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era un nuevo comienzo de semana, y con ello tenía en mente llegar temprano a mi trabajo de doble turno, cosa que no se pudo cumplir al ver al cura del pueblo corriendo de un lado a otro de manera preocupada, y como ya comenzábamos a llevarnos bien, debido a la hermandad, me fue imposible no preguntarle qué le ocurría.
-¿estás bien? -quise acariciar su hombro izquierdo, pero cuando la palma de mi mano hizo contacto con el primero, rubius lanzó un grito que casi hace romper mis tímpanos.
-me asustaste, gilipollas -me dió un puñetazo en el brazo derecho, lo bueno es que no sentí dolor alguno. -estoy perfecto, mírame
me intentó regalar una sonrisa, pero aquella se fue desvaneciendo al paso de los segundos para transformarse en un puchero tembloroso, alcé una ceja un poco incrédulo. -déjame dudar
-vale, mira -suspiró pesadamente y se revolvió el cabello con fuerza, suspiré que estaba frustrado. -tal vez no lo sepas, pero willy cuando anda nervioso, tiende a desahogarse explotando cosas
no lo sabía, por lo que me sorprendí muchísimo, pero lo que más me causaba intriga era que estuviese "nervioso", ¿será por el beso que le di hace unos días?, me daba escalofríos el sólo pensarlo, no quería que se perdiéramos la amistad que teníamos por un tonto arrebate mío.
-¿qué pasó? -pregunté con un tono de voz serio luego de algunos segundos.
-según alex, willy explotó la casa de vegetta -hice una mueca asustado, eso significaba la muerte en otra palabras, nadie se metía con vegetta. -y hoy lo sentenciaron nuevamente a la cárcel
-¿cuánto es la fianza? -saqué un bolígrafo de mi chaqueta policial para agendar el saldo a pagar, pero él me miró con angustia, por lo que me alteré al ver que no me daba ninguna respuesta. -¿qué ocurre, rubius?
-no hay nada que se pueda hacer -sentí una puntada al corazón tras aquellas palabras. -se quedará mucho tiempo tras las rejas
-no... -negué con la cabeza mientras retrocedía.
no podía pasar esto.
mis pies automáticamente comenzaron a correr a velocidad de la luz, dejando solo a rubius, para ir de manera directa y sin interrupciones hacia la comisaría, ya nada importaba si me despedía o algo parecido, yo estaría dispuesto a todo para sacar a mi willy.
incluso si salgo yo detenido luego de ello.
𝟙𝟠:𝟛𝟘
-¡que yo no he sido, joder! -vi como la mano pálida de willy, envuelta en un puño que dejaban los nudillos blancos, le llegaba a la cara a alexby, y eso que estaba tras las rejas.
