♡•°.: → TodoBaku con clases online es tipo...
Eran casi las siete de la mañana cuando la alarma sonó, despertando a ambos chicos de un salto.
El menor, a pesar de tener que levantarse y haberse pegado el susto de su vida, se abrazó más de lo que ya estaba a su pareja, escondió su rostro, y siguió durmiendo.
El rubio le miró incrédulo.
— Demonios, Shōto, hay que levantarse. Si hoy no asistimos de nuevo por tu culpa, nos llevaremos ramos que ni siquiera sabemos que nos vamos a llevar. — el nombrado gruñó levemente. En cualquier otro caso hubiera sido al revés, pero la verdad es que a Katsuki sí que le importaba ese mínimo punto que conseguían para aprobar las materias.
En cambio, Shōto era otro caso. Sabía que ser héroe implicaba esfuerzo y trabajo en todo ámbito, pero odiaba las clases por las mañanas cuando podía estar tranquilamente durmiendo, abrazado a su novio como si de un oso de peluche se tratase.
— No quiero. — se quejó con voz baja y grave. El rubio chasqueó la lengua, apoyándose en su mano y tratando de sentarse sobre la cama. Si no era por las buenas, sería por las malas.
— Vamos, arriba. — cuando pudo soltarse de su chico, se paró y volteó a verle, algo que no ayudó en la situación. Su rostro cansado y de apenas entender lo que pasa hizo que muriera de ternura. Miró hacia otra dirección, murmurando un montón de maldiciones.
— Sólo por hoy. — susurró, acomodándose nuevamente a su lado y abrazándole, para quedarse dormido casi apenas tocó la almohada y sintió al bicolor esconderse.