Canela ©

By Karo_lovegood

33.7K 6.1K 17.6K

[COMPLETA]. La conocida teoría de los polos opuestos atrayéndose cierta vez toma poder en las relaciones, pe... More

Sinopsis
1. Un gran día
2. Es tu día
3. Piojo
4. No quiero un castigo
5. El idiota que ella dice que soy
6. Mi esencia favorita
7. No quiero ser más una niña herida
8. Ya no me odies
9. Cálmate, piojo
10. No puedo verla en todas partes
11. Estar enamorada de ese imbécil
12. No soy como él
13. No se trata de un juego
14. Es nuestra mesa
15. ¿Bailamos?
16. Está llena de sorpresas
17. Algo imposible
18. Pausa a tu juego
19. Canela
20. No gracias, Hestia
21. No es mi chica
22. ¿Nos llevamos bien?
23. Preocupada por la cuerda
24. Lo que sea por ti
25. Marcando territorio
26. Carterista
27. Esa cita
28. Tic-toc, linda
29. Hay otro chico
30. Lo admito
31. Yo siempre gano
32. Es fácil confiar cuando se trata de ti
33. Siempre vuelvo a pensar en él
34. Alguien se ha enamorado
35. Feliz navidad, Bonetti
36. Es la chica de la fiesta
37. Aida
38. Parte de la rutina
39. Eres la novia de mi hermano
40. Idioma Miller
41. "Quiero hablarte de algo"
42. Un fracaso
43. Naranja entera
44. Es su canción
45. Caramelo de ajo
46. No volveré a cruzarme en tu camino
47. ¿Mi novio?
48. Aliens, por favor, abdúzcanme
49. La copia exacta de James
50. Orgullo personificado
51. Maltrato animal
52. Supersticiones de abuela
53. Lunática
54. Ya tenías uno
55. Solo... un pedacito
56. Eres un osito panda
57. ¿Está soltero?
58. ¿Puedes abrazarme?
59. Es un mal chiste
60. Orangutanes cínicos
61. Te prometo que te quiero
62. No todo podía ser perfecto
63. ¿Mis ojos mienten?
65. No puedo seguir engañando a ambos
66. Jugar a la casita
67. Su humor, mi enemigo
68. Su enamorado es Liam
69. Lo que ambos sentimos
70. Hay muchas formas de amar
71. Nuevamente lo detesto
Extra: Chrisand
72. Me haces daño
73. Jodidamente manipulable
74. Soy un títere
75. Sinónimo de dolor
76. No conozco de razones
77. Te quiero conmigo
78. Eres más que eso
79. Criadero de anfibios
80. Huele a canela, así como tú
81. Piezas similares de un puzzle
82. No estoy enamorado de ti
83. No pienses que te esperaré toda la vida
84. Un panda colgando de tus llaves
85. También el mar es muy cambiante
86. Que me pruebe lo que quiera
87. El final de nuestra canción
88. Tu apodo en mi café
89. Aún no termina tu día
90. Espinas en tu corazón
91. Será un reto
92. Ahora soy un egoísta decepcionado
93. Déjà vu
94. Uno, sin dejar de ser dos
Epílogo
Agradecimientos
Extra 1: Como el resto de tu vida
Anuncio

64. Los planes para mi muerte

230 47 101
By Karo_lovegood

Cuando pongo de nuevo un pie en el salón, me detengo ante la escena que tengo enfrente. Arya está con su amigo, y este último con una cercanía que no me deja buenas sensaciones.

La última vez que vi algo parecido, me sentí como la mierda. Él la había besado a ella y aunque presencié cuando lo apartó, creí que todo lo que habíamos avanzado hasta el momento no significaba nada. Yo me había hecho ilusiones muy rápido y ver aquello fue como recibir un balazo en una herida todavía abierta.

Me dolió, me incomodó y me hizo sentir miserable, no puedo negarlo, sobre todo porque hacía instantes ambos parecíamos estar congeniando de maravilla y el ambiente entre nosotros se sentía real. Ella estaba siendo transparente y dulce, me estaba dando a entender que se sentía bien a mi lado, y ver aquello hizo que me surgieran dudas sobre si esto que yo estaba ansiando era verdadero. Mis ilusiones fueron en decadencia y luego volví a tratarla mal.

Me arrepentí de haberlo hecho al instante. Supe de inmediato que ella estuvo llorando cuando se perdió en el club y no la encontré por ningún lado, y eso me hizo sentir peor. Quería hablarle, quería disculparme por la manera en la que me comporté, pero no sabía cómo hacerlo sin que la rabia y la decepción se atravesara en medio para actuar antes que yo. Quise evitarlo, pero entendí tarde que de cualquier modo fue lo que permití que sucediera, porque de nuevo fui un bruto.

Al principio quise convencerme de que si actué de aquel modo fue porque tenía una buena razón, y me colgué de que la mente es experta en formar películas para jodernos a nosotros mismos. Eso lo tenía claro, y también sabía que era muy difícil lidiar con ella y tras creerme derrotado, más fácil fue para mi imaginación idear cosas que no habían pasado. Pero también entendí que eso ocurría únicamente si yo lo dejaba ser, y así fue. Mi mente creó lo que yo le permití crear.

Después de lo que vi aquel fin de semana, no sabía si debía seguir insistiendo por conseguir algo, aunque quería, y simplemente decidí apartarme para dejar que las cosas fluyeran y se aclarasen un poco. Creí que esa fue la mejor decisión que tomé, y luego la peor, pero me sirvió para darme cuenta de que ciertamente no la quería lejos y pude entender que ella tenía razón al decir que todo pasa porque así debe ser. Y también me ayudó a comprender que yo estaba siendo un inmaduro.

Ya no quería seguir así y me bastó verla llorar una vez más para reaccionar. Por eso la busqué, y después de que nos arreglamos y de que compartimos ese último beso que me dejó deseando más, me queda claro que es así como me gusta estar con ella.

Nos entendemos, nos parecemos y la quiero, solo eso me basta aceptar para saber que ahora no debo quedarme paralizado o hacerme el idiota sin antes escucharla. No debo ni quiero hacerme películas, y es por eso que sonrío un poco y camino en dirección a ella cuando queda nuevamente sola en el sofá.

-Hola -saludo sin saber qué más decir, ella me mira y sonríe abiertamente, mostrando esa sonrisa que llega a sus ojos. Le devuelvo el gesto y me siento a su lado, pero sin dejar de lado la curiosidad-. ¿Pasó algo?

-Ian quería disculparse por lo que pasó la otra vez. Había estado evitándolo desde ese día y...

-¿Por qué lo evitabas? -curioseo, interrumpiéndola.

-No me gustó lo que hizo y creí que sería bueno tomarme mi espacio para organizar mis pensamientos.

-¿Y ahora... -dejo la frase en el aire para que ella finalice, lo cual hace sonriendo.

-Todo está aclarado entre nosotros.

¿Nosotros?

¿A quiénes se refiere con nosotros?

-¿Cómo... cómo debo tomar eso? -pregunto pausadamente.

-Como que todo está aclarado entre nosotros y él conoce de mis sentimientos.

-Ya -digo resignado. Esperaba tontamente que me dijera algo sobre ella y yo.

¿Cuáles son sus sentimientos?

¿Siente por él o por mí?

Me aseguró que no quería ese beso y yo he intentado convencerme a mí mismo de que ella siente algo por mí, creo estar convencido a este punto. Pero, ¿y si también siente algo por él y no quiso ese beso porque está confundida? ¿Y si aquella decisión de aclarar sus sentimientos lo incluye?

-Siempre que estamos bien pasa algo, ¿te has percatado de eso? -comenta de repente, extrayéndome de mis cavilaciones.

-¿Te refieres a tu amigo? -inquiero, esta vez no puedo evitar que mi tono denote molestia solo de pensar en la existencia del chico.

-Sí, pero no es solo él. Me refiero a todo. Tú siempre estás rodeado de tus zamuros, yo tengo a...

-Te he dicho que no pasa nada con ellas -aclaro de nuevo, tan cansado de esto como ella. No por el hecho de explicarle, sino porque con Verónica siento que gasto saliva en vano.

-Lo sé, yo lo entendí, pero ellas no. Eso no deja de ser una molestia. Hoy no le di importancia porque entendí sus intenciones, porque tú y yo ya hemos aclarado este punto antes, pero ellas siempre se toman atribuciones y tienen gestos contigo que no deberían. Es verdad que Deisy se ve más distante, pero Verónica no.

Sonrío ante eso.

Está celosa, ¿verdad?

-He aclarado eso con ellas en más de una ocasión -continúo. Me giro un poco para quedar frente a ella, con la pierna izquierda cruzada sobre el sofá, y la veo a los ojos, porque hace rato hablamos de las miradas y necesito que finalmente se sincere conmigo-. ¿A dónde estamos llegando, Arya? Tú te empeñas en decirme que no sientes nada por mí y no te estoy apresurando, es solo que necesito entender porque me tienes confundido. En ocasiones me celas, tus miradas, gestos y el beso... Ese beso me demuestra otra cosa. Necesito que seas clara conmigo -le pido con suavidad, aunque debo elevar un poco el tono de voz para que me escuche entre la música.

-¿Crees que debemos hablar eso aquí, ahora? -inquiere, alzando las cejas tras meditar sus palabras.

Sé que no es el lugar más apropiado, pero necesito que ella me hable con la verdad antes de que deba recurrir a uno de los colegas de mi tía Carla por la locura como diagnóstico.

-Bueno, no, pero...

-¡Hey! -la enérgica voz de Matthew me interrumpe.

Presiono los ojos con fuerza y al abrirlos veo a Arya que me observa con hastio, pero no creo que esté más fastidiada que yo y por eso miro a mi amigo con dureza. O eso planeaba hacer hasta que me percato de que está acompañado de Verónica.

-Hola, bebé -saluda la rubia. Ruedo los ojos cuando se sienta en medio de Arya y yo, dándole la espalda con descaro a mi acompañante-. ¿Por qué no me invitaste a la fiesta? Tuve que enterarme por Deisy. Ella estaba invitada por ser de las porristas, ¿tú sabías?

-Sí, sí lo sabía.

-¿Y por qué no me invitaste? -insiste, yo resoplo.

-Porque tengo cosas más importantes que hacer, no voy a perder el tiempo invitando a personas a una fiesta que no es mía.

-Voy a ver a Yulia -anuncia Arya al levantarse. No parece enojada, pero sí cansada de esto.

-No, bonita, espera.

Me levanto también, ella niega. Verónica me sujeta de la mano y giro para ver que parece dolida. Sabía que no le iba a gustar mi forma de hablarle a Arya y también lo hice por eso, necesito que entienda.

-Soluciona esto, voy rápido. ¿Después podrías llevarme a casa? Estoy cansada -asiento, ella sonríe un poco y se va. Le lanzo una mala mirada a Matt, quien comprende que la ha cagado, y veo nuevamente a Verónica, que ahora solloza en silencio y sin derramar ni una lágrima.

-¿Qué te pasa? -pregunto sentándome a su lado, ella me mira y niega, pero después habla tranquila, como si no fuese pasado nada y se hubiese olvidado de su actuación.

-¿Ella es quién te gusta? -pregunta con la molestia y asiento orgulloso, no tiene caso negarlo-. Muy mal por los dos, porque si no soy yo, no será nadie más -sentencia con voz seca, limpia sus falsas lágrimas y se pone de pie.

-¿Qué significa eso? -pregunto ya molesto, tomándola del brazo.

-Lo que oíste, no creo que quieras ver mal a tu gazmoña. Te quiero, bebé -finje dulzura, se inclina un poco para besar mis labios y cuando la esquivo, se separa para relamer los suyos, luego se retira con una sonrisa triunfal.

-¿No te cansas de cagarla, Matt? -mascullo con rudeza en dirección a mi amigo. Sé que él no es del todo culpable y que esto solo pasa gracias a mí, pero ya esta situación me fastidia y es la primera opción para desquitarme.

¿Qué significan esas palabras de la rubia? Suenan como una amenaza a la que no quiero darle importancia, pero es imposible. Ya no sé qué pensar con todo esto, y decir que estoy hastiado es poco.

-Perdón, amigo. Ella me dijo que la habías invitado y que la estabas esperando, por eso la traje contigo -gruño ante su explicación, pero no digo nada más porque su argumento es válido y creíble.

Aparto a Matthew de mi camino y me dirijo hacia la cocina. Me gustaría beber al menos una gota de alcohol, pero voy a conducir y sé que no sería correcto, por lo que me abstengo. De camino me encuentro a Maximiliano y Juliana todavía bailando, muy unidos y sudados, pero eso no es lo que me importa, sino el hecho de que Arya salió a buscar a su amiga y no está con ella.

Este lugar es grande y está abarrotado, y al no tener ella su celular, se me complicará el encontrarla.

Pregunto a los chicos si la han visto y cuando niegan, continúo mi búsqueda alrededor del lugar con muy malos resultados.

Veo que todos mis amigos están muy ocupados con otras personas excepto Eduardo, quien se mantiene pegado al celular como siempre ya que Camila no está. Chris y Andrés comparten saliva con chicas y James y su hermano hablan animadamente con Deisy. La última escena me parece extraña, pero no le doy importancia y continúo.

Ojalá se enamore de uno de ellos y me deje en paz. Si es de Ian mejor, para que el chico sufra un poco.

Resignado y sin obtener respuestas incluso en el patio y segundo piso, me voy hacia la entrada de la casa y es allí donde la veo, parada al borde derecho del jardín que está cubierto por flores artificiales. Abraza su cuerpo a causa de la fresca brisa que parece molestarle y mientras camino a su ubicación, me quito la chaqueta para ponerla sobre sus hombros al llegar desde atrás. Ella se sobresalta, pero cuando gira y se percata de que soy yo, sonríe avergonzada.

-¿Está todo bien? -me pregunta grácil, con un tono de voz cansado.

-Sí, ¿tú? -consulto, ella afirma con un asentimiento-. ¿Vas a despedirte o... -niega, yo freno mis palabras.

-Juliana ya no se acuerda de su nombre, mucho menos de mi existencia. ¿Max conducirá ebrio? Me preocupa que pueda pasar algo en carretera. Ella no se quiere ir y no quise obligarla, pero si están borrachos todos no pienso dejarla -sonrío ante su expresión preocupada y niego con la cabeza.

-Conducirá Andrés, Max no trajo auto y no, Andrés no tomó. Siempre nos aseguramos de dejar al conductor designado, no te preocupes. Vamos nosotros, te ves cansada.

Parece complacida ante mi respuesta. Pongo mi mano en su espalda baja y la guío hacia la salida.

Falta poco para la una de la madrugada y yo estoy tan cansado como ella porque además de que caminamos mucho, tuve el partido, por eso estoy de acuerdo con irme. Lo único que me fastidia aún, es que no terminamos la conversación y ambos parecemos lo suficientemente agotados como para continuarla ahora.

Arya se ubica en el asiento y cuando la veo asegurarse y colocarse mi chaqueta como protección para el clima que no es gran frío, pongo el auto en marcha.

Durante el camino vamos prácticamente en silencio y tampoco pongo música para mantenernos en la calma del ambiente. No es un silencio incómodo, al contrario, porque nuestra relación es mucho mejor y sana ahora. Incluso llegué a pensar que se quedó dormida en un momento por el sosiego que había, pero su mirada se cruzó con la mía demostrándome que estaba equivocado en ese instante en el que quise asegurarme.

En otras circunstancias lo agradecería, pero estar sumergidos en esta tranquilidad en la que no hablamos solo me lleva a pensar en Verónica. Es una adolescente que no tiene un poder más venenoso que sus palabras, pero, ¿debo ponerle atención esta vez? No es como que yo no pueda defenderme, pero es mujer y no sé cómo piensan o qué hacen cuando quieren herir a otras, y eso me angustia, porque no quiero tener más problemas de los que hemos tenido hasta ahora.

¿Debería decirle a Arya?

Es una tontería y ella no ha tocado el tema, pero sé que no lo olvidó tan pronto y yo tampoco soy capaz de hacerlo aunque me gustaría.

Eso me jode más.

Al llegar a su casa, se incorpora en el asiento, se despoja de mi chaqueta y se coloca su camisa. Toma el celular de la guantera y gira a verme, sonriendo un poco con cansancio.

-No es necesario que bajes, hay frío y es tarde. Te veo mañana en el colegio -dice con voz grácil, aún con su tono somnoliento.

-Bien... Siento haberte llevado ajuro.

-Lo pasé bien, no te preocupes. Eres bueno bailando -añade con naturalidad y río un poco, mientras me inclino para besar su frente.

-Lo sé, cuando quieras seguimos -le digo al verla de vuelta-. Te veo mañana entonces, todavía tenemos una conversación pendiente -asiente en medio de un bostezo que cubre con su boca y que me hace sonreír-. Descansa, bonita.

-También tú, Liam, gracias... Buenas noches -finaliza mirándome un rato, hasta que parece recordar que estaba cansada y abre la puerta para bajar del auto, pero antes se detiene y sonríe un poco-. Me envías un mensaje cuando llegues a casa, por favor, sea cual sea la hora. También ten cuidado en el camino, es tarde.

-Lo haré, gracias -afirmo, sonrío una última vez y bastante feliz, hasta que la veo bajarse del auto. Permanezco adentro, pero viéndola fijamente para asegurarme de que atraviesa la reja y el camino hacia la otra puerta, y cuando finalmente entra, me largo a mi casa.

-¿Llevas todo?

-Sí, ma, todo -respondo por cuarta vez a mi madre, mientras guardo la bolsa de hielo y las bebidas selladas en la pequeña nevera portátil.

-Yo quiero ir con ustedes -pide Ann en un puchero y me gustaría, pero esta vez no puedo. Solo dejo la cava sobre la encimera y me inclino para quedar a su altura.

-Te prometo que te llevaré a comer helado mañana -aseguro, mi hermana muestra su desdentada sonrisa cargada de ilusión, luego brinca un poco.

-¿Arya va a ir?

-Te llamaré cuando esté con ella y tú la invitas, ¿te parece? -propongo. Ann asiente efusivamente, beso su frente y me levanto para recoger lo que me falta. Después de hacerlo, me dirijo a Anna y también beso su mejilla-. Gracias, ma, eres la mejor.

-Diviértanse mucho y cuidado, Liam, por favor -afirmo, tomo la hielera junto a mi mochila que estaba sobre la encimera y camino hacia el auto que aún se encuentra en el garage.

Abro el maletero, aparto lo que ya había dejado dentro para hacerle espacio a las otras cosas y tras asegurarme que todo está en buenas condiciones, subo al auto para marcharme, no sin antes enviarle un mensaje a Amy para informarle que voy de camino a su casa.

El día que Arya y yo fuimos al cine, le hablé sobre salir el fin de semana y ahora me dirijo a su casa a recogerla. Ya tenía planes hace mucho, pero cuando nos distanciamos dejé el asunto de lado. Ahora lo retomé, pero no soy experto en estas cosas y requerí de mucha ayuda y no solo de parte de mi mamá.

Lo he pensado, pero no me sorprende que con Arya quiero que todo salga bien. Incluso siento que todas estas cosas que hago por verla sonreír a ella, soy capaz de hacerlas sin ningún esfuerzo y me complace, porque nada de esto está siendo forzado. Pero ahora no sé si es que eso que me hace sentir me ha hecho cambiar, o es que definitivamente estoy perdiendo la cabeza.

No hemos compartido tiempo en el instituto en los últimos días porque tenemos muchas evaluaciones y solo nos vimos por mucho más rato ayer en la biblioteca, pero estábamos ocupados con las tutorías y no compartimos muchas palabras entre nosotros. Y tomando en cuenta que por suerte escapamos de un castigo con Gertrudis, no podíamos arriesgarnos a estar solos en medio de las estanterías y correr el riesgo de que pasara algo similar a la última vez, sobre todo ahora que la bibliotecaria está molesta porque no nos sentenciaron como le habría gustado y no nos despega la mirada de encima.

A veces pienso que se parece un poco a Filch, pero incluso a ese hombre lo quiere la señora Norris.

No es que me preocupe mucho el hecho de recibir otro castigo y me arriesgaría, pero es cierto que ahora no nos conviene.

Con respecto a las palabras de Verónica, decidí restarle importancia y no lo comenté a nadie, ni siquiera a mis amigos. Estos dos días que han pasado no la he visto y se ha mantenido al margen de mi existencia, y es algo que agradezco. Sé que algo no anda bien con ella y su cabeza, pero no creo que sea una persona de cuidado y quiero convencerme de eso.

Espero no equivocarme.

Estos últimos dos días he estado enfocado únicamente en esta salida con Arya, preocupándome más de lo normal por hacer que todo salga perfecto y pidiéndole ayuda a todo aquel que fuese necesario, y me permito suponer que lo conseguiré.

Al llegar a casa de Arya después de unos minutos en carretera, vislumbro la figura distraída de Ruggero, quien se encuentra afuera con una mochila que supongo, es para mí.

Bajo del auto y lo saludo cuando se fija en mí, me entrega el bolso que también introduzco en el maletero con rapidez y bien oculto entre el resto de las cosas y vuelvo con él, que me espera para entrar.

-¿Ya está lista? -le pregunto. Mi voz suena nerviosa, y es porque lo estoy. No sé desde cuándo soy tan sensible con estas cosas y me asusta.

Ruggero pone su mano en mi hombro y volteo para verlo. Me invita a entrar con un movimiento de cabeza y una sonrisa que intenta tranquilizarme, pero que no lo consigue.

-Creo que ya casi estaba lista. No es un monstruo, hombre, no te preocupes -comenta con gracia y río un poco.

No es que piense que ella es un monstruo, es que yo tengo una habilidad innata para cagarla.

Soy como la mosca, donde me paro, la cago.

No digo nada, solo sigo al chico hasta el interior y dejo que me guíe hacia la cocina, donde se encuentran Mariah y Amy cortando verduras en tablas de plástico y conversando como si fuesen las mejores amigas.

Saludo a ambas, le agradezco a la castaña por toda su ayuda y vuelvo a la sala junto a Ruggero. Él come de unas galletas de fresa que me ofrece y que no recibo porque saben horrible, pero sí me siento a su lado en el sofá para intentar ponerle atención a la película que se reproduce en la pantalla.

-¿Qué haces aquí? -escucho la voz del otro italiano a mis espaldas después de unos minutos. Supongo que es a mí y ya el asunto me molesta, pero no alcanzo a girar ni a responderle, porque alguien lo hace en mi lugar.

-Eso no es tu problema -responde Arya. Me levanto de pronto al escuchar su voz y la veo mirar al chico con dureza desde el pie de la escalera. Esto me agrada, no lo puedo negar, pero no quiero perder tiempo-. Hola, Liam -saluda sonriente al verme. Pastore bufa y vuelve a subir las escaleras, parece enojado y eso es más que satisfactorio.

-Hola -digo con simpleza al sentirme un poco nervioso, pero sonriéndole.

-Ya estoy lista, ¿nos vamos? -inquiere, acomodándose la pequeña mochila que cuelga sobre su hombro izquierdo, yo asiento.

La sigo hasta la cocina, agradezco a Amy y Ruggero discretamente y después de que Arya también se despide, nos marchamos en mi auto.

-¿A dónde vas a llevarme? Me pediste que me vistiera cómoda y esto fue lo que mejor conseguí, me pudiste decir antes, porque incluso pensé en traer un vestido -comenta de camino, tan despreocupada como se muestra ahora-. Y no es que yo use vestidos jamás, pero con tanto misterio de tu parte, ya ves -continúa acusatoria y yo solo puedo reír, mientras examino su atuendo con rapidez.

Lleva una camiseta de tirantes blanca sencilla, un short denim de tiro alto con aplicaciones de margaritas blancas en el borde y el cabello recogido en una trenza de lado un poco suelta.

Amy debió convencerla de vestir así, estoy seguro, y más perfecta no podría estar.

-Estás perfecta para el lugar al que iremos... Vamos a la playa -respondo serio, ella gruñe.

-Te había dicho que no me gusta, ¿por qué me llevas ahí? -se lamenta, pero no enojada, sino decepcionada.

-Porque a partir de hoy te gustará, ya verás -la veo por segundos otra vez y le guiño, comprándola al instante.

Ella no se vuelve a quejar y se inclina para colocar la playlist que le pedí crear con sus canciones, pero no canta, entonces hablamos sobre cualquier cosa que a ella se le ocurre esta vez sobre nuestras familias.

Tenemos una conversación pendiente y no volveré a casa hasta tenerla, pero prefiero esperar un poco más para no arruinar la mañana que todavía no iniciamos.

Al llegar al sitio que elegí hace días, después de poco más de media hora en carretera, ella me ve con sorpresa y yo sonrío complacido; sé que le gustó. Apago el auto, me recuesto del asiento a observarla y la veo abrir la boca ligeramente, mientras escruta el lugar sin descender del vehículo.

-Esto es no es la playa -dice, ahora viéndome y con una sonrisa cargada de ilusión.

-¿Cómo crees que voy a llevarte a un lugar que no te gusta? No soy tan plaga, jamás haría eso.

Hago una pausa en la que sigo observando su cuerpo estático, dejo el celular en la guantera porque no lo vamos a necesitar y después de que ella hace lo mismo, le indico salir, Arya sonríe abiertamente y ambos bajamos.

Camino de nuevo hacia el maletero para sacar las cosas. Arya se me acerca de inmediato para ayudarme y antes de que descubra su mochila, le paso la cesta que ella agarra. Tras tomar todo, caminamos hacia la zona del parque natural más cercana y con elevación al río, una parte que hace similitud a una pequeña colina que está cubierta totalmente de césped y donde hay bastante sombra.

Al llegar, dejo mi mochila junto a la hielera en el suelo y luego la despojo de lo que ella llevaba sus manos.

-Tengo muchas preguntas y reclamos por hacerte -dice con diversión. Agachándose a mi lado para abrir el bolso, de donde extrae una manta de franjas grises y blancas-. Entonces dime, ¿por qué no me dijiste que vendríamos para acá? Pude haberte ayudado a organizar todo esto, ¿sabes? Me encantan estas cosas. Siempre insistía mucho a mis padres para hacerlo y me complacían cada mes -su voz no deja de cargar ilusión y me agrada.

Empezamos bien.

-Era una sorpresa, no podía decirte -me defiendo.

-¿Hiciste todo solo? -continúa sin verme, extendiendo la manta y planchándola con sus manos con insistencia.

-No. Es que jamás había hecho esto y necesitaba ayuda, no culpes a tu madre.

Levanto la cabeza para verla y nuestras miradas se cruzan, ella abre la boca con sorpresa.

-¿Mi traidora madre participó en esto? -pregunta incrédula y afirmo, ella me mira achicando los ojos y luego niega con la cabeza-. ¡Qué horror, mi propia madre participando en los planes para mi muerte! -suelto una carcajada sin reparo ante su comentario, porque la seriedad con la que los hace no deja de sorprenderme.

-¿Y yo soy el dramático? -le pregunto burlón, Arya solo sonríe.

-Tú no lo entiendes, y tampoco te lo voy a explicar -informa. Formo un puchero y le exijo una respuesta, pero ella se niega hasta que me rindo.

La ayudo a planchar la manta compulsivamente en el suelo hasta que ella considera que está casi perfecta y después de organizar todo arriba, nos ubicamos sobre ella, sentados con las piernas cruzadas y sin zapatos.

El clima es fresco y las copas de los árboles altos se mueven con la velocidad que les proporciona la brisa. Ambos tenemos ropa un poco descubierta, por lo que el hálito puede sentirse con mayor facilidad sobre nuestra piel.

Ninguno dice nada, solo nos dedicamos a admirar el tranquilo lugar en silencio. No somos los únicos, pero hay muy pocas personas alrededor y la calma que se siente es sorprendente. Tanto, que el cántico de las aves se escucha con facilidad, agregándole mas valor al momento.

Hay dos pares de personas bañándose en el río de forma independiente, dos niños juegan con una pelota de plástico dentro del agua y otros tres se ven nadando ajenos a todo. Algunas parejas y familias más grandes también decidieron hacer un picnic y otros pocos se ubican en las mesas más apartadas de nosotros, riendo y sumergidos cada quien en su mundo. El mío ahora es más pequeño.

-Me encanta aquí -confiesa y volteo la cabeza para verla, ella hace lo mismo tras unos segundos-. Y trajiste todo lo que me gusta. ¿Hace cuánto tiempo estabas planificando esto?

-Una semana, tal vez -contesto inclinándome un poco hacia atrás, dejando caer el peso de mi cuerpo sobre los brazos y manos, las cuales están extendidos a mis costados-. Bueno, quería hacerlo antes, pero con eso de que no nos estábamos hablando por días, había frenado todo.

-Y mi mamá te ayudó... -analiza en un susurro, todavía viéndome-. ¿Yulia también?

Afirmo y sonrío, recordando la conversación con aquella chica que no se preocupa por conservar ningún detalle.

-Un poco, sí, también mi mamá. Pero la mayoría de cosas que traje es porque ya te conozco más y sé lo que te gusta. Yo elegí el lugar, la comida y todo eso, solo me ayudaron a organizarme porque mi segundo nombre es cagón y mi especialidad es cargarla. Soy un desastre.

-Creí que tu segundo nombre era dramático -bromea, pero finjo que no me causa gracia-. Eres organizado -me recuerda riendo, pero no tiene razón del todo. Me gusta mantener el orden, pero hay cosas que se me escapan de las manos sin que pueda evitarlo, y eso la incluye a ella y lo que me provoca.

La veo a los ojos por segundos y suspiro antes de hablar, tomando fuerza, porque desde que ella se metió en mí, todo es diferente, porque ciertamente estoy perdiendo la cordura y ya ni me conozco.

Ya no me conozco.

-No cuando se trata de ti.

____________________________________________________

¡Épale, moco! 💚

Necesito hacerte una pregunta antes de pasar a lo importante. ¿Bostezaste con Arya? Dime que sí, no quiero que solo mis neuronas espejo me hayan dejado como estúpida, porque bostecé siempre que lo leía. 😂

Bueno, ahora sí vamos a lo bueno. ¿Qué te pareció el capítulo? ¿No te gusta que vamos adelante de a poquito? 🥺 Siempre que escribo y leo esto estoy sonriendo como tonta, y quiero saber si tú también.

No tengo nada más por decir, así que espera al siguiente capítulo que ya viene en camino.

Continue Reading

You'll Also Like

14.4M 944K 39
| Historia publicada con Novacasa Editorial | En Denver High se dice que si pones tu nombre en el casillero 420, Cupido encontrará a tu pareja ideal...
158K 9.2K 42
- ¿¡Como que el hijo de tu compañero vivirá con nosotros!? -Dije harta. - Ashley cariño ya lo hablamos; no se quedara para siempre. -Dijo con cara in...
18.5K 3.2K 55
TERMINADA Si eres un adulto, no te fijes en la historia principal, sino lee este libro desde un punto de vista más crítico. Si eres un adolescente o...
5.2M 453K 83
Nunca debí caer por él. Sin embargo, tampoco detuve mi descenso. Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí. ...