Cassandra
De frente a mi hermano me di cuenta de lo triste que era esta situación, lo amo con todo el corazón y aun así sé que hizo cosas que me hirieron. Él, el hombre en que confiaba ciegamente.
— No quiero que jamás dudes esto; Te amo con todo mi ser Cassandra, desde que nuestra madre llegó contigo en brazos, te cuidé cuando ella estaba metida en drogas, te llevé al doctor cuando estabas enferma, te amé cuando esa mujer quiso deshacerse de los dos y ni con todo eso supe valorarte—se lamenta soltando algunas lágrimas— Me convencí de que necesitabas a alguien que te cuide cuando la verdad era que yo no quería que estuvieras sola porque no puedo irme sabiendo que ya no tienes a nadie en el mundo—en este momento ya estaba llorando junto con él y ni siquiera había hablado— No tuvimos una vida fácil, por eso cuando los Clark nos adoptaron yo traté de hacerte todo más cómodo, no duró nuestra felicidad por mucho y otra vez te vi rota, te vi decepcionada de la vida. Yo no quería que me odiaras por dejarte, no es algo que pueda controlar ni con todos mis conocimientos o con todo el dinero y eso es lo que más me está matando. Saber que las voy a perder. No hice todo eso con la intención de herirte mucho menos a Adam.
— David—mi voz sale desgarrada por todo lo que estoy llorando— Es verdad que al principio no entendía tu reacción y ahora que lo sé desearía volver a esos días en que estábamos sin algo para comer, pero juntos, porque eres mi héroe ¿Tú crees que yo no recuerdo todo lo que hacías? Había noches en que llevabas un simple emparedado y me lo dabas, cuando te preguntaba si querías siempre me decías lo mismo "Ese es para ti, yo ya comí en el trabajo" o cuando tenía frío en las noches te quitabas la chaqueta para dármela sabiendo que era lo único que te protegía a ti, los insultos que soportaste de esos hombre terribles para los que trabajaste para poder mantener un techo sobre mi cabeza, tú hiciste todo por mantenerme a salvo antes de que llegáramos a esa casa de adopción y jamás tendré palabras para agradecértelo.
No soportaría más sin correr a abrazarlo, pero se veía tan atormentado que me detuve de arrojarme sobre él.
— Cometí un error, créeme que lo lamento de todo corazón. Estúpidamente pensaba que Adam no tendría el mismo tiempo y atención que necesitarías cuando yo ya no estuviera, solo quería lo mejor para ti, pero al buscarlo tan desesperadamente me perdí ese amor que crecía entre ustedes, me enojé a la primera señal de que él estuviera viendo a mi hermanita, dije cosas horribles de las que me arrepiento y nunca podré borrarlas, pero si me lo permites quiero estar con ustedes este tiempo, quiero verlos porque son personas muy importantes para mí—hasta ese momento me di cuenta de que estaba temblando y lo ayudé a ponerse de pie para acomodarnos en el sofá más grande, se acostó sin poner una sola queja y me quedé mirándolo, esa fragilidad que nunca vi en él me destrozó, daría mi vida entera por la de mi hermano sin pensarlo dos veces, admitir eso me hizo darme cuenta de que en realidad los dos cometimos errores.
— Tu nunca me cuestionaste por viajar tanto—le susurré sentándome en el suelo y recargando mi cabeza a la orilla del sofá. Tomó mi mano y pude sentir el tacto frío de su piel.
— Lidiabas con tu propio dolor, en medio de toda esa evasión de emociones sabía que te gustaba conocer lugares nuevos, no quise quitarte lo único que te hacía feliz en ese momento.
— ¿Me extrañaste alguna vez?
— Cada segundo de cada maldito día pensé siempre en ti, hermanita. Mi lado sobreprotector quiso seguirte a todos lados, pero ya sabes como resultó eso—una amarga risa salió de sus cansados labios.
— No podías con los viajes y tu universidad te lo hacía peor, luego tu trabajo te impidió moverte tanto—comprendí siempre sus razones, después de todo él siempre quiso algo estable, esta fue su solución y si él aceptó la que creí era la mía yo resistiría la suya a pesar de la distancia.
— Aun no puedo creer que los terribles tres te digan mamá—con cada oración iba bajando el volumen de su voz, me sentí tan inútil en este momento, no hice nada porque su respiración era constante y tranquila era lo único que me deba un indicio de que estaba en paz.
— Llevan haciéndolo hace poco, es algo tan nuevo, David, eso es algo que no sabía que podía sentir—supe que mi voz cambió a una emocionada y es que solo con pensar en mis chicos Miller favoritos todo el mundo podía caerse a pedazos y no me daría cuenta.
— Eso solo me hace ver lo equivocado que estaba y lo en serio que van ustedes con su relación. Estoy feliz por ti hermanita.
— Tú sabes todo de mí, pero justo ahora me doy cuenta de que de ti casi no conozco nada de lo que te ha pasado ¿Puedes decirme que es lo que pasa con Shelby? —me sostiene aun más fuerte de mis manos, a este punto ya tengo mis ojos cerrados disfrutando el solo estar hablando los dos.
— Hay algo que aprendí con Maia y es que puedo amar de verdad, cometí un sinfín de errores con ella, la lastimé tanto que cuando quise hacer algo para recuperarla ya era muy tarde solo logré arruinar su relación, ella aprendió que solo necesita amarse a si misma, pero sobre todo que no necesita de ningún hombre para ser feliz y me lo dejó muy claro, me alegro de todo lo que están logrando juntas, estoy orgulloso de las dos—besa el dorso de mi mano— Supe desde que conocí a Shelby que ella tiene un gran potencial y cuando te dije que ella podía ser mejor que los dos no mentía, al principio así fue, le pedí que mintiera un poco , sí... sobre eso, ella no es enfermera tiene algo de conocimiento, pero si te fijas simplemente atiende mi agenda.
— ¿Me estás diciendo que no te está atendiendo una enfermera real? —eso despierta mis sentidos haciendo que levante mi cabeza y lo haga sentarse para verlo otra vez de frente— ¡Me mentiste en eso también!
— Sí, pero no. Shelby tiene cierto conocimiento al respecto, simplemente jamás pudo terminar la carrera. Además, estás hablando con un doctor, hermanita, no me ofendas yo sé como cuidarme y también ya se lo expliqué todo a Shelby, sin embargo, ya que estamos diciendo verdades hay algo más que debo contarte—eso solo me hace ponerme tensa ¿Qué más me está ocultando?
— No voy a tomar los tratamientos—en cuanto sus palabras salen me alejó de él como si me hubiera quemado.
— ¡Tu dijiste que ya los estabas tomando! —le vuelvo a reclamar solo que ahora estoy enojada.
— No, yo solo te dije que lo mejor que podría hacer es seguir los tratamientos jamás te confirmé que los estaba tomando. Ahora siéntate y escúchame por favor—lo obedecí aun renuente a creer que esto estaba pasando— Hemos visto todo esto miles de veces, al menos yo. Tu apenas si pudiste trabajar como máximo dos años como enfermera y eso porque eres una cabecita inteligente. Es verdad que ayudan y alargan la vida, pero también será una tortura para ti y para Shelby, cuando estos dejen de funcionar ustedes enloquecerán y sé de lo que estoy hablando.
— David sin tratamiento ¿Cuánto crees que vas a poder estar con nosotras? ¿Tres o dos años como máximo? ¿Qué es lo que crees nos hará sentir peor? —le grito en la cara agitando mis manos como si el aire me lo estuvieran robando.
— ¡No quiero morir siendo la imagen de alguien enfermo! Esto de por sí ya me matará ¡No quiero drogarme con la esperanza de que me dé más tiempo el tratamiento! —ahora es él quien parece desgarrado.
— Para ser un doctor no pareces creer en lo que predicas.
— No se trata de eso, lo que quiero es llegar hasta donde mi cuerpo pueda llegar, no hasta donde la medicina me haga sufrir para sobrevivir un día más.
— Esto no es así y lo sabes—lloro otra vez en sus brazos, me acuna como cuando era pequeña y no quiero salir de ellos.
— Por favor no me hagas hacer algo que no quiero.
Siempre entendí que las personas tienen diferentes perspectivas, de ahí las diversas opiniones, solo que nunca me costó tanto aceptar una decisión como esta, no podía respetar su manera de ver y hacer las cosas si eso me lo iba a arrebatar más pronto que tarde, pero es mi hermano mayor y le prometí apoyarlo en todo, si él no quiere tomar el tratamiento no es algo a lo que pueda forzarlo.
— El que no quiera tomar esos tratamientos no quiere decir que me voy a tirar a matar, voy a tener mis precauciones y cuidarme al máximo. Lo prometo hermanita. Sé que me he visto mal estos días, pero más que nada es por toda la situación que me rodea, no tanto la enfermedad misma. Dime que entiendes.
— Entiendo que te amo David, pero ¿Shelby ya sabe esto? —presiento que esa pequeña y delicada mujer significa más para él de lo que de verdad me ha confesado.
— La amo demasiado para dejarla atada a mí—suelta rompiendo el breve silencio.
— ¿Se lo haz dicho?
— Cada viernes por la noche—eso me hace fruncir el ceño.
— ¿Por qué cada viernes en la noche?
— Por que ella me salvó un viernes en la noche—una parte de mí se enterneció por su confesión y la otra aun me decía que su idea era estúpida.
— Lo sabe y respetó mi decisión, pero lo veo en sus ojos, cada día se le hace más difícil seguir respetando esa decisión.
— Porque se enamoró de ti también ¿No es así? —era lo más lógico del mundo, estuvo conviviendo demasiado para llegar a conocer al verdadero David y no conozco mujer en la Tierra que no se llegue a enamorar del fantástico hombre que es.
— Sí y es tan horrible encontrar a la mujer perfecta cuando sé que la vida se me está yendo de las manos—por primera vez me tocó limpiar sus lágrimas y darle toda esa fuerza que necesita.
— El amor es lo más bonito del mundo y deberías estar agradecido de que después de una experiencia como la que tuviste con Maia fuiste capaz de encontrar alguien a quien amar y que te ame igual—silenciosamente sabía que estaba de acuerdo conmigo— Sé que ya lo hablamos, pero de verdad te agradezco que nos hayas aceptado a Adam y a mí como pareja.
— Pensándolo mejor me di cuenta que no podía ser tan hipócrita con ustedes. Además, Shelby tiene veinte años, es aun más joven que tú. Si alguien está haciendo mal ese soy yo por quererla mantener a mi lado, pero ella ha sufrido tanto que la vida la ha hecho madurar, en ese aspecto creo que entiendo a Adam.
— La edad es solo un número—digo recordando lo que me dijo Marcos en el elevador— Si tú la amas y ella te ama creo que con eso es perfecta para ti—eso es justo lo que me gustaría que todos pensaran de Adam y de mí, lamentablemente no es así.
Tuvimos que esperar hasta que fuimos capaz de controlarnos y ya poder hablarle a Shelby para que fuera por él, siendo el amor de persona que es se aferró a llevarme a casa de Adam, no podría nunca decirle que no a esa expresión que usó para convencerme.
— Espero verte pronto Cassandra—a diferencia de muchas personas, creo que puedo ver en Shelby de lo que David hablaba, su sonrisa de despedida es sincera, de verdad quiere verme otra vez, ella no tiene ni una fibra de odio en su cuerpo, parece como si la maldad jamás la hubiera alcanzado lo que no concuerda con lo que mi hermano me contó.
— Eso es seguro Shelby, cuídense mucho—mi hermano está dormido en el asiento trasero y solo con ese gesto veo la confianza que le tiene a ella, nunca pude imaginar a David cediendo el control de algo y menos de dejar que alguien más tomara el volante de su auto, ahora aquí está Shelby conduciendo su adorado auto y confiando en ella para llegar a su hogar a salvo. Mi hermano ha cambiado por ella, su enfermedad no tiene nada que ver en esto, su cambio es por ella, eso es lo único que me hace sentir un poco mejor en toda esta situación.
Tomo un leve suspiro esperando a que el auto desaparezca de mi línea de visión para pensar cómo voy a entrar a esa casa y poner una buena cara para que mis increíbles tres no vean lo mal que me siento. Las luces están prendidas por eso sé que algo deben estar haciendo, luego las dudas de lo que hicieron con Allison en la oficina de Adam después de que me fui también me molestan. ¿Esto es lo que es sentir celos? Es un sentimiento al que no estoy acostumbrada.
— ¡Mami! —me toma un poco de sorpresa el grito de mis chicos, es hasta que me tienen tirada en el césped que comienzo a reír, incluso en medio de esta risa quiero soltar a llorar, porque, aunque fue de gran ayuda hablar con David hay cosas que mi corazón se niega a aceptar.
— ¡Hola! ¿Cómo les ha ido con su papá? —les pregunto sentándonos en el mismo césped, aun no me han soltado, me rodean como si tuvieran miedo de que fuera a desaparecer.
— Todo hubiera ido bien si Allison no nos hubiera tratado raro—refunfuña Jared.
— ¿Raro? —les pregunto poniéndoles toda mi atención de nuevo.
— Sí. Parece que a nuestros amados niños no les gusta que los traten como tontos—no había notado a Adam en la entrada de la casa hasta que se acerca a nosotros, después de lo estúpida que fui esta tarde no sé cómo actuar con él, pero en cuanto me sonríe sé que todo estará bien.
— Y luego se nos pegó cuando fuimos a comer. No es por ser grosero, pero mami no nos vuelvas a dejar con ella—solo acaricio el cabello de Jake para reconfortarlo, siento que este día ya hablé demasiado.
— ¿Por qué no pasamos a la casa? Mamá se ve cansada—les sugiere Adam, es justo la imagen que no quería dar frente a ellos, al parecer fracasé.
— ¿Te duele algo? —me pregunta Jace mientras Adam me ayuda a levantarme, me tomó en brazos y cuando pensé que me bajaría para poder ponerme sobre mis pies continúa cargándome como si fuera una princesa.
— Vamos chicos, preguntas allá adentro—les dice con su voz firme, espera a que entren los tres y por fin aseguran la puerta les toca poner la alarma a mis increíbles tres porque parece que Adam no quiere bajarme todavía.
— Puedo caminar—le susurro escondiendo mi cabeza en su cuello.
— Yo lo sé cariño.
— Mami, ¿Le debemos llamar al tío David para decirle que te siente mal? —me ofrece Jace de nuevo.
— No mi amor, les juro que estoy bien—Adam me acomoda en el sofá y los chicos se vuelve a acercar a nosotros— ¿Ya cenaron? Porque puedo prepararles algo rápido pero delicioso.
— No hemos cenado, pero no tienes que hacer...—lo interrumpo.
— Adam, quiero hacerlo ¿Por qué no nos ayudas esta vez? —no es de extrañar que los chicos se emocionen, les encanta estar en la cocina y aprender cosas nuevas, preparamos una pasta con jamón y guisantes que devoraron de inmediato y como sucedía últimamente quedamos Adam y yo solos en la cocina.
— ¿Pasó algo con David? —y con esa pregunta me bastó para soltarle toda mi tristeza y frustración, estoy segura de que no estuvo de acuerdo conmigo en tantas cosas, pero se mantuvo callado intentando asimilar todo lo que le estaba diciendo.
— ¿Crees que vas a poder con esto? Porque cariño me mató verte así de acabada cuando abrimos la puerta, sé que quieres ser fuerte para ellos, pero jamás para mí, quiero tu debilidad y tu fortaleza ¿Estamos de acuerdo? —asentí con la cabeza antes de sacar lo último que tenía guardado.
— Allison no me cayó bien—se ríe un poco antes de dejarme recargar mi cabeza en su hombro.
— Lo pude notar, ella solo está intentando recuperar nuestra amistad pasada, parece que todavía no entiende que hemos cambiado mucho. ¿Será un problema entre nosotros? Porque si tanto te molesta dejaré que Marcos se encargue de todo, lo prometo.
— No es necesario, confío en ti. Solo quería que lo supieras—estoy tan cansada que comienzo a cerrar mis ojos.
— Duerme cariño, yo te cuido.
Sabía que lo haría.
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¡Estamos ahora sí en lo último! Esa era la noticia importante, ahora sí puedo decirles orgullosamente que la historia termina en el capítulo 30.
¡NOS QUEDAN 4 CAPÍTULOS!
¡REPITO! ¡4 CAPÍTULO PARA QUE SE TERMINE LA AVENTURA DE ADAM , CASSANDRA Y LOS INCREÍBLES TRES!
Aún no tengo palabras para expresarles lo mucho que agradezco la paciencia que le han tenido a este terrible intento de escritora, saben que cada capítulo está hecho con mucho amor para todas ustedes.
Vane ♡