• CAPÍTULO 43 •

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43. Unos ríen, otros quieren ver sufrimiento.
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Después del baile de navidad el comentario obligado eran las parejas que se habían formado y tomado fuerza después de este acontecimiento.

Una de ellas era Fred Weasley y Nina Illich. 

Y la gran mayoría del cuerpo estudiantil hablaba de ello por los pasillos, en el gran comedor, en las aulas y en las salas comunes. 

—¿Por qué todo el mundo está observándote?—preguntó Nina cuando entró con Draco al salón de la sala de astronomía.

—Esta vez no es a mídijo con su tono de voz airadaEs a tí y se debe a tu romance con el traidor a la sangre.

—Veo que no tienen una vida muy movida—farfulló la chica con fastidio.

—Creo que tu próximo novio dejó muchos corazones rotos, al igual que tú; estoy seguro que muchos de los que te observan están algo dolidos porque haz dejado de estar disponible para conquistar. 

—¿Qué, no sabía que era una especie de ganado que debía ser ofertada?

—¡Ay! No te pongas dramática mujer, disfruta por un momento de las miradas y saca a relucir lo desgraciada que puedes ser, por algo estás en Slytherin.

Ambos se sentaron en la mesa más lejana del aula y Pansy fue a instalarse con ellos. Ese año había sido uno de los más movidos de lo que Hogwarts podría haber recordado, el torneo de los tres magos, la llegada de un profesor de artes oscuras nada convencional y los estudiantes extranjeros que llegaron a generar más caos aún.

—¿Entonces es oficial? ¿Sales con el traidor a la sangre? —le preguntó su compañera quien tenía una expectante expresión en su rostro.

—¿En serio no van a decirme nada más? ¿No me preguntarán nada más?¿Si es que me embriagué o probé algún ilícito aquella noche? ¿O qué me enviaron mis padres para navidad?

—Eso no es interesante, así que no nos incumbe —resopló Pansy—Queremos saber lo otro.

—Pues no tienen porqué saberlo, es sumamente mal visto ser chismoso y ustedes lo están siendo.

Nina se puso de pie de la mesa y después de eso observó la mesa de Gryffindor. Fred ya la estaba observando y le guiñó el ojo de forma cariñosa. Ella correspondió al gesto y después de eso salió por grandes puertas del salón.

Detrás de ella se escucharon los pasos apurados de alguien tras de ella. Los brazos de Fred se abrazaron a Nina desde atrás y dejó un beso en su mejilla; la sensación de estar juntos para ambos era reconfortante, cada vez era una emoción nueva para ambos.

—¿A dónde crees que vas sin si quiera saludarme, Illich?—susurró el pelirrojo en el oído de la bruja.

—Pues estabas junto a tus amigos y sé que los Slytherin no somos bienvenidos en la mesa de los leones— contestó risueña. Hablar con él siempre garantizaba sonrisas y una charla divertida.

—Los demás me valen, no me importa lo que vayan a decir, creo que es tu labor ir a saludarme. 

—¿Y eso porqué? No sabía esta nueva regla—señaló, siguiéndole el juego al pelirrojo.

Juramento Inquebrantable [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora