CAPÍTULO VEINTICUATRO
NO SOY LO SUFICIENTEMENTE BUENA PARA ELLA
"Though nothing, nothing will keep us together. We can beat them, for ever and ever. Oh we can be heroes, just for one day. I, I will be king and you, you will be queen. Though nothing will drive them away. We can be heroes, just for one day"
—¿Hayley y Arielle se han ido?—Freya observa a su hermano con confusión—Tienes que traer a Arielle y a la niña de vuelta. Inmediatamente.
—Cuando derrotemos a Dahlia—declara Elijah, observándola con detenimiento—Por ahora, están a salvo.
—En ninguna parte se está a salvo de Dahlia—asegura, preparando las cosas para el hechizo—No podemos acabar con ella sin la niña.
—¿De qué hablas?—Elijah frunce el ceño—
—A Dahlia la protege una magia muy poderosa. Hemos reunido elementos que representan sus vulnerabilidades: tierra sagrada, las cenizas de un vikingo caído y la sangre de la bruja que le partió el corazón.
—La tuya.
—Si. Usare todos estos ingredientes para crear una zona neutra, donde Dahlia se convertirá en mortal. Pero tenemos que atraerla allí, Elijah—señala con obviedad—
—¿Estas insinuando que use a mi sobrina como cebo?—cuestiona, incrédulo—Vaya, qué conveniente sugerir esta estrategia después de quitarnos a Klaus de en medio.
—Con Klaus no se puede razonar—asegura—
—¿No creerás que voy a arriesgar la vida de mi sobrina?
—Lo que creo es que tomarás la decisión correcta. Por Hope—declara, elevando su mirada hasta conectarla con la suya—No hay otra manera de protegerla de la miserable vida que yo llevé. Una vida de esclava de una tirana.
—Claro que si Dahlia muere, tú también quedarás libre. Ya no tendrás que huir o esconderte—señala—Así que no me insultes diciendo que tus acciones son desinteresadas.
—Elijah, si no me traes a Arielle, yo misma encontraré a Hope—declara Freya con firmeza—Como ya he dicho, no hay otra manera.
Enzo se había asegurado de que Lily no volviera a despertar tras inyectarle verbena. La suficiente para que durmiera hasta que volvieran a Mystic Falls. Pero antes de irse, llevo a Arielle hasta el pantano situado en las afueras de Nueva Orleans. Por petición de la chica, él se quedó en el coche mientras ella se reunía con Hayley y la manda medialuna, quienes estaban cuidando de Hope.
—¿Arielle?—Hayley se acerca a ella con confusion. Hope en sus brazos, sonriendo al ver a su madre—¿Va todo bien?
—La verdad es que no—admite, mirando a su hija con lágrimas en los ojos—Necesito que hagas algo por mi, Hayley.
—Claro. Lo que sea—asegura, entregándole a Hope, quien suelta una pequeña risa al estar entre los brazos de su madre—
Arielle podía oír en su cabeza todas las cosas malas que Lily le había dicho. No quería que le afectaran. Nunca había querido que su opinión marcara su vida. Pero en ese momento no podía controlarlo. Una parte de ella le decía que Lily siempre había tenido razón.
—Tienes que cuidar de ella—su voz apenas abandona su garganta en un murmullo, pero Hayley consigue oírla. Arielle acaricia la mejilla de Hope mientras ella juega con los mechones rubios de su pelo—Una vez me dijiste que ella era como una hija para ti. Que era más que sólo parte de tu manada.
—Ari...
—Hayley, necesito que hagas eso. Necesito que la quieras como a una hija. Que la protejas sea como sea—Hayley intenta interrumpirla de nuevo, pero Arielle no la deja—Necesito que seas su madre. Porque yo no puedo. No puedo hacerlo, no puedo ser su madre. No la que merece. Pero tú... tú si puedes, Hayley—sus ojos viajan de Hope a su amiga—Sé que no tuviste familia. Pero no tener un referente de una madre es mejor que tener lo que yo tengo. Seré igual que Lily. Y Hope no se merece eso. No soy lo suficientemente buena para ella.
Hayley la observa con confusión. Las palabras que quería decirle a Arielle no parecían suficientes para hacerla entrar en razón. Aceptar su petición tal vez era lo mejor que podía hacer por el momento. Así que se limitó a asentir levemente mientras Arielle depositaba un suave y delicado beso en la cabeza de Hope.
—Voy a luchar contra esa bruja—declara Arielle, entrándole a la niña—Necesito saber que te tiene a ti. Yo posiblemente termine muerta de todas maneras. Pero luchar contra Dahlia es lo único que puedo hacer por ella. Prométeme que serás su madre.
—Arielle... no puedo hacer eso—declara Hayley—Es tu hija. Nunca será lo mismo. Lo sabes. Te necesita a ti. Con todos los defectos o errores que puedas tener y cometer. Pero solo tú podrás ser su madre.
—Entonces se su familia—insiste, limpiándose las lágrimas de sus mejillas, sin saber que Enzo las estaba escuchando y observando desde la distancia—Llévala a casa. Llévala con Stefan y Damon. Se su familia, Hayley. Y, por favor, diles que les quiero.
Tras despedirse de su hija y de Hayley, Arielle apenas le dirigió la palabra a Enzo. Él insistió en acercarla al barrio, pero ella se negó. Estaba enfadada. Con él, con Damon. Con el mundo.
—Te he dejado un montón de mensajes—se queja, al adentrarse en el complejo y encontrase con Elijah—
—Atendía un asunto—explica él, observándola con confusión—Creía que estaba con Hayley y su manada en el pantano.
—Pues ya ves que no—suspira, cruzándose de brazos—¿Has hablado con Klaus?
—Brevemente—responde—Antes de dormirle con una daga, intercámbianos unas palabras.
—¡¿Que has hecho qué?!—Arielle abre sus ojos con sorpresa—Elijah, Klaus no mató a Aiden. Asumió la culpa porque siempre le ha gustado que la gente que le rodea le tema.
Elijah baja su mirada al suelo de forma pensativa antes de volver a mirarla a ella.
—Aún así, de haberle dejado con vida, el ejército que protege a Hope se habría revelado—señala en su defensa—
—No puedes dejarle así, le necesitamos. Hope nos necesita a ambos en esta lucha.
—Tus sentimientos te nublan el juicio—de queja—
—¿Mis sentimientos?—cuestiona, incrédula—
—Por mi hermano.
—Elijah, te aseguro una cosa, mis sentimientos son lo último que debe preocuparte ahora mismo—declara, observándole con firmeza—Le he dicho a Hayley que cuide de Hope mientras yo lucho contra Dahlia, pero no podemos luchar contra ella sin Klaus. Así que, ¿cuánto tiempo vas a dejarle así? ¿Cinco años? ¿Diez? ¿Toda la vida?
—Hasta que Hope esté a salvo.
—Hope no estará a salvo si no tiene a sus dos padres luchando por ella—asegura, frustrada—
—Arielle no voy a discutir—se queja—Tenemos problemas más serios. Y necesito tu ayuda.
—¿Para qué sirve un club de Jazz si no suena la música?—se queja Rebekah, mirando unos discos de vinilo—
—¿Te importa?—se queja Vincent a su lado—Intento invertir un hechizo muy complicado y tus quejas sobre el jazz no me ayudan.
—Me temo que tenemos preocupaciones más serias—habla Elijah, adentrándose en el bar y depositando unas cajas sobre una de las mesas—
—¿Qué es todo esto?—Rebekah frunce el ceño, observando como Arielle y Camille entran tras él—
—Objetos oscuros—responde Camille—Por lo visto, ahora tengo un dispensario.
—Klaus no estaba del todo equivocado al no confiar en Freya—explica Elijah, atrayendo la atención de su hermana pequeña—Nuestra hermana quiere usar a Hope para atraer a Dahlia a una trampa.
—E imagino que le habrás dicho que está completamente loca.
—Tengo otra idea—explica—Hope es como un faro que atrae el peligro. Deberíamos pensar en otra cosa para tenderle una trampa a Dahlia. Estos objetos hechizados pueden generar el poder suficiente para crear algún tipo de trampa.
—Vincent—Arielle observa al brujo, quien se disponía a abandonar el bar—¿A dónde vas?
—Iba a ayudar a Rebekah a romper el vínculo con los 8 chicos—señala—Cuando queráis volver a eso, avisadme.
Continúa con sus pasos, pero Arielle usa su velocidad sobrenatural, colocándose frente a él y obligándole a frenar.
—Es mi hija la que está en peligro. Y necesitamos las mejores mentes y a las brujas más formidables de esta ciudad—le explica, cruzándose de brazos—¿Tienes idea del peligro al que se enfrenta mi hija?
—Le deseo lo mejor. De verdad. Pero he acabado con la magia. Y ésta no es mi lucha—declara, intentando pasar por su lado—
Arielle se lo impide con rapidez, sujetándole del cuello y acorralándole contra una columna.
—Arielle, no vale la pena—habla Camille, atrayendo su atención—Llamaré a Davina. Nos ayudará encantada.
—He perdido a una bruja que era amiga mía. Olivia, su hermana, se está despidiendo de su cuerpo. Así que, Vincent, te recomiendo que ayudes a Rebekah lo antes posible—declara Arielle, observando al brujo antes de soltarle—
—Dahlia irá a por Hope al amanecer—señala Elijah—El tiempo es vital.
De vuelta en el complejo, Elijah observaba el cuerpo inerte de Klaus. Lo habían guardado en uno de los ataúdes. Para el noble era extraño verle así, y su cabeza no paraba de pensar en si había hecho bien al clavarle esa daga que Davina y Kol habían creado.
—¿Ya lo echas de menos?—cuestiona Marcel con diversión—
El vampiro se adentra en la sala junto a Arielle, atrayendo la atención del original.
—Klaus no mató a Aiden—le explica Arielle entonces, su mirada puesta en el cuerpo inerte de su novio—
—Bueno, ¿entonces quién lo hizo?—cuestiona, interesado—
—Freya. Dahlia. Cualquiera de las brujas que quisiera ponerme en contra de mi hermano—responde Elijah—
—Puesto que eliminar enemigos es el punto fuerte de Klaus, ¿te estás planteando quitarle la daga?
—Hasta que Hope no esté a salvo, yo preferiría no liberar a esa shakespeariana—declara, posando su mirada en ellos—
—Yo sigo creyendo que Hope no estará a salvo hasta que Klaus y yo luchemos contra Dahlia—se queja Arielle—No puedes dejarle así. Porque quien le haya tendido la trampa de la muerte de Aiden, nos ha hecho sacar del juego a nuestra mejor arma. Lo que significa que tendremos que pensar como él.
—Ella tiene razón—señala Marcel, apoyándola—Y aunque a mi me entrenó, tú eres su hermano y ella es la única con la que es honesto, no sé cómo seremos capaces de hacer eso.
—No lo seremos, por eso todo esto es una pérdida de tiempo—se queja Arielle, abandonando la sala—
—A lo mejor si tú estuvieras con Hope—se queja Elijah, siguiendo sus pasos junto a Marcel—
—Hope está a salvo—asegura Arielle, dándose la vuelta para mirarle—Elijah, no sirvo como madre, ¿vale? Me crío una madre que me despreciaba. Y el trauma es algo que tenemos todos en común. Tú deberías entenderlo. Tengo sus palabras grabas en la mente. Y no puedo dejar de pensar que ella tiene razón al decir que no soy suficiente para Hope. Pero hay algo de lo que estoy segura y ella no puede convencerme de lo contrario. Puedo luchar por Hope. Así que eso haré. Y tú no tienes derecho a juzgar mis decisiones.
Ambos vampiros la observan con atención, no muy seguros de que poder decirle.
—Entonces ayúdame—le pide Elijah tras unos segundos—No podemos traer a Hope para usarla de cebo, ¿qué hacemos?
—Engañar a Dahlia y usar a Freya como cebo—responde con obviedad—
—¿Cómo?—cuestiona Marcel—
—Con magia.
Elijah y Marcel comparten una mirada ante su respuesta. Arielle se da entonces la vuelta, reanudando sus pasos hasta alcanzar la habitación de Olivia. La bruja se encontraba sentada en un sillón junto a su cama, donde yacía el cuerpo de Juliette.
—Ha muerto por mi culpa—solloza Olivia al sentir su presencia en la habitación—No debi meterla en todo esto.
—Se metió ella sola. Y si alguien tiene la culpa, esa soy yo—corrige Arielle, acercándose a ella con cautela—Esto no es culpa tuya. A muerto por proteger a mi hija.
—¿Y dónde está ella ahora? ¿Hope?—cuestiona, elevando su mirada hacia ella—
—Con Hayley y la manada—responde, sentándose a su lado—Va a llevarla a Mystic Falls. Mis hermanos cuidarán de ella.
—¿Por qué? ¿Qué hay de ti?
—No... sirvo para cuidar de ella. Pero puedo luchar para protegerla.
—Yo no protegí a Juliette—murmura Olivia, volviendo a posar su mirada en el cuerpo sin vida de su hermana—Luché con y por ella, y mira cómo ha acabado. Ahora solo quedamos Amelia y yo. Y... ni siquiera sé si saldremos con vida de esta.
—Ayúdame—le pide Arielle, sentándose a su lado—Dime la forma de engañar a Dahlia usando a Freya como cebo. Olivia, yo soy tu familia. No soy una Bluemoon, pero... lucha conmigo en esto y yo lucharé por ti. Nos protegeremos la una a la otra. Solo ayúdame.
Tras observar a su hermana durante unos segundos, Olivia asiente.
—Te ayudaré—acepta, volteándose para mirar a Arielle—
Antes de que Arielle pueda decir nada la presencia de Marcel atrae la atención de ambas. Sus miradas viajando hasta la puerta, donde el vampiro se encontraba, dudoso en si debía entrar o no.
Dedicándole una última pequeña sonrisa hacia Olivia, Arielle se pone en pie, abandonando la habitación. Marcel se despide de ella con un pequeño asentimiento, volviendo a posar su mirada en Olivia.
—Pasa—le invita, poniéndose en pie—
—Era mi amiga, ¿sabes?—habla, acercándose a la cama. Sus ojos observando el cuerpo de Juliette—Me sacaba de quicio, pero... la apreciaba.
—Si. Ella a ti también—asegura. Marcel la observa con sorpresa—Habló de ti alguna vez. La mayoría quejas, por supuesto.
—Por supuesto—sonríe levemente. Olivia le corresponde el gesto de forma divertida—Siento mucho su pérdida.
—Gracias.
—Lo tienes catalogado todo con mucho detalle—comenta Davina, pasado su mirada por los archivos de objetos mágicos de Camille—¿Es por tu trastorno obsesivo compulsivo?
—Muy graciosa—Camille sonríe con diversión—Es la herencia de mi familia. No puedo seguir manteniéndome alejada de ella.
—A menos que sepas como duplicar un bebé tríbrido mágico, tenemos un problema—comenta Rebekah—
Olivia suspira, abriendo otro de sus libros de magia. Las cuatro se encontraban en la cripta de la familia Claire que Kol le había enseñado a la más joven de la familia.
—No toques eso.
La voz de Davina la obliga a levantar la mirada, viendo como Rebekah levantaba un pequeño mantel, destapando así una mesa.
—¿Qué es lo que estas tramando?—Rebekah se gira hacia la joven bruja al encontrase con esa mesa, donde yacían dos pájaros muertos dentro de un círculo de sala y rodeados de distintos minerales y runas—
—Es un hechizo de resurrección—responde Olivia por ella, acercándose a la mesa para observarlo más de cerca—
—Si. Para Kol—explica Davina—¿Lo recordáis? ¿El hermano al que jurasteis salvar?
—Tengo la firme intención de traerle de vuelta—asegura Rebekah—Pero mi sobrina está en peligro y...
—Esperad—Olivia la interrumpe—Cuando Kol buscaba una manera de evitar morir, usó magia figurativa. Intentó transferir la maldición a un muñeco de arcilla—explica, acercándose a una estantería en busca de un objeto—Un golem. Como éste.
Extiende el pequeño muñeco de arcilla hacia Davina, quien lo coge en sus manos.
—Tienes razón—asiente entonces—Si pudiéramos replicar la fuente del poder de la niña y transferirla al muñeco, serviría de trampa.
—Necesitaremos sangre de Hope—señala Olivia—Y... para que funcione, necesitamos un corazón.
—¿Un corazón... literalmente o...?—Camille la observa con confusión—
—Una persona—aclara Olivia—
—Bien. Eso lo aclara—suspira aliviada—
—Se lo diré a Arielle y a Elijah—informa Rebekah, sacando su movil del bolsillo trasero de sus pantalones—Ellos irán a por la sangre.
Tras ir en busca de la sangre de Hope, Elijah volvió al complejo. Allí le esperaba Freya, la bruja había llegado minutos antes, lista para preparar la trampa para Dahlia. Al oírle llegar al patio principal, Arielle, quien se había encontrado con él en un callejón antes de entrar en el complejo, supo lo que debía hacer.
—En cuanto esté listo, Dahlia no podrá entrar sin convertirse en mortal—explica Freya, dándose la vuelta para mirar a su hermano—¿Dónde está la niña, Elijah?
—Si usamos su poder para atraer a Dahlia, ¿me juras que Hope no sufrirá?—cuestiona, dudoso por su plan—
—Dahlia no se acercará lo bastante para hacerle daño—asegura, acercándose a él—No podrá hacer daño a ningún niño nunca más.
Escuchándola con atención, Elijah asiente levemente en el mismo momento en el que Arielle sale de su escondite, usando su velocidad vampírica para llegar hasta Freya, inyectándole así algo en el cuello.
—Espero que así sea—susurra Arielle en su oído, soltando su agarre en ella—Ahora tú eres el cebo.
Freya se gira hacia ella, mirándola con confusión.
—¿Qué me has inyectado?—cuestiona, asustada—
—Llevas la sangre de Hope—explica, colocándose junto a Elijah—Ósea que Dahlia irá a por ti ahora. Lo único que necesitábamos era un corazón vivo.
—Y aunque dudamos de las intenciones del tuyo, lo oímos latir perfectamente—añade Elijah—
—No. Si Dahlia se da cuenta del engaño...
—Olivia nos ha asegurado que funcionará—la interrumpe—Y confío en ella mucho más que en ti.
—No soy vuestra enemiga, Elijah—se queja—
—Ya lo veremos—responde, dispuesto a subir las escaleras junto a Arielle—Sigue con los preparativos.
"Arielle, te llamo para despedirme. Voy a cumplir la promesa que te hice. Llevaré a Hope con su familia, con tus hermanos. Cuidare de ella, la protegeré. Sé que tu decisión fue dura. Entregar a una hija no es fácil. Pero lo entendido. Los Mikaelson han intentado matarla desde antes de que naciera y esa no puede ser su historia. Se supone que la familia tiene que quererte. Y aunque se libre de Dahlia, Hope sigue siendo la hija de Klaus. Ha heredado mil años de enemigos, toda su ira y toda su furia. Tus hermanos la querrán y, junto a mi manada, podrán protegerla. No habrá ningún Salvatore que intente matarla. Entiendo lo que me pediste, Arielle, entiendo que no quieras que Hope sea una Mikaelson. Todo el dolor que conlleva ese apellido... No se merece eso. Es solo una niña. Así que ten por seguro que estará a salvo.
Pero también tengo que serte sincera. Hope no podrá tener una vida completamente feliz sin su madre. Y sé que crees que no eres suficiente. Pero créeme, lo eres solo por ser tú. Por ser su madre"
La voz de Hayley saliendo del altavoz de su teléfono llega a los oídos de Rebekah, Elijah y Arielle. Los dos primeros tenían sus miradas puestas en la rubia, quien se mantenía en silencio con la mirada perdida en el suelo. No tenía la valentía suficiente para enfrentarse a sus miradas. Las palabras de Hayley, aunque pudieran sonar frías para ellos, también eran un alivio. Pero sobretodo era lo que Arielle quería para su hija.
Era la reacción de Klaus la que más le preocupaba. El hibrido había sido liberado de la daga gracias a Dahlia, aunque este dato ninguno de ellos lo sabía aún. Él aún seguía en el complejo, escuchando la voz de Hayley abandonar el teléfono de Arielle.
La decisión de Arielle le rompía el corazón, pero la lealtad de Hayley solo aumentaba su ira. No entendía por qué Arielle no se sentía lo suficientemente buena como para ser la madre de Hope. Pero lo que más odiaba era que Hayley estuviera tan dispuesta a hacer caso a su decisión. Como amiga, Hayley no debía hacer todo lo que ella le pidiera, debía ayudarla, hacerle entrar en razón.
Klaus sabía que Arielle era la mejor madre que su hija podía tener. Era lo mejor que había encontrado en su larga vida y lo mejor que alguna vez encontraría. ¿Por qué no confiaba ella en si misma? ¿Por qué entregaba a su hija? ¿Quien le había hecho tanto daño y le había dicho que no era una buena madre?. Él no lo sabía, pero juraba vengarse de quien la hubiese convencido de eso.
Su cabeza solo tenía dos pensamientos, salvar y recuperar a Hope, y darle a Arielle la vida feliz que se merecía, aunque él muriera en el intento.