ALBA POV
Nos despedimos de Julia y al entrar en el salón de nuevo, se forma un silencio un tanto incómodo. Nos miramos sin saber muy bien qué hacer.
– ¿Quieres cenar? – decido romper el hielo.
– Claro, pero no he traído nada del viaje – responde con pudor.
– Tranquila mujer, que hay de sobra para las dos. ¿Una ensalada te va bien? – le pregunto cuando abro y miro lo que hay en la nevera.
– No tengo mucha hambre, así que perfecto. ¿Te importa si me doy una ducha rápida y ahora te ayudo? Es que llevo todo el día en el coche y necesito cambiarme de ropa.
– Claro, no te preocupes, yo me encargo de esto.
Me da las gracias y se acerca a su maleta para coger las cosas de la ducha y algo de ropa. Justo cuando oigo la puerta del baño cerrarse, suena mi teléfono y veo el nombre de mi madre en la pantalla.
– Hola mami... Sí, claro que lo he visto... Pues que voy a hacer mamá, quedarme aquí... Ya, ya sé que tendría que haber vuelto antes, pero ya no podemos hacer nada... ¿Vosotras estáis bien?
Mi madre se pasa un rato contándome qué tal todo por allí mientras yo voy preparando la cena para Natalia y para mí, hasta que veo la veo aparecer por el pasillo con el pelo un poco mojado y con la ropa cambiada. Ahora lleva un pantalón de chándal y una camiseta bastante larga de manga corta, lo que me deja ver bastantes tatuajes por sus brazos, aparte del de la mano que ya había visto.
– Oye mamá te tengo que colgar que voy a cenar ya... Sí, mañana hablamos, besos a mini... Y yo... Adiós. – Cuelgo y me dirijo a Natalia tras coger los dos platos de la cena. – Esto ya está, ¿nos sentamos ahí?
Señalo con la cabeza el sofá y la mesita del salón y ella asiente. Qué bien huele, pienso al pasar por su lado para sentarme.
Ponemos la tele de fondo pero al contrario que antes, la conversación fluye sin problemas.
– Entonces de dónde vienes – pregunto, pero ella me mira confusa. – Lo siento, ha sonado súper cotilla pero has dicho que venías de un viaje y me ha entrado curiosidad – me ruborizo porque ha sonado muy entrometido.
– Ah no te preocupes, es que no te había entendido. Creo que estoy tan cansada que mis neuronas no conectan. Encima la ducha me ha relajado tanto que ya he terminado de hundirme. – sonríe sin dientes y pienso que en qué momento me ha parecido que esta persona imponía, porque ahora parece un bebé de dos años. – He estado en Londres un tiempo visitando a mi mejor amiga, pero luego volví y he estado como un mes o así en Pamplona con mi familia.
– ¿Eres de Pamplona? No tienes acento.
– Ya, es que solo se me nota cuando me enfado – se ríe.
– Yo soy de Elche.
– Qué guay, un sitio cerca de la playa, qué envidia – me mira ilusionada.
– ¿Te gusta la playa?
– Me encanta, aunque creo que ahora que no podemos salir voy a apreciar hasta ir a un simple parque.
– Eso es verdad – río con ella.
Seguimos cenando tranquilamente hasta que en un momento dado ella empieza a toser. La miro con cara de pánico y cuando se le pasa, después de beber un poco de agua, se empieza a reír.
– Tranquila que estás a salvo, no me mires así. Solo me he atragantado con la cena.
– ¿Seguro? A ver si me voy a arrepentir de cenar contigo, que aquí no hay más de un metro – digo medio en broma medio en serio señalando el espacio entre nosotras.
– Te lo prometo. Antes de venir, en Pamplona, llevaba ya unos días en casa, así que es complicado que lo tenga.
– ¿Estabas aislada?
– Bueno aislada tampoco, pero es que yo soy profe de música en una academia y me habían cancelado las clases, así que tampoco tenía mucho que hacer.
– A mí igual. Estaba haciendo un curso de arte y también lo cancelaron hace unos días.
– ¿Arte?
Yo asiento ilusionada porque la veo con interés en el tema y empezamos a hablar, tanto de eso como de música, descubriendo que tenemos muchos gustos en común.
Un largo rato después de haber acabado de cenar, veo que bosteza bastante seguido y recuerdo lo cansada que estaba.
– Oye igual deberíamos ir a dormir ya – le digo viendo que ella no va a interrumpir la conversación.
– Sí será mejor porque se me van a cerrar los ojos en cualquier momento.
– Pues si me das un momento, cojo algunas cosas de la habitación y ya dejo que te acuestes.
– ¿Cómo? – me mira frunciendo el ceño. – Ni hablar, quédate tú en la habitación, vamos, faltaría más.
– De verdad que no me im...
– Que no, que no Alba. Bastante con que me dejes quedarme aquí.
– Pero...
– Que yo me quedo tan a gusto con el sofá del estudio, que es sofá-cama.
– Vale, vale, para – me río al ver que no me va a dejar ni replicarle.
– Venga, vete a la cama, que yo recojo esto – se levanta y empieza a llevar los platos a la cocina, por lo que aprovecho para ir al baño y prepararme para acostarme.
De repente oigo un grito y voy corriendo al salón, donde encuentro a Natalia mirando fijamente al sofá, por lo que miro hacia ahí yo también para ver cómo Queen se está acurrucando contra el cojín.
– ¿Tienes un gato?
– Una gata más bien. Se llama Queen – respondo sin poder evitar reírme del susto que se ha llevado, pero al ver su cara me preocupo. – ¿Hay algún problema? – pregunto con miedo por si le da alergia o no le gustan los animales.
– No, ninguno, es solo que no sabía que estaba aquí. Ha aparecido de la nada corriendo y ha dado un salto al sofá que me ha dado un susto de muerte.
– Es que no le gustan mucho los desconocidos, antes estaría escondida por ahí. Y lo del susto... considéralo una venganza por el que me he llevado yo cuando has llegado – bromeo.
– Está bien, es lo justo – ríe ella.
NATALIA POV
Dejo todo recogido y me dirijo al baño al ver que Alba ya está saliendo de nuevo.
– Buenas noches Natalia, descansa – me dice antes de irse a la habitación.
– Buenas noches.
Acabo en el baño y voy a por la maleta para meterla en el estudio. Al entrar veo que está prácticamente igual que cuando yo vivía aquí, salvo que todas las cosas de música que yo tenía, y que me llevé al marcharme, han sido sustituidas por cuadros y lienzos en blanco apoyados en la pared. También veo botes de pintura en una de las estanterías y cajas con material encima de la pequeña mesa que hay en una esquina.
Me acerco a la ventana, al lado de la cual hay un cuadro a medio pintar sobre un caballete.
– Guau, pues si que es buena esta chica.
Admiro con curiosidad todos los que están a la vista, y me entran ganas de descubrir algunos que están tapados con una sábana, pero lo evito porque me parece un poco invasión de la intimidad.
Paso un rato más perdida en las sensaciones que me recorren por dentro al ver sus cuadros. Son realmente buenos, pero finalmente me vence el sueño y me meto en la cama.
Antes de apagar la luz veo que me llegan un par de mensajes al móvil y decido mirarlos antes de dormirme para que se quite la lucecita de la notificación.
*Juls*
Natinat
te quedas no?
no seáis tontas que yo quiero compañía
*yo*
sí juls, tiene pinta que al final me quedo
*Juls*
bieeeeeen
podemos montar fiestas en la terraza
y hacer juegos
y hablar por la pared en código morse
que tenemos tiempo pa aprenderlo
*yo*
jajajajajaja
lo que sea para que pase el tiempo más rápido
oye juls
tú conoces mucho a Alba?
seguro que no le va a importar que me quede?
que no quiero que sea incómodo para ella...
*Juls*
que va! hazme caso
ella es un amor
en dos días sois amigas, ni te ralles
mira, dame un segundo
Supongo que Julia ha salido de la conversación porque ya no aparece escribiendo, y no me dice nada en unos minutos. Pienso en irme a dormir y ya responder a lo que sea que vaya a decirme mañana, pero justo entonces me llega la notificación de un grupo nuevo.
MAMARRACHAS DEL 3º
*Juls*
bienvenidas al grupo oficial de esta nuestra cuarentena
podéis empezar a aportar ideas para no aburrirnos
Me meto en los integrantes del grupo, aunque ya me hago una idea de quién más va a estar ahí. Como sospechaba hay una tercera persona que, por la foto de Queen, es claramente Alba. Rápidamente guardo su número y veo que habla por el grupo.
*Alba R*
Julita la cuarentena no ha empezado oficialmente y ya quieres liarla?
van a acabar por echarnos a todas
*yo*
Juls no empieces
o hace falta que te recuerde esa vez que vinieron los vecinos a echarnos la bronca?
*Juls*
perdona pero esa fiesta fue épica
me dirás que no mereció la pena un poquito de riña vecinal
*Alba R*
oye esa historia yo quiero saberla
*Juls*
hacemos una cosa
mañana reunión de mamarrachas a las 17 h en la terraza
*yo*
Jajajajaj
tú si que eres una mamarracha juls
pero vale
*Alba R*
allí estaré
Salgo del grupo y veo que Alba me ha hablado también por individual, y no espero a leerlo mañana.
*Alba R*
pues parece que vamos a ser compis de piso
*yo*
eso parece sí :)
buenas noches Alba
*Alba R*
buenas noches Natalia
Y con una sonrisa, tras el quinto intento de irme a dormir, por fin me dejo atrapar por el sueño.