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21. Trébol de cuatro hojas.
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Sin duda aquel paseo con el pelirrojo por los jardines de la escuela era lo que Nina necesitaba, Fred la condujo entre los estudiantes y ella le siguió sin preguntar hacia donde iban. Luego de unos minutos llegaron al campo de Quidditch, tras las gradas había un pequeño bosque, al que por lo general nadie acudía por la lejanía con el castillo.
— Aquí es donde suelo venir cuando estoy enojado y algo estresado con el mundo — explicó el chico — creo que es el lugar perfecto para poder relajarte cuando no quieres ser molestado por nadie.
Nina dejó los libros que había estado cargando desde la clase con Hagrid en una roca prominente e investigó el lugar. Era un sitio hermoso mucho menos concurrido que el lago Negro, se podía percibir mucho más adentro de la espesura a un grupo de Hufflepuffs estudiar, pero más personas no había.
— Creo que jamás había tenido la oportunidad de estar aquí, nunca me había dedicado a explorar todos los rincones del castillo — señaló la niña.
Fred la observó con atención, su rostro ya no tenía la expresión molesta con la que la había encontrado hace unos minutos atrás. Él se acomodó en el césped de tréboles que tapizaban el sitio. Se aclaró la garganta y ella volvió la mirada hacia el Gryffindor.
— ¿Por qué estabas tan molesta hacia un rato? — le preguntó con curiosidad, no porque sólo quisiera ser entrometido, quería tener la posibilidad de ayudarle si es que se hallaba en un problema — ¿Te ha sucedido algo?
Ella suspiró y se acercó hacia donde él se instaló. Él apoyó su mano en un sitio junto a él, indicándole que se sentara a su lado.
— La verdad es que tuve una pequeña discusión con el padre de Draco. — farfulló con la voz algo fastidiada.
— ¿Qué hacía Lucius Malfoy aquí en la escuela? — cuestionó el muchacho con un tono de reprobación. No era novedad que los Malfoy no eran del agrado de los Weasley.
— Draco tuvo un accidente en la clase de criaturas mágicas — respondió — por eso ha venido su padre.
— ¿Y qué le pasó?¿Fue grave o solamente fue un rasguño? — cuestionó Fred.
Nina frunció los labios y abrió un poco más los ojos, dando a entender que la situación no era de gravedad.
— Bueno, si es que hubiera sido grave tú estarías con él — agregó con un dejo de molestia en su voz, que no supo a qué atribuírla — así que asumo que sólo fue un teatro del oxigenado.
Ella le observó con algo de desaprobación ante el comentario pero no mencionó nada al respecto del accidente.
— Lucius Malfoy llegó a la enfermería con aire prepotente y comenzó a despotricar en contra de todos — explicó la Slytherin — hasta que me preguntó por mis padres.
— ¿Qué tienen que ver tus padres en esto? — preguntó el chico sin entender.
— Pues no sé a qué venía su comentario, hasta que mencionó a Sirius Black — musitó la chica — hizo alusión de que ellos eran unos incompetentes que no le habían atrapado aún, no fue exactamente lo que dijo pero eso fue lo que quiso decir claramente.
Fred por un momento no supo que decir, puesto que hacer un comentario en contra de Draco o de su familia podría significar que la muchacha se enfadara con él. Por lo que decidió que lo mejor sería ir por otro lado en la conversación.
— Nina, no debes de hacer caso a esos comentarios, sabes bien que tus padres son unas personas muy eficientes en su trabajo — comenzó a decir — pero nunca faltarán las personas insidiosas a quienes les gusta provocar conflictos, sabes bien que la familia Malfoy disfruta de eso.
— ¡Pero es que me sentí tan enfadada! Me sentí llena de enojo y solté que lo más probable es que él supiera de su paradero, después de todo ambos son seguidores de Lord Voldemort.
El pelirrojo se sobresaltó un poco al escuchar la mención tan directa sobre el que no debe ser nombrado de los labios de la chica, pero le sorprendió aún más que ella hubiera increpado al hombre.
— ¿En serio que le dijiste eso? — preguntó con asombro — ¡Vaya Nina! Hubiera deseado estar allí para ver la cara que colocó aquel hombre horrendo — comentó antes de soltar una carcajada.
— ¿Crees que he obrado bien? La verdad es que no me gustaría que este asunto le trajera problemas a Draco o a mis padres debido a mis comentarios.
— ¡Ay Nina! A tus padres no podría sucederles nada en absoluto. — puntualizó — en cambio a Draco, dudo que pase algo y si sucediera sería su culpa por el hecho de haber formado este lío que provocó que su padre viniera a la escuela.
Nina le observó con detenimiento, el chico estaba tendido en el lugar, con sus brazos apoyados, tenía un aire de relajo y de despreocupación que provocaba que realmente se viera atractivo. La chica decidió desvíar sus pensamientos de aquel camino, nunca había encontrado guapo o atractivo a un muchacho hasta el momento. Por otra parte Fred se sintió totalmente cautivado por la sinceridad con la que ella le planteó sus problemas e inquietudes, no hablaban todo el tiempo pero al parecer tenían una especie de conexión que generaba que sus encuentros fueran totalmente naturales.
Comenzó a mirarla con sutileza para que no se sintiera invadida, reparó en su cabello negro e intenso, en sus ojos chocolate, jamás había percibido un tono más oscuro en los ojos de alguien y eso le llamaba la atención, eso contrastaba en la piel pálida de la muchacha. Ajeno a los pensamientos que Nina había tenido hace unos segundos antes, él también desvió la atención de ella en ese sentido; puesto que se sentía algo avergonzado de pensar en ella de esa manera cuando él estaba en una especie de relación con Angelina.
— ¿Tú no tenías clases? Creo que ya te he distraído demasiado contándote mis tonterías, debes pensar que soy una exagerada que todavía no tiene ningún problema real. — susurró la chica.
Fred sonrió ante ese espontáneo comentario.
— Tenía herbología, pero la verdad es que no me interesa haberla perdido, no me es requisito de nada — aclaró — y para nada son tonterías, me gusta escucharte y también estar contigo.
Ella le observó directamente a los ojos azules del chico y el imitó el gesto, observó directamente a los ojos de ella. Ambos sintieron que la conexión de sus miradas había alcanzado otro nivel y poco a poco ambos habían comenzado a acercarse de manera muy lenta. El corazón del chico se aceleró y no podía evitarlo, realmente Nina Illich le atraía como a un imán, sus ojos, su manera de expresarse, su desplante y personalidad eran como una trampa directa para él.
Y como no, si tenía la cabeza llena de pensamientos, sabía que si no se detenía la besaría y eso no sería correcto.
Y ahí estaba sin hacer nada por detenerse.
Por su parte ella sintió el perfume del pelirrojo y le pareció el aroma más gustoso que había percibido, la cercanía y las miradas con él le hicieron sentir tan nerviosa que no podía pensar con claridad de la situación que estaba sucediendo.
Sin embargo algo alertó a la chica e hizo que desviara la mirada y la dirección que estaban tomando las cosas entre ellos. El grupo de estudiantes que estaba un poco más allá de donde la pareja estaba, venía caminando y acercándose hacia donde ellos estaban instalados, tenían que pasar por allí para salir del bosquecillo.
— ¿No fuiste a Herbolaria, Fred? — cuestionó una tejona a la que Nina no ubicaba del todo, ya que eran de la generación del pelirrojo.
— Pues no, y veo que todos ustedes también pasaron de ella — dijo el chico apurándose a responder, ya que era preferible responder de manera relajada a verse nervioso.
— Tenemos examen con el profesor Snape más tarde, priorizamos no morir en pociones — dijo otro chico y comenzaron a reír.
Nina no emitió palabras ante esa breve conversación que estaban intercambiando. Sabía perfectamente que esos muchachos podían ser muy trabajadores, justos y leales; pero eso no significaba nada a la hora de crear chismes o de contar cosas que no les eran de incumbencia. Ella estaba segura de que luego todos estarían comentando que ambos estaban en el bosque tras el campo de Quidditch.
Cuando se alejaron, Nina desvió la vista, estaba bastante nerviosa ante lo que había sucedido hace unos minutos. De no ser por los chicos tejones hubiera besado al pelirrojo y eso no estaba en sus planes. Ella sabía perfectamente que él salía con Angelina Johnson, y la Slytherin podía ser todo, menos una chica que se metía en medio de las relaciones.
— Creo que es mejor que volvamos al castillo nosotros también, he quedado de reunirme con Luna después de Criaturas Mágicas y debe de estarme buscando — mintió la chica con algo de nerviosismo, de pronto estar en la cercanía del muchacho le hacía sentirse demasiado nerviosa y a ella no le gustaba no tener todo bajo control.
Antes de que él se pusiera de pie, se percató de algo en el césped. Era un trébol de cuatro hojas. Todos sabían que ese tipo de plantas traía suerte al que la encontraba, bueno eso según la leyenda, con delicadeza lo tomó entre sus dedos y lo cortó con cuidado.
— Mira lo que he hallado — murmuró con la voz algo más tranquila, luego de que pasara el nerviosismo del momento anterior — es un trébol de cuatro hojas.
Nina lo observó al momento en que Fred lo colocó en su mano.
— ¿Crees que es real lo que dicen de que traen la suerte para quienes los encuentran? — le preguntó poniéndose de pie.
Fred se mordió el labio por tratar de contenerse de decir lo que pensaba en ese momento, pero no pudo contenerse.
— Quizás a partir de ahora vaya a tener suerte, si lo hubiera visto antes tal vez hubiera sucedido algo que desesba que pasara. — mencionó sin ninguna vergüenza o arrepentimiento.
Ella sintió que sus mejillas se coloreaban de manera intensa, no esperaba que ese paseo inocente iba a terminar de aquella manera, por lo que cogió sus libros y ambos estudiantes comenzaron el retorno hacia el castillo.
Por otra parte, Angelina se hallaba junto a sus amigas; Alicia y Katie en los patios principales, hablaban de lo interesante que estaba la temporada de Quidditch y en las ganas que tenían de aplastar a las serpientes nuevamente, puesto que desde que tenían a Harry Potter en el equipo eran imbatibles en el campo.
Todo era una charla amena hasta que una chica castaña con el uniforme coloreado de amarillo y gris se acercó a ella.
— ¿Weasley no es tu novio o sí Angelina? — preguntó acercándose a ella.
La morena que estaba sumergida en la conversación, se sintió algo desconcertada con la pregunta. Si bien no eran novios como tal, ella afirmaba de manera positiva cada vez que una chica interesada en su pelirrojo hacía preguntas.
— Sí ¿Por qué lo preguntas, Williams? — le increpó la leona algo molesta — ¿Necesitas algo?
La tejona se rió ante la reacción que tuvo la leona, se acercó a ella y le habló un poco más despacio.
— No lo digo porque me interese, pero creo que deberías poner atención a con el tipo de chicas que él se reúne.
Esa palabra caló en los pensamientos de ella ¿Con quien se reunía él?
— Al parecer él no está muy consciente de la relación que tiene contigo, no quiero ser insidiosa o malintencionada — murmuró la castaña — pero estaba a solas con una serpiente de tercer año, esa que es la princesita que va con Malfoy a todos lados.
Angelina sabía perfectamente de quién hablaban, había visto a Fred en varias ocasiones con ella, pero no había querido crear fantasmas en su interior.
— No tiene nada de malo que él hable con otras chicas — mencionó tratando de que su voz no delatara los celos que sentía.
— Pues creo que estaban demasiado cerca para estar sólo hablando como amigos, no sabía que Weasley era cercano a las Slytherin y si no me crees, mira atrás tuyo.
Angelina posó su vista en el sendero que venía del campo de Quidditch y los vió, más que sentir rabia porque venían hablando o por venir juntos, la sintió por otro motivo.
Fred traía una sonrisa que jamás había tenido estando con ella.
Ahora más que nunca quería aplastar a las serpientes y no tan sólo en el campo de Quidditch.