proyecto en el que estamos juntos?"
"En efecto." Termino de borrar el pizarrón y finalmente dio vuelta, mirándome. Era uno de esos profesores demasiado altos, con su ropa demasiado planchada, demasiados productos en su demasiado bien peinado cabello y lentes demasiado grandes. Todo el era demasiado. "La señorita Wilson me ha enviado ya, varios correos pidiéndome hacer individualmente el trabajo." Sin poder evitarlo, mis ojos se abrieron enormemente.
"Yo-" En realidad no supe que decir.
"Ah, así que no lo sabia." Negué con la cabeza. "En fin, para no darle un sermón; quiero dejar claro que esta es una clase de sociología, señor Styles. Tienen que socializar."
"Si señor." Suspire aun confundido. ¿Era esta la misma Shay, la que solía perseguirme por todo el campus el año pasado?
"Sea el problema que sea que tenga con la señorita Shay, espero que lo arreglen o lo hagan por lo menos soportable. Es un proyecto bastante importante."
"Lo se." Hice una mueca.
"Bien Styles, puede irse. Hágale saber a Wilson, que no pueden hacer el trabajo individual y si lo hacen de esta manera, tenga por seguro que me daré cuenta." Apreté mis dientes con fuerza.
"Se lo diré." Maldición, ahora no podía hacer el trabajo solo definitivamente.
Salí del edificio, frunciendo el ceño al darme cuenta que llovía. Era Washington, por su puesto que llovía.
Para ser una persona que toda su vida había vivido en ambientes fríos y lluviosos, si que odiaba este tipo de maldito clima. Era mediados de noviembre, así que el clima cada vez estaba un poco mas frio.
Me quede parado fuera del edificio, pero sin dejar el pequeño techo arriba de mi. Llovía como los mil demonios, y yo no tenia ni chamarra, ni un condenado paraguas.
"¡Harry!"
"Por todos los cielos, ¿es en serio?" Gemí por lo bajo.
"Escuche eso."
"Que buen oído tienes." Rodé los ojos. Lea sostuvo su paraguas fuera del techo, una vez que camino hacia mi.
"Vamos." Me sonrió tranquila. ¿Cómo podía estar tranquila, cuando se veía tan ridículamente perfecta en esos esponjados pantalones de pijama rosa?
"¿Vamos?" Ladee mi cabeza confundido.
"Se que no tienes paraguas y yo si. El edificio de tu dormitorio esta a solo unos metros del mío y esta lloviendo."
"Estoy bien." Me encogí de hombros, sin llegar a ser grosero. A pesar que su compañía no significaba lo mismo para mi, no significaba que seria maleducado.
"¿Qué harás entonces? ¿Te quedaras aquí parado toda la tarde hasta que deje de llover?" Rodo los ojos. Un mechón rubio caía sobre sus ojos y tuve que apretar mis manos para evitarme de acercarme demasiado como para quitar aquel mechón.
"Eso parece." Asentí serenamente. Lea no tomo por sorpresa, cuando una de sus manos se coló debajo de mi brazo derecho, acerando su cuerpo al mío antes de empujarme hacia la lluvia, no sin antes colocar el paraguas sobre nosotros.
"Oh, cállate y camina." Quería resistirme, pero hacia mucho frio y el calor de su brazo contra el mío, se sentía increíblemente bien.
Caminamos debajo de la lluvia resguardándonos con el paraguas durante largos minutos. Lea caminaba mas lento de lo acostumbrado para no salpicar el agua del suelo y yo lo hacia, para poder estar mas tiempo junto a ella de esta manera. Nos estábamos tocando de una manera prácticamente informal, pero era mucho mas de lo que había tenido en semanas. Era todo lo que había estado extrañando.
Estábamos acercándonos cada vez mas a las escaleras que daban a mi dormitorio, cuando Lea se apretó mas a mi en silencio.
Una vez que llegamos al pequeño techo de mi edificio, Lea hizo el paraguas de lado una vez mas.
Dei haberme despedido. Debía haber entrado sin mirar atrás. Debí obligarme a mover mis pies lo mas lejos posible de ella. Pero no pude.
Como el idiota que era, me quede ahí parado, como si estuviera paralizado y simplemente la mire. Ella me miraba de regreso. Sus exóticos ojos me miraban intensamente. Nuestros rostros estaban muy juntos. Nuestras manos se rozaban. Nuestras respiraciones se mezclaban. Éramos uno solo.
"¿Quieres subir? La lluvia esta mas fuerte." Susurre roncamente, después de interminables minutos. Lea mojo sus labios con lentitud y sin quitar la mirada de mi, asintió en silencio.
"Vamos." Dije pasando saliva pesadamente. Lea volvió a asentir, pero cuando di un paso hacia atrás para entrar, Lea me detuvo. Con ambas manos tomo mi camiseta y bruscamente me acerco a ella, hasta que nuestros labios impactaron en un dulce golpe.
Y en ese momento, nada importo.
No importaron las veces que sentí mi corazón golpear el suelo cuando la veía con otros. No importaron todos esos hombres. No importaron las caricias que compartió con otros. No importo el tiempo que nos habíamos mantenido a distancia. En ese momento solo importábamos ella y yo.
Mis manos se aferraron a su cabello, mientras las de ella me abrazaron por el cuello. Sus labios se abrieron para mi y en silencio nos besamos durante varios minutos. Ahí en la puerta de entrada de mi dormitorio, donde todos y nadie nos podía ver.
"Subamos." Murmuro Lea una vez que nos separamos. Mi corazón se acelero aun mas ante sus palabras. Estas podían significar muchas cosas.
Ninguno nos detuvimos para tomar el paraguas, cuando prácticamente nos echamos a correr dentro y hacia mi dormitorio.
Al menos ese era el plan, cuando ambos nos detuvimos en seco, al ver a Shay sentada fuera de mi puerta.
"Hola Harry." Murmuro Shay incomoda, sonrojándose levemente.
"¿Shay? ¿Qué-"
"Um, he recordado una cosa que tenia que hacer." Murmuro Lea atropelladamente. Su sonrisa había desaparecido y parecía tensa.
"Pero tu no-"
"Tienes una visita, hablaremos en otro momento." Sonrió fingiendo tranquilidad, pero no me lo trague ni por un momento. ¿Ahora que demonios pasaba?
Confundido por la forma de actuar de Lea, no intente detenerla cuando camino de regreso a la salida. Ni siquiera la volví a mirar. ¿Qué había hecho mal esta vez? ¿Importaba?
"Lo siento, no quería interrumpir." Shay me trajo de regreso, levantándose del suelo. "Necesitaba hablar contigo."
"¿En donde has estado? Haz faltado estos últimos días." Parecía un poco mas pálida de lo que en realidad era.
"He estado enferma." Mordió su labio inferior.
"Oh." Asentí un poco incomodo por la falta de conversación.
"Yo solo quería que supieras, que hice lo posible por que Rodríguez nos dejara hacer el trabajo individualmente, pero no me ha dejado y-"
"¿Por qué le has pedido eso?" Fruncí el ceño, recordando aquello. Shay pareció confundida ante mis palabras.
"¿No es lo que quieres tu?" Pregunto con precaución.
"Pues claro que no."
"Oh." Silencio.
"¿Por qué has pensado eso?" Rasque la parte posterior de mi cabeza.
"Bueno, no soy tu persona favorita exactamente y querías hacer el trabajo tu solo, así que era lo mismo." No me di cuenta de aquello hasta ese momento. Era algo bastante obvio, siendo honesto. "Solo quería que supieras que lo había intentado, lo siento." Apretó sus labios, mirándose abatida.
"Woah, descuida. No es la gran cosa." Le sonreí, intentando restarle importancia. Esta no era la Shay entusiasta a la que estaba acostumbrado.
"Si lo es. Se que a penas y me soportas." Aquello me sorprendió un poco. Shay nunca había dicho aquello. Al menos no a mi. "Quería hacer esto mas cómodo para ambos, pero supongo que no hay de otra."
"Shay-" Me acerque a ella, poniendo mi mano en su hombro, pero ella se alejo de mi de un movimiento torpe.
"Descuida, no es un gran secreto. Todos lo saben." Me sonrió tristemente y dio vuelta, caminando a la salida. "Hablamos después para los días que nos juntaremos." No espero a que contestara, cuando ya estaba fuera del edificio.
Durante cerca de una hora estuve dándole vueltas al comportamiento de Lea y de Shay. Era bastante extraño la forma de reaccionar de Lea al ver a Shay y la forma de responder de Shay hacia mi, en general.
"A la mierda." Tome mi chaqueta negra, mi paraguas y sin cambiar mi uniforme, salí de mi dormitorio hacia el de Lea.
Era ahora o nunca.
No podía dejar que los días nos volvieran a separar. No podía esperar a que se enfriaran las cosas. Necesitaba hablar con ella, o no podría dormir.
Toque un par de veces la puerta de Lea, sin respuesta. ¿Qué si había salido con uno de sus amigos? ¿Qué si se había ido por que había recordado que iba a ver a uno de ellos? ¿Qué si ambos estaban justo ahora dentro de la habitación?
"Ya voy, ya voy." Escuche la voz ronca de Lea. ¿Había estado llorando?
La puerta se abrió de golpe y una Lea despeinada y con los ojos levemente rojizos apareció a la vista. Ella apretaba sus ojos y los tallaba con sus manos. La había despertado.
"¿Has estado llorando?" Pregunte suavemente acercándome a ella. Lea dejo salir una pequeña risa burlona.
"Quisieras." Rodo sus ojos fastidiada. No pude evitar sonreír. "Estaba dormida, gran idiota. Tus ojos se ponen rojos cada vez que duermes dos horas en la noche y cuando esperas tomar una siesta en la tarde, eres interrumpido."
"Decidí ir a nadar al pacifico, ¿Tu que crees?" ¿Que significaba esto? ¿Qué había dormido poco por que había estado estudiando para los exámenes que se aproximaban, o por que había estado cogiendo toda la noche con alguien a quien acababa de conocer? Aun fastidiada, dio vuelta y entro a su dormitorio, pero no cerro la puerta. Me estaba invitando a pasar.
"Deberías dormir mas." Dije una vez que cerré la puerta detrás de mi.
"Muchas cosas deberían pasar, pero no lo hacen." Refunfuño, volviendo a acostarse en su cama la cual estaba revuelta de cobijas y almohadas. Justo como solía estarlo.
La habitación era el desastre que solía serlo siempre. Ropa de Lea y Lexie estaba por todos lados. Papeles y cuadernos esparcidos por el suelo. Botellas de agua vacías aquí y allá. No entendía como un lugar tan desordenado podía oler tan bien.
Cuando me di cuenta Lea ya estaba acostada en su cama y había cerrado los ojos, lista para dormir de nuevo.
"Ah no, tenemos que hablar." Me senté junto a ella. Esta vez no pude evitar quitar los mechones que caían en su rostro. Lea apretó el costado de su rostro contra la almohada.
"No." Gimió. "Duerme conmigo. Hablaremos despues." Mierda.
La idea era jodidamente apetecible.
Teníamos que hablar si, pero Lea estaba ya dormida y la verdad era que yo tampoco había dormido lo suficiente la noche anterior. Con un suspiro me rendí.
Con cuidado, quite mis botas y las posicione a un lado de la cama. Era la primera vez que me acostaría junto a Lea, así que hice lo posible por mantenerme despierto.
Apreté si cabeza debajo de mi barbilla y apreté su cuerpo contra el mío.
Hablaríamos después.