【Minamoto Teru - Fluff】
Requested by: fernandez144
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Entre la oscuridad de una habitación teñida de rosado y cubierta por gruesas mantas estampadas se escuchaban los quejidos infantiles, terrorífico era aquello lejano a su segura cama que ni la más líquida maldad lograba quitarse de su ser.
«Ayuda, por favor. Ayúdame», le pedían las demacradas voces al inocente ser que cubría sus oídos entre los unicornios de la almohada. Impedía su visión con un peluche y ni las gruesas telas acolchonadas lograban mantener un poco de calor en su cuerpo.
Se sentía un ambiente gélido, como su cuerpo, un cuerpo muerto que no tenía color. Su piel pálida absorbía ese frío y su cuerpo no desprendía el habitual rojo, sólo el color opaco.
Una de las maderas del suelo crujió a unos metros de la cama, alertando su cuerpo y provocando una corriente eléctrica desde las puntas de sus pies hasta el final de sus cabellos. Su respiración se aceleró y atrajo su cuerpo para buscar el calor que ella misma podría darse. Grave error. Otra madera crujió y un golpe seco de un libro en el suelo hizo que temblara.
La pequeña liberó su desespero como rocío y sus labios le dolían por apretarlos tanto. Pudo jurar por un minuto que sintió su sangre congelarse en sus venas y su cuello querer fundirse con su cama.
Sus manos tomaron las contrarias desfiguradas para intentar quitarlas, sin separar sus pestañas y derramando una cascada de temor sobre las viejas y destrozadas manos ajenas.
De sus labios salían sonidos atroces y se susurraban maldiciones por el frío de su cuerpo que derretía su corazón. Sus labios se mezclaron entre el azul cielo y las uvas en aquellos movimientos bruscos que sacudían las mantas y almohadones. Hasta que la puerta fue abierta de un movimiento.
- ¡Hija! - llamó la señora de la casa a la niña que se movía sin parar en su cama, hasta que cayó al suelo - ¡¿Estás bien, hija?!
- ¿Buscando más atención? - el padre de la casa hizo acto de presencia con el seño fruncido.
- Querido, hay que buscar ayuda para ____ - la madre dedicaba una mirada suplicante a su harto marido - No podemos dejarla así, ¿y si es una enfermedad?
- ¡Esa mocosa ha sido siempre así, y ni coopera para arreglarse!
- Mamá...-- ____ llamó por ayuda entre dolores, siendo ignorada por su progenitor - Ha vuelto esta noche. Él me odia, va a lastimarme.
- ¿Quién es él, cariño?
-- ¡¿Quién más?!, ¡Su estúpida mente de mocosa desquiciada! - Tougou, su padre, se desvaneció por el marco de la puerta pisoteando con sus botas militares y bufando no poder estar a solas con su mujer por su hija y "su falta de atención". Millenials, eso pensaba.
- Era el abuelo...
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En la ceremonia de inicio escolar todo fue normal. Se tomó una foto junto a su madre, aguantó el discurso de los encargados de la armonía estudiantil y aguantó las burlas de otros chicos que la conocieron en la anterior escuela, o que recién se enteraban. Porque era un pueblo pequeño y los chismes corren rápido entre las madres hasta llegar a los hijos y siempre acababan así. ____ soltó un pequeña carcajada nerviosa al pensar que no escaparía de este trato hasta que muriera.
Porque ella era ____, era bien conocida por toda su zona como una loca que tiene problemas de autoestima y que no es querida en su casa. Los rumores de ella eran muchos y decían puros disparates; Que sus padres no la quieren y por eso busca llamar siempre la atención, que quiere ser el centro del mundo porque es una creída, que tiene problemas mentales, y hasta que quiere gozar con muchos chicos fingiendo estar mal, ser solitaria y muchas mierdas más. Al inicio intentaba explicar que sus actos no eran provocados por esos motivos, sino porque de verdad estaba metida en problemas.
En un inicio el doctor dijo que estaba sana físicamente, hasta que fueron con un psicólogo y les dijo que la niña tenía un delirio que la hacía imaginar mil y un cosas que no eran reales ni posibles. Se supone que tenía esquizofrenia, y también se supone que los medicamentos debían aligerar esas experiencias. Pero, como te digo, se supone.
Ni los medicamentos hacían su trabajo, ni los intentos de decirse a sí misma que esos seres fuera de su comprensión eran falsos. Nada servía. Y tanto su padre como sus anteriores amigos no la quisieron aguantar.
Por eso mismo ahora se la podía ver caminando sola hacia cualquier lugar solitario en la Academia Kamome, escuchando a la poca gente a su alrededor rumorear de cualquier cosa interesante. Dobló en una esquina al ver que no existía más camino y casi choca con alguien.
Su tobillo hizo un movimiento rápido por la sorpresa y tomó la pared para evitar caer o estrellarse contra alguien el primer día. Eso sería un asco.
- ¿Te sientes bien? - la persona frente suya tenía una mueca de sorpresa, e incluso sus ojos perdieron la vida por unos segundos en los que la chica se alarmó. ¡Un chico loco!, debo salir de aquí, pensaba - ¡Mucho gusto! Soy Minamoto Teru.
- Un placer - susurró ____ bajando la mirada y regresando unos pasos hacia atrás intentando escapar del joven que parecía ser mayor que ella - Me tengo que ir, lo siento.
La chica caminó tranquila por un rato hasta volver a doblar una esquina a las escaleras. Bajó despacio y, ya en el piso de abajo, corrió deprisa a su salón. No había sido buena idea salir en el descanso.
Por otro lado, Teru había escuchado los fuertes pasos que pegó la niña luego de bajar las escaleras, y no le había gustado para nada su reacción. Sospechó.
✧･ﾟ: *4 Meses Después✧･ﾟ:*
Teru descansaba su cuerpo sobre la suavidad de sus sábanas. Con los ojos cerrados y una toalla absorbiendo el exceso de humedad en su cabellera clara. Cansado, suspiraba y cubría sus ojos de la luz de la habitación.
En su cabeza re-capituló su lista de tareas, revelando los deberes que tenía como estudiante y exorcista. Todo eso fue mandado al carajo cuando su teléfono sonó con un tono suave; Una risita bonita, una voz claramente de niña, que decía con ternura "soy yo, ¿quién más, presidente?". Eso hizo sonreír a Teru cuando contestó, pero su alegría se esfumó al oir las súplicas de su adorada al otro lado de la línea, llamándolo, pidiendo por él, con tonos azules que juraría que teñían su cabello de blanco y sus ojos los cristalizaba.
No tardó mucho, una camiseta y pantalones holgados estaban bien, y fue a la casa de su adorada señorita con prisa. Con su corazón congelado llegó a la puerta del hogar y percibió el problema que se atrevía a perturbar la vida de ____: Un espíritu de un hombre mayor, que lamentaba un nacimiento y quería hacer justicia. Claro, con la presencia de un chico mayor a su nieta, el ente no se tranquilizó. Se negaba a dejar que se repita el ciclo. Y mucho menos iba a permitirle al mocoso vivo que lo elimine por completo.
- ¡Teru-kun! - la chica salió de un armario horrorizada, temblando, con ganas de vomitar y la piel helada. Molestando al rubio con su estado.
No era la primera vez que el joven exorcista se hacía cargo de ese hombre viejo, y por como veía tampoco era la última. Pero a esos puntos de la relación que tenía con ____ ya ni siquiera le importaba. De alguna forma de gustaba ser el único que pudiera ayudarla, ser su príncipe azul que la salvará si ella lo necesita.
- Tu abuelo es muy determinado - sonrió Teru con dulzura al acercarse a su linda amada que lloraba desconsolada en el piso, con marcas rojizas en sus brazos y rostro - Dime, amor, ¿qué te ha hecho, mi niña?
Julie's note: mI nIñA
Ok, lo siento. Me acabo de viciar con Karmaland. :(
- Apareció - dijo la chica con esfuerzo e hipidos - Intentó cortarme con sus uñas, quería hacerme daño.
____ se lanzó a los brazos abiertos de su sonriente pareja y lloró todo lo que necesitaba, aferrada a su pecho queriendo subir su temperatura aunque sea un poquito.
- ¡Tengo miedo, Teru! - confesó entre lamentos - ¡Tengo miedo de que me logre dañar!
Y aunque Teru entendía que el difunto familiar de su niña no quería lastimada por completo, él sonrió con tristeza. Besó el rostro de su querida y conectó sus pupilas con afecto, sonriendo, intentando calmar el temblorosa cuerpo de su novia.
- No te va a hacer nada, ¿sí? - acarició sus mejillas húmedas - Voy a quedarme siempre contigo, y voy a eliminar a cualquier espectro que se engañe pensando que puede tocarte.
Teru levantó a su niña del suelo y la ayudó a sentarse en el sofá más cercano. ____ limpiaba su rostro lo mejor que podía.
- Pero, mi niña - la chica miró por sus cristalinas ventanas a su amado, completamente serio y con ojos casi muertos. La misma mirada de cuando se conocieron - Deberemos trabajar en tu miedo a esas abominaciones. Si las atraes tanto, yo las aniquilaré para ti, pero no debes llorar.
Besando sus labios, calmándola, limpió los residuos de lágrimas en sus ojitos y besó sus mejillas. Sonriendo, la chica lo abrazó sintiendo la necesidad de apoyo para superar esa ansiedad por los espectros.
Decididos, ambos pensaron en que iban a lograr que la chica dejara de lado su miedo... Bueno, Teru también pensaba en alejar a su niña de Yashiro Nené y el séptimo misterio. Pero eso es un tema no importante.
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¡Gracias!