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quién podría decir que nuestras pupilas harían contacto entre ellas de la manera más criminal y rara posible, que fue en una comisaría donde estaban a punto de sentenciarme a seis meses de cárcel, que al momento de que tus apretables mejillas se contornearan de un color rojizo suave debido a mi coqueteo inicial me estaría perdiendo en ellas, y que gracias a la ternura que desprendían tus ojos al querer liberarme de cualquier forma iba a caer redondito en tu encanto hasta más no poder.
si me llamaste la atención de manera bestial desde el primer día, ¿habrá sido amor a primera vista?, no me importaba si la respuesta fuese negativa, porque yo sabía que en el momento en que mis ojos captaron aquella sonrisa que hacía feliz a cualquiera me puse celoso de ella, pues sólo quería se dirigiera hacia mi, o que al menos yo fuese la causa de la mayoría de ellas. quería que su sonrojo fuese debido a mi, por lo que cada día intentaba coquetearte más de lo habitual, sólo para poder tener el privilegio de verte nervioso, analizando cada uno de tus movimientos cuando te encontrabas así, lo que me hacía querer comerte la boca al primer encuentro, pues maravillas como tú sólo se ven una vez en la vida.
a pesar de que sabías que era un vándalo que sólo se dedicaba a atacar en contra de la ley, seguías molestándote más por la corrupción que había en el pueblo que por analizar los años de cárcel que me merecía, y cuando supiste que no podías hacer nada al respecto, ¿sabes de qué manera se estrujo mi corazón el verte decepcionado de ti mismo?, quería abrazarte y enterrar aquellos malos sentimientos hasta el subsuelo, era primera vez que veía tus ojos apagados y sin un brillo característico en ellos, por lo que me prometí hacer lo posible para que eso nunca volviese a pasar.
y creo que lo logré, ¿no?
¿te acuerdas de nuestro primer acto ilegal juntos?, yo lo recuerdo como si hubiese sido ayer, pues gracias a ello pude sentir como nuestra confianza se había mucho más enorme entre nosotros, pero no puedes decir que fue tu primer robo, porque te golpearía ahí mismo, ¿sabes cuál hurto cometiste por primera vez?, pues fue algo muy grave, pues te habías hecho dueño, sin permiso, de mis latidos y suspiros, y aquello sólo podía pagarse con besos, incluso podría cobrartelos.
pues no hay nada más que me guste que ellos.
supe en ese momento que lo que sentía por ti no era sólo una atracción pasajera, sino que estaba completamente enamorado de ti, por lo que no quise hacer nada para que cambiase entre nosotros, porque no quería que una tensión se creara en nuestra linda amistad, así que seguí optando por mi actitud tan coqueta de siempre, no importa si me dolía cada vez que un suspiro de aburrimiento salía de ti cuando estaba a tu lado, tampoco lo débil que se sentía mi corazón al ver que los chicos de karmaland también podrían tener una posibilidad más grande contigo, ya que tú sólo me veías como un simple amigo.
