【𝔧𝔢𝔞𝔩𝔬𝔲𝔰𝔶】
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al abrir mis ojos me di cuenta que no era un bonito día, de hecho, ni siquiera era de día, pues al despertar de mi siesta reparadora lo primero que me encontré fue al sol escondiéndose tras las montañas, es decir, que prácticamente perdí todo este día durmiendo y soñando cosas que ya no recuerdo.
-que sol más miedoso, tío -dije estirando mis brazos, y así recuperar fuerzas para levantarme.
metí mis pies en aquellas pantuflas que tenían forma de mi animal favorito para ir hacia mi cocina y prepararme un té, y así despertarme correctamente, pero el irritante sonido del timbre hizo interrumpir mi rutina de noche, maldije con voz baja para que no me escuchasen.
lo primero que captaron mis ojos al abrir la puerta con código, fue aquella cabellera blanca que estaba tras las rejas ayer, haciéndome entender de quien se trataba, y sin agregar nada, me hice a un lado para dejarle entrar.
-buenas tardes
analizó toda mi casa con sus ojos, yo me encogí de hombros y me fui esta vez a la cocina, como era desde un principio, sólo que esta vez sentía sus pasos detrás mía, siguiéndome. -buenas -hablé de manera pesada por el sueño.
-¿estabas durmiendo? -asentí mientras vertía el agua caliente en mi taza de búho. -vaya, eres un poco fanático con ese animal -habló de manera irónica.
-bueno, me siento identificado con aquel animal -al terminar mi café, quise probarlo un poco, pero me terminé quemando la punta de la lengua.
-¿por qué? -sin preguntar ni nada por el estilo, se sentó en una de mis sillas mientras no despegaba su vista de mis ojos. -¿eres de esos trabajadores nocturnos? -alzó una ceja.
debido a aquellas palabras, me fue inevitable no sorprenderme haciendo que me atorara con el líquido, así que procedí a toser para no morir. -n-no, es porque casi nunca estoy despierto en el día, soy más de la noche -dejé el café de lado echándole una maldición, luego me senté enfrente de él.
-que pena, hubiera estado dispuesto a pagar lo que fuera -y ahí volvía aquella sonrisa coqueta que me ponía nervioso, me tomó la mano y deshice aquel tacto echándome hacia atrás.
-le pido que guarde aquellas palabras, no son muy cómodas -miré hacia otro lado.
-tus mejillas me dicen lo contrario, fargan -llevó su mano a las últimas nombradas para acariciarlas, acto seguido me eché mas hacia atrás provocando mi propia caída. -serás tonto
sentí una puntada fuerte en mi cabeza, y supuse que allí fue el centro del golpe, haciéndome asustar por no saber si me estaba desangrando o algo, pero willy parecía bastante neutro, así que nada grave debería estar pasando.
-quédate unos segundos así, luego vuelvo -el chico de ojos verdes se alejó de mi lado, y luego escuché el sonido de una puerta abrirse.
-¡fargan! -el grito de auron me hizo ponerme en alerta, queriéndome mover un poco para verlo, pero me detuvo para acariciarme la frente. -te rompiste la puta cabeza, hombre
mi corazón al momento de escuchar aquellas palabras se aceleró de una manera antes vista, me sentí tan asustado de lo que pudiese pasar en ese momento, pero ese sentimiento es más por el chico quien estuve hace unos segundos, porque pareciese que no le importó en lo más mínimo verme así.
supongo que me quería ver muerto.
-listo, tampoco era tan grave -sin darme cuenta, una venda estaba cubriéndome la herida y ya no sentía dolor alguno. -ahora no seas gilipollas con las sillas
no sabía que decir o hacer, así que hice las dos cosas que tenía en mi mente en ese momento, temiendo de que le pudiese incomodar, pues nunca antes le había dado un abrazo. -muchas gracias, de verdad
-de nada hombre, ahora terminemos tu casa -me revolvió el cabello de manera amistosa y luego miró a willy, quien estaba tosiendo. -ah, tú encárgate de limpiar la cocina
el chico de cabello oscuro me tomó la mano para luego decirme que lo guiara hacia el lugar, yo con una sonrisa accedí y le dije que por esas escaleras, y mientras me llevaba, podía ver al chico que se quedó en la cocina bufando por haberle tocado lo más desagradable.
estuvimos aproximadamente media hora eligiendo la textura con la cual íbamos a hacer el hecho, él me insistía de que fuese de manera para así reforzarlo y que nadie pudiese entrar, pero a mi me había gustado mucho el mármol blanco aunque no fuese tan seguro, y como la casa era mía, gané yo.
mientras auron colocaba los bloques, me dijo que le trajera un vaso de agua, le dije que sí y partí caminando hacia la cocina, donde me pillé al chico de ojos verdes lavando el paño ensangrentado, me acerqué para quitarle este y limpiarlo yo.
-si que derramaste sangre, chico -se puso a mi lado para limpiarse las manos, me sentí un poco nervioso al ver que hicimos contacto hombro a hombro, que exagerado soy. -¿estás bien ahora?
-si, gracias por preguntar -estrujé el pañuelo y sonreí satisfactoriamente al ver aquel blanco, sin ninguna mancha que delatase mi herida.
-al final terminaste mi trabajo -se rió mientras me daba un codazo, parecía un poco tímido, así que lo acompañé con mi risa.
nos quedamos callados unos momentos, para vernos las caras, y ahora como estábamos tan cerca, pude notar cada una de sus facciones, y sinceramente, lo que más me gusta de él son aquellos ojos que parecieran estar entrecerrados siempre, le hacía ver tierno. sus mejillas también eran encantadoras, pues de la nada acaricié una de ellas para sentir la suavidad que tenía, era como si estuviese acariciando algodón o algo parecido. me di cuenta de lo que estaba haciendo, pues vi sus mejillas un tanto rojas, y nuestros rostros cada vez se iban a acercando más, pero gracias a dios pude alejarme a tiempo.
-vayamos donde auron
nos tomamos de la mano para dirigirnos hacia donde teníamos que haber estado desde un principio, olvidándome del vaso de agua por completo, luego le traería uno.
-tío, demoraron puto siglo -auron parecía haber terminado con el trabajo, sólo quedaba algunos huecos en las esquinas.
-yo tapo eso -dije emocionado, quería al menos poner un poco de mi parte.
-vale, pero te tendremos que levantar -auron se puso a la altura de mi cadera, yo me puse rojo al verlo, no te alarmes, fargan. -no pienses nada guarro, por el momento -me dedicó una sonrisa ladina y abrazó mis muslos.
-yo también puedo hacer eso -willy miró hacia otro lado mientras se cruzaba de brazos, un poco indignado.
-deja que me ría -se rió sarcásticamente mientras me llevaba en los brazos hacia mi destino. -vamos fargan, que no pesas tan poco que digamos
de manera rápida, llené todos los vacíos que quedaron con los bloques de mármol, dejando un lindo techo de color blanco, pero aquello hizo que se volviese todo oscuro por la falta de luz en la habitación.
-tengo un poco de miedo -dije sintiendo mis piernas temblar, lo que hizo hacerle perder el equilibrio a auron.
él tropezó con algo, logrando que nos cayésemos al mismo tiempo, aunque él amortiguó mi caída, pues caí encima de él, haciéndolo soltar un quejido muy fuerte, me sentí mal luego de ello. -¿estás bien? -dije intentado acariciarle el rostro, pero no lo encontraba.
-hubiera estado mejor si no me hubieras golpeado en todo el estómago -tensé mi mandíbula en cuanto lo escuché, debió haberle dolido un huevo.
-perdón-
-si -soltó un suspiro pesado, luego retiró mi mano de su cuerpo. -fargan, no pongas tu mano ahí -me sentí un poco extraño por la brusquedad de sus palabras. -estabas cerca de mi...
-era cosa de poner una antorcha y listo -vi como nuevamente todo se iluminaba, y al ver a auron tan cerca de mi, me alejé. willy se acercó a nosotros, pero solo para levantarme y sacudir mi ropa. -debería haberte resultado fácil, auron
sentí las manos de willy en mis cintura, y ya me encontraba sin ningún rastro de polvo, así que sólo las tenía allí por querer, por lo tanto me alejé de él un poco, me estaba sintiendo incómodo por tantos acercamientos en un mismo día.
-vale, me voy -auron se levantó para besarme la mejilla, luego le dió una palmadita a willy y bajó por las escaleras. -¡nos vemos, guapos!
nos quedamos en un silencio eterno, porque se suponía que habían pasado dos minutos de la ida de auron y yo lo sentía como dos horas, a nadie se le ocurría sacar algún tema de conversación, hasta que escuchamos un trueno cerca de donde estábamos.
-¿me vas a dejar a mi casa? -lo miré alzando una ceja, no podía decirle que no a la cara que me había puesto, la misma cuando me pidió que le sacase de la cárcel, y cada vez iba cayendo más a sus caprichos.
estábamos caminando a pasos tan lentos que pareciera que ningún monstruo nos perseguía, y aunque si lo hiciesen, defendería a willy como el policía que era. no me había fijado lo cerca que estaba la casa de mi vecino, eran tan solo unos minutos lejos de la mía, así que no demoramos tanto en llegar.
-gracias por venir aquí, en pijama y todo -avanzó hacia su puerta con retina y se dió media vuelta para sonreírme. -eso habla muy bien de ti
-estoy para servirle a la humanidad -le di una de mis mejores sonrisas, cerrando los ojos y mostrando en su mayoría mis dientes, pero al momento de abrir los primeros, vi como su rostro estaba fijo en el mío mientras sus boca estaba ligeramente abierta, tampoco emitía palabra alguna, por lo que me asusté, puede que tenga algo incómodo de ver. -¿ocurre algo?
-m-me distraje -miró hacia otro lado, luego negó con su cabeza y me tendió la mano. -un gusto nuevamente, lindo policía
le correspondí aquella despedida tomando su mano para estrecharla, viendo cómo me transmitía su calor mientras sus ojos no dejaban de ver los míos, como si quisiese algo más. al final me soltó el agarre para entrar a su humilde morada, dejándome allí, nuevamente pensando en él.
¿cómo un criminal puede ser tan lindo?