Cassandra
— ¡Mamá! —sonrío en cuanto escucho el grito de mis increíbles tres, ya llevan varios días llamándome mamá y yo no puedo con toda la felicidad que eso me provoca, al principio no lo podía creer por qué no me imaginé llegar a ser una mamá luego los veía y sabía que nunca podría renunciar a ellos. Los tres corren a mis brazos después del timbre de salida en su colegio y los recibo con todo el amor del mundo.
Hoy me pidió Adam de favor si podía recogerlos de sus clases porqué el tenía una junta muy importante, yo feliz de salir de Vainilla & Chocolate para verlos más temprano, también me he estado involucrando más en el negocio de este modo Maia ya tiene más tiempo para descansar.
— ¡Mis chicos! —río cuando casi nos caemos al suelo, afortunadamente alguien me sostiene por la espalda, dispuesta a disculparme me giro para ver a la persona, pero mi sorpresa es mayor al encontrarme con David.
— ¿Hermano?
— ¿Tío David? —los chicos se acercan a él y también lo abrazan, después de tanto tiempo es lógico que lo extrañaran, no quiero, pero aun así examino su aspecto más cansado y visiblemente pálido, a pesar de que es un día soleado carga con él un suéter.
— Hola campeones ¿Escuché que ya le dicen mamá? —ellos se ponen un poco avergonzados cuando regresan a tomar mi mano.
— Sí, a mamá no le molesta ¡Y es increíble poder decirles a todos que nuestra mamá nos hace postres siempre que nos portamos bien! —contesta Jace muy emocionado.
— ¡O poder decir que nuestra mamá tiene el mejor trabajo del mundo en su cafetería! —ese es Jared que está en los brazos de mi hermano mientras caminamos a la salida.
— También es bueno que nos ame, por eso le decimos mamá, tío David—mi hermano sonríe y pone una de sus manos en mi espalda para guiarme al auto que me prestó Adam.
— ¿Cómo entraste al colegio? —le pregunto en medio de toda mi confusión, hace poco tuve que venir acompañada de Adam para que me dieran la autorización de recoger a los trillizos.
— Ya me ha tocado venir por ellos ¿No es cierto campeones? —los tres asienten acomodándose en los asientos de atrás— Me dijo Adam que podía encontrarte aquí—la fuerza en su voz desaparece de poco en poco— Tenía que verte hermanita, ya es mucho tiempo ¿Crees que podamos hablar bien esta tarde que regreses a tu departamento? —quiero decirle que hace tiempo no voy a mi lugar más que para recoger ropa, pero ambos necesitamos esto así que asiento con mi cabeza.
— ¿Te parece bien si nos vemos en dos horas? Hoy nos veríamos con Adam en su oficina, pero no creo que se niegue a que vaya para hablar contigo—hay cierta tensión que no sé como desaparecer y no me gusta, porqué mi hermano es la persona en quien más confiaba e idolatraba y ahora... mantenemos cierta distancia para no lastimarnos.
— ¡David! ¡Te lo advertí maldita sea! —aparece Shelby toda roja, respira con agitación así que supuse que llegó corriendo, su piel es tan blanca que no disimula ni un poco su estado cansado— ¡Eres un maldito terco! ¿Qué si te sucede algo y no estoy cerca para ti? ¡Ten un poco más de conciencia! —la pobre chica está tan enojada que no sé si es seguro meter las manos al fuego por mi hermano, es hasta que sus ojos se llenan de lágrimas que mi hermano suelta un pesado suspiro.
— Perdóname nena, pero sabes que tenía que encontrar a Cassy—Shelby tan delicada como parece me sorprende al darle un golpe en el pecho y por supuesto que no pasa desapercibido el "nena" por parte de mi hermano, esto es algo de lo que le preguntaré cuando nos veamos en la tarde.
— ¡David! Prometiste que te ibas a cuidar—lo acuso con los brazos cruzados.
— ¡Lo sé! ¡Pero es un obstinado de lo peor! —responde Shelby mientras mi hermano la sostiene en un abrazo, veo que ya mis chicos están listos y comiendo su refrigerio así que es hora de que nos vayamos.
— No es para tanto, hermanita, prometo ya no escaparme de Shelby nunca más.
— Debo irme, Adam ya nos debe de estar esperando. Pero en dos horas—le digo a David caminando al lado del conductor.
— Te veo allá Cassy, cuídense y cuídenla mucho, campeones—se despide también de Jace, Jake y Jared.
No es hasta que vamos a la mitad del camino que Jace comienza a cuestionar de nuestro breve encuentro con mi hermano.
— ¿Por qué mi tío David se tiene que cuidar? —esa es su pregunta, solo que mi respuesta nos puede poner en riesgo de que comience a llorar, todavía eso es algo que yo no puedo superar, incluso verlo tan tranquilo me enoja debería estar tomando todas las máximas precauciones y por eso estoy feliz de que tenga a Shelby con él para cuidarlo.
— Porque está enfermo y tiene sus defensas muy bajas—sé que ellos son lo suficientemente inteligentes para entender la enfermedad de David, el problema es que yo no soy lo suficientemente valiente para decirlo en voz alta— Pero, es algo que no me toca decirles, ¿Han tenido un secreto que no es suyo, pero saben que es importante? —veo por el espejo que los tres asienten— Eso es justo lo que pasa, es su secreto y él es quien debe contárselos.
— Pero ¿Estará bien? —esta vez es Jared el que pregunta y juro que quiero cambiar el tema de una vez.
— Si se cuida, sí—después de eso estoy segura de que ellos notan lo mal que me puso hablar de eso así que siendo los maravillosos niños que son comienzan a contarme todo lo que hicieron durante el día para distraerme algo que lograron, solo basta que alguno de ellos comience a hablar para yo olvidar el resto y ponerles atención.
— ¡Y entonces eligieron a Jace como el mejor de la clase de artes! —me cuenta Jake emocionado, sé que a estas alturas el pequeño de Jace debe estar rojo de la pena, son increíblemente talentosos y ninguno de los tres hace alarde de ello.
— Lo mejor de la historia no es eso—me advierte Jared— Si no que... ¡Lo escogieron para el décimo tercer concurso de arte Van Gogh! —estaciono el auto en el lugar que tiene Adam reservado y por fin puedo aplaudirle a mi pequeño Jace.
— ¡Muchas felicidades Jace! Sé que darás lo mejor en este y en todos los concursos que se avecinan—me vuelven a abrazar todos cuando nos bajamos, lo mejor de esto es poder ver que los dos están orgullosos de su hermano, entre ellos no hay envidia o una vena competitiva insana todo lo que veo es un amor tan grande que espero conforme pasen los años no desaparezca— Además sé que tu papá estará muy orgulloso por eso.
Al entrar esta vez la recepcionista solo nos sonríe a modo de bienvenida, siento que a nadie de este edificio le caigo realmente bien o que me ven como una niña, claro que no dejo que eso me intimide, pero se comienza a tornar frustrante. He demostrado que estoy con Adam y los increíbles tres por amor no por su dinero o con una mala intención, me causa cierto miedo que esto llegue a ser un problema con el que carguemos siempre, sé que Adam es ocho años mayor que yo y si eso no nos importa a nosotros no tendría porque importarle a los demás.
— Siempre ha sido así—me dice Jace cuando estamos en el elevador.
— ¿Cómo?
— La recepcionista. Hemos visto que te molesta cómo te ve y no creo que sea personal—le sonrío besando su cabecita sin querer discutirlo, no quiero llegar con David cansada o estresada para el mejor de los casos.
— ¿Podemos pedir donas? —pregunta Jake cuando vamos a la oficina de su padre, iba a decirles que tal vez era buena idea tocar la puerta antes de entrar sin autorización, pero los tres se me adelantaron y encontré una imagen bastante incomoda de ver. Una mujer hermosa estaba sentada muy cerca de Adam mientras este le explicaba unos papeles que tenía en mano cuando él levantó la vista a nosotros su rostro cambió por completo, casi podía pensar que encontró un tesoro.
— Lo siento, debimos tocar antes—dije al ver que todos nos habíamos quedado serios incluso los chicos se quedaron a mi alrededor el único que se movió fue Adam para recibirnos como siempre.
— No cariño, ustedes pueden ir y venir tanto como quieran en mi oficina—me dio un casto beso en los labios y abrazó a los trillizos que parecían no querer soltarme, este modo en ellos era raro porque eran tímidos en escazas situaciones.
— Osito Adam ¿No vas a presentarme? —lo primero que pensé al escuchar hablar a esa mujer fue ¿Osito Adam? ¿De verdad? Luego Jared soltó una carcajada que impulsó a sus hermanos para también reírse. Pude reír también, pero se puso de pie y ella era... tan perfecta, no quise compararme, pero era evidente que ella era mucho más alta que yo, su cabello rubio platinado estaba acomodado a la perfección tanto que me hizo sentir mal por haber estado horas en la cocina de la cafetería preparando pasteles, estaba segura de que mi desastrosa melena roja estaba hecha un caos y como si su perfección no fuera suficiente estaba vestida de forma tan elegante y pulcra que me recordó a Adam, por su puesto yo parecía un vago a su comparación.
— Te lo dije Allison, solo Adam, nada de apodos—mi novio fue directo con ella sin dejar de prestarnos atención, me sentí tan poca cosa enfrentándome a esta mujer, incluso en mis mejores días lo más elegante que usaba eran bobos vestidos floreados y Adam interactuaba con esta clase de mujer todos los días, no era de extrañar el comportamiento de sus empleados hacia mí— ¿Cariño? —volví a la realidad cuando Adam agitó su mano frente a mí— Les pregunte ¿Cómo les fue?
— Todo estuvo bien—dije en un repentino susurro.
— Ella es Allison Farnham la jefa de mercadotecnia de Farnham y asociados, el contrato que hizo Nico ¿Recuerdas? —solo sonreí y asentí en dirección a la rubia.
— Jefa de mercadotecnia y amiga de la infancia, no lo olvides osito Adam, perdón, quise decir Adam—ella sonríe como si supiera que ganó algo. Odié de inmediato esta sensación de inseguridad, sí bueno, ella era mucho más guapa que yo y no tenía pecas horribles que marcaran su cuerpo pero ¿Y qué? Adam está conmigo y no con ella, teniendo eso en mente algo de confianza regresó a mí y me acerqué firmemente para saludarla.
— Cassandra Clark, un gusto conocerte Allison.
— Sí, ella es Cassandra mi novia—sé que Adam lo dice con buenas intenciones, pero es demasiado obvio como ella me comienza a ver de pies a cabeza— Y ellos son Jace, Jake y Jared—los señaló a cada uno, pese a eso ella solo me miraba con aires de superioridad.
— Hola—susurraron mis chicos, ella los miró a cada uno y se acercó para abrazarlos— Son tan parecidos a su papá cuando tenía su edad—sabía que si no les gustó el gesto de "Allison" mis increíbles tres no lo dirían, porque así son ellos, unos mini caballeros. Es hasta que los suelta que los tres se acercan otra vez a mí dejando de lado incluso a Adam.
Puede haber otro motivo, pero está claro que Allison no le gusta a mis increíbles tres, eso solo despierta un instinto por querer protegerlos. No tengo idea de si ella representa una amenaza verdadera, lo que si sé es que no quiero arriesgarlos.
— ¿Podemos ir contigo mamá? —la pregunta de Jared hace que la cara de Allison se descomponga.
— ¿Mamá? ¿No me habías dicho que no estabas con la mamá de tus hijos? —me cayó mal su falta de tacto, eso no afectaría a mis chicos, pero por la mirada molesta de Adam supe que él era otra historia.
— No lo estoy—le aclara.
— Ah, entonces no eres su mamá ¿verdad? —esa fue la pregunta de peor gusto que había escuchado salir de sus labios hasta ahora y para ser honesta no tenía por qué soportarla ni mucho menos que hable como si los niños no estuvieran aquí así que le devolví el favor al ignorarla y responderle a Jared.
— ¿No crees que papá quiere verlos después de que estuvieron siete horas en el colegio? —me pesaba el corazón tener que dejarlos, pero la conversación con David es algo entre los dos y no quiero que ellos se aburran por estar nada más escuchando.
— ¿Cómo? ¿A dónde vas cariño? —me interrumpe Adam cuando se acerca otra vez a nosotros.
— Te iba decir que quedé de verme con David en una hora entonces ya me tengo que ir—le dije sujetando mi bolsa con más fuerza. ¿Porqué no le pide a esa mujer que se vaya de una vez? Me irrité yo sola ante su presencia.
— No—me suplican los chicos— No queremos quedarnos—vuelven a decir quejándose. Noté el momento en que los tres se resignaron y asintieron con su cabeza hacía mí. Les iba a explicar, pero al parecer esta Allison tenía algo con meterse en lo que no le incumbe.
— Si ella no es su mamá no deberían quererla por sobre su papá—estaba a punto de decirle algo muy merecido a esa mujer así que esperaba por todos los cielos que captara la indirecta de callarse de una vez.
— Te voy a pedir Allison que no te metas, amiga o no amiga—le dice Adam con toda la seriedad y firmeza que es capaz.
— Tienen que hacerlo, disfruten este tiempo con su papá—les dije besando sus cabecitas, tenía que marcharme ates de decirle algo grosero a Allison, iba a salir cuando Adam me alcanza en la puerta y me detiene de una mano.
— Cariño, perdón no quería que ella...
— Está bien Adam, ve con ellos, no es por nada, pero siento que Allison no es del tipo de niños—se acercó a mí para besarme y aunque sé que es algo infantil me alejé de él para evitarlo y poder irme de inmediato.
— ¡Llévate el auto! —fingí no escucharlo, debía salir de ahí cuanto antes solo que como siempre cuando subí al elevador volví a chocar con uno de los hermanos Miller, esta vez era Marcos.
— Lo siento princesa Mérida—puse mis ojos en blanco antes de entrar sin decirle nada, esa mujer consiguió ponerme de un peor humor del que ya tenía, estaba nerviosa por tener que hablar con David y ahora estoy enojada ¿Qué demonios era eso de "osito Adam"?
Marcos presionó el botón para bajar a recepción.
— Pensé que ya te ibas a bajar—volteé a verlo, pero solo se encogió de hombros. De todos los Miller es definitivamente el más serio, es más, si no lo hubiera visto a lado de toda su familia no hubiera creído que forma parte de ellos.
— Era así hasta que te vi molesta.
— No estoy molesta—le mentí cruzando mis brazos.
— Entonces ¿Ya conociste a la mujer "osito Adam"?
— Sí, ya tuve el gusto—susurré por lo bajo mi tono sarcástico solo lo hizo reír.
— Él le pone sus límites no dejes que eso se meta contigo—solté el aire sabiendo que eso era así, mi Adam no es el tipo de hombre al que estoy acostumbrada, yo sé que si el me dijo que me ama no pondría sus ojos en alguien más, es cosa mía que debo aprender a controlar. ¡Pero es que ella también es tan metida!
— Ella es hermosa—suelto antes de poder detener mis palabras. Eso lo hace frenar el elevador de golpe ¡Oh! ¡Rayos! Pensé que esos botones solo existían en las películas.
— ¿Cassandra? ¿Ella es hermosa? ¿De verdad? —ahora fue mi turno de hacer como si no me importara.
— Lo es.
— ¿Y crees que porque es hermosa mi hermano le pondría la misma atención que a ti? —me pregunta con una seriedad que ya lo caracteriza.
— Sé que no, pero ella está muy decidida a meterse en su vida y mira que casi no crucé palabras con ella.
— Te aseguro que si le dices esto a mi hermano él cortará cualquier lazo con Allison.
— ¿Y crees que no lo sé? ¡Marcos, él me ama! Pero yo no quiero hacerle una rabieta para que deje de hablarle a uno de sus clientes, sé lo importante que es este contrato para su empresa no quiero arruinar eso y sobre todo no quiero darle más razones para que dude sobre mi edad y madurez.
— ¿Cuántos años tienes? —me pregunta confundido.
— Veintidós—bueno, no puedo creer que me estoy desahogando con el Miller con quien he tenido menos acercamiento.
— Yo tengo veintitrés y no por eso alguien duda de mi capacidad para dirigir Publicidad Miller. La edad es un número no dejes que eso se meta en tu cabeza y sobre todo no dejes que eso sea un punto de discordia entre ustedes dos.
Con eso vuelve a presionar el ascensor para que se pueda mover. No me dijo nada que no supiera, pero escucharlo de alguien tan cercano a Adam también me tranquiliza y a la vez me hace sentir mal por no haberlo besado para despedirme, si todo salía bien me disculparía con ellos preparándoles una maravillosa cena.
— Ve con cuidado—me dice quedándose en el elevador cuando yo salgo de el, me hace reír que va a tener que hacer otra vez el viaje por mi culpa, sin duda toda esa familia tiene un gran corazón.
En esta ocasión tomo un taxi para llegar a mi departamento y debo aceptar que estar aquí yo sola ahora es algo extraño, siempre que veníamos era por ropa que podría usar en la semana para poder quedarme en casa de mis chicos Miller favoritos, cuando abro la cerradura me sorprende ver que mi hermano ya está adentro, solo, sin Shelby. Al parecer nota mi expresión y comienza a explicarse.
— Usé la llave de emergencia que me diste y Shelby sabe que estoy aquí, pero también sabe que esto es entre nosotros nada más—me senté en la silla del pequeño comedor que estaba al lado opuesto de él y como no me sentí lista mi opción solo es dejarlo hablar primero.
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¡Les tengo una sorpresa! ¡Doble capítulo solo por hoy! (Capítulo 25 y 26) Y una noticia importante al final del capítulo 26.
Cuéntenme ¿Cómo les va pareciendo la historia?
No olviden que las amo, gracias por todo este apoyo.
Vane ♡