· 18 de diciembre de 2019.
―¡Hyungs, están aquí!
Yoongi giró hacia la puerta cuando la puerta de la habitación se abrió. Namjoon, Jimin y Taehyung acababan de llegar, creando un pequeño alboroto, debido a que Jungkook no tardó en abalanzarse sobre ellos, buscando su atención. El menor siempre actuaba como un niño pequeño cerca de Namjoon y él, probablemente por lo mucho que les admiraba, así que era adorable ver como sonreía tontamente sólo porque Nam estaba dando palmaditas sobre su cabeza.
―Gracias por venir, chicos ―Habló calmadamente, mirando de reojo a su mejor amigo. ―Jungkook ha pasado mucho tiempo aquí y temía que decidiera echar raíces. Ahora que tengo más compañía, está bien si vuelves a casa para darte una ducha, ¿no crees?
Jungkook arrugó su nariz, olfateando su alrededor. Taehyung le miró atontado ante lo ridículamente dulce que estaba actuando.
―Hyung, no apesto, está bien ―Le aseguró.
―Entonces ve a mi casa y lava mi ropa sucia, ¿quieres? ―Jungkook se levantó de inmediato, yendo directamente a las pertenencias del mayor.
―¡No te preocupes, te traeré ropa limpia lo antes posible! ―Prometió, tomando la mochila con ropa.
―Y ya que pasarás por mi casa, sería bueno que te dieras una ducha caliente. Taehyung, acompáñalo y asegúrate de que lo haga, ¿de acuerdo?
Jungkook acomodó la mochila sobre sus hombros, volviendo a olfatearse a sí mismo. Taehyung lo tomó por el brazo mientras intentaba no reír.
―Hey, ¿de verdad huelo tan mal? No lo siento ―Preguntó en voz bajita.
―Uhm, seguramente la nariz de Yoongi hyung se ha vuelto más sensible, ¡hazle este favor!
Jungkook asintió, permitiendo que Taehyung lo arrastrara fuera del cuarto de hospital. Yoongi se sintió aliviado de verlo desaparecer finalmente.
―Lo siento ―Murmuró a sus compañeros de trabajo. ―Él está día y noche aquí, sin descanso, y estar encerrado en el hospital es una gran mierda ―Sonrió con amargura. ―Así que a veces esta es mi única manera de obligarlo a salir de aquí
―Lo hace porque te quiere ―Le recordó Jimin. ―Ya que tu fiel compañero no está aquí, ¿hay algo que yo pueda hacer por ti? ―Preguntó risueño, intentando hacerlo sentir mejor.
―Uhm... ahora que lo dices, ¿podrías ir a comprarme un jugo? Algo dulce estaría bien
Jimin asintió, saliendo rápidamente del cuarto y asegurando que volvería en un santiamén. Namjoon suspiró cuando quedaron solos, tomando asiento junto a él.
―Bien, y acabas de deshacerte de todos
―Sólo por un minuto... ―Susurró, desvaneciendo su sonrisa. ―¿Sabes? Hace unos días... antes de mi hospitalización... realmente me sentía mal. Pero ahora, incluso sabiendo que me queda poco tiempo... ¿me siento mejor? Físicamente hablando, quiero decir ―Miró fijamente a su compañero, quien por años había sido como el hermano que nunca tuvo. ―¿Es así el final de la vida? Algunos dicen que, después de mucho dolor, el último día sólo es calma
―No hables así... ―Murmuró apenado.
―Ya no hay nada que hacer por mí, Nam ―Sonrió apenas, dando palmaditas en su mano. ―Así que deja de ser testarudo y busca a alguien que me reemplace. No vayas a perder a nuestros clientes más fieles sólo por esperar un milagro
―Los milagros-
―No existen ―Lo interrumpió. ―Eres más lógico que yo, así que dalo por hecho. En este mundo, Namjoon, en el mundo real, no existen tal cosa como los milagros
Namjoon apartó la mirada un momento, cediendo en silencio. Sí, él no creía en milagros, pero era en los peores momentos donde la gente de aferraba a todo lo existente e inexistente. Era esa estúpida fe la que los definía como humanos. Y él aún esperaba ver a ese chico salir de ese maldito hospital.
―Eres un chico grande ―Namjoon asintió con pesar y secó la humedad en sus ojos, soportándolo. ―Has hecho un buen trabajo en tu negocio, no lo eches a perder ahora. Y gracias por darme una oportunidad. Eres de las partes buenas de mi vida
―Hombre, sólo cállate ―Pidió frustrado, cubriendo su rostro para combatir el deseo de llorar. Yoongi rió ligeramente al verlo. ―Él estuvo en el club anoche
―¿Uhm?
―El chico que iba cada semana a verte, te hablé de él antes. El primo de...
―Taehyung ―Completó.
―Miraba el escenario con melancolía, estoy seguro de que te extraña ―Yoongi lo miró sin parpadear. ―Te lo digo para que sepas que estás en el corazón de muchos, Yoongi, así que puedes estar orgulloso de ti mismo ―Presionó su mano, enseñándole sus hoyuelos.
Min asintió distraídamente, perdiéndose en sus pensamientos.
Kim Seokjin...
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Novena memoria.
13 de marzo de 2011.
Con la mayoría de edad cumplida, Yoongi tendría que abandonar el orfanato a finales de mes. Esa fue la razón por la que, en ese entonces, el joven deambuló por toda la zona, buscando el que sería su próximo hogar.
Hubo un error de cálculo para Seokjin ese día.
Desconociendo el futuro, no sabía que ese sería el día en que Yoongi terminaría por firmar el contrato de seis meses para la que fue su primera vivienda; un completo nido de ratas.
Era cierto que Yoongi no tenía un gran sueldo todavía, pero había ahorrado durante toda su adolescencia, y eso debió ser más que suficiente para poder obtener un lugar mejor. Sin embargo, viéndose tan inexperto como era, la gente no dudó en aprovecharse de él, elevando valores o queriendo hacerle firmar contratos de arriendo por un año. Las opciones se estaban acabando para cuando dio con un cuarto que parecía del tamaño de una caja de fósforos.
Seokjin se molestó después de eso, por supuesto. El chico no tenía que vivir de manera miserable, sólo porque querían aprovecharse de él. Lamentablemente, el contrato que aseguraba los primeros 6 meses había sido firmado, y ya no había vuelta atrás.
Yoongi tuvo que vivir obligadamente ahí, hasta que seis meses más tarde encontraría el que sería su verdadero hogar.
Seokjin sabía que lo había pasado mal. Vecinos con actividades sospechosas, calles oscuras y peligrosas, gritos de peleas fuera de su puerta, y un drama nuevo todos los días, fue lo que tuvo que soportar durante toda su estancia. Eso, sin contar las pobres condiciones del lugar. Así que, de ser por él, sólo borraría esos horribles seis meses de su mente y ya.
Y por eso estaba ahí ahora.
Yoongi merecía recuerdos acogedores. Todas las personas merecían un hogar que los hiciera sentir seguros y cálidos, al pesar en él. Así que le daría ese recuerdo en el momento exacto, y no con la tardanza de un fin de contrato.
Sí, Seokjin fue el que interfirió para conseguirle una propiedad decente más tarde. Pero ahora se aseguraría de que esta fuera la única en su mente.
El bonito piso pertenecía a un familiar y la convenció de hacer un contrato increíblemente barato, pagando el resto por su cuenta. Yoongi no tenía que enterarse de eso, por supuesto. Incluso después de años, el chico no tenía ni idea de que sólo estaba pagando la mitad del monto real, mientras alguien cubría la otra mitad.
―Así que... ―Jungkook miró atentamente entre Seokjin y Taehyung. ―¿Dicen que una conocida de ustedes arrienda ese lugar en la colina? ¿¡A ese precio!? ―El menor les miraba incrédulo. ―¡Es demasiado bueno para ser cierto! ¿Cómo es posible que nadie lo haya pedido hasta ahora? ¡Hasta yo lo haría si tuviera trabajo y fuera mayor de edad!
Seokjin sonrió de soslayo, recordando que Jungkook había dicho las mismas palabras en el pasado. Incluso si los tiempos eran diferentes, las personas seguían siendo las mismas, ¿no?
―Como está algo apartado de la zona céntrica, no es un lugar muy estratégico ―Se excusó Seokjin. ―La gente intenta encontrar un lugar que no los haga quedar atrapados en el tráfico de la mañana o noche
―Bien, Yoongi ha comenzado a trabajar en un club, ¡así que el tráfico no será un problema para él! ―Comentó entusiasta, provocando que Seokjin sonriera. ―Pero sigue sin ser creíble
―Aish, Jungkook, ¿por qué te engañaríamos a ti o a tu amigo? ―Lo regañó ofendido Taehyung. ―¡De verdad es así de barato! Como el lugar está en una colina, hay que subir demasiadas escaleras. ¡Nadie desea subir escaleras luego de un largo día de trabajo!
―Uhm, ¿es así? A mí no me molestaría ―Taehyung entornó los ojos, preguntándose por qué el menor ponía tantas trabas. ―Pero, si lo que dicen es cierto y ese lugar es tan increíble, entonces le daré los datos a Yoongi hyung. ¡Tal vez este sea el lugar de sus sueños!
Y lo fue.
Desde afuera, Seokjin y Taehyung observaron a escondidas como el menor se paseaba por la casa, entusiasmado con todo lo que veía. La tía de ambos lo mantenía entretenido, asegurándose de que no notara a los dos pequeños espías que se habían colado ahí. Fue hasta emocionante ver como el menor, incrédulo y emocionado, no dejaba de hacer reverencias a la mujer, agradecido por la oferta.
―Incluso si nuestra tía hizo un descuento, no puedo creer que vayas a pagar la mitad de su arriendo ―Susurró Taehyung, viendo como Yoongi ahora revisaba unos papeles.
―Eso es darle un buen uso a mi dinero, Tae ―Aseguró, dando golpecitos en su espalda.
―Sí, le das un piso al chico que te gusta y a tu primo favorito ni siquiera un chocolate
―Mi alma gemela es él, no tú ―Se quejó, provocando que el menor le mirara con un puchero. ―Un chocolate no, pero ¿qué dices de una hamburguesa?
―¡Estás ganando mi corazón de regreso! ―Contestó con efusividad, dándole un abrazo. ―¡Vamos! ¡No hay tiempo que perder, mi estómago lo exige!
Seokjin rió, yendo tras de él. Mas su risa se cortó cuando, sin esperarlo, Yoongi salió de su nuevo hogar, interceptándolos.
―Ho-Hola ―Balbuceó con timidez, mirando entre ambos chicos. ―Me alegra... verlos aquí ―Admitió, tocando su oreja. ―Escuché de Jungkook... que ustedes le dieron el dato de este lugar. ¡Es mucho mejor de lo que pude imaginar! Me enteré de-de que el lugar es de un familiar de ustedes, así que... ―Hizo una reverencia ante ellos. ―Muchas gracias, chicos, de verdad
Taehyung lo miró fijamente, sorprendido. Seokjin se sintió desencajado al notar que algo había cambiado.
En el pasado, Yoongi no se encontró con ellos. Yoongi ni siquiera llegó a enterarse de que él estaba involucrado. ¿Pero por qué ahora...?
El menor alzó la mirada, reincorporándose mientras posaba los ojos en él. Seokjin sintió sus orejas calentarse cuando sus pequeños ojos ni siquiera se apartaron de su rostro.
―Entonces... ―Prosiguió. ―Planeaba cenar con Jungkook para celebrar, ¿por qué no se unen a nosotros?
Taehyung ni siquiera lo pensó, sino que repitió sí al menos unas cien veces, sólo para cenar con Jungkook. Seokjin ni siquiera había abierto la boca cuando su primo ya había salido corriendo, diciendo que llamaría al menor del grupo.
Su corazón se debatió entre detenerse y acelerarse, cuando Yoongi dio un paso hasta él, desvaneciendo la distancia entre sus cuerpos.
―Muchas gracias, Seokjin ―Susurró.
¿Porqué si repitió las acciones de hace años, eligiendo solo el momento correcto, elresultado había cambiado?
Nota:
Holaaaaaaa, les recuerdo que este lunes no habrá actualización unu. Ando algo ocupada, así que eso es todo lo que diré por ahora (?, ¡espero estén teniendo un buen fin de semana! ( ˘ ³˘)♥