Labyrinth: Fragmentos [FanFic]

By RenNeptus

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Ha pasado mucho tiempo desde la aventura en el laberinto, pero un rey intranquilo observa una nueva visitante... More

0. Prólogo
1. La llegada
2. El laberinto
3. Alerta de intruso
4. El escape
5. ¡Perdamos la cabeza!
6. Cara a cara
7. Que comience la búsqueda
8. El lago de los lamentos
9. Pensamientos
10. Duro como roca
11. En tu mirada
12. El tercer objeto
13. Acercamiento inusual
14. El misterio de la conexión
15. Preparativos
16. El vals
17. El dolor de un rey
18. Visitante inesperado
19. Sospechas
20. Aguardan los problemas
21. Regreso al laberinto
22. Reunión
23. Inicio del caos
24. La verdad sale a la luz
25. La magia que fue robada
26. La torre
27. El tiempo corre
29. Nuestro corazón roto
30. Solo bastó de un tick tack
31. Todo vuelve a su sitio
32. Llave a la felicidad
33. Epílogo
-Agradecimientos del escritor-

28. "No tienes poder sobre mi"

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By RenNeptus

La habitación era digna de una persona de la realeza, sobre todo con aquella hermosa cama con sabanas de seda que adornaba uno de los costados, pero lo que más resaltaba de aquel lugar era el tablero de ajedrez con aquellas piezas que fácilmente se podía decir que eran del tamaño de Sarah, si no es que un poco más. La mujer después de levantarse comenzaría a curiosear aquella habitación, desde los pilares que tendrían algunos detalles tallados como naipes y figuras representativas de algunas historias de fantasía que a Alice le gustaba.

La cama se veía un poco desordenada, lo cual le indicaba a Sarah que su sobrina había estado ahí, terminaba de confirmar esto en el momento que se giraba y notaba la sudadera como las zapatillas de Alice encimadas en una de las piezas de ajedrez. De manera apresurada, se acercaba para sujetar la prenda de la chica y la abrazaría como una madre afligida al perder de vista a su hija.

-¿Alice?-Intentaba llamar la mujer a su sobrina, pero como cabía esperarse, no había respuesta alguna.

Un suspiro pesado saldría de los labios de la mujer, sus pies comenzarían a dirigirla hacía la terraza que tendría aquella habitación, el cual cabe recordar, tenía vista al resto de las tierras del laberinto. La mujer miraría todo con curiosidad, se alcanzaba a ver como algunos goblins que se habían enfrentado al grifo estaba por ahí sentados descansando de aquel conflictivo momento; las tierras que rodeaban la torre se encontraban relativamente secas, algo que mientras estaba en el carruaje se le había hecho difícil de ver a Sarah como a los dos soberanos.

A pesar de la desolada imagen que este podría llegar a ser después de unos minutos de verlo, a la mente de Sarah se le vendría su primera aventura en aquellas tierras, cuando tuvo que enfrentar a Jareth para rescatar a su pequeño hermano Toby. Desde el momento cuando conoció a Hoggle hasta la entrada al castillo, todos sus recuerdos estaban ahí como si solo hubiera sido un par de días atrás.

-A pesar de algunos detalles, fue divertido-Mencionaba Sarah al abrazar la sudadera de su sobrina con nostalgia-No te culpo por encariñarte de estas tierras, mi niña... En parte es culpa mía.

Los recuerdos que ahora invadirían la mente de Sarah serían de cuando Alice tenía alrededor de 3 años; ahí estaba la pequeña sentada sobre su cama abrazando el peluche de un unicornio, mientras que Sarah estaba de pie actuando algunas escenas que ella misma relataba de algunos cuentos que ambas compartían en gusto. En ocasiones, Hoggle, Sir Didymus y Ludo aparecían para ayudar a Sarah a contar la historia de su aventura cuando la mujer decidía contárselo a su pequeña sobrina.

Todo era perfecto, hasta que a los oídos del rey goblin había llegado el rumor de que algunos de sus súbditos estaban visitando a la humana que le rompió el corazón. Hoggle fue quien le había alertado a Sarah lo ocurrido, por lo cual la mujer tuvo que pedirles que no volvieran a visitarla, por el bien de ellos, de ella y de la pequeña Alice. Pero como era de esperarse, a la mujer jamás se le había cruzado por la cabeza de que Alice tendría una conexión con aquellas tierras, y lo que ahora le daba dolor de cabeza, que su sobrina se hubiera enamorado del rey de los goblins.

-Ay Alice... En él justamente te tuviste que fijar.

-De vuelve al niño que te llevaste-Se escucharía en eco una joven voz desde el interior de la habitación, provocando que Sarah diera un ligero salto del susto.

-¿Hola?-Preguntaba Sarah al volver con paso sigiloso y precavido al interior de la habitación, buscando el origen de aquella voz-¿Alice?

-Tras incalculables riesgos e innumerables penurias...-Seguía el eco en la habitación, se escucharía de tal modo que fácilmente el origen podría ser desde una pared hasta el techo-... He logrado llegar al castillo más allá de la ciudad de los goblins...

Después de que aquella misteriosa voz terminara de decir aquellas palabras, las puertas de la terraza se cerrarían de manera abrupta una vez Sarah ya estaba dentro de la habitación nuevamente. Por algunos segundos hubo silencio, y fue en el transcurso de ese tiempo en el que Sarah se giraba para toparse con un espejo de cuerpo completo, sin embargo, este no reflejaría su aspecto actual, si no, sería ella a la edad de 15 años, edad que tenía al momento de llegar al reino de Jareth.

-¿Pero qué...?-Solo lograba decir Sarah al acercarse con cuidado a aquella imagen, la cual a pesar de ser de aspecto diferente, imitaba sus movimientos al igual que un reflejo normal.

-Pues mi voluntad es férrea como la tuya... Y mi reino es grandioso...

-Ay no, esto no...

El reflejo de la joven Sarah no seguiría hablando, solamente se quedaría ahí de pie mirando fijamente a la mujer, hasta que giraba su cabeza hacía la cama, en la cual, se podía ver como algo brillaba debajo de las sábanas.

Si bien, el simple hecho de que el reflejo se moviera frente a Sarah cuando ella no lo había hecho ya era aterrador, el girarse y ver como las sábanas estaba siendo iluminadas no ayudarían mucho. Había captado lo que su reflejo le trataba de decir, y, por ende, se acercaba a la cama, aunque sujetaba las sábanas con precaución para retirarles y encontrar una esfera idéntica a los que Jareth invocaba, la cual había sido dejada ahí por Alice momentos antes de retirarse de aquella habitación.

-Esto es...-La esfera dejaba de brillar al momento en que Sarah lo sujetaba.

La mujer cruzaría miradas con su "yo" joven, quien parecía estar a la expectativa de lo que ocurría. Las palabras que había dicho el reflejo, el sitio sin salida aparente, era representativo a su último enfrentamiento contra Jareth.

-Mira todo lo que te ofrezco-Resonaría las palabras de Jareth provenientes desde el interior de aquella esfera-Tus sueños...

-Jareth...-Susurraba la mujer al notar como se reflejaba el rostro del rey goblin al interior de la esfera, era justo el momento de su último enfrentamiento.

-Solo témeme, ámame, haz lo que te diga... Y yo seré tu esclavo-Estas palabras volverían a resonar, parecería que nuevamente el rey goblin le estaba dando ese ofrecimiento a Sarah, pues aquel reflejo de Jareth cruzaba mirada con la mujer.

Antes de que Sarah pudiera decir o reaccionar, la imagen cambiaría, ahora sería ella frente al rey goblin, el día que aquella bomba de emociones había explotado dentro de Alice y todo ese caos que ahora estaban viviendo apareciera.

-Te temeré, te amaré... Pero Alice debe regresar a casa-Mencionaba la voz duplicada de Sarah desde el interior del cristal.

De manera inesperada, la imagen del interior de aquella espera cambiaría a la del rostro de Alice, reflejando el dolor que aquellas palabras dichas por su tía la habían causado. Esto molestaría por completo a Sarah, pues era consciente que al haber dicho eso, obviamente sin saber que Alice estaba escuchando, había sido el detonante para que todo lo que estaba viviendo ahora ocurriese. De manera firme sujetaba la esfera presionándola un poco para volver su mirar hacía el reflejo.

-Y mi reino es grandioso...-Volvería a repetir el reflejo observando a Sarah de manera inquisidora.

-No tienes poder sobre mi...-Mencionaba Sarah frunciendo el ceño contra su reflejo mientras dejaba caer el cristal, el cual rodaba hasta los pies de una de las figuras del tablero de ajedrez.

Una ligera sonrisa burlona sería la respuesta del reflejo antes de que una luz la rodeara, aquel brillo sería tanta que Sarah se cubría el rostro utilizando la tela de la sudadera de Alice. Cuando la luz se disipaba, Sarah observaba como su versión joven había desaparecido dejando el reflejo normal que debió estar desde el inicio.

-Es como si Alice me reprochara lo que ocurrió-Decía tras lanzar un suspiro pesado, miraría por un momento la esfera-Tiene buenas razones para estar enojada...

Esos segundos de tranquilidad serían gloria a lo que se venía, pues el ruido de piedra moviéndose a espaldas de Sarah, la harían girar de inmediato, pero se llevaría la sorpresa de ver todo tan tranquilo al igual que momento antes de que su reflejo desapareciera.

-Esto me debió dejar susceptible-Trataba de tranquilizarse la mujer al decirse estas palabras mientras se acercaba a las piezas de ajedrez, observando finalmente los detalles que cada figura tendría-Me sorprende saber que esto es obra de Alice...

Las piezas de color blanco tendrían como figura de reina a Alice, quien se notaba que estaba sujetando el dije contra su pecho, otra figura que tendría representación del mismo color sería el corcel, que, en este caso, era representado por el grifo; a cambio, las figuras de color negro tendrían como representación de la pieza del rey a Jareth, sin embargo, este se encontraría en el suelo con la zona del rostro ligeramente agrietado.

-Dudo que esto lo haya hecho ella a propósito-Mencionaba Sarah al dejar a un lado la sudadera para intentar levantar aquella figura.

Con mucho esfuerzo finalmente lograba colocarla de pie, y fue en ese momento que notaba que aquella pieza poseía un gesto triste. Sarah miraba por algunos segundos esto, para volverse a girar a ver la figura de Alice, pues tenía el mismo gesto de tristeza esculpida en su rostro. Era claro que ambos estaban sufriendo por la situación.

Sarah volvería a tomar las prendas de Alice y se disponía a buscar una salida, pues no podía perder más tiempo para reunirse con su sobrina. Su búsqueda rápidamente se vería frustrada no solo por la ausencia de una puerta, si no, por aquel ruido de piedra moviéndose, el sonido ya era más claro y no era por superstición como la mujer se intento hacer creer. Su cuerpo se congelo a través del reflejo del espejo lo que ocurría, pues las figuras detrás de ella comenzaban a moverse bajando de los pedestales en las cuales se encontraban de pie.

-Esto es una maldita pesadilla-Solo atinaba a decir antes de girarse y notar como la figura de Alice, Silver Wing y Jareth se paraban en fila clavando sus ojos tallados en ella-Ahm... Yo... Ya me iba...

La figura de Alice levantaba de manera lenta, debido al material con la cual había sido hecho, su mano señalando a la mujer, y esto no sería otra cosa que indicación al resto de las figuras para que la atraparan. Por reacción natural, Sarah lanzaba un grito en cuanto se movía a un costado evitando la figura de Silver wing que se había lanzado contra ella, la figura de Jareth se acercaba a ella con intenciones de atraparla, pero nuevamente por suerte, la mujer se lograba escabullir por debajo de los brazos de la figura para correr hacía las puertas de la terraza que se negaba a abrirse.

-¡Demonios!-Atinaba en gritar Sarah pegando su espalda contra la puerta, abrazaba contra su pecho las prendas de Alice en busca de sentir una ligera sensación de valor.

Las tres figuras se acercaban a paso discreto a Sarah mientras se separaban para disminuir de este modo alguna posible salida a la mujer. Sarah notaría esto apoyando toda su espalda contra las puertas como si quisiera abrirlas empujándolas con su mismo cuerpo.

-Alice, realmente lo siento cielo, por favor detén esto-Decía Sarah al ver la figura que representaba a su sobrina, pero no recibiría respuesta de algún tipo por parte de ella.

La figura de Jareth estaba listo para atrapar a Sarah, si no fuese porque la figura de un tigre formado por agua lo atacaba tumbándolo al suelo, aumentado así más las grietas de su rostro como provocar que uno de sus brazos se rompiera debido al impacto.

-¡Sarah, ven conmigo!-Decía Mizumi mientras salía del espejo el cual desprendía luz en su interior, mantendría su mano derecha extendida dejando en claro que ella había invocado a dicha criatura.

-¡Mizumi!-Decía aliviada la mujer mientras corría pasando por encima de la figura de Jareth, más que nada para evitar que este se levantara.

Cuando la figura de Silver wing se disponía a atacar, a la reina de copas solo le bastaba extender su otra mano para invocar un minotauro igualmente de agua, el cual gracias a sus poderosas manos detendría a la criatura y la sujetaría contra el suelo.

-Entra al espejo, ahora-Decía determinada la reina de copas sin despegar su mirada de aquellas figuras, las cuales, al lograr desprender una parte de su cuerpo para mantener a las dos figuras inmóviles, rodeaban a la figura representativa de Alice obligándola a retroceder.

-¿¡Al espejo!? ¿¡Estás loca!? ¡Acabo de ver una mini yo ahí dentro que estoy segura que fue la que provoco todo esto!-Decía alterada Sarah mirando a Mizumi de manera asustada.

-¿¡A caso ves otra salida!? ¡Entra ahí y deja de quejarte!

Sarah giraría su rostro hacía el espejo y al dar un gran respiro y cerrando sus ojos entraría sin otra opción aparente. La reina de copas miraba con molestia la figura de Alice que intentaba pasar las invocaciones de Mizumi, pero estas se lo impedían. La reina de copas retrocedería hasta entrar por completo al espejo, pero en ningún momento retiraría su hechizo, más que nada por temor a que las figuras lograran entrar al espejo igual que ellas.

Sarah y Mizumi saldrían por otro objeto similar al cual entraron, con la diferencia que ahora estaban en una habitación llena de espejos, algunos se movían mientras que otros se quedaban totalmente estáticos como por el que salieron. Sarah al sentirse segura, se dejaría caer de rodillas debido a que sus piernas estarían temblando demasiado por la adrenalina provocada por aquella situación. Sin embargo, para la reina de copas aquella reacción ería exagerado, y se podía notar esto claramente al momento en que ponía los ojos en blanco por unos segundos para posteriormente comenzar a observar su alrededor.

-Gracias-Solo atinaba a decir mientras recuperaba la respiración-Creí que no lo iba a contar.

-Somos intrusos en este lugar, es obvio que la torre intentara sacarnos de aquí, o en lo que a mi me concierne en tu situación, en exterminarnos.

Sarah tragaba un poco de saliva por las palabras de la reina de copas, pero al ponerse de pie, igualmente miraría su alrededor, se sorprendería al ver tantos espejos y como algunos de estos tenían reflejos de momentos vividos en el pasado.

-¿Cómo se le ocurrió a Alice crear todo esto?-Cuestionaba la reina de copas mientras comenzaba a caminar siendo seguida por Sarah.

-Claramente tiene mucha influencia de las historias que conoce...-Respondería Sarah al pasar por un espejo observando a una pequeña Alice disfraza como el sombrerero loco, sacándole una pequeña sonrisa involuntaria a la mujer.

-Que niña tan imaginativa... Pero no podemos perder más tiempo, contamos con menos de lo que pensábamos, todo gracias a la irresponsabilidad de Jareth.

-¿A qué te refieres?

-Del medio día que disponíamos, ahora nos quedan un par de horas.

-¿¡Qué!?-Se alteraría Sarah ante la explicación de Mizumi-¡Entonces debemos encontrar a Alice ya! Pero... ¿Qué hay sobre Jareth?

-Si encontramos a Jareth, encontramos a Alice... Ellos están juntos ahora-Seguía su camino la reina de copas buscando en el interior de los reflejos algo que les guiara a la habitación donde se encontraban las personas que buscaban-Y debemos aprovechar eso para hacerla renunciar.

-¿Juntos? ¿Cómo lo sabes?

-Un pajarito me lo dijo-Una sonrisa de incredulidad se dibujaba en los labios de Mizumi al mirar sobre su hombro a Sarah, quien confundida decidía no preguntar más y ayudarle a buscar algún indicio de donde ir ahora.

Solo basto de un par de minutos andando para que la desesperación se reflejara en los rostros de ambas mujeres, si bien algunos de los espejos reflejaban recuerdos de Alice, otros eran entradas a las habitaciones, pero no reflejaban más que eso. Sarah caminaría mirando atentamente cada reflejo en los espejos hasta chocar contra la reina de copas dándole un ligero empujón, debido a que ella había detenido su andar de manera abrupta.

-¿Su alteza? ¿Ocurre algo?

Mizumi se limitaba a hacer la señal de silencio con su dedo índice en sus labios para después señalar a uno de los espejos que se encontraban en movimiento en la parte superior de la habitación. Ahí estaban Jareth y Alice, abrazados el uno con el otro mientras giraba como si estuvieran bailando.

La reina de copas haría una señal para seguirlos de manera discreta para poderse acercar y en algún momento interceptarlos, ya los habían localizado y no se podían arriesgar a dejar que entrasen en algún espejo a una habitación diferente pues podrían perderlos, y a esas alturas hacerlo, significaría el fin para el gobierno de Jareth y el inició del reinado de Alice.

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