Neo
Apenas comienza el día y ya tengo una jaqueca de los dioses. Tengo deseos incontrolables de romper algo de la ira que se está acumulando en mi interior desde que al amanecer saliera ese estúpido reportaje. Es inconcebible y si a eso le sumo la teoría de Dominic, creo que perderé la cabeza. Y es que no me cabe que alguien buscara hacerle daño.
Por dentro pienso que podría ser por causa mía, por nuestra cercanía. Que eso podría generar algún tipo de envidia y por eso se lo están tomando con ella, pero no podría asegurarlo. A pesar de ello no dudé ni un segundo y compartí mi teoría con Dominic, quizás en algo podría ayudar a encontrar alguna respuesta a todo esto.
Esta noche tendremos el segundo y último concierto en New York. Aunque con lo sucedido no espero el mejor recibimiento. Aunque sé que no hicimos nada malo, no he sido capaz de ver la reacción de la gente ante la noticia. Siento que no seré capaz de contenerme si llego a ver algo hiriente contra Alejandra o alguna tontería más.
Sin embargo, no es lo único que ocupa mi mente en este momento. Es la reacción de Sarah la que no me deja estar tranquilo. Entiendo que pueda estar molesta, según Phoebe a ella también la mencionaron en toda esta idiotez, pero su reacción durante la reunión creo que no fue normal. Luego de eso, tan pronto como terminó, desapareció tan pronto que por un segundo pensé que me había imaginado que estaba ahí.
Algo en su expresión en el momento que vio a Travis con Alejandra no me deja estar tranquilo, si tuviera que definirla de alguna manera sería pánico, pero no le encuentro ninguna explicación. Aunque hay un gran agujero en medio de todo esto dado a que no conozco la historia detrás de Alejandra y Sarah, esa que ambas guardan con tanto celo. No entiendo nada.
Me paseo por mi habitación tratando de encontrarle la quinta pata al gato y simplemente no soy capaz de pensar con claridad. Y esto me hace sentir muy impotente.
Llaman a la puerta y comienzo a sentirme nervioso cada vez que eso pasa. Al abrir me encuentro con Danielle, Dominic y Travis detrás de ella.
—Por favor, dime que no sucedió nada más —suplico antes de dejarlos pasar.
—Tranquilo pequeñín, no ha pasado nada —responde Dominic.
Me hago a un lado y los dejo pasar. En cuanto están dentro cierro la puerta para tener un poco de privacidad, eso siempre y cuando alguien no haya colocado una cámara escondida dentro de mi habitación. No había pensado antes en esa posibilidad y ahora en verdad me aterra.
—Respira, hombrecito. —Travis me palmea la espalda—. Tenemos que hablar.
Me dejo caer en el sofá más cercano y tomo una profunda respiración para prepararme para cualquier cosa que pueda venir.
—Estuve hablando con Danielle y Trav de lo que me dijiste —comienza Dominic con su tono serio—. Creemos que talvez podría tener algo que ver, si es el caso de que están tras Alejandra, pero también creemos que no sería por envidia, más bien es como un castigo.
—¿Por qué sería así? —pregunto.
Los tres se miran entre ellos, como si en silencio se preguntaran si deben hablar o no.
—Alejandra tuvo algunas circunstancias hace un tiempo atrás —explica Travis. Está escogiendo con mucho cuidado lo que dice y eso me enloquece—. Eso me lleva a pensar que algo de eso pudo haber surgido.
—Quiero saber qué rayos es lo que sucede y cómo es que sabes lo que pasó.
—Neo, aunque quisiera y créeme, no quiero, no puedo decirte nada más. Es algo que solo ella puede revelarlo a quien decida hacerlo. No violaré su derecho al silencio en ninguna manera. —Quiero matarlo—. Oscar era parte de mi equipo cuando estuve en el ejército, cuando todo sucedió y yo lo ayudé.
El hecho de que dos miembros de los boinas verdes se involucraran no me da exactamente la mejor de las expectativas, pero supongo que no hay nada más que pueda hacer al respecto.
—Vale, entendido. Entonces en qué puedo serles útil.
—Todo esto nos lleva a creer que lo que sea que se esté orquestando, no se ha terminado —concluye Dominic—. Nos preocupa que alguien más pueda resultar herido en medio de todo esto.
—Pero ¿hay manera de ubicar al responsable de la cámara escondida en el pasillo?
Danielle niega con la cabeza.
—Ya han revisado las cámaras de seguridad y no hay nada sospechoso. Quien lo haya hecho ha sabido guardar muy bien sus huellas. Tendremos que esperar hasta que comenta un error.
Miro a Travis como si le hubiera salido una segunda cabeza. Paso una mano por mi cara tratando de ordenar mis pensamientos.
—¡Eso quiere decir que vamos a seguir exponiendo a Alejandra!
—No —dice Danielle determinante—. Hasta ahora estamos dando por hecho que nuestra hipótesis de que están detrás de Alejandra es correcta, pero también tenemos la posibilidad que vayan tras ustedes, inclusive que ninguno de los eventos tenga relación con los otros. Hasta que no tengamos la seguridad de algo no podemos permitirnos pasos en falso. Y por supuesto tampoco quiere decir que no haremos nada al respecto, pero si queremos descubrir quién está detrás de todo necesitamos que sigan pensando que no sabemos nada.
—Por lo pronto hemos tomado medidas preventivas con Alejandra —me informa Travis—. También hemos cambiado al equipo de seguridad encargado de este piso. Ningún miembro del staff tiene acceso a esta área, aunque dudamos de que vayan a hacer algo mientras saben que estaremos alertas.
—Estaremos pendientes hasta del más mínimo detalle.
Respiro profundamente, pero estoy lejos de sentirme aliviado. Sé que los tres son expertos en estos temas, recuerdo también la forma en la que trabajaron para rescatar a Phoebe, pero no hay manera de que esto me tranquilice. Al final termino por asentir.
Antes de marcharse me explican en qué consistirá mis medidas de seguridad, también le entrego a Travis todos mis accesos para que pueda buscar alguna amenaza o algún indicio de algo en la red. Supongo que en este momento ninguna medida es exagerada.
Una de las pocas ventajas del cambio en la seguridad, es que ahora gozábamos de una pequeña libertad en nuestro piso. Tengo un poco más de una hora hasta que tengamos que salir hacia el recinto. Quiero aprovechar este pequeño tiempo para tres cosas: saber cómo se encuentra Sarah, ver un momento a Alejandra y también pasar a ver cómo se encuentra Tom.
En medio del camino me encuentro con Kath y Apolo que hablan en el pasillo. Al parecer no soy el único que disfruta de esta pequeña libertad. Se vuelven a mí tan pronto como se percatan de mi presencia.
—¿A dónde vas, enano? —Apolo es el primero en preguntar.
—Pensaba hacer unas cuantas visitas antes de irnos.
—Lamento decirte que, si querías ver a Sarah o a Alejandra, en este momento no están aquí —concluye dándome unas palmaditas en la cabeza.
—¿Eh? ¿Dónde fueron?
Kath suelta una pequeña risita, aunque intenta ocultar su diversión. Sin mucho éxito debo decir.
—Sarah ha ido a su rehabilitación. Ya que la prensa ya sabe que está en la ciudad lo mejor es que se conozca la razón para eso. Mientras que Phoebe ha acompañado a Alejandra al hospital, ha estado muy nerviosa y lo mejor que podemos hacer ahora es darle un poco de tranquilidad —me explica Kath revisando su celular—. Chicos debo irme. Los veo en el recinto.
Nos despedimos rápidamente y observamos por un momento como Kath desaparece por el largo pasillo. Apolo se pasa una mano por la cara, algo que solemos hacer mucho en común.
—¿Hablamos un momento? —pregunta Apolo y me señala su habitación.
Asiento y entramos en ella. En cuanto Apolo cierra la puerta se acerca hasta uno de los sofás y se deja caer, yo lo imito unos segundos después.
—¿De qué quieres hablar?
—Hablé con Dominic y con Travis, y creo que al igual que todos, estoy muy preocupado con la posibilidad de que estén detrás de Alejandra. —Hace una pausa y coloca sus codos en las rodillas mientras entrelaza sus manos y apoya su cabeza en ellas—. Una cosa es que nosotros seamos el blanco, somos personas públicas, diría que es hasta algo normal, por lo que en cierta manera es una poco más sencillo de afrontar, pero en el caso de Alejandra no conocemos los motivos, de hecho, ni siquiera podemos estar seguros de que están tras ella hasta que algo no suceda y eso me pone los nervios de punta.
—Apolo, dime algo que no sepa.
Sus oscuros ojos se clavan en mí.
—Pensé en enviarla de regreso a Los Ángeles, pero luego de pensarlo mejor creo que no hay lugar más seguro en este momento. Sin embargo, no soy nadie para decidir sobre ella, para el caso ya le informé a Oscar.
Por un momento quiero comenzar a reñir a Apolo por meterse en donde no le llaman, pero dudo mucho que esté al tanto de la pelea que existió entre Alejandra y Oscar. Aunque dadas las circunstancias creo que nada de eso importa en este momento.
—¿Qué te dijo? —pregunto.
—Pues decir, no mucho. Podremos hablar con él con calma más tarde. —Mira su reloj—. Debe estar en el aeropuerto en este momento. Como hermano no podía dejarlo fuera de esto.
—Lo entiendo, Apolo. Creo que hiciste lo correcto. La situación es complicada y mientras no tengamos ni una pista del infiltrado, de lo que buscan o cuál es su propósito, ninguna medida es suficiente.
Apolo me mira fijamente durante unos segundos y termina asintiendo.
—Por cierto, ¿no has notado extraña a Phoebe este tiempo? —me pregunta mi hermano claramente incómodo.