Se bajó en donde debía, aún con la imagen de ese chico en la mente. Y el profundo color de su mirada. Observandolo, examinandolo.
Salió de la estación de tren y caminó hacía la universidad mirando cada árbol preciosamente cubierto por una manta de nieve blanca.
Llegó a la universidad sin poder sacar al rubio de sus pensamientos, hasta que decidió no darle importancia siendo que no lo vería después.
Mostró su credencial y entró al instituto. Hurgó en su mochila y saco su horario.
«Salón 305, Expresión escrita»
Subió escaleras y entró en el salón con el 305 en dorado. Buscó un asiento cerca del maestro. Su mejor amigo, Calum, ya se encontraba ahí. Lo saludó y ambos se quedaron callados cuando el profesor entró.
-
El día en el instituto había acabado. Salió junto con Calum y ambos se dirigieron a sus clases de dibujo.
"Vi a alguien hoy" sentía la necesidad de contarle a alguien sobre el chico.
"¿Le has hablado?"
"No, veníamos en el tren y sabes como soy"
Y era verdad. Michael nunca hablaría con alguien en el tren porque era el único lugar donde podía estar tranquilo y hacer lo que le gustaba.
Pero, aunque era asi, sentía la necesidad de hablarle, claro, si es que lo llegaba a ver de nuevo.
Lo cual dudaba.