The redhead

By MaiaRubio

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Ella es pelirroja, sus ojos son azules y su piel demasiado blanca. No es de la ciudad, eso es seguro. Jamas... More

Nota
Prologo
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20.
21.
Epilogo

5.

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By MaiaRubio

V.

El resto de la semana fue más normal,  la voz de Samantha desapareció de la cabeza de Savannah y al parecer estaba retomando su control mental. Practicaba a diario en su casa tratando de levantar objetos y dejarlos en su lugar, al parecer las cosas iban mejorando, se preguntaba qué tal estarían las cosas para Samantha.

El fin de semana lo paso leyendo Isabel I, uno de los pocos libros que se había podido traer de la gran biblioteca y viendo shows de tv recostada en la cama de su padre. También había comprado unos cuadros, oleos y carboncillo para continuar con el arte y sentirse más cerca de Samantha. El cuarto de Samantha lo había convertido en su espacio de arte, los oleos se hallaban en una esquina de forma que pudiera pintar allí y dibujar en la pared como lo hacía en su vieja casa. Había comenzado pintando a Samantha en un óleo, al igual que el paisaje que se veía desde el porche de la antigua casa. A pesar de saber que sus oleos quedaban bien elaborados sabía que no había comparación con los de su hermana.

De regreso al instituto el lunes, fue recibido en lenguas extranjeras con el análisis crítico que debía entregar del libro La 'Ndrangheta. En el salón se hallaban los mismo ocho estudiantes de su primer día de clases, y de nuevo parecía como si el profesor encantara a todas las estudiantes, excepto a la rara niña nueva de cabello rojizo.

Buongiorno, studenti —Saludó el profesor al entrar al salón.

Buongiorno —Respondieron todos, en especial las chicas exhalaban con aire de enamoramiento.

El profesor se sentó y reviso las hojas que se hallaban encima de su escritorio.

Signorina Collingwood —Savannah levanto la cabeza inmediatamente, jamás la habían llamado por su apellido—. ¿Por qué su análisis crítico no está aquí?

Savannah se apresuró a sacar las pulcras hojas de su mochila y se las entregó al profesor.

—Los trabajos los debe dejar encima del escritorio del profesor al entrar a clase —Le recordó el profesor con una sonrisa de disculpa.

—No estaba enterada —balbuceo.

Por lo visto aun no termino de entender cómo funciona este instituto. Pensó Savannah mientras dirigía su mirada hacia Noha, para su sorpresa el chico llevaba observándola algún tiempo. Su mirada fría, como si pudiera ver en el interior de Savannah, le causaba escalofríos. Por unos segundos le mantuvo la mirada, igual de fría e insensible a la de él, poco después la rudeza fue interrumpida por Megara quien le susurro algo al oído y este le sonrió amablemente.

Le amore. Savannah puso los ojos en blanco, pero luego cayó en cuenta que tal vez no sabía lo que significaba eso, ser amada por alguien que no fuese su familia.  Por un momento sintió algo que no había sentido nunca, ¿Era envidia de Noha y Megara? ¿Celos? seguramente era eso. Jamás se había enamorado.  

Dos horas de lenguas extranjeras y otras dos más de física avanzada; como tarea más problemas de Columbus que no usaría nunca en la vida real. La comida la llamaba en el almuerzo, y ella le hacía caso, iba al acecho.

—Definitivamente estas tostada, Freaky —Aseguró Annette con firmeza mientras se dirigían al comedor.

Savannah entorno los ojos.

— ¿Esta vez porque soy la rara?

—Rara no, asocial y antipática —dijo Annette bruscamente—. Si no te saludo, perfectamente tú puedes pasar todo el día sin dirigirme la palabra —reclamó. 

Savannah se rio, Annette se esforzaba por ser su amiga y ella no lo había notado.

—Lo lamento mucho, no acostumbro a tener que convivir con más gente.

—Claro cómo no —Annette entorno los ojos como si fuese muy obvio—, es la peor excusa que he podido oír.

Savannah no respondió, sabía que tenía razón pero era la verdad.

En el bufet había pasta, pollo en salsa de naranja y también albóndigas entre una gran variedad de comida. Lo más increíble era que al final del almuerzo las bandejas quedaban desocupadas, los estudiantes devoraban absolutamente todo. Savannah no sabía que elegir, se dejaba deleitar por todos los aromas pero al final se decidió por el pollo en salsa de naranja y mucha ensalada verde. Se sentó en su recurrente mesa desde donde podía ver las canchas y Annette se sentó frente a ella.

Savannah se quedó observándola por un momento como si le incomodara su presencia en la mesa.

— ¿Qué pasa? —Preguntó Annette incomoda por su mirada—. ¡Oh disculpa! Ya me voy de la mesa, lobo solitario.

—No te vayas —Le pidió Savannah sonriendo, hacía mucho no sonreía por otra persona.

Podía jurar que Annette jamás la había visto sonreírle. Su sonrisa era contagiosa.

Annette no era precisamente la persona que ella esperaría seria su primera amiga, pero al parecer lo era, en verdad le agradaba, era como si su alegría contagiara a Savannah.

— ¡Annette tienes que venir! —ladro Megara con la respiración acelerada y la voz entrecortada.

— ¿Qué paso?

—Es Róman —Megara trago saliva—, le están dando una paliza.

La expresión de Megara era seria, esto era muy en serio y Annette se demoró milisegundos en reaccionar.

— ¡Oh mi Dios! —Annette dejo su almuerzo y salió corriendo detrás de Megara.

¿Qué sucede? Se preguntó Savannah. Rápidamente se levantó y camino apresuradamente intentando no perderles el paso a las chicas.

— ¡Pelea! ¡Pelea! —Gritaban todos los estudiantes.

Annette y Megara intentaban abrirse paso entre la multitud formada por los estudiantes y Savannah iba detrás de ellas.

— ¡Suéltalo! —protestó Annette al llegar al centro del despelote sin si quiera analizar la situación.

Un par de estudiantes sostenían a un chico rubio por los brazos mientras otro estudiante clavaba sus puños en él. El chico al que apuñalaban tenía la cara ensangrentada y casi no podía ni abrir los ojos.

Annette intento interponerse entre los dos estudiantes pero otro chico la agarro por detrás y la inmovilizo. Megara al ver la situación se abalanzo sobre el chico que agarraba a Annette, quien ágilmente se giró y los brazos del chico quedaron cruzados, lo miro con furia y le zampo una patada en los genitales. El chico la soltó y cayó al suelo del dolor reprimiendo un grito ahogado.

— ¡NI SE TE OCURRA TOCARLO UNA VEZ MAS! —advirtió Annette al agresor notablemente furiosa, sus fosas nasales se expandían con su respiración y prácticamente su mirada incendiaba.

El chico se detuvo y la miro incrédulo, Savannah y Megara observaban temerosas la escena.

—No sé qué hizo Róman, pero ya es suficiente —aseguró Annette consciente de que el chico rubio debía haber hecho algo realmente malo.

— ¡Este infeliz! —El agresor señalo acusatoriamente al chico rubio—, debe pagar por lo que hizo. Y tú —hizo una pausa fijándose en Annette—, no impedirás que eso pase.

Se acercó a Annette lentamente mientras la situación estaba paralizada.

— ¿Sabes que esto es un instituto? –preguntó Annette en tono retador—. No estás en el ring.   

El estudiante le agarro la barbilla a Annette para demostrarle que él tenía el control sobre la situación.

—Está muerto —murmuró Megara haciendo un gesto de desaprobación.

Savannah la miro desconcertada, ¿Megara intervendría?  

—Eres un maldito —repusó Annette sutilmente. Levanto ágilmente la pierna lo más alto que pudo y le pateo el rostro seguido de otra patada con el talón del otro pie que hacia el mismo recorrido que la anterior pierna, por si la primera patada no había sido suficiente. Había sido un movimiento impresionante, realizado con mucha agilidad y elasticidad. Había sido una patada doble, o doble patada, como fuese que se dijera. Savannah estaba atónita.

—No vuelvas a meterte con él, idiota —Le advirtió Annette dejando al chico en el suelo intentando re acomodar su mandíbula.

Asegurada la victoria, Annette se devolvió al chico apuñalado, a quien ya habían soltado los otros dos estudiantes.

—Róman, ¿Estas bien? —Annette acaricio su mejilla ensangrentada—. Te llevare a enfermería.

¿Acaso este chico Róman era el novio de Annette? Megara se apresuró a ayudar a levantar al chico y coloco uno de sus brazos sobre sus hombros para sostenerlo mientras que Annette hacia lo mismo del otro lado.

Caminaron hasta el bloque C y subieron al segundo piso hasta el final del pasillo donde se encontraba una puerta, Savannah se resignaba a seguirlas y no perderse de la acción. Detrás de la puerta se hallaba lo que parecía ser la rectoría, y más allá en una esquina se encontraba un gran cubículo con tres camillas y un estante con remedios, la enfermería. Recostaron a Róman y la enfermera llego en pocos segundos.

— ¿Qué le pasó? —preguntó la enfermera aterrada por el aspecto del chico rubio—. ¿Quién fue esta vez?

Por lo visto no era la primera vez que le daban una paliza.

—No conozco al chico, pero la paliza fue atroz —respondió Annette con furia en su voz.

La enfermera limpió el rostro del chico, tenía una herida en la mejilla y algunos moretones. Coloco una venda mojada sobre su frente mientras revisaba que sus órganos estuvieran bien y todos en su lugar.

—No fue nada grave, lo grave serán las consecuencias y las medidas que tomara Evelina —aseguro la enfermera.

El chico pareció moverse.

— ¿Annette? –pronuncio con dificultad.

—Shhh —Annette acaricio su mejilla haciéndole saber que estaba allí a su lado.

—Estoy bien —aseguró quejumbrosamente, pero todos sabíamos que no lo estaba.

—Descansa, Róman –Le pidió Annette—, hazlo por mí. Te necesito bien.

El chico agarro la mano de Annette, la puso en su pecho y cerró los ojos.

Annette poso su mirada en Savannah, pero en realidad estaba observando la entrada de la enfermería. Su ademan se oscureció y se tornó con preocupación.

— ¿Annette y Róman Burnham? —indagó una voz femenina a espaldas de Savannah.

En la entrada se encontraba una señorita en falda, camisa blanca y coleta alta. Llevaba una libreta en su mano y un bolígrafo en la otra. Su voz  era tan delicada como su menuda contextura, pero era plana y monótona, y su ademan no expresaba emoción alguna.   

Annette asintió y trago saliva presintiendo lo que se avecinaba.

—La directora desea hablar con ustedes —anunció la señorita apuntando en la libreta—. Preséntense en su oficina al finalizar las clases.

Dicho esto, dio media vuelta y se retiró dejándolos con la mala noticia.

Róman debía descansar, quedo al cuidado de la enfermera y en compañía de Annette, Savannah y Megara tuvieron que dejar la enfermería y dirigirse a sus clases. Savannah esperaba que Evelina no tomara medidas muy drásticas contra su amiga.

— ¿Quién es él? —preguntó Savannah una vez fuera de la enfermería.

— ¿Qué no pusiste atención, Freaky? —el reproche de Megara la hizo sentir lenta—. ¿A qué te suena Annette y Róman “Burnham”? —Megara hizo énfasis en el apellido.

¡Oh Dios! Annette tiene un hermano.

— ¡Son hermanos! —exclamo Savannah sorprendida.

Megara la miro petulantemente.

—Sí, tonta. Son hermanos —bufo Megara en tono fastidiado—.Y pensaba que la lenta era yo.

Que le pasa, ¿Cuál es su problema?

Megara se dirigió al bloque A, mientras que Savannah iba al bloque B a tomar su clase de química media, medianamente aburrida. Pensó al llegar al salón, y desde que se separó de Megara no volvió a saber nada de Annette y su hermano durante el resto del día. 

                                                         *********************************** 

Hola reades :D Que tal estuvo el capitulo? Sinceramente agadeceria una critica u opinion. Me encantaria saber que tal les esta pareciendo la historia hasta ahora, he visto muchos lectores fantasma y quisiea un aporte de su parte :/  Saber su punto de vista y saber si les agada me motiva a continuar con la historia. 
Gracias por leer chicos, espero que sea de su agrado y continuen leyendo <3
M

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