RICK
Regresamos a Alexandria tras llegar a un acuerdo con Hilltop. Ellos nos entregaban parte de sus suministros, ya que nosotros andábamos muy escasos de alimentos y, a cambio, los ayudaríamos a terminar con Negan. Era sencillo puesto que mi familia y yo, estábamos acostumbrados a pelear.
Durante el trayecto a casa, no pude evitar pensar en ella. Era constante, y solo recordarla me emergía de nuevo un sentimiento muy confuso. Pero estaba enfadado, debía de estarlo. Sus secretos nos habían puesto en peligro y, aunque aquello no fuera intención de Riley, podríamos haber terminado muy mal por su culpa.
Daryl y Maggie, por otra parte, no se cortaron en expresar sus opiniones respecto al tema. Y me sorprendió enormemente que Daryl la defendiera sin vacilar, no era propio de él. Su actitud protectora tomó a la mayoría desprevenidos, pero nadie mencionó nada al respecto.
Yo no podía perdonarla tan fácilmente, además, mi deber era protegerlos a todos, y la sola presencia de Riley atraía muchos problemas que no sabía si estaba dispuesto a afrontar. ¿Arriesgar la vida de Judith, la de Carl, por mantenerla en la comunidad? Tenía que aclararme, pensar con la mente en frío para no tomar una decisión de la cual podría arrepentirme.
Estaba tan confuso, que todas las preguntas que respondía sobre Riley, eran dichas en automático. Porque, si lo reflexionaba demasiado, me daba cuenta de que en realidad no estaba enfadado con ella, no odiaba el hecho de que me hubiera ocultado su pasado, lo que me molestaba era que no había tenido intención de contarlo, nunca. Si no hubiera sido por su hermano, habríamos desconocido todo lo que Riley arrastraba. Su venganza nos hubiera tomado desprevenidos y, quizás, nos habríamos encontrado en un fuego cruzado con bajas en ambos bandos.
Para mí era muy difícil imaginar el odio que tenía dentro, una rabia tan profunda que la llevaba a asesinar a cualquiera que dijera ser del grupo de Negan. No la entendía, y aunque me esforzara por hacerlo, no me veía capaz.
Tendría que haberme dado cuenta antes.
Pero estaba tan distraído...
Riley comprendía una parte de mí, que ni yo mismo aceptaba. Era oscura y aterradora, pero cuando ella la encontraba, no apartaba la mirada. No se intimidaba con facilidad, y fue tan aliviante conocer al fin a alguien así...
Las puertas de Alexandria se empezaron a asomar en el horizonte. Jesús aún seguía con nosotros, a pesar de que su líder, Gregory, se mostrara abiertamente molesto ante ello. Sin embargo, él decidió regresar, volver a ver a su hermana y, posiblemente, largarse con ella muy lejos de aquí.
— ¿No bajas? —Daryl se detuvo en la puerta de la caravana, y yo ni siquiera me había dado cuenta de que el motor estaba apagado, y que estábamos ya en mitad de la calle principal de la comunidad.
— Sí, ahora voy. —contesté saliendo de mi aturdimiento. Se alejó rápidamente con el ceño levemente fruncido, lo que no comprendí— ¿Estás bien? —me miró con enfado al escuchar mi pregunta.
— ¿Y tú? —gruñó distante, mi intención de responder se esfumó en cuanto me dio la espalda.
Mi propósito no fue seguirlo, pero al ver como mi hijo corría hacia Daryl, siendo seguido por Maggie, supe que algo había ocurrido en nuestra ausencia.
— ¡Se ha ido! —gritó Maggie al ver como Carl tenía que retomar el aire.
— ¿Cómo que se ha ido?
Daryl reaccionó antes que yo, acercándose al dúo con los puños ligeramente apretados.
— Cuando marchasteis a Hilltop. —añadió mi hijo, y el ver como el enfado de Daryl aumentaba, también lo hicieron por reflejo sus nervios— Empezó a recoger sus cosas y...
— ¿¡Y no la detuviste?! —interrumpió mi amigo, siendo incapaz ya de contener su frustración.
Decidí acercarme para aplacar los gritos, que empezaban a atraer las miradas de los alexandrinos. Carl negó con la cabeza gacha.
— Lo intenté, pero estaba decidida. —alzó el mentón con más seguridad— Eugene y yo lo intentamos, pero ya sabéis como es.
— Una maldita tozuda, eso es. —Daryl se pasó las manos por la cara.
Se ha ido.
¿Así? ¿Sin más?
Aquella revelación me golpeó con fuerza, y no pude evitar sentirme decepcionado. Esperaba otra cosa de Riley, pero, el qué realmente. ¿Que se disculpara? ¿Que se despidiera?
No, quiera que se quedara, que afrontara lo ocurrido.
— ¿No vas a decir nada, Rick? —levanté los hombros ante la pregunta de Daryl— Pensé que te importaba. —escupió con la intención de herirme, mostrándome el desprecio que tenía guardado.
— ¿Qué quieres que diga? —no respondió, se limitó a mirarme con molestia— ¿Debería hacer como si nada hubiera pasado, perdonarla como todos parecéis haber hecho tan a la ligera?
Riley mintió, y ella sabía que haciendo eso nos estaba poniendo en peligro a todos.
— Tenías que apoyarla, joder, eso tenías que hacer Rick.
Daryl se alejó de todos, y no me desconcertó ver que se dirigía a las puertas. Seguramente para buscarla, o para pensar en soledad como solía hacer.
— Yo era la que debía mostrarle más apoyo. —Maggie se abrazó a sí misma— Ella es parte de mi familia, pero estaba tan conmocionada... —su expresión se contrajo, amagando con soltar una lágrima, pero no lo hizo— Y ahora Riley debe creer que la odiamos, y no es así.
Carl se acercó a mí tras reconfortar a Maggie con un suave apretón en el brazo. Me extendió una carta sin abrir.
— ¿Qué es...
— La escribió antes de irse. —soltó interrumpiéndome— Y quería que tú fueras el primero en leerla. —agarré la carta con duda— Ella no es ningún monstruo papá, es como nosotros, y no debemos juzgarla.
Después de media hora, fingiendo que tenía cosas importantes que hacer, me resigné a aceptar que debía leer aquella carta. Y que debía hacerlo yo primero, por algún absurdo motivo. Cuando terminé, Jesús se acercó sentándose frente a mí.
— ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora? —resoplé exhausto— ¿Ir a buscarla?
— Creo que eso es último que quiere mi hermana, Rick. —dijo completamente sincero, y una pequeña parte de mí se sintió desilusionada.
Si no quiere que vaya a buscarla, porque molestarse en escribir estas cosas.
¿Por qué hacerme leer esto?
— Mi turno. —Daryl apareció de a saber dónde, atrapando de entre mis manos la carta.
La arrugó en su bolsillo y se fue.
Por un breve instante, me pregunté por qué Jesús no había intentado leerla antes que Daryl, pero algo me decía que él estaba muy seguro de que iba a encontrarse con su hermana muy pronto.
— No seas tan duro. —habló Jesús rompiendo el abrupto silencio que se había formado— Y no le des tantas vueltas, Riley es... impredecible.
Asentí, aceptando con recelo sus palabras.
— Es solo que... —relamí mis labios, olvidando por un momento que estaba frente a un desconocido— Me ha dejado, así, sin más.
DARYL
Me senté en el porche junto a la moto, sin poder creerme que Rick hubiera tardado media jodida hora en leer la carta. Solamente era una estúpida hoja, y no sabía por qué estaba tan ansioso por leerla.
Solté un gruñido bajo al desdoblarla, y me fijé en que la letra era apresurada. Podía imaginarme a Riley escribiendo aquello a toda prisa, mientras recogía todas sus cosas sin intención de despedirse en persona.
Algunas partes estaban medio ocultas por la tinta, en un desesperado intento por encontrar las palabras correctas. Pero nunca habría una buena forma de despedirse, porque las despedidas siempre apestaban.
"Lo lamento." Fue lo primero legible que encontré. "Rick, necesito que seas el primero en leer esto porque yo..." Aparté los ojos de la hoja, no queriendo leer lo que seguía a aquello, pero mi curiosidad fue mayor a mi miedo. "Porque yo necesito que sepas que de verdad lo lamento, que no fue mi intención engañarte de ninguna forma. Joder, escribir estas sensiblerías es una mierda." Con toda mi fuerza de voluntad me obligué a saltarme algunas líneas, completamente dirigidas a Rick."Debes odiarme, como yo me odio..." Mis manos arrugaron el papel al leer aquello."Pero él lo merece, Negan merece cada gramo de mi rabia. Thomas me hizo prometerle que no me dejaría cegar por la venganza, pero fue una mentira, una sucia promesa que nunca tuve intención de cumplir" Desvié la mirada al encontrar de reojo la figura de Abraham. Este se mantuvo callado, quieto frente a mí, hasta que asentí concediéndole un hueco en las escaleras del porche. "No veo otra forma de afrontar lo que me ocurrió, que esta. Tengo que verlo muerto, y tengo que ser yo quien lo haga o no podré estar en paz" Abraham me ofreció un cigarrillo, pero estaba demasiado absorbido por la jodida carta como para fumar. "Sé que no soy la mejor haciendo promesas, pero, Rick, te aseguro que fui sincera en la última. Intenté quedarme, esperarte, sin embargo, ninguno imaginó que ocurriría esto"
— Eh, colega, ¿estás bien?
— No, esto es una gilipollez. —respondí al pelirrojo sin tan siquiera amagar con soltar la carta.
"Quiero que sepas que yo no te odio Rick, no podría. Sé que tú ves algo distinto en mí, como yo lo veo en ti. Que absurdo, ¿no?" No me vi capaz de seguir leyendo. Joder, qué coño me ocurre. Salté con rabia hasta el siguiente párrafo. "No pararé hasta que Negan muera y, si soy yo quien muere en el proceso, al menos sabré que hice todo lo puto posible por conseguirlo" Un par de frases iban dedicadas a su hermano, y como tenía la intención de contactar con él en los próximos días. Después siguieron Maggie, Gleen, Abraham... Y cuando creí que ni siquiera iba a mencionarme, apareció mi nombre entre un par de frases más abajo "Daryl, no creo siquiera que te molestes en leer esto, pero, quién sabe... Aún no logro comprenderte, lo que es fascinante porque sé me da muy bien descifrar a las personas" Una diminuta sonrisa asomó por mi cara. "Diría que hemos terminado conectando, o al menos yo ya no quiero arrancarte la cabeza cada vez que te veo. Puede que si hubiéramos tenido un poco más de tiempo, hasta habríamos sido amigos" Abraham intentó leer sobre mi hombro, a lo que yo me aparté a un lado soltando un gruñido que le hizo reír. "Te echaré de menos, lo confieso, incluso me había llegado a acostumbrar a tu apestoso olor a ardilla." ¿Es qué no puede dejar de lado las bromas nunca? "No sé si me odias o no, si me entiendes o me juzgas, pero te suplico que no desconfíes del mundo por mi culpa Daryl. Yo no quería que me encontrarais, pero ahí fuera el mundo es una mierda, y Aaron y tú hacéis un gran trabajo al salir a por supervivientes" Cerré los ojos por un momento, exhalando con fuerza antes de leer la última parte. "Búscalos a ellos, Daryl, pero a mí no, a mí no me tienes que rescatar. No queda nada por lo que pelear por mí. Y espero que entiendas el porqué hago lo que hago, tengo esperanzas en que tú si me entiendas, y no sé por qué" Giré la hoja, encontrando unas últimas frases dirigidas a todos. "Gracias por recordarme lo que era tener una familia, pero no puedo quedarme. Por vuestra seguridad, por la mía. Solo soy una persona que tiene demasiados demonios, y es muy peligroso estar junto a alguien que no tiene miedo a morir"
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