Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, es de camnz y fue beteada por Flame's Child.
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Las noticias sobre las enmiendas a la ley de los nacidos de muggles se supieron un par de días después. Los susurros se extendieron como un reguero de pólvora a través de BM mucho antes de que saliera en la edición del diario El Profeta. En realidad, era la primera vez que Hermione veía tan animado el BM.
Algunos estaban enojados, otros estaban absortos, Hermione todavía no sabía qué pensar. La gente decía cosas, tanto, que sintió que su cabeza era un total revoltijo durante unos días.
Compró una copia de El Profeta y la llevó de vuelta a su apartamento. El artículo, aunque frustrante, dio muchos detalles, sin embargo, una sesión de información para las personas interesadas sería impartida en el lobby ministerial dentro de dos días.
Incluso Edna había oído hablar de eso y estaba molestándola para que fuera y descubriera más al respecto. Después de varias protestas, Hermione cedió y aceptó ir a la sesión de información.
Edna guardó silencio durante los siguientes días. Ambas trataron de ignorarlo, pero la nueva ley las dejó sintiéndose extrañas.
Hermione había comenzado a usar sus vestidos más modestos y se sentía más cómoda de lo que había estado en mucho tiempo. Los otros vestidos estaban escondidos debajo de su cama, los guardaría por el momento, esperando ver cuáles eran las preferencias del señor Merrimen antes de deshacerse de ellos.
Todavía tenía suficiente dinero en efectivo, por lo que no había tenido que vender nada, no obstante, no había nada en sus posesiones que atesorara más que las cosas que fueron de Harry.
Ella realmente tenía más cosas de las que necesitaba por ahora. Trató de organizarlo todo para que no ocupara demasiado espacio en su pequeña habitación, sería otro capítulo de su vida empacado en cajas.
Tenía en sus manos un montón de posibilidades. La sensación de libertad era maravillosa y perseguir al señor Merrimen podría contrarrestar eso; por otro lado, podría funcionar muy bien. También estaba la insignificante posibilidad de regresar al mundo muggle, con promesas de amplias oportunidades de futuro que ella quisiera. Si ella no quisiera la magia, claro está.
El vestíbulo del Ministerio estaba abarrotado antes de la sesión informativa, parecía que todos los nacidos de muggles estaban allí. Mendigos, putas, putas de élite y obreros. También había sangre pura allí junto con empleados del Ministerio, obviamente interesados en saber más sobre este cambio.
La sesión de información obviamente se retrasó y la gente estaba inquieta. Después de una espera de cuarenta y cinco minutos, Percy Weasley se dirigió a la plataforma y vocalizó la información que el Ministerio tenía disponible.
Aparentemente, el Ministerio realizaría un ajuste de memoria y cualquier nacido de muggle que quisiera marcharse, sería dejado en el mundo muggle junto con una suma de cien libras esterlinas. Una vez liberados, nunca más tendrían contacto con el mundo mágico y sus varitas serían confiscadas y rotas.
El procedimiento sería simple: se informaría a la Oficina de Emigración de Nacidos de Muggles, que se establecería al día siguiente, donde se ajustaría la memoria. A partir de ahí, serían llevados a Piccadilly Square desde donde ellos deberían de hacer su propio camino. Si se topaban con conflictos a partir de ahí, las autoridades muggle intervendrían. Cualquiera que entrara al mundo muggle sin un ajuste de memoria violaría la ley y sería cazado como antes.
Percy enfatizó que no habría más contacto con el mundo mágico. Cada vez que lo decía, un murmullo atravesaba la audiencia. Algunos jadeaban ante las implicaciones, mientras que a otros no parecía importarles.
Habiendo escuchado la mayor parte de eso antes, Hermione no estaba particularmente perturbada. La idea de nunca tener contacto con el mundo mágico de nuevo realmente no le dejaba ningún sentimiento de angustia, no había más que decepción para ella. Todas las cosas buenas habían muerto con Harry.
Eso era un poco injusto, reconoció. Estaban Neville y Luna, pero ellos apenas eran aceptados por esta sociedad.
Percy escapó después de que concluyó la sesión de información. La gente no estaba exactamente feliz y había tensión. Lentamente, la multitud comenzó a dispersarse y Hermione siguió la caminata de regreso al BM.
Muchos se sentían como Connie, no podían vivir sin magia y forzarlos a renunciar a ella era inadmisible.
Hermione amaba la magia, pero no lo suficiente. El atractivo de una vida libre era más fuerte que su amor por la magia. El conocimiento siempre había sido su pasión, sucedió que gran parte de eso estaba relacionado con la magia, el uso de ésta era conveniente y eficiente, pero nada más.
Mientras caminaba sumida en sus pensamientos, fue arrastrada por el brazo hacia un estrecho callejón lateral. Ella supo quién era antes de que sus ojos realmente vieran a su captor.
—¿Qué es lo que quieres, Malfoy? —preguntó, molesta porque casi le habían arrancado el brazo de su sitio.
—No debes irte —él le ordenó.
—¿Ir a dónde?
—Al mundo muggle.
—¿Qué? —Hermione estaba un poco confundida—. No me estás diciendo en serio que no puedo ir, ¿verdad?
—En realidad sí.
—Bueno, eso no es decisión tuya —Hermione señaló la cuestión—. Puedo hacer lo que quiera, siempre pude hacerlo. Nuestro pequeño arreglo era pago por un servicio prestado, nada más. No puedes decirme qué hacer, ¡sobre nada!
—No vas —repitió fríamente de una forma inexpresiva que casi le recordó a su padre.
—¿Y cómo exactamente vas a detenerme? —ella escupió con una mirada sagaz.
—De esta forma —dijo y sacó su varita. Él murmuró algo antes de que Hermione pudiera reaccionar y una luz roja voló hacia ella y se posó en su pecho. No era ningún hechizo que hubiera escuchado antes. Hermione sólo podía mirarlo tontamente, su varita era prácticamente inútil para defenderse, así que no había mucho que pudiera hacer.
Ella se conformó con darle una fuerte bofetada.
—¡Deshazlo! —gritó, pero él la ignoró y se dio vuelta para alejarse—. ¡No eres mi dueño, puedo hacer lo que quiera!
—Si te acercas al Ministerio, lo sabré —él dijo bruscamente—. Así que no.
—No puedes hacer esto —señaló y lo agarró del brazo. Él tiró de su brazo lejos.
—Supongo que acabo de hacerlo —contradijo y desapareció.
Hermione sólo pudo gritar con enojo y frustración, al menos su bofetada le dejó una marca en su mejilla. ¿Cómo se atrevía a venir y decirle qué podía y qué no podía hacer? Como si tuviera algo que decir sobre eso.
¿Era su único propósito en la vida hacer que ella se sintiera miserable? Realmente parecía disfrutar de su sufrimiento y luego se atrevió a realizar magia en contra de su voluntad. Eso ni siquiera era legal, no es que alguien del Ministerio tomaría en serio su denuncia y él lo sabía.
Hermione sólo pudo regresar a casa y tratar de resolver lo que Malfoy le había hecho, dudaba que fuera una cosa inocente exclusivamente para perturbarla. Estaba bastante segura de que él le había hecho algo, había hablado sobre él sabiendo si ella se acercaba al Ministerio, lo que sugería algún tipo de hechizo de rastreo. Ella no tenía idea de lo que hacía ese otro hechizo. Obviamente era magia oscura, no era algo que ella hubiera escuchado antes.
Ella gritó, frustrada de que él le hubiera hecho magia oscura y le prohibiera su libertad. ¿Cómo podía ser tan egocéntrico y cruel? En realidad, esa parte no fue realmente una sorpresa. «Bastardo».
Cuando llegó a casa, Edna quería saber todo lo que habían dicho en el Ministerio y Hermione le contó cada detalle que podía recordar.
Los jadeos de Edna empeoraban a medida que la historia avanzaba.
—Debes hacerlo, querida —Edna dijo cuando Hermione terminó.
—¿Qué? No —respondió— ¿Por qué? ¿Estás considerando hacerlo?
—Cielos no —Edna musitó—. Tengo ochenta y cinco, pasé la mayor parte de mi vida aquí.
—La mayor parte de la mía también —Hermione dijo.
—Pero eres lo suficientemente joven como para comenzar de nuevo.
—No, no podría dejarte —Hermione expresó.
—Debes hacerlo querida, esto no es vida. Yo he tenido una vida buena, un marido y una larga vida feliz, pero tú eres joven y no tienes las oportunidades que yo tuve.
—No quiero irme —Hermione finalmente dijo, pero en el mejor de los casos sabía que era una verdad a medias.
—No hay razón para quedarse —Edna continuó—. No pienses en quedarte por mí. Puedo cuidarme sola.
Hermione no estaba tan segura, pero ella no quería pensar más en eso. En cambio, le dijo a Edna que había prometido ir a ver a Neville y Luna.
Le haría bien pasar una noche en su cálida y acogedora casa. Tanto Neville como Luna estaban ansiosos por escuchar lo que pensaba sobre la nueva enmienda. Hermione sólo quería encogerse de hombros.
—No puedo dejar a Edna —Hermione les comentó mientras se sentaban a la mesa comiendo queso y galletas.
—Podemos cuidar de ella —Luna ofreció.
—No podría pedirte que hagas eso —Hermione dijo, exasperada.
—No sería una molestia —dijo Luna.
—Cuidar a una persona mayor es mucho trabajo —refutó Hermione.
—Lo sabemos, Mione. Tenemos a mi abuela y al padre de Luna. Una persona más no va a ser una gran molestia.
—Además, papá podría estar abierto a tener una compañera de casa. Está terriblemente solo en esa casa —añadió Luna.
—No estoy segura de que Edna quiera mudarse con un hombre. Ya sabes cómo son las mujeres de su generación.
—Mi abuela es igual —Neville concedió—. Pero podemos ayudarla si fuera necesario.
—Ya no hay un futuro aquí para ti —Luna dijo.
—Las cosas podrían cambiar —contradijo Hermione.
—Cierto, podrían. Tal vez este sea el primer paso —Neville expuso.
—O tal vez no —señaló Luna en voz baja, Hermione asumió que esto sería lo más cercano a discutir en la casa de los Longbottom—. Es horrible cómo te tratan, te prohibieron ver a tu familia, te negaron casi todo. Incluso si las cosas mejoran, no estoy segura de que deban perdonar ese trato.
Era cierto, Hermione ni siquiera había pensado en eso. Incluso si las cosas volvieran a la normalidad, nunca podría olvidar cómo la habían tratado, ella siempre estaría resentida. Tal vez una limpieza de memoria sería lo mejor.
No quería mencionar el hecho de que Draco le había puesto algún tipo de maleficio y estaba bastante segura de que no podía o no debía hacer nada hasta que al menos supiera lo que era.
Probablemente tendría que encontrar la forma de que Draco lo deshiciera, antes de regresar al mundo muggle, si es que esa era una posibilidad a tomar en cuenta.
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Fin Capitulo Veinte
Notas: ¡Hola! ¿cómo están? Se supone que esto debía postearlo ayer, pero tuve muchas cosas que hacer y lo termine olvidando, lo siento por eso. Como mi hermana mayor tiene que ir a trabajar, me deja a mi encargada de ayudarles a mis sobrinos con sus deberes de la escuela y estoy batallando para enseñarle a leer y escribir al más pequeño, es en estos momentos en los que hago uso de toda mi vocación de maestra (que es lo que estoy estudiando) para tratar de que hagan algo. Si alguno de ustedes sabe tácticas divertidas para enseñarles las letras a los peques, siéntanse libres de decírmelas. Otra cosa, recuerden que el próximo mes NO tendremos capítulo, ya que debo concentrarme en finalizar mi semestre (con éxito esperemos), tengo un montón de tareas por hacer, un montón de PDF por leer y nada de ganas de estudiar XD
Saludos y recuerden cuidarse mucho. Bye.
Naoko Ichigo