The cute boy |Popee the perfo...

By _Oh_Honey

36.6K 3.1K 3.6K

Un día de otoño llegó un chico nuevo a nuestro instituto. Él era muy callado y frío, así que decidí hacerme s... More

Capítulo 1: El chico nuevo
Capítulo 2: El trabajo
Capítulo 3: La pelea
Capítulo 4: Amigos
Capítulo 5: Grupo
Capítulo 6: La playa
Capítulo 7: Estudios
Capítulo 8: La verdad
Capítulo 9: Dulces recuerdos
Capítulo 10: Precipitado
Capítulo 11: Cute couple
Capítulo 12: Acogedor
Capítulo 13: Navidad
Capítulo 14: Año Nuevo
Capítulo 15: Noche de cine
Capítulo 16: Pareja
Capítulo 17: Bebida
Capitulo 18: Los hechos
Capítulo 20: Internet
Hey cutie!
Capítulo 21: Soledad
Capítulo 22: Amigas
Capítulo 23: Desolación
Hacemos preguntas a Popee y acaba mal
Capítulo 24: Amistad
Capítulo 25: Noche de pareja
Capítulo 26: La rosa
Capítulo 27: La fiesta
Capítulo 28: Su fiesta

Capítulo 19: Pijamada

758 76 168
By _Oh_Honey

—¿Qué? ¿En serio?

—Te has puesto roja~ —Popee se burló ante mis preguntas.

Cuando ambos estábamos volviendo a casa juntos mi novio tuvo la brillante idea de hacer una fiesta pijamas, los dos solos, en su casa. Eso no era una pijamada, ¡era una cita!

—¿Acaso has pensado mal? Sigues como un to-ma-te.

—N-no he pensado mal, es solo... Bueno, es muy repentino...

—Qué mona —tomó mi rostro con sus manos—. Que linda es mi novia.

—Hmmm... Ya te diré algo mañana, ¿vale?

—¡YEY! —me abrazó de repente.

Cuando llegué a mi casa lo primero que hice fue ponerme a meditar. Meditar sobre, pues, ¿qué iba a hacer en su casa? ¿Le había pedido permiso a sus padres siquiera? ¿Conocería a sus padres? ¿A su familia? Estaba muy nerviosa como para pensar con claridad.

—Pareces un poco perdida. —Alex interrumpió mis pensamientos entrando a la sala de repente.

—Oye, hermanito...

—¿Qué quieres ahora? No pienso darte dinero.

—No, es que... Pues Popee me ha invitado a tener una fiesta de pijamas en su casa mañana.

—Oh, vale. ¿Quién va a ir?

—Seremos él y yo solos...

En la cara de mi hermano mayor se reflejaban demasiadas reacciones a la vez. Parecía que estaba teniendo problemas para contestar. Me acerqué poco a poco, sintiendo que había hecho mal en decirle la verdad. Debería haberle dicho que iba a ir más gente, pero tampoco quería mentirle. Ya había mentido demasiado en los últimos años.

—Debería hablarlo con mamá...

—Vale...

Después de ese momento incómodo preparó la cena y comimos. La cena también fue incómoda porque ninguno de los dos hablaba. Tenía ganas de decirle que no iba a pasar nada, pero ni yo estaba segura de eso. No habíamos llegado más lejos de liarnos, así que dudaba que fuéramos a hacer algo más que simples besos. Al acabar la cena, me dirigí a mi habitación lista para hablar con Popee a la mañana siguiente.

Ambos nos encontramos en el patio. Me dijo que si iba a su casa me daría pizza. Parecía que me intentara chantajear. Le informé de mi estado actual y asumió que eso era un sí. Al salir de clase volví a casa, pensando que esa misma noche era la pijamada. Cuando entré en casa vi a mi hermano que me esperaba sentado en la silla del comedor. Estaba cruzado de brazos y piernas, esperando a que me sentara en la otra silla delante de él. Una vez sentada apoyó sus codos en la mesa.

—Mamá ha dicho que sí, pero yo digo que no.

—Pero mamá tiene el poder.

—Ya lo sé, así que voy a hacerte unas preguntas... —me dio una bolsa de patatas.

No entendía porqué me daba comida, pero quizás era para que estuviera más tranquila, aunque su tono de voz no ayudaba mucho. No comí las patatas porque parecía una situación tensa.

—¿Habéis mantenido relaciones sexuales?

Qúe directo. Si hubiera comido las patatas seguramente me hubiera atragantado.

—No. —me aguanté la risa. Lo dijo con tanta seriedad que daba risa.

—¿Y sabes los métodos anticonceptivos?

—Nos han dado charlas sobre eso y también sobre las enfermedades de transmisión sexual, así que no te preocupes.

—¡Claro que me preocupo! Te vas a ir a casa de tu novio,los dos solos, ¡y a saber qué pasa! Eres muy joven para ciertas cosas.

—Alex, confía en mí. Incluso si llegara a pasar algo, sé que debo protegerme. Así que no te preocupes, te iré avisando cada hora si quieres, ¡incluso mandando fotos!

Se quedó en silencio y miró el suelo. Parecía estar meditando sobre mis palabras. Esperé a que se tomara su tiempo y, finalmente, dio una respuesta.

—Está bien, puedes ir. Pero tienes que ir avisándome de cómo vas, y si pasa cualquier cosa me llamas, ¿vale?

Asentí.

Esa misma noche llegué a casa de Popee junto a mi hermano, que me había acompañado. Nos había traído el chofer de mi novio, que después de despedirme de mi hermano, se lo llevó a casa. Entré en casa de mi novio un poco insegura, pues no sabía si me encontraría con su familia o no. Cuando Popee me vio cogió mis cosas y las llevó a su habitación. ¿Íbamos a dormir en la misma habitación? Ay, no, si Alex se enteraba iba darle algo. Seguí a Popee y llegamos a su habitación. Pensé que habría otra cama para mí, pero no. Solo había una cama de matrimonio esperándome.

—Uh...

—No vamos a hacer nada, tranquila. Pensé que sería más cómodo dormir en mi cama, pero si te incomoda puedo traer otra para ti.

—No, no pasa nada. Está bien así.

Mi mente se disculpaba con Alex y mi corazón estaba alegre de estar con Popee. Había llegado un poco tarde, ya que estaba acabando mis deberes. Al ser de noche mi novio se dirigió a la cocina para preparar la cena.

—¿Qué vas a preparar?

—No sé, ¿quieres comer algo en específico?

—A ti. —bromeé.

—Qué mona. —sonrió y me dio un beso.

Se puso un delantal negro y empezó a buscar ingredientes. Estaba a su lado mirándole cocinar, ya que yo no entendía mucho sobre cocina. Solo sabía preparar cosas básicas, pero no sabía si eso le bastaría a él, ya que era rico... Era rico, ¿por qué? Me di cuenta de que había mucho silencio en la casa. No había nadie y parecía que los sirvientes se habían ido.

—¿Dónde está la gente?

—La gente también tiene sus vidas. A partir de las nueve los sirvientes se van a sus casas a dormir, y vuelven a las diez.

—Pensaba que vivían aquí.

—Bueno, no me gusta mucho estar con gente que no conozco. Es un poco incómodo. Eso sí, el chofer sí vive aquí.

—Ya veo...

Iba a preguntarle sobre su familia, pero me interrumpió pidiéndome que le ayudara a combinar unos ingredientes.

—¿Qué estás cocinando?

—Fideos y arroz chino. Oh, falta la carne.

Vaya, pensaba que haría algo como un langostino a la parrilla o cosas de ricos. Quizás le gustaban las cosas sencillas.

—Hoy quería comer algo chino... Pero si no te gusta prepararé otra cosa.

—No suelo comer comida china, pero todo lo que prepares tú estará rico.

—Awwww. —dejó escapar una gran sonrisa y me dio otro beso.

Le ayudé como pude a cocinar. Cuando acabamos nos dirigimos al comedor y pusimos toda la comida en la mesa. Nos sentamos y empezamos a comer. Al ser comida china pensaba que usaríamos palillos chinos, pero no había en la casa, así que usamos un tenedor.

—¿Alguna novedad? —preguntó Popee.

—No mucho, la verdad...

—¿No? Pues juraría que hoy hablaste con Kedamono.

—Ah, sí. Me pidió un boli azul. Pero nada más.

—Pues eso es interesante.

—Qué va... Ya no hablamos, sabes.

—Solo te recuerdo que dijo que te odiaba, y luego intentó convencerte de que yo era malo. —clavó el tenedor en un trozo de carne.

—Sabes que no era su intención decirlo así.

—¿Su intención no era decirte que te odia a los cuatro vientos? Entonces, ¿cuál era su intención?

Me callé.

—...Lo siento, pero ya sabes que solo quiero verte feliz. Estando con alguien que te trata así no vas a conseguir nada bueno.

—Sí, lo sé...

Suspiré y continué comiendo. Era verdad que Kedamono había dicho que me odiaba, pero...

—Los borrachos y los niños siempre dicen la verdad. —continuó comiendo.

Después de eso empezamos a hablar sobre otras cosas. Una vez acabamos de comer, limpió los platos y bostezó. Era un poco tarde así que iba a dormir. Le seguí hasta la habitación, donde me avisó que podía cambiarme en el lavabo o en la habitación. Preferí ir al lavabo mientras él se cambiaba en su habitación. Mi pijama consistía en dos partes: la parte de arriba era de color rosado y tenía un conejo blanco como dibujo, y la parte de abajo era lila. Era un poco infantil pero solo iba a dormir, así que daba igual. O eso esperaba. Cuando volví a la habitación vi a mi novio tirado en la cama mirando su móvil. Llevaba una camiseta rosa con pantalones negros y calcetines rosas. Creo que le gustaba demasiado el rosa.

Qué mono.

—¿Cómo es posible que mi novia sea tan guapa? —se preguntó cuando nuestras miradas se cruzaron.

Me acerqué y me senté en la cama. Vi cómo dejaba el móvil en la mesita de noche con el despertador ya puesto. De repente me abrazó por detrás y me tiró a la cama.

—Así se está más cómodo. —dijo abrazándome.

Mi mente estaba intentando no pensar en cosas raras. Estábamos solos, en su cama, no había nadie... ¿No había nadie?

—Popee, ¿dónde está tu familia? —pregunté de una vez por todas.

—Hmmm~ ¿Por qué preguntas?

—No necesito motivos para preguntar eso...

—Es verdad —se sentó en la cama y empezó a hablar—. Mi padre está de viaje y mi hermana también.

—¿Tu hermana? ¿Cómo se llama?

—Eso no importa, nunca la vas a conocer. —contestó.

—¿Y tu madre?

—No sé.

Me callé ante su respuesta tan seca. Parecía no querer hablar de su familia, pero no entendía por qué.

—¿Y tú?

—¿Yo qué?

—Tu familia, ¿cómo es?

—No sé, normal. Vivo con mi mamá y mi hermano, pero mi mamá siempre está fuera trabajando.

—¿Y tu padre?

—Nos abandonó justo después de que yo naciera.

—Vaya... Se podría decir que ninguno de los dos conoce a uno de sus progenitores. —sonrió para ocultar su tristeza.

—Supongo.

Ambos dejamos que el silencio invadiera la habitación. Necesitaba un momento para relajarme después de hablar de mi padre. No sabía quién era, ya que ni mi madre ni mi hermano me querían hablar de él. Solo sabía que era calvo y llevaba gafas, y que mi hermano quizás sería calvo cuando fuera grande. Admiraba a mi madre por trabajar para mantenernos tanto a mi hermano como a mí, y sin ayuda de nadie más. Mis abuelos habían muerto hacía poco, así que la situación se había complicado más. Dejé escapar un suspiro y me tapé la cara con mi brazo. Pensar en mis abuelos me hacía llorar, pero no quería llorar en casa de Popee.

—Hey, no hemos venido a llorar. —habló mi novio, poniéndose encima mío y apartando mi brazo de mi cara.

—¿A qué hemos venido entonces? —pregunté para distraerme de mis pensamientos.

—A leer la biblia. —bromeó y me dio un beso.

ALERTA LIMONCIO

Esperó un momento para ver si le correspondía, y lo hice. Nos empezamos a besar lentamente, dejando que el ambiente se calentara poco a poco. Los besos se convirtieron en caricias que poco a poco recorrían mi cuerpo y el suyo. Sus besos hicieron un camino hasta mi cuello, que empezó a lamer y besar con lentitud. Su boca empezó a bajar hacia mi busto, que besó y volvió a mis labios. Sabía que debíamos parar, pero era imposible. Ambos sabíamos que iba a pasar eso. Dejé que me siguiera besando, sintiéndome un poco mal por no hacer nada. Parecía una estatua que se dejaba tocar, pero era porque estaba nerviosa. Sin embargo sus miradas llenas de amor me relajaban. Sus manos recorrían mi cuerpo, llegando a mi trasero y apretandolo. Mis manos, por hacer algo, tocaban su melena rubia. Me miró con aquellos ojos azules que parecían llenos de deseo. Parecía tan excitado que no podía parar ahí. No sé que me había pasado pero quería seguir. Su cara tan dulce ahora estaba llena de pasión, y eso me excitaba. Quería tocarle, quería estar a su lado toda la noche, quería...

—Deberíamos parar. —dijo tirándose a mi lado.

No pude evitar mirar sus pantalones, solo para ver cómo se marcaba su miembro. Me puse roja como un tomate pero de todas formas me acerqué y le empecé a besar en el cuello.

—No quiero parar...

—Cari, deberíamos parar...

—Deberíamos, pero no significa que lo hagamos. —una vez dicho eso, me puse encima de él como la última vez.

Me dejé llevar por la lujuria y le besé. Se sentó y conmigo encima empezó a moverse un poco. Llevó sus manos a mi trasero y empezó a mover su miembro contra mí, justo en una zona donde se sentía bien. Solté un pequeño gemido, sintiendo cómo me olvidaba de todas mis preocupaciones y solo me centraba en ese momento. Se sentía tan bien cada vez que se movía contra mí, cada vez que besaba mis senos y sentía sus labios sobre los míos... Hasta que paró. Dejó escapar un gemido y paró. Al principio no entendía qué había pasado, pero luego me lo explicó.

Mientras se limpiaba yo reposaba en la cama, pensando en qué demonio me había poseído para acabar así. ¿En serio esa había sido yo? No pensaba que sería capaz de lanzarme de esa forma a la hora de liarme. Esperé en la cama hasta que mi novio llegó y se echó totalmente cansado.

—Perdón... Acabé muy rápido... —se disculpó tapando su cara con su almohada.

—No pasa nada. —contesté con una sonrisa.

En verdad me daba igual. Estaba contenta de estar a su lado y haber estado los dos juntos disfrutando de aquel momento. Me pregunté qué se sentiría al tener sexo, pero no le di muchas vueltas. Ya pensaría en eso más tarde. Era hora de dormir, y mi novio parecía cansado. Ambos nos tapamos con la sábana y Popee apagó la luz. Ya en la cama, nos tomamos de la mano, nos besamos y cerramos los ojos. A mí me costaba dormir en casas ajenas, así que tardé un poco más que él. Después de moverme de un lado hacia el otro conseguí dormirme.

______________________

Hello!

En verdad no iban a hacer nada pero luego en mi playlist se puso una canción super sexy (House of Cards de BTS) y al final sí hicieron algo xd

Lo he vuelto a leer y parece que hayan hecho ñiqui ñiqui PERO NO LO HAN HECHO. Solo ha sido roce encima de la ropa (aclaro por si acaso).

Pobre Alex, le han timado xd

¿Qué tal os ha ido? A mí meh, he estado cuidando de mi gato (de los Sims 3 xdxd) y he salido de fiestuki. Eso sí, mañana tengo clase y toca volver a la rutina.

Eso es todo por hoy, espero que estéis bien y que estéis estudiando owo

¡Nos leemos luego!

Continue Reading

You'll Also Like

106K 11K 32
El líder de la roja, cabeza de una de las organizaciones más peligrosas, temidas y respetadas del mundo, queda cautivado por un peculiar doctor de ca...
569K 40.9K 74
Lara pensaba que Toni era el amor de su vida, pero dejó de serlo hace mucho, después del primer golpe que recibió por su parte cuando estaba embaraza...
55.6K 3.3K 21
𝘋𝘪𝘤𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳𝘢 𝘪𝘮𝘱𝘳𝘦𝘴𝘪ó𝘯 𝘦𝘴 𝘭𝘢 𝘮á𝘴 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦, 𝘗𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘦𝘯 𝘦𝘴𝘦 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰...
67.7K 5.6K 58
Los cantantes son tan reconocidos que sus fans harian lo que fuera con tal de conocerlos incluyendo faltar al trabajo para ir a verlos. Karime Pindte...