Cuarentena

DÍA 39: A través de la pared

ALBA POV

Antes incluso de abrir los ojos, me doy cuenta de lo tarde que es por el sol que entra por la ventana y que me da directamente en la cara. Tan mal me sentía ayer, que no fui capaz ni de bajar la persiana. Me revuelvo en la cama con la incómoda sensación de no haber descansado nada bien y al hacerlo, me inunda el olor de Natalia que parece haberse quedado incrustado en mis sábanas. Hoy mismo las echo a lavar y las cambio porque si no va a ser una tortura dormir aquí sin ella.

Me incorporo apoyándome en el cabecero y restregándome las manos en los ojos con sueño porque, por muy tarde que sea, tengo la sensación de haber dormido solo un par de horas. No tengo ganas ni de levantarme de la cama, aunque la verdad es que después de casi no haber cenado nada anoche, mi estómago me está rogando que me levante a por algo de desayunar.

Con miedo a sentirme peor cuando salga y no tenga a Natalia rondando por ahí, decido apurar todo lo que pueda y resistir el hambre para no tener que salir de la cama. Me estiro hacia la mesilla para alcanzar el móvil y unos auriculares, y con la idea equivocada de que me va a ayudar, me pongo a escuchar el audio que me pasó Natalia de ella misma cantando la canción de only.

Error, obviamente. No pasan ni veinte segundos de canción cuando ya están cayendo de mis ojos las lágrimas que pensaba que anoche había agotado para siempre. 

Por una parte, sé que si me encuentro tan mal es porque me siento muy culpable de la manera en la que se torció la conversación ayer, pero no voy a engañarme y pensar que, solo porque quiera arreglar las cosas con ella, eso significa que los miedos y las inseguridades que me llevaron a actuar así van a desaparecer de un día para otro. No debí usar lo que me contó aquel día sobre su tatuaje para que entendiera lo que estaba diciendo, pero tampoco soy capaz de ignorarlo.

Quito la canción y me pongo una más animada para no hundirme de nuevo, pero con los primeros acordes de la siguiente que me salta en el aleatorio me pongo en alerta por si tengo que cambiarla para no venirme abajo. Le doy una oportunidad y cuando escucho la primera parte, me incorporo al darme cuenta de que es justo lo que yo quería transmitir.

Hablas de amor como si tú supiera'
Lo que yo pasé, cuando me enamoré
No podemos confiar en cualquiera
No to' el mundo sabe amar, no te puedes dejar llevar

Cuidado con las decisiones
No todos tienen buenas intenciones
Hay falsedad en corazones
Gente que se va sin dar razones

Si estás dispuesta a amar, no siempre puedes confiar
No te dejes llevar, todo puede cambiar

Vuelvo a poner la canción desde el principio para volver a apreciar cuánta verdad hay en esas palabras, porque describen a la perfección todo lo que yo pienso de esta situación. Según lo escucho de nuevo, me da tranquilidad saber que no es un sentimiento tan inusual. No te dejes llevar, todo puede cambiar. ¡Dilo! A ver de quién es esta canción... Jay Wheeler. ¡¡DILOOO JAY!!

La echo para atrás para escucharla otra vez, pero ahora dejo que continúe, descubriendo así qué otras verdades tiene preparadas para mí Jay. Sin embargo, ya no me gusta tanto lo que oigo cuando siento que la letra deja de hablar de mí, para hablarme a mí.

Si quieres amor, tienes que entender cómo se ama
Si quieres amor, tienen que amarse fuera de la cama
Si quieres amor, tienen que despertarse con las mismas ganas
Si quieres amor, si quieres amor

Supongo que llegados a este punto la pregunta es esa, si quiero amor, aunque eso implique aceptar el riesgo de no saber a dónde me puede llevar un posible futuro con Natalia, dando por hecho que vuelva a dirigirme la palabra, claro.

En este momento me doy cuenta de una cosa y es que la morena tenía toda la razón en algo que dijo ayer. La incertidumbre que nos rodea no viene dada por las circunstancias en las que nos encontramos, no. Siempre está, y hay que saber convivir con ella si queremos lo que está al otro lado.