The Beginning of New Stories...

By -TheDarkSwan-

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🦋Cuando la paz comienza a sentirse en el aire después de los acontecimientos de la batalla con Hordiano Prim... More

TEMPORADA 1
Nuevo comienzo con nuevas historias
¿Todo por una cama? (1)
¿Todo por una cama? (2)
Una reunión... ¿peculiar?
Comenzar a meditar
"Yo estaré aquí junto a ti"
Charla entre chicas
Orgullosa de ti
Criaturas mágicas
Necesitas un descanso
Es... ¿una cita?
Una mañana agitada
Interrogatorio y Reencuentro
Pesadillas
Estoy aquí
Tú y yo
Pijamada
Picnic en Mystacor
Remordimientos
¡Hielo-Ball!
¿Venganza... o Un Favor?
Día de Fiebre
En busca de consejos
La celebración por la victoria
TEMPORADA 2
Misión en el espacio
Devuelta a Etheria
Luces en el cielo
"La Zona del Terror"
Canción de Cuna
Los sueños que te llaman
Memorias
Conflicto
Te escucho... Te sigo
Las respuestas
Camina siempre hacia adelante
TEMPORADA 3
Nuestros días
~Infiltrado(s)~
Represalias

Tú junto a mi, yo junto a ti

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By -TheDarkSwan-

Adora se encontraba frente a su espejo, cepillando su cabello mientras Catra acariciaba a Melog, ambos sentados en el suelo. La mañana recién comenzaba y la rubia necesitaba ir con Netossa, Spinnerella y Frosta a una villa, Fairedon, si no mal recordaba el nombre, al parecer, era una de las villas en el reino de su majestad Peekablue quién aún se mostraba desaparecido a lo que las villas estaban un poco en caos.

—¿Pasarás el rato en el castillo? ¿O irás a Plumeria? —preguntó Adora con curiosidad.

—Tengo sesión libre, así que andaré por aquí, ¿estas segura de asistir a la excursión? Hace tan solo dos días que estuviste enferma y podria volver a pasar —comentó Catra con preocupación dirigiendo su mirada a ella.

—Oye, hace un día no me dejaron trabajar, ayer estuvimos dando vueltas por la organización de la fiesta, no voy a perderme esto —aseguró la rubia con decisión, provocando que la castaña rodara los ojos mientras soltaba una risilla.

—Oye, ¿Qué crees que pasaría con Peekablue? —preguntó Catra con curiosidad mientras jugeteaba con Melog.

—Ni idea, la verdad nunca tuvimos interacción con esa persona, o con algún otro representante de los restantes reinos, no mostraron querer ser parte de la rebelión así que Glimmer no les insistió —respondió encogiéndose de hombros. Las princesas con sus runas se habían unido a ellas, pero aquellos otros reinos no se habían mostrado dispuestos a participar, con el válido argumento de que debían proteger sus respectivos hogares y fue una decisión que Luna Brillante decidió respetar —. Solo espero que esté bien, necesitamos localizarle por su reino, aunque siendo sincera llevan bien las cosas con lo que pasó sobre la invasión de los clones.

—Quizás no quiere que le encuentren —comentó Catra recostandose en Melog —. O se está resguardando y no sabe que ya no hay guerra —planteo ambas posibilidades.

—Si, puede ser —respondió Adora con una sonrisa mientras terminaba de hacerse su habitual peinado. La castaña desvió su mirada bicolor hacia el guardarropa de la rubia, otra vez volviendo su mirada al último cajón, sus orejas se agitaron y su cola se movió de un lado a otro, volviendo la curiosidad de antes a ella.

—Hey, Adora ¿que son esos cuadernos que tienes guardados en el último cajón? —le preguntó Catra mirando fijamente el mueble, mejor ir directamente al grano y averiguar hasta donde podía llegar sobre la información de esos malditos cuadernos que le generaban una estúpida curiosidad que no se había borrado a pesar de que ya había pasado bastante tiempo desde que los miró.

—¿Hablas de los diarios grises? —preguntó Adora con un poco de confusión —. Escribí lo que me pasaba aquí en Luna Brillante. Glimmer me lo sugirió ya que ella llevaba un diario, así que empecé a hacerlo, pero son solo anotaciones de nuestras aventuras y así, nada interesante —explicó restándole un poco de importancia, pero notó la insistente mirada que la castaña le daba al cajón y una media sonrisa se dibujo en los labios de la rubia —¿Acaso te dan curiosidad? —preguntó con cierta burla.

—Pfff, ¿qué?, por supuesto que no —gruñó cruzándose de brazos y volteando hacia otra dirección, Adora soltó una pequeña risa y rodó los ojos.

—¿Melog? —se dirigió al felino quien elevó la comisura de su boca formando una sonrisa y lanzó un maullido —. Mmm... Ya veo —murmuró Adora entrecerrado los ojos y colocando su mano en la barbilla en un gesto de estar analizando la respuesta de su amigo.

—Agh, por favor —musitó Catra entre dientes para después suspirar sonoramente —¡Bien! ¿Okey? Si tengo curiosidad —admitió a regañadientes.

Adora le sonrió —. Puedes leerlos si quieres, pero seguramente te aburres, como te digo, solo son apuntes de cosas que me sucedieron desde que me uní a la rebelión —dijo para después tomar su mochila y colgarla en su brazo —. Ya debo irme, te veré en la tarde —anunció acercándose a ella y dándole un beso en la mejilla, haciendo que Catra se sonrojara y sonriera.

—Ya lárgate —gruñó la castaña sin lograr borrar su sonrisa y la rubia simplemente se rió mientras salía de la habitación dejándola sola. Catra miró a Melog quien le brindó un maullido —. Si, yo también quiero empezar —le dijo con una sonrisa cómplice y se levantó de inmediato dirigiéndose al guardarropa dónde abrió el último cajón y tomó todos los diarios y volvió a su sitio junto a Melog el cual soltó un maullido al mirar los cuadernos —. Bueno, ya se que ella solo dijo grises... Pero es un diario y nunca específico que no debía leer este que es diferente —argumentó con lógica, si bien, Adora no había dicho nada del cuaderno rojo, eso no significaba que estuviera prohibido o algo así ¿no? —. Abriré uno gris —comentó cumpliendo con su anuncio, y tomó uno de ellos abriéndolo en la primera página.

"Me han dado la idea de escribir en un diario, es la primera vez que hago esto así que no estoy muy segura que poner o por dónde empezar, así que simplemente escribiré lo que se me venga a la cabeza.
Todo es diferente. Hay alegría, risas y música por dónde sea, Luna Brillante es muy diferente a la Zona del Terror y debería ser algo bueno... Es decir, es mejor que ese lugar, pero por alguna razón no logro acostumbrarme, mis amigos dicen que eso es debido a que viví la mayor parte de mi vida en ese lugar y que me adapte a ese estilo de vida... Bow dijo que ese lugar siempre fue mi hogar y que por ello me era difícil adaptarme. Y tiene razón. Mucha razón".

Catra suspiró, definitivamente si era un diario donde la rubia escribió sobre sus aventuras desde su unión en la rebelión y puede que quizás pareciera una perdida de tiempo leerlo, pero... La curiosidad por todo lo que pasó al estar separadas le hizo seguir leyendo aquellas hojas.

[...]

Adora saludó a Spinnerella y Netossa, quienes habían estado conversando hasta que la rubia llegó.

—Hey, que tal rubia —dijo Netossa agitando su mano en señal de saludo.

—Hola, Spinnerella y Netossa —Adora le sonrió al par para después girarse y mirar a Swift Wind de quién se despidió con un movimiento de su mano —¿Y Frosta? —preguntó con curiosidad mirando de un lado a otro, buscando a la susodicha.

—No debe tardar en llegar, seguro está arreglando algunas cosas para poder dejar su reino por unas horas —comentó Spinnerella con su habitual tranquilidad, el brazo de su pareja rodeó su cintura.

—¿Les parece si empezamos mientras ella llega? —propuso la morena con una sonrisa.

—Me parece una excelente idea —le apoyo Spinnerella besando la sien de su esposa y brindándole una dulce sonrisa.

Adora simplemente se dió la vuelta sonriendo ante el momento que presenció de las esposas y se adelantó antes que ellas para ingresar a la villa.

[...]

Catra leía las hojas del diario, leyendo desde los primeros días de Adora en la rebelión, las dudas que solían rondarle en la cabeza respecto a ser She-ra, las preocupaciones y los momentos felices que tuvo con sus amigos. La castaña ni siquiera se percató del paso del tiempo que había pasado como si nada, encerrada quizás desde hacía unas horas y esperaba que en el castillo cierto dúo no se percatarse de ello o seguramente irían en su búsqueda y la interrumpirían, se había quedado absorta en los escritos, algunos cortos y algunos largos.

Incluso leyó con interés sobre lo sucedido en el baile de las princesas, dónde claramente se había desatado un desastre y por alguna razón, la rubia lo había explicado con todo detalle haciendo a Catra preguntarse de dónde saco tiempo para escribir si estaba tan sumida en deberes como lo recalcaba.

También leyó algo que le incómodo un poco debido a que Shadow Weaver era mencionada en esas páginas, pero que también le causaba cierta intriga. Eso era acerca de la vez que la traicionó, y la mujer había llegado a Luna Brillante con el objetivo de brindar información para que vencieran a la Horda.

—Así que Adora es una de los primeros ¿eh? —susurró manteniendo su mirada fija en aquella hoja, que parecía tener distintas anotaciones en las esquinas, garabatos que seguramente Adora rayó para sacar su frustración. Melog inclinó su cabeza mirando a Catra y bajo sus orejas —. Oye, tranquilo, Adora es más Etheriana que una de los primeros —le comentó acariciándole una de sus orejas, en señal de tranquilizarlo, después de todo... Los primeros fueron conquistadores que se robaban la magia y el planeta del felino había sido víctima de ellos.

La atención de Catra no tardó en llegar al cuaderno rojo, lo medito unos instantes, pensando si era oportuno leerlo cuando Adora no lo había mencionado, pero la castaña decidió no darle más vueltas y leerlo, lo tenía demasiado cerca como para ignorarlo y quizás, podría arrepentirse después y si contenía algo delicado entonces se disculparía con Adora más tarde.

De inmediato abrió el cuaderno, notando que las primeras tres hojas estaban en blanco pero la cuarta... Está contenía un listado que captó enseguida su curiosidad al leer su encabezado y la fecha que marcaba era una cercana a la época en que desertó de la Horda.

"Cosas que extraño de la Horda:
1. Extraño el horario rígido. Nunca cambiaba y siempre podía saber que esperar.
2. Extraño el constante sonido de las máquinas. En Luna Brillante siempre se escucha música o personas riendo y pájaros cantando. Es lindo, ¡pero hace difícil concentrarse!
3. Creanlo o no, extraño mi dura cama en el cuartel. Mi cama en el castillo es demasiado suave.
4. Catra... A veces".

Catra mordió su labio, aquel último punto, había tocado una fibra sensible en su pecho —. Por favor, tonta... —susurró con un ligero temblor en su voz mientras sus labios habían formado una pequeña mueca. Decidió cambiar hacia la siguiente hoja, que marcaba una fecha distinta dónde lo primero que leyó... Fue su nombre en mayúsculas.

"CATRA... TODAVÍA DUELE, pensar que solíamos ser mejores amigas y ver en lo que ella se ha convertido. Está llena de ira y odio. Solía pensar que debía haber alguna manera de convencerla de que se uniera a la rebelión y así combatir a la Horda juntas. Pero no creo que pase alguna vez".

Sus ojos bajaron a la siguiente esquina en la misma hoja mientras su corazón latía descontrolado, Melog simplemente se dedicó a acariciar su cabeza contra el brazo de su amiga en señal de apoyo.

"La mejor cosa de la Zona del Terror era Catra.
Ella y yo hacíamos todo juntas. Inventamos juegos para jugar, nos contábamos historias. Y nos defendíamos mutuamente cuando otros cadetes eran malos. Yo no hubiera sobrevivido a la Zona del Terror sin ella".

[...]

Spinnerella, Netossa y Adora se encontraban tomando un receso de sus actividades ayudando en la villa, las tres estaban comiendo al aire libre como un estilo de picnic con alimentos que los mismos residentes de la villa les proporcionaron como agradecimiento de que les estuvieran ayudando, mientras por otro lado Frosta jugaba con algunos chicos de su edad su famoso juego de hielo-ball.

—Dinos, Adora, ¿cómo van las cosas con Catra? —le preguntó Netossa con curiosidad mientras tomaba un emparedado que su esposa le ofrecía.

—Van muy bien, de hecho, la plática que tuve con ustedes me ha ayudado mucho —le respondió Adora sonriendo.

—¿La gatita tenía el dia libre hoy? —Adora asintió a la pregunta de Spinnerella —¿Qué hará en este rato libre? ¿Te dijo?

—Ammm, ella tenía curiosidad con ciertos cuadernos en los que yo escribí, algo así como diarios, tenía curiosidad por saber que contenían así que le dije que podía leerlos —Adora tomó un emparedado que se llevó rápidamente a la boca —. Aunque conociendola, se aburrirá y buscara algo más que hacer —agregó con cierta diversión.

—Adora, esos diarios no... ¿contenían cosas privadas? —le preguntó Netossa alzando una ceja —. Los diarios suelen ser para escribir cosas de ti, pensamientos, sentimientos... ¿no hay algo en ellos que Catra no deja ver? —aquella era una posibilidad, la castaña podía leer algo que pudiera afectarle de forma positiva o negativa, no había manera de saberlo.

—No, esos diarios solo tienen pensamientos sobre mis días en la rebelión, como peleas o aventuras con mis amigos —contestó Adora con tranquilidad —. Y si, tengo un cuaderno rojo dónde tengo escritas cosas que... —un ligero sonrojo apareció en sus mejillas y su mirada transmitió algo de melancolía, captando el interés de la pareja —. Bueno, ese diario es muchísimo más personal y estoy segura que lo tengo guardado en otro lugar, así que no hay problema —termino de decir volviendo a sonreír con tranquilidad, recordaba que había separado ese cuaderno y lo había guardado en un lugar diferente.

—Si dices que no hay ningún problema entonces seguro es así —le dijo Spinnerella con una sonrisa —. Aunque dudo que no les todo lo escrito en los diarios —inquirió con tranquilidad tomando una bebida.

—¿Qué quieres decir? —le preguntó Adora inclinando un poco la cabeza hacia un lado, mostrando la confusión ante lo que la princesa de los vientos dijo.

—Bueno, la gatita te ama, así que es imposible que no lea todo lo que escribiste —respondió Netossa con diversión, sabía de sobra lo que era amar a alguien y querer saber cada mínimo detalle de lo que hace, lo que ha hecho o lo que quiere hacer y no dudaba ni un poco que la chica felino querría leer sobre lo que Adora hizo mientras estuvieron separadas.

Adora simplemente frunció el entrecejo para después prestar atención al grito que Frosta dió al llamarla para que se uniera a un partido con ella y los otros antes de que comenzarán a trabajar de nuevo una par de horas más para terminar su turno en la villa.

[...]

Catra sentía una ligera opresión en el pecho, varias cosas anotadas en ese cuaderno rojo hablaban de los recuerdos de Adora, pequeñas travesuras que ambas hicieron juntas, momentos de entrenamiento, charlas que compartieron, incluso hacía mención de cuanto la extrañaba a veces al realizar cierta actividad o ver aquellas cosas que eran nuevas para ella y que deseó que la castaña viera junto a ella.

De pronto llegó hasta una hoja que rápidamente le hizo estremecer al leer solo el inicio, entendiendo que se trataba de una carta... Una carta para ella.

"Querida Catra,
Tú eres mi enemigo ahora, y siempre lo serás. Lo sé ahora. Todo este tiempo, tenía esperanza.
Esperanza de que pudieras ver la luz. Esperanza de que te dieras cuenta que Etheria es un hermoso lugar que deber ser salvado y no destruido.
No tengo más esperanza ahora, y eso me hace sentir triste. Tan triste. Porque te extraño, Catra, y siempre te extrañaré.
Extraño tu sonrisa. Extraño el brillo de tus ojos cuando me vencías en una carrera durante el entrenamiento. Extraño reír contigo cuando le hacíamos una broma a uno de los cadetes del cuartel.
Esas son las cosas que recuerdo cuando pienso en ti. Voy a tratar de recordar solo las buenas cosas de ti en lugar de las malas, porque esas rompen mi corazón.
Lamento que las cosas terminarán así. Realmente lo siento. Pero si pudiéramos regresar el tiempo atrás, no haría las cosas de otra manera.
   -Con amor, Adora".

Lágrimas... Por su rostro caían lágrimas al terminar aquella carta, Adora había pensado en ella todo el tiempo y aquella carta removía muchas cosas en todo su ser. Aquella carta decía todo lo que debía transmitir, todo lo que ella misma no pudo interpretar cuando buscaba venganza... Todo lo que Adora sintió al renunciar a ella en el portal, porque eso lo tenía bien claro al ver a través de su mirada en aquella ocasión, como había renunciado, o al menos lo intento y no pudo... Y la prueba de ello era que ahora ambas estaban juntas.

Melog restregó su cabeza contra el brazo de la castaña, en un gesto de apoyo. Catra miró a su amigo sonriendole débilmente y dejo el diario a un lado para abrazarlo, hundiendo su cabeza en el cuello de la criatura.

—En todo ese tiempo... —susurró ajustando más su abrazo al felino, buscando un apoyo mientras su corazón latía desenfrenado y las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas —. Ella me escribió una carta —Melog lanzó un maullido y una pequeña risa salió de los labios de Catra —. Ya es hora de hablar con ella de eso ¿piensas igual? —le preguntó acariciándole una de sus orejas. La puerta de la habitación se abrió, dejando ver la figura de Adora quien pareció detenerse un segundo en la puerta antes de siquiera seguir para entrar a su habitación. Catra dirigió su atención enseguida a ella y le dedicó una débil sonrisa —. Hey, Adora —le brindó aquel típico saludo que solía darle y que se había vuelto algo especial para ella.

—¿Lo leíste? —susurró Adora dirigiendo su mirada al suelo, dónde la castaña había dejado el diario justo a unos centímetros de sus piernas.

—Si, lo hice —respondió bajando la mirada hacia la página abierta del cuaderno para después volver a elevarla hacia la rubia —. La verdad, es que eres más cursi de lo que recuerdo —comentó con cierta diversión sintiendo otra vez que comenzaría a llorar con sólo mirarla ahí, a unos pasos frente de ella, algo aturdida e incluso nerviosa de que leyera aquel cuaderno. Aquella carta significaba mucho para ella, hacia que su corazón diera un vuelco y que su latir fuera desenfrenado... Una carta que jamás fue enviada pero que contenía unas poderosas palabras.

—Olvide que lo había colocado de nuevo con los otros, maldición —musitó Adora por lo bajo con frustración, acercándose a ella para arrodillarse en el suelo —. Catra lo siento si la carta te hizo sentir mal o algo así, eso era algo que escribí hace mucho y... —dijo atropelladamente, nerviosa por el impacto que pudo haber tenido lo que había escrito en la castaña. Catra rodó los ojos mientras mostraba una media sonrisa y se separó rápidamente de Melog solo para llegar hasta la rubia tomándola del brazo y la jalo hacia si para juntar sus labios con los de ella. Adora de inmediato se dejó llevar por el dulce beso que compartía con Catra, olvidando por completo todo a su alrededor y simplemente dejándose llevar por aquel momento. Las manos de Adora se dirigieron a las mejillas húmedas de la castaña, acunándolas con ternura y buscando profundizar un poco más aquel beso que parecía hacerle sentir aquel revoloteo en su estómago que tenía cada vez que sus labios se encontraban brindándole calidez y comfort a su corazón.

Catra separó sus labios a la par de Adora al sentir que el aire comenzaba a faltarles, ambas se mantuvieron a escasos centímetros de sus rostros, la rubia mantenía sus manos en el rostro de la chica felino, brindándole pequeñas caricias con sus pulgares.

—Necesito decirte algo muy importante ¿sabes? —le susurró Catra juntando su frente a la de Adora y colocando sus manos sobre las de ella.

—¿Si? —sus labios dibujaron una sonrisa mirando fijamente los ojos bicolor de su contraria —¿Qué cosa? —preguntó curiosa, interesada por saber que era lo que quería decirle.

—¿Qué tal si damos una vuelta? —propuso la castaña —. Ya sabes, las paredes tienen oídos —murmuró con cierta diversión. Quería hablar de algo con la rubia pero no quería que fueran interrumpidas y claramente, las habitaciones no eran nada seguras ya que todos entraban sin avisar a ellas.

—¿Cómo la pared puede tener oídos? —preguntó Adora frunciendo un poco el entrecejo.

Catra simplemente se rió —. Confirmado, eres más idiota que antes —murmuró moviendo su cabeza de un lado al otro.

—Más bien tu usas frases raras —musitó Adora intentando defenderse, la rubia no sentía nada coherente la frase.

—Solo... Vamos a un lugar donde nadie nos interrumpa ¿quieres? —dijo Catra retirando sus manos, acción que su contraria imitó alejando sus manos de las mejillas de la castaña, pero manteniendo sus miradas aún conectadas.

—Claro ¿un paseo por el bosque? —preguntó con una media sonrisa, por alguna razón, prefería pasear por el bosque que en cualquier otro lado.

—Si, perfecto —respondió la castaña poniéndose de pie y estirando su mano hacia Adora, quien la tomó para después ponerse igual de pie —. Volveremos más tarde, Melog —le anunció a su amigo quien simplemente lanzó un maullido. Catra asintió haciendo que la rubia le mirara con curiosidad, era claro que el felino le había dicho algo a la castaña —. Bien, nos vamos —dijo devolviendo la mirada a Adora quien solo asintió en silencio.

[...]

Adora y Catra caminaban por el bosque susurrante, la chica felino llevaba sus manos detrás de la espalda mientras observaba a la rubia que parecía entretenida mirando a las criaturas mágicas.

—¿Recuerdas... Cómo solíamos hacerle bromas a Kyle? —le preguntó de pronto la rubia mientras dirigía su mirada a Catra —. A veces no nos soportaba —Adora rió ante los recuerdos.

—Creo que nunca olvidaré su cara cuando dejamos esa araña en su almohada —mencionó Catra con diversión, sin duda si pudiera repetir la ocasión, lo volvería a hacer.

—Bueno, no nos habló por lo menos dos días —agregó mientras se subía sobre una roca, observando a algunas criaturas pasar un poco lejos de ellas —, creo que esa vez se nos pasó un poco la mano.

—Por favor, Kyle siempre ha sido un llorón —Catra dió un salto para subir a la roca junto a la rubia, dejando a ambas muy cerca una de la otra.

—¡Oye! ¡Nos vas a hacer caer! —exclamó Adora entre risas, intentando mantener sus pies en el espacio de la roca.

—Oh vamos ¿acaso te da miedo caer de la roca, princesa? Entonces bajate y déjame el lugar a mí —sugirió Catra con una sonrisa juguetona.

—Estas loca, yo me subí primero —debatió  Adora enseguida, claramente no iba a moverse de ahí.

—¿Acaso es por eso? —preguntó seductoramente mientras juntaba un poco más sus cuerpos, su cola se movía contra el brazo de la rubia quien se sonrojo ante el tono de su contraria —¿No será por qué en realidad es bueno estar cerca de mí? —acortó la distancia entre sus rostros, teniendo a escasos centímetros los labios de la rubia que parecía ponerse más nerviosa.

—N-No, no es por eso —tartamudeó Adora mientras desviaba la mirada inmediatamente.

Catra comenzó a reír —. No, claro que no —ironizó rodando los ojos, sin duda, lo que más podría encantarle era ver a la rubia de aquella manera, algo nerviosa, incluso atontada por no saber que hacer cuando la tomaban desprevenida, para Catra, aquello era demasiado tierno.

—Te detesto —musitó haciendo un puchero y frunciendo el entrecejo para después bajar de un salto de ahí.

—No, no lo haces —declaró bajando igual de la roca y dirigiendo su mirada a la vegetación tan vivaz y brillante que podía incluso ser demasiado chillante para los ojos.

—No puedo esperar el momento en que podamos comenzar a viajar para devolver la magia a los planetas —comentó de pronto Adora con una sonrisa mientras apreciaba el bosque susurrante, sin duda no podía dejar de estar maravillada ante el precioso panorama, todo se había vuelto más hermoso de lo que era.

—Bueno, creo que eso tardará un poco, pero seguro que con ustedes tres como equipo eso será una completa aventura —Catra murmuró lo último con sarcasmo, ya había aprendido bien que esos tres simplemente eran un desastre en tácticas y se guiaban más por sus impulsos, haciéndola cuestionar cómo era que seguían vivos.

—Lamento que sus compañeros de equipo sean un desastre, capitana —bromeó Adora.

—La verdad es que me decepciona, She-ra —refutó con el mismo tono de broma —¿Cómo sobrevivieron todo esté tiempo?

—¿Suerte? —respondió completamente dudosa, si se detenía a pensarlo, sus planes eran más improvisados de lo que debían.

—Luna Brillante te hizo más cabeza hueca de lo que eras —susurró con un notorio tono de lamento y burla mezclados, haciendo que Adora se riera y le diera un golpe juguetón en el hombro.

—¡Claro que no! —debatió con el entrecejo fruncido —, te informo que tuvimos más victorias que ustedes.

—Y por eso mismo me cuestionó como es que ganaban si son tan malos con las estrategias —insistió con ello mientras se lanzaba de un salto sobre la rubia, cayendo ambas al suelo.

—¡Catra! —reclamó Adora entre risas mientras sus manos se entrelazaban y la susodicha estaba sobre ella.

—Y también eres tan mala con los reflejos —agregó con un ronroneo, claramente le divertía la situación —¿acaso no lo viste venir, princesa?

—Eso fue hacer trampa, me tomaste con la guardia baja —Adora refutó con un puchero, pero rápidamente fue reemplazado por una sonrisa traviesa confundiendo a su contraria. La rubia se impulsó logrando hacer que rodaran y ahora ella tomó la posición que antes había sido de Catra —. Pero si hablamos de fuerza, obvio que gano —alardeó con orgullo.

—Oh vamos, que no se te suba a la cabeza —gruñó rodando los ojos a lo que la rubia comenzó a reír. Catra la observó detenidamente por unos segundos contemplándola, su forma de reír era algo de lo que nunca se podría cansar, aquella risa que siempre la había logrado contagiar por su energía, le hacían recordar aquellos días en la Zona del Terror, ambas corriendo por los pasillos y compitiendo por ver quién era la más rápida, y dónde siempre terminaban riéndose en el suelo, la mayoría de las veces la rubia solía reprochar como ella le ganaba solo porque era más ágil o incluso porque hacía una que otra pequeña trampilla.

Vamos Catra ¡no puedo saltar de un lado a otro como tú!”. Le había reclamado en una ocasión su mejor amiga, intentando escalar por la infraestructura del lugar, claramente Catra había ganado.

Soy la mejor, que puedo decir”. Había alardeado la pequeña Catra con orgullo.

Catra sonrió con nostalgia y soltó una de sus manos deshaciendo el agarre con la mano de Adora, su mano se dirigió a la mejilla de ésta quien detuvo su risa ante el contacto que le brindaba y le miró algo aturdida, los ojos herectomáticos de la chica felina la miraban con gran admiración que provocaron un sonrojo en las mejillas de la rubia la cual inclinó un poco su cabeza, buscando de alguna forma tener más contacto con la mano de ella que parecía brindarle una indescriptible calidez.

—Solíamos hablar durante horas, podía olvidarme de toda la porquería por un rato mientras simplemente estábamos acostadas una al lado de la otra, todos podían estar durmiendo pero en esos momentos éramos solo nosotras dos y eso me encantaba —murmuró Catra mientras con su pulgar le daba una suave caricia a la mejilla de la rubia —, de repente comencé a sentir algo diferente con respecto a ti, no conocía aquellas sensaciones y aún ahora no puedo explicarlas con palabras, pero para mí, tú eras como un pequeño rayo de luz, me hacías olvidar todo lo que no me gustaba de la Horda, hacías que el tiempo se redujera a nada y por alguna razón, deje de verte simplemente como mi compañera de pijamadas o de juegos, eras algo mucho más que eso, más que una simple amiga... Tú eras mi todo, a pesar de lo duro que todo era, a pesar de que a veces me sintiera celosa por tus logros, tú eras lo más importante para mí... Tú eras todo para mí, y en el momento que separamos nuestros caminos, algo en mi se rompió de una manera que no puedo explicarte con palabras, porque, te habías marchado sin mirar atrás, habías escogido a unos extraños y no... A mí —suspiró ante el recuerdo de aquello y cerró sus ojos unos instantes —, y ante eso tomé una mala decisión tras otra, lastimándote en el proceso.

—Te rompí el corazón —susurró Adora con dolor, mordió sus labios con fuerza sintiendo un nudo en la garganta, recordando sus palabras cuando Catra había sido víctima de Primero y el chip.

—Y yo te lo rompí a ti —reiteró Catra bajando las orejas y retirando su mano de la mejilla de la rubia —, "tú cuidas de mi y yo cuido de ti", esa había sido nuestra promesa. Para mí esa promesa lo era todo y podía soportar todo en la Horda porque te tenía junto a mi, así que al recordar eso después de que desertaste, solo sentí más resentimiento, dejándome cegar por el dolor, haciéndome querer demostrar que podía hacerlo todo por mi misma, que podía ser mejor que tú, queriendo demostrar que no te necesitaba, que ya no me importabas... Queriendo lastimarte como tú me habías lastimado sin entender que... —crispó sus puños, sintiendo sus uñas encajarse en las palmas de sus manos mientras las tenía sobre su vientre, Adora solo la escuchaba, no tenía intención alguna de interrumpirla por una simple razón, ellas necesitaban hablar de todo eso, necesitaban decir todo lo que había pasado y pasaba por sus cabezas, sus sentimientos, sus emociones, y contar la versión de los hechos cada una por su lado, simplemente porque ninguna de las dos se detuvo, ninguna de las dos consideró en lo más mínimo que el mayor problema que había desatado todo eso entre ellas, era el no haberse expresado de la manera correcta en Thaymor (justo cuando Catra fue en su búsqueda para regresarla a la Horda), una sabía la porquería que era aquel lugar mientras la otra creía que habían sido los buenos hasta que vio que aquello era todo lo contrario, una había sido víctima del abuso y la otra había sido víctima de la presión constante de que debía darle todo lo que podía de sí a los demás sin permitirse ser egoísta, ambas víctimas de una misma persona que siempre las hizo competir y generar una rivalidad que había terminado por afectarlas. Aquella conversación había sido balanceada erróneamente, la rubia la había tomado por el lado moral mientras que la chica felino lo había tomado como algo personal que simplemente causo un caos. Adora decidió retirarse de su posición y en cambio se recostó al lado de Catra, ambas se posicionaron de lado para quedar una frente a la otra para mirarse fijamente, justo como siempre llegaron a hacerlo en sus pijamadas dónde les parecía divertido desvelarse hablando de tonterías, solo que ahora, ambas reparaban las fracturas, comenzaban a hablar de aquel pasado, solo con una charla tranquila en dónde ellas eran las únicas participantes, en dónde tenían todo el tiempo del mundo para hablar —. Nada de eso era lo que quería, ascender, ganar, lograr obtenerlo todo... Aquella victoria en Sealinas se sintió vacía, no sentí lo que creí que sentiría al ganar de esa manera y después... Double Trouble me dió una estúpida charla moral que simplemente me hizo ver, que tal como decía, nada de eso era lo que yo deseaba, y después entendí... —sus ojos bicolor observaron con anhelo los ojos azules de la rubia y le dedicó una dulce sonrisa —, que tú eras lo único que quería y que con lo que hice a base del dolor que sentía solo conseguí alejarte —suspiró para después decir entre una leve risa: —, me puse muy reflexiva ¿no crees? —dijo con diversión moviendo su cabeza hacia un lado para mirar hacia el cielo estrellado —, en la nave de Primero tuve un recuerdo de nosotras —continuó hablando, está vez con más seriedad mientras aún mantenía la mirada en el cielo —, recordé unas simples palabras que me hicieron tomar la decisión de sacar a chispitas de ahí para que tú no llegarás a la nave.

—¿Qué palabras fueron? —preguntó Adora mientras la observaba atentamente con amor, concentrada de lleno en cada palabra que salía de los labios de su compañera.

—"Siempre seré tu amiga" —respondió en un susurro devolviendo su mirada a la rubia quien de inmediato identifico la ocasión en que le había dicho aquello a su mejor amiga en la infancia y sus ojos se llenaron de lágrimas —, esas palabras para mi significaron algo nuevo después de todo lo que Double Trouble me había echado en cara, incluso las charlas que tuve con chispitas en la celda influyeron en ello. Esas palabras no alimentaron el rencor que tuve cuando te fuiste, sino que me hicieron entender, que siempre me habías querido, y el hecho de que Primero te quisiera capturar y el no saber que haría contigo, me hizo tomar la decisión de sacar a Glimmer de ahí —volvió a crispar los puños con fuerza ante el recuerdo de lo que sucedió después, sin duda haber sacado a la pelirrosa de ahí le había costado un castigo severo y doloroso, pero Catra volvería a hacerlo de nuevo de ser necesario —, aunque claro, la princesa con dotes de grandeza no pudo aceptarlo y fue aún así a la nave de Primero a rescatarme a mí —comentó con ironía rodando los ojos, sin duda la rubia y sus amigos debieron de haberse vuelto locos para ir tras ella.

—No podía dejarte atrás, lo siento —contestó Adora con una débil sonrisa colocando su mano en la mejilla de Catra —, no sabía lo que podrían hacerte por haber ayudado a Glimmer, no sabía lo que harían contigo así que quise... No quise dejarte atrás de nuevo —susurró con profundo dolor dejando escapar una lágrima.

—Gracias por no rendirte conmigo, Adora —le mencionó Catra con sinceridad, brindándole una sonrisa llena de tranquilidad, porque por primera vez, estaba hablando abiertamente sobre aquello, estaba soltando todo aquello que cargaba sobre su espalda y que necesitaba arrojar para poder seguir avanzando.

Ese momento era de ellas, esa charla les pertenecía solo a ellas donde nada más estaban rodeadas de la naturaleza, acostadas sobre el césped bajo las estrellas y un silencio tranquilizador por parte del bosque.

—Yo te extrañé demasiado —susurró la rubia acariciando con su pulgar la mejilla de la chica felino —, no entendía porque, simplemente no podía soltarte... No podía abandonar la esperanza de que tú decidieras unirte a la rebelión, quizás pensé que era porque quería que vieras que la Horda estaba haciendo algo mal y quería que hicieras lo correcto junto conmigo, pero la realidad, es que deseaba que estuvieras a mi lado porque sentía un extraño vacío en mi pecho al no tenerte cerca, y no encontraba respuesta para ello, creí que era porque éramos mejores amigas de la infancia, creí que quizás... Era por el hecho de que crecimos juntas, pero cada vez que nos encontrábamos, cada vez que peleabamos algo en mi parecía romperse, de verdad añoraba tenerte conmigo de vuelta, de una manera que no sabía describir, era algo que para mí no tenía nombre y no sabía porque sentía aquello tan extraño —la dulce mirada de Adora traspasaba con facilidad las defensas de Catra, siempre haciéndola sentir esa sensación extraña en su estómago, cada vez que Adora la miraba de aquella manera Catra podía mandar todo el carajo, porque aquella mirada era solo para ella, ella era la dueña de aquella mirada que podía transmitirle tantas cosas sin pronunciar palabra alguna —. Glimmer solía contarme sobre la relación de sus padres, como se conocieron, la relación de pareja que habían tenido y Angella solía hablar de Micah con gran anhelo, escuchaba como Netossa hablaba de Spinnerella, el brillo que mostraban sus ojos, la manera en la que se refería a ella y observé la relación de los padres de Bow y descubrí que aquellas relaciones estaban basadas en un sentimiento, el "amor", una amor que va más allá del de un familiar o amigo, éste es aquel que sientes por alguien que provoca un revuelo en ti, te hace feliz cada que lo ves, te hace sonreír con sólo escucharle, hace que tú corazón se acelere y te hace enmudecer con su cercanía, que provoca un vacío si está lejos de ti y de quién no puedes estar separado ni un segundo —una sonrisa se dibujo en sus labios mientras Catra la miraba con suma atención —. Creo que con ello, me hice un concepto más detallado de lo que era ese término que buscaba o más bien, ese sentimiento que ni de broma podrían enseñarnos en la Horda, y quizás... Comencé a romperme un poco la cabeza, analizando un poco, lo que sentía respecto a ti —la rubia dobló su brazo libre y colocó su mano bajo la cabeza para usarla como almohada —, pensé en lo mucho que me dolió cuando nuestros caminos se separaron, extrañaba mucho nuestras competencias y como tus ojos brillaban cada vez que lograbas ganar, extrañaba mucho escucharte reír, extrañaba abrazarte e incluso hacerte molestar con una pequeña broma, mi pecho solía dolerme cuando recordaba aquellos días y deseaba... No haberlos perdido —su mirada reflejo una nueva emoción, tristeza —, pero debía soltarte, dejar de insistirte, e intenté renunciar a ti aquella vez en el portal, porque tenía un deber, tenía algo que hacer y tú ya no debías ser una de mis prioridades, habías tomado tu decisión y debía aceptar eso como miembro de la rebelión que era, pero en el fondo, aún quería que volvieras —retiró lentamente su mano de la mejilla de Catra quien movió su cola poniéndola alrededor de la cintura de la rubia —, así que intenté dejar de pensar en ello, en lo que significabas para mí o lo mucho que te extrañaba y seguía queriendo, me dediqué a centrarme de lleno en mi deber en la rebelión —sonrió con tristeza mientras sentía una ligera opresión en el pecho.

—Hey, lo entiendo ¿okey? —le dijo Catra con una sonrisa, podía ver bien a través de la rubia y sabía, que para ella siempre había sido prioridad aquellos que dependían de ella que ella misma —, no te la deje fácil, hice una tremenda estupidez con lo del portal, así que... Lo entiendo —reiteró con total sinceridad.

—Cuando te escuché por el intercomunicador, cuando estabas enviándonos a Glimmer, me sentí aturdida, te juro que no entendía que sucedía —susurró dejando ver una pizca de miedo mientras sus manos se volvían puños —, en el momento que me pediste perdón y que la señal se cortó tuve miedo, porque no entendía que pasaba, no entendía que era lo que habías hecho —Catra recorrió con la mirada el rostro de la rubia, sus facciones se habían vuelto temerosas, como si volviera justo a esos momentos —, y cuando Glimmer me dijo que lo habías hecho por mí, yo... No pude borrarme eso y quería ir por ti, porque no sabía lo que te harían, habías traicionado a un conquistador que no era nada comparado a Hordak, estaba preocupada —se detuvo al hablar y carraspeó, sentía un nudo en la garganta —, yo no quería dejarte en sus manos así que hice a los demás seguirme en todo esto, no podía dejarte atrás, no quería dejarte atrás y me doy cuenta que fui egoísta, porque arriesgue a mis amigos, arriesgue a la rebelión y al planeta, pero no podía dejarte —la rubia movió su brazo y tomó la mano de Catra quien le dió un pequeño apretón en respuesta —. Perdóname por no ser más egoísta, perdón por estar dispuesta a sacrificarme por otros y por no pensar tanto en mi, pero con respecto a lo que pasó en el corazón de Etheria, era algo que solo yo podía hacer y no quería que el mundo en el que ustedes viven se destruyera.

—Me ha costado demasiado aceptar eso, pero lo capté ¿okey? —mencionó Catra para tranquilizarla, lo había entendido cuando decidió ir por ella y lo ha estado repasando un poco mejor debido a las sesiones con Perfuma, ambas habían crecido bajo conceptos muy complejos y era algo que con el pasar del tiempo, resolverían —, de hecho por eso volví a por ti, no podrías haber logrado nada sin mi —agregó con cierta diversión que provocó una pequeña risa en la rubia.

—Si, bueno, el mundo casi se acaba en esos momentos y de alguna manera me ayudaste a salvarlo, así que mereces mérito —mencionó Adora sonriendo, había hablado por fin de aquello y se sentía, un poco más ligera, como si se hubiera desecho de un peso.

Ambas se miraron en silencio por un rato, era de aquellos silencios en donde el tiempo parecía detenerse, silencios en donde solo se miraban la una a la otra, no necesitaban palabras porque podían transmitirse todo solo con sus miradas y sus sonrisas.

—He podido descifrar mejor como funcionas, creeme que me costó demasiado, pero creo que eso te hace ser quien eres —Catra movió su manos y con su dedo índice le dió un toque en la nariz a la rubia —, aunque es un dolor de cabeza que lo hagas todo el tiempo, a veces debes detenerte ¿sabes? Tú también importas.

—Y tú no eres menos que nadie, eres fantástica por tu propia cuenta, jamás has sido inferior a mi o a otros, así que tú también detente un segundo y piensa en eso cuando te sientas de aquella manera, tú eres especial —mencionó sonriendo con ternura.

—Pfff —Catra se acostó rectamente y extendió sus brazos mirando el cielo, notando como sus colores cambiaban indicando que pronto iba a anochecer —. Míranos, Adora ¿cuándo nos volvimos así? —cuestionó Catra con diversión, Adora igual tomó la misma posición de su compañera y miró fijamente al cielo con una sonrisa.

—Tú has tenido sesiones con Perfuma, yo tuve una charla con Spinnerella y Netossa, aunque también con Perfuma, con ella quizás fue lo de las pesadillas, pero me lleva a lo mismo su consejo.

—¿La princesa de las redes y del viento te dieron consejos? —preguntó Catra con interés, solo sabía que cuando hablo con ellas les contó sobre lo que había pasado en el corazón de Etheria.

—Si, pero fue más una charla abierta, no necesite hacerles preguntas ¿sabes? Era como si ellas ya supieran sobre lo que necesitaba escuchar —respondió girando su cabeza hacia Catra quien la observaba de nuevo.

—Adora... Te amo —anunció Catra con dulzura provocando un sonrojo en su compañera.

—También te amo —respondió Adora absorta en sus ojos bicolor, de nuevo se rodearon por el silencio hasta que la rubia decidió sentarse, Catra alzó una ceja mientras le sonreía y de igual forma se sentó quedando una frente a la otra —, a partir de ahora tendremos tiempo... Tiempo para hablar, tiempo para recuperarnos y el tiempo para sanar —la rubia estiró sus brazos y tomó los manos de Catra, dándoles una suave caricia con sus pulgares —, estaremos juntas y superaremos todo esto, sin prisa, sin presión... Tú junto a mi y yo junto a ti.

—¿Lo prometes? —le preguntó Catra en un susurro inclinando la cabeza un poco mientras sonreía, aquella sería una nueva promesa, un nuevo pacto que ambas estaban dispuestas a lograr cumplir, porque así lo deseaban, porque así lo anhelaban... Por una simple y poderosa razón... Se amaban —, yo lo prometo —agregó incluso antes de recibir la respuesta, que para la humana-felina era obvia.

—Lo prometo —aseguró Adora mientras las lágrimas se acumulaban en la comisura de sus ojos y acortó toda distancia posible juntando su frente con la de su compañera.

—Tú cuidas de mi y yo cuido de ti —mencionó mirándola fijamente a los ojos de una forma que solo a ella podía hacerlo hacia su compañera, una mirada única que solo Adora podría tener para sí, solamente por el hecho de que reflejaba el amor que le tenía.

—¿Lo prometes? —preguntó ahora la rubia con la voz cortada... Aquella vieja promesa que se había roto volvía a surgir —, yo lo prometo —las lágrimas por fin descendieron por sus mejillas, expresando la nostalgia del recuerdo de aquella promesa que habían hecho cuando eran niñas y a la vez mostrando el anhelo de un nuevo comienzo a base de su antigua promesa que en algún punto, había sido el incentivo de Catra para alimentar sus sentimientos negativos, pero que ahora, la hacían añorar una nueva etapa en sus vidas por el significado tan potente que siempre había tenido.

—Lo prometo —respondió Catra con seguridad mientras una lágrima silenciosa resbala por su mejilla, sin dejar de mirar aquellos ojos azules que lograban capturarla por completo ante la dulzura que podían transmitir —. Ahora deja de llorar que me pones de nervios —comentó gruñendo mientras aún sonreía —, aún tengo algo más que decirte.

—¿Más? —preguntó Adora con una pequeña risa.

—El otro día, cuando estuvimos con los padres de Flechitas... Ya sabes, cuando fuiste a Plumeria para hablar sobre lo de las pesadillas y terminamos ahí por ti —dijo Catra cerrando sus ojos, aún manteniendo sus frentes unidas, ninguna estaba dispuesta a separar aquel contacto por más largo que pareciera.

—Aja... ¿qué hay con eso? —preguntó sintiendo curiosidad, no sabía bien a dónde quería dirigirse.

—Mientras tú estabas ocupada con Lance, yo tuve una plática interesante con George —comentó mostrando una sonrisa traviesa —, y he estado pensando en ello.

—¿Pensando que cosa? —Adora se sentía totalmente fuera de la conversación, no sabía de lo que la chica felino podría haber hablado con George aquel día.

—Tú eres la única persona que necesito... La persona que me brinda su amor aún si cometí muchos errores, aún si me alejo tu haces lo posible por alcanzarme —sus manos soltaron las de la rubia y tomaron con suavidad el rostro de ésta, separando el contacto de sus frentes para mirar su rostro de lleno —, sé que aún tenemos mucho tiempo y varias cosas por hacer, pero, desearía poder darle nombre a lo que hay entre nosotras y que ha surgido en este tiempo.

—Catra, no entiendo —murmuró Adora con el entrecejo fruncido, estaba absorta en sus palabras y el hermoso significado que cargaban haciendo su corazón derretirse, pero no podía ubicar exactamente a dónde quería llegar su compañera.

—Tan tonta como siempre —musitó Catra riéndose, la volvía loca con aquella genuina inocencia que a veces solía mostrar haciendo a su corazón latir con fuerza por su ternura —, Adora, quiero que seas mi novia —anunció mostrando seguridad al decirlo, pero preocupada en el fondo, no sabía si debían "formalizar" su relación cuando aún había trabajo por hacer tanto en conjunto como personal por parte de cada una, pero quería escalar un poco, avanzar un poco más en lo que ambas tenían, un sentimiento que se había desarrollado volviéndose algo intenso.

—Oh por las estrellas —expresó Adora aturdida mientras sus mejillas se encendían con intensidad, sentía como el corazón le latía con fuerza como si estuviera a punto de salirse de su pecho, no lo esperaba para nada, ella había llegado a pensar sobre aquello, que deseaba dar un paso más en la relación que ambas tenían, pero no se lo había planteado más abiertamente debido a que sentía que debían ir despacio ya que quería que su compañera se dedicará de lleno a sus sesiones, que estuviera tranquila al redescubrir las cosas que la habían lastimado para lidiar con ello... Pero que Catra fuera quien tomara las riendas de aquello la hacía sentir feliz, porque Catra se había expresado de una manera única para llegar a ese punto, algo que hizo que la ame mucho más.

—¿Entonces...? —susurró Catra con nervios, la rubia se había quedado callada y eso solo desataba las inseguridades de la chica felino, pero las manos de Adora se colocaron de inmediato sobre las suyas que aún le sostenían las mejillas.

—Ya sé que dijiste que te pone de los nervios que llore ¿Pero puedo hacerlo ahora? Porque me has robado el corazón —mencionó emocionada con lágrimas asomándose de nuevo por sus ojos —. Catra, yo quiero que seas mi novia —dijo con una enorme sonrisa dando paso a la ilusión... La ilusión de una nueva aventura, del desarrollo de una relación, de un lazo que trabajarían en conjunto.

—Bien, porque no sabes lo que me ha costado decir toda esa cursilería y sería el colmo que no dijeras eso —expresó con diversión, ambas retiraron sus manos y la rubia le dió un golpe en el hombro a su compañera.

—Espero que esa cursilería no sea contagiosa —dijo Adora entre risas, le pareció divertido como su compañera de vida se mostraba renuente a admitir que podía ser de aquella manera por ella... Simplemente por ella. Y Adora de igual forma, podía bajar todas sus defensas, podía mostrar todo ese amor hacia Catra sin pensarlo, porque no podía evitarlo y solo había una razón para ello... En verdad la amaba, la había necesitado de una manera que jamás pensó hacerlo por el simple hecho de que nunca se planteó la posibilidad de alejarse de su lado, hasta que todo cambio al desertar, pero aquello ya estaba en el pasado y se encargaría de disfrutar del presente.

—¿Volvemos ya? —le preguntó Catra sacándola de sus pensamientos mientras le extendía su mano la cual, la rubia inmediatamente tomó.

—Vamos a casa —susurró Adora mirándole con dulzura y ambas se levantaron a la par del suelo.

Catra le brindó una dulce sonrisa y la acercó hasta ella, abrazándola por la cintura. Adora rodeó sus brazos por detrás de su cuello mirándole con dulzura, para después cerrar toda distancia entre sus rostros juntando sus labios en un beso.

La castaña separó sus labios de los de la rubia y le sonrió —. Te amo, siempre lo he hecho y siempre lo haré —susurró juntando su frente a la suya.

—Yo también te amo, lo he hecho desde hace mucho tiempo y nunca dejare de hacerlo —correspondió deslizando una de sus manos hasta la mejilla de Catra y brindándole una caricia —. Ahora si, es hora de ir a casa —dijo separando su cercanía y ambas emprendieron su camino.

El trayecto al castillo fue de lo más acogedor, ambas tomadas de la mano mientras caminaban rodeadas por el silencio... Un silencio reconfortante que no necesitaba ser roto, ambas mirándose de vez en cuando dedicándose sonrisas y miradas dulces.  Ese trayecto les pertenecía solo a ellas.

[...]

N/A: Bueno, llámenme tonta sensible, pero la verdad es que enserio amé escribir este capítulo, y la canción de la multimedia... Ufff siento que les queda perfecta, más como si Catra se la dedicará a Adora y... Psss lloro ante eso :"3
Bien, solo espero que les haya gustado, mucho amor para ustedes mis avecillas oscuras amantes de Shera❤️.

Y les regaló este Amv justo con la canción de arriba solo por qué les quiero (y porque lo amé, claro) UwU.

PD. Sin duda los análisis que hacen en facebook de este par son de los mas completos y acertados, me encanta como los seguidores se dan a la tarea de entender el transfondo de los personajes y es algo de admirar (menciono esto debido a que gracias a esos análisis es que pude concretar mucjo mejor las ideas para este capítulo :"D)

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