El calor era insoportable, su celo había llegado y ahora se encontraba lubricando, necesitando a su esposo, mientras este había salido prácticamente corriendo a comprar algún supresor.
"Hay que hacerlo ya, por Alfa"
Su lobo estaba inquieto, llevaba unos minutos insistiendo en ponerse algo de lo que había pedido.
Con un quejido, termino convencido por su lobo y se dirigió a su estudio en busca que la bolsa negra oculta, vaya sorpresa se llevaría el Alfa al entrar a casa.
(...)
En cuanto abrió la puerta de su hogar, sintió el condensado olor a menta de su pareja, su lobo gruñó ante la excitación que se percibía. Tratando de no perder la cordura, el Alfa se dirijo a su habitación dónde debería estar su esposo.
En cuanto entró, noto un nido hecho con algunas prendas pertenecientes al Alfa y otras cosas más que tenían su olor. El Omega era totalmente cubierto por la camisa que ayer utilizó mientras gimoteaba y su rostro estaba por completo rojo.
-Omega... - Llamó lentamente y este giró a verlo. -Tienes que tomarlo. -Le extendió el supresor pero el mayor volvió a su posición original quejándose.
-No quiero Alfa. -Su esposo suspiró pesadamente, mordiendo con fuerza su labio inferior, manteniendo su poca cordura para dejarse caer ante la excitación del momento.
-Entonces... ¿Puedo entrar en tu nido? -El mayor asintió rápidamente.
Entró con cuidado, había dejado los supresores en el buró, si su Omega no quiere tomarlos, que no lo haga, estaba ahí para cuidarlo aunque tuviera que hacer uso de un inhumano autocontrol que dudaba tener.
En cuanto se acomodó, el Omega se acurrucó en su pecho, pidiendo mimos. Sonriendo enternecido, el Alfa empezó a retirar la camisa que usaba como si fuera una manta el Omega.
La vista lo dejó mudo.
Las hermosas piernas pálidas de su esposo estaban cubiertas por unas medias largas de red negra con un moño del mismo color a mitad del muslo, sintiendo a su logro gruñir complacido ante la vista, dirigió sus ojos hasta su Omega, buscando una respuesta.
-Alfa. -Ronroneó el Omega en él cuello de su esposo, dejando pequeños besos ahí mismo.
El Alfa no sabía que hacer, su Omega estaba en celo con unas medias que lo estaban haciendo en enloquecer mientras su lobo insistía en ayudar a su necesitada pareja.
-Alfa. -El Omega volvió a llamar, tratando de que su Alfa lo tocase. Entre gimoteos, tomó la mano de su esposo y la coloco en su cintura. -Alfa~
Lentamente el Alfa descendió su mano hasta las pálidas piernas, acariciándolas con adoración, el Omega suspiraba ante los delicados toques que recibía, deseoso de llegar a más. Al acercar sus rostros, unieron sus labios en un lento tacto que poco a poco se volvía más atrevido.
El Alfa tomo entre sus dientes el labio inferior de su esposo, tirando un poco de el para que su lengua se abriera paso en esa boca. Sus lenguas se enredaban entre sí, sentían la saliva de ambos empezar a mezclarse en un húmedo tacto que empezaba a hacerlos perder la cordura, dejando pequeñas, casi inexistentes, tiras de saliva escapar por las comisuras se sus labios.
El Omega tomó impulso para sentarse en el regazo del menor, mientras se seguían besando de manera lujuriosa y llevaba sus manos al cabello del Alfa, enredando sus dedos entre las hebras mientras frotaba su culo sobre la entrepierna del contrario.
El Alfa tomo la cintura del pálido entre sus manos y empezó a acariciarla, sintiendo a su esposo suspirar gustoso en medio del caliente beso. Lentamente, YoonGi bajó sus manos hasta pasarlas por debajo de la camisa del contrario, rasguñando con rudeza la espalda del contrario.
El Alfa se separó de los hinchados labios, delineando lentamente el delgado labio inferior de su Omega con la punta de su rojiza lengua. Bajo sus labios al cuello de su pálido esposo, besando y mordiendo para dejar notorias marcas en este, provocando que los espasmos recorrieran el cuerpo de este.
-JiMin más. -El Omega empezaba a gemir a un tono bajo, enterrando sus uñas en la espalda de este, robándole un par de pesados jadeos, acerco sus cuerpos aún más buscando más contacto desesperadamente. -¡Alfa! Por favor, más. -Demandó el Omega cuándo la traviesa mano del menor empezó a amasar con dureza el pálido trasero.
El Alfa sentía el lubricante natural manchar el pequeño short de YoonGi, lubricaba en exceso que logro traspasar la ropa interior del Omega y aquello le excitaba en demasía.
La ropa fue retirada con brusquedad de los cuerpos ajenos, lo único que quedaba en sus cuerpos eran las medias del Omega y el bóxer del Alfa, sí, YoonGi ya no llevaba su mojada ropa interior.
Introduciendo su lengua en la boca ajena sin permiso, el Alfa mordió levemente la lengua de su esposo, quien estaba totalmente concentrado en seguir el ritmo del candente beso que no noto como dos dedos se dirigieron a su entrada.
-¡Joder, sí! Alfa, más, por favor, más. -Suplicó el Omega cuando sintió ambos dedos que profanaban su entrada con brusquedad y velocidad son previo aviso.
Cuando el Alfa decidió que tres dedos fueron suficientes para poder penetrar a su esposo, este lo empujó haciéndolo recostarse en el esponjoso colchón, sus pálidos dedos retiran con brusquedad la última prenda en el cuerpo del hombre que ama.
Cuando la erección quedó liberada, el Omega lanzó por algún lugar de la habitación el azul bóxer, para volver a besar desesperadamente a su esposo mientras este trata de sentarse, cosa que logra. Sin previo aviso, el Omega alineó el miembro en su entrada y se dejó caer bruscamente sobre este, auto penetrándose.
El Alfa dejó salir un jadeo cuando sintió la cálida entrada de su Omega apretar deliciosamente su pene. El Omega solo se separó para respirar libremente, apoyando sus manos en los hombros de su esposo, mientras empezaba a moverse lentamente para acostumbrarse a la sensación.
Un par de movimientos fueron suficientes para que el Omega empezará a moverse sin pudor ni dolor alguno, es escuchando el choque de pieles. Disfrutando que el Alfa amasaba el pálido trasero que lo apretaba de maravilla.
YoonGi aceleró los movimientos buscando su liberación pero fue detenido por su esposo, quien en pocos movimientos veloces lo puso cuatro, ni siquiera tuvo oportunidad de abrir la boca para hablar cuando el duro miembro del Alfa salía y entraba con brusquedad de su cavidad anal, la velocidad era mayor, provocando que enterrase su rostro en la almohada, manteniendo su cadera en alto para que le embistiera con facilidad.
-¡Mierda ahí! Alfa ahí. -Gimió el Omega cuando su próstata fue duramente tocada, el Alfa sonrió y concentró su bestial ritmo en ese punto que hacía delirar al mayor. -¡A-Ah! Demonios, más fuerte, ¡mierda JiMin más fuerte! -Demandó sin pudor alguno el Omega entre gemidos, el Alfa sonrió y, si eso era posible, aceleró sus movimientos. -Sí, se siente tan bien, más Alfa.
Definitivamente el pudor ya no existía entre ambos, se había quedado atrás.
-Demonios, eres tan estrecho. -El Alfa sentía su orgasmo cada vez más cerca mientras tomaba las caderas de su Omega, haciendo más certeras sus estocadas.
El mayor era un lío de gemidos y balbuceos, sentía desmayarse de placer, sabía que su celo influía en parte pero no se quejaba, tendría oportunidad de tener cachorros y un par de delirantes sesiones de sexo con su esposo.
-Estoy cerca Alfa. -Notificó el mayor mientras su esposo se acercaba más a su cuello, específicamente al lugar de su marca, dejando en claro su intención de renovarla. -Hazlo Alfa, por favor.
El Alfa solo sentía sus encías picar, detuvo un poco sus movimientos para darle vuelta a su esposo y tener más facilidad de renovar su lazo. Volvió al salvaje ritmo, abusando de la próstata de su predestinado.
-Hazlo ya, Alfa. -Pidió el Omega, sentía su orgasmo más cerca. Sin pensarlo, el Alfa encajó sus colmillos en el pálido cuello llevando a su Omega al orgasmo al igual que él llegó al suyo, dejando su nudo dentro del mayor y su cuello con su lazo renovado.
JiMin retiro rastros de pequeñas gotas de sangre del cuello de su esposo mientras este lo abrazaba tratando de regular su respiración. Se abrazaron sin decir palabra alguna, no eran necesarias, sus agitadas respiraciones se mezclaban entre sí, JiMin soltó una pequeña risita, besando la frente de su esposo mientras este cerraba los ojos disfrutando el tacto.
-Si después de esto no tenemos cachorros, no te dejare salir de la cama hasta que muramos de hambre. -Dijo el Alfa, moviéndose un poco causando una queja en su esposo.
-Eres de lo peor, pero estoy de acuerdo. -El Omega simplemente se acomodó para tener el pecho de su chico como almohada, estando sobre de él, en lo que el nudo se desinflamara para poder separarse.
JiMin solo acariciaba el cabello de su esposo, sonriendo encantado por su Omega que le cumplió su fetiche recién descubierto. Bajó su mano hasta las piernas de su esposo, notando que aún estaban las medidas pero un poco más debajo de su muslo. Jugando con el moño logró hacer que su Omega empezará a sospechar.
-Ni se te ocurra hacerlo de nuevo, deja que el nudo de desinfle para comer y después hacer lo que sea. -El Omega le dio un débil golpe de advertencia al pecho desnudo de su Alfa.
-De acuerdo, pero después de comer regresaras a la cama. -El Alfa sonrió aún más cuando sintió a su Omega removerse avergonzado. -Yoonie...
-¿Qué quieres, Alfa pervertido? -Pese al apodo y el tono molesto del Omega, JiMin le beso la cabeza.
-¿Tienes más medias?
-Sí... -El Omega sentía sus mejillas empezar a arder. -Pero ni se te ocurra ir a buscarlas, están escondidas Alfa calentón.
-¿Quién está en celo, eh?
-¡Park!
Siguieron molestándose hasta que se pudieron separar, el mayor se quejó del dolor y la sensación pegajosa, aguantando la poca risa, Park lo cargo, al estilo recién casados, por la habitación hasta dejarlo en la tina del baño. Pese a las quejas del Omega, tomaron un baño juntos, haciendo un par de bromas entre sí. Cuando terminaron, el Alfa usaba de un pantalón deportivo dejando su pecho al aire al igual que su tatuaje de "Never mind" mientras que YoonGi usaba un short que llegaba arriba de la rodilla junto a una camiseta gris perteneciente a su esposo.
El Omega caminaba de una manera rara causando risas en su esposo, quien simplemente lo terminó cargando a todas partes.
-Me iba a quejar pero estoy cómodo. -Dijo YoonGi mientras se acurrucaba en el pecho de su esposo.
JiMin solamente rio, su Omega era una bolita mimosa en celo.
Después de comer, volvieron a la habitación, donde no estaban teniendo otro encuentro simplemente tenían una... ¿discusión?
-Yoonie, por favor. -Rogó el Alfa alargando las vocales.
-Ya dije que no, eres un pervertido. -El Omega sentía sus mejillas arder pero no se dejaría vencer, no señor.
-Por favor, Omega yo te amo. -Insisto el menor volviendo a alargar las vocales.
¿Qué pedía? Saber la ubicación de esas medias que había comprado su esposo.
-¿Para qué? a saber qué harás con ella Alfa calentón.
-No haré nada malo Yoonie, lo prometo. -El Alfa acarició la nuca del Omega, sabiendo que lograría hacer salir su parte más sumisa rápidamente gracias al celo.
-Dije que n-no. -El mayor sentía escalofríos recorrer su cuerpo, le había dado la espalda a su esposo tratando de ignorarlo pero fallo terriblemente.
-Por favor, por favor. -Repetía el Alfa dejando pequeños besos en la zona que anteriormente acariciaba.
-E-En mi estudio. -El Omega terminó cediendo, JiMin sonrió en grande, cargo a su Omega llevándolo a su estudio, este estaba escondido en el cuello de su esposo.
Cuando entraron, YoonGi señaló tímidamente una esquina y el Alfa se acercó para buscarlas, encontrando la bolsa negra.
Volvieron a su habitación pero YoonGi estaba tan avergonzado que se negó a separarse de su Alfa, este noto como YoonGi dormitaba después de un rato acariciando su cabeza, así que esperaría a que se durmiera, sabía que el Omega tenía vergüenza y no quería molestarlo más, así que mejor lo vería en privado.
YoonGi terminó dormido entre los brazos de su esposo quien lo dejo arropado en la cama mientras el sacaba todo el contenido de la bolsa negra.
Oh santa mierda, de verdad esperaba que su Omega usará todo eso en un momento.
Mordió su labio al imaginar a su esposo con cada una de las compras, definitivamente no lo dejaría caminar bien por más de una semana. Volviendo a guardar todo, lo dejo en un cajón del buró tratando de que su aroma no fuera a excitación, pero tan solo de imaginar, su lobo gruñía, ansioso por ver a su esposo con esas sensuales prendas.
Sin más, se acomodó con su esposo, abrazándolo y este se acercará más a él, definitivamente YoonGi era una caja de sorpresas para él. Ayer había pensado en la posibilidad de que el Omega cumpliera su fantasía, pero jamás pensó que sería más pronto de lo planeado y eso le encantaba.
Apago la pequeña luz que estaba encima del buró y se dispuso a dormir mientras enredaba sus piernas cubiertas por el pantalón deportivo, con las de su Omega.
Dejando un pequeño beso en la pálida frente, y sin más, cerró los ojos dejándose llevar por el calor corporal de su esposo.
Editado 11/6/2022 *Errores ortográficos corregidos y narrativa alterada para mejor continuidad de la historia.
Suficiente por hoy, hora de cenar algo.
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