Black Water [Supercorp] TERMI...

By Luthornotluther

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Una secretaría difícil, una jefa aún más complicada y la custodia de un demonio ponen patas arriba las creenc... More

Black Water 2.0
Asistentes y comienzos
Es desagradable, y no soy yo
¿Kara Danvers? No la conozco
Esta es Kara Danvers
Demonio -Parte 1-
Demonio -Parte 2-
Adelantos
Esta es Lena Luthor
Podría ser escandalo de oficina
Relaciones complicadas
Señorita Rojas
Soy la jefa
No son celos -Parte 1-
No son celos -Parte 2-
Custodia
Una madre sin un hijo
Lugar de trabajo, lugar de pecado
El ambiente en la oficina
No una custodia pero la mañana siguiente
Custodia 2.0
La vuelta del demonio
Vida repleta
Avanzando
Mision: Ámame
Seduciendo a Luthor
Noche en casa (1/2)
Noche en casa (2/2)
Familia
Primer año
Final feliz (Epílogo)
Celebración de los 150K
Celebración 15K votos
Black Water 2
Black water 2 (You'll see)

Maldita sea, Kara Danvers

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By Luthornotluther

El camino estaba relativamente vacío mientras conducía hacía casa de su madre, había dejado a Kara claras instrucciones de no meter la pata, terminar sus tareas, y entonces ella podría irse temprano ese día. Incluso le entregó un post-it con su número personal en caso de que decidiera cagarla y tuviera que vérselas con Lena luego. Kieran se encontraba dormido en los asientos traseros, por lo que miró a su acompañante por primera vez desde que lo recogió en la entrada de su bloque de apartamentos.

-Eres un idiota.

Mike no atinó a más que sonreír y girarse hacia su vieja amiga.

-¿Y ahora que hice? He estado muy silencioso desde que salimos, ni siquiera te pedí una soda cuando bajaste a la estación por gas.

-Recibí tu video -Lena le comentó. Su castaño amigo no hizó más que soltar una risita.

-¿Te gusto?

-Mi asistente entró a mi oficina mientras tenía una pestaña con el video abierto -le contó. El hombre la miró como si no comprendiera el dilema de su amiga- ahora cree que soy una degenerada que mira... -miró al niño detrás antes de volver sus ojos a la carretera- que mira ciertos "videos" cuando ella trabaja. Y es tu maldita culpa.

-¿Mi culpa? -se señalo- ¡Tú eres la que lo estaba mirando! -rió.

-¡Pero eres tu el que me manda esas malditas cosas al trabajo! -se quejó- ¡No sabía lo que era!

-¿Segura que no solo lo sabía?

-Vete a la mierda.

-Okay, okay. Lo siento -le sonrió, aunque Lena no lo había mirado desde que salieron- pero quizás deberías haber anticipado que alguien entraría... o tal vez podrías haberla invitado a unirse a tí y tu obvio pasatiempo -bromeó.

-¿Qué?

-¿Qué de que?

-Primero, eres un idiota -señalo- segundo, es una niña, te lo he dicho, no pasa de los 25 años -dijó girando en la salida hacía las afueras de la ciudad- tengo 34 y un niño, no estoy metiéndome con ella ningún momento pronto.

-Ah, dijiste pronto, eso quiere decir que en un futuro tu y ella podrían...

-Oh, por favor calla, sabes a lo que me refiero.

Mike rió pero no dijo más, solo se acomodó mejor en el asiento y cerró sus ojos.

-Despiertame cuando lleguemos a casa de mamá Lillian. Tengo el presentimiento de qué le gustará mi regalo.

----------

La pequeña entrada de la residencia Luthor no era más grande que el largo del coche de su hija mayor dos veces, pero desde allí se podia ver a toda la familia reunida alrededor de Lillian Luthor. Con una sonrisa enorme, Mike fue el primero en bajar, con los brazos ya listos para abrazar a la mujer, "¡A que no adivinas lo que te he traído Lilly!", fue lo que Lena oyó a la distancia junto a la risa de su madre mientras sacaba del coche a su hijo profundamente dormido.

Con paso lento y cargando al niño en brazos fue hacía su madre que la recibía con los brazos abiertos.

-Feliz Cumpleaños Mamá -la abrazó Lena con cariño- te quiero.

-Oh, linda -fue la única respuesta que le dió su madre antes de tomar al niño en sus brazos y besar la frente de ambos- ve a saludar y a descansar un poco, yo me ocupo de él.

Con un poco de culpa por dejar a su madre cargar al niño, que no era nada liviano, se encaminó hacia los pequeños grupos de gente a su alrededor. Por fin podía ver a sus hermanos, y exclamar "¡Pero que grande estás!", a sus sobrinos a pesar de que seguían estando exactamente iguales. Pudo ver a Mike jugar con el viejo perro de la casa, era como un niño más. Sirviéndose un poco de soda en una copa se quedó charlando y disfrutando de la pequeña fiesta.

No fue hasta poco después pasada la tarde, que vió a su hijo despertar y salir a jugar por el espacioso jardín que su abuela poseía. Su madre vivía en una hermosa casa a las afueras de la ciudad, donde se habia mudado para pasar sus días con sus nietos y sus mascotas, cuando así era posible.

Cuando su hermano Lucas gritó "Muy bien, hora de los regalos", mientras empujaba a su madre a la gran silla acolchada que la hacia ver como una especie de reina poderosa y despiadada de cuentos de hadas, Lena se acercó para poder ver mejor de que iba toda la cosa.

Su hermano Lex fue el primero en dar su regalo, era un viaje todo pagado para recorrer las playas de Bora Bora, para su madre y una amiga. Su hermano Lucas, quien era aún un adolescente que jamás contaba con dinero, le dió una libreta escrita en forma de cupones para que sus madre pudiera, en sus palabras, "molestarlo por una de esas razones sin que el pudiera hacer un berrinche al respecto", y en ella habían cosas como pasear al perro, lavar el coche, limpiar los platos todo el mes y más, las tarjetas podían ser usadas en todo momento y podían interrumpir cualquier actividad que Lucas estuviera llevando a cabo en el momento. Mike, su amigo de toda la vida, decidió darle a Lillian un hermoso cuadro de ella misma pintada por la técnica de espátula, sobraba decir que su madre lo habia amado.

-¿Pero de dónde lo has sacado? -fue el grito alegre de su madre al quitar el papel de la obra. Mike negó.

-De ningún lado, lo he pintado yo. He entrado a un cursillo de arte hace unos meses para hacértelo.

-¿Te has metido en un curso de arte para hacerme un cuadro? -lo cuestionó.

-Por supuesto Lillian, mi mujer favorita merece un regalo hecho con amor y esfuerzo, hecho desde el corazón.

Sí Lena no supiera lo mucho que su amigo admiraba a su madre como mujer y lo mucho que la quería, como sí ella misma lo hubiera criado, creería que Mike quería darselas con su madre. Pero una vez más demostraba lo mala hija que era.

-Presumido -le susurró bajó su aliento y Mike solo soltó una risita.

-Me ha llegado tus regalos hace unos días... aún no los he abierto -anunció su madre mirando a su única hija.

-¿Regalos?¿Cómo en plural? -Lena se preguntó en silencio.

-¿Qué le compraste?

Se encogió de hombros hacia Mike.

-Le dije a mi asistente que le comprará algo.

Lex entró a la pequeña sala de la casa para volver con una hermosa caja forrada a mano con pequeños corazones pegados a los lados.

-Veamos que le dió Len -sugirió.

Su madre comenzando a quitar el envoltorio de la enorme caja, y comenzó a extraer ragalo por regalo.

Primero extrajo una carta y la leyó en voz alta para que todos pudieran ir.

-Oh, wow Lena, ¿Mike tomó un curso de arte y tu de escritura estética? -rió su madre con una sonrisa brillante.

-Yo...

-"En esta caja se encuentran tres regalos..." -leyó su madre- "...que esperó que puedan recordarte como amarte, y como te amamos, espero que te gusten, tu hija que te ama, Lena", bueno eso es muy dulce -comentó su madre antes de quitar el regalo más grande de la caja, un enorme espejo de casi metro y medio de ancho aparecio frente a su madre. "Para que cada día aprecies lo hermosa que eres". Todos rieron a eso, Lena estaba roja y su amigo no podía decir sí era su furia o sí era la pena que la consumía.

Lillian siguió revisando la caja por la siguiente cosa, y lo que saco fueron un montón de hojas engrapadas en una esquina. Esa vez se podia leer "para que sepas las razones por las que te amo", y no eran más que hojas escritas de ambos lados de razones estupidas, por las que su madre rió durante las cinco primeras hojas, y aún faltaban más de la mitad. Y por último su madre tomo una caja mediana, de forma rectangular y su madre la miró.

-Es muy considerado de tu parte, pero debes saber que desde que tu padre se fue he cuidado de mí misma muy bien Lena, supongo que le encontraré un uso de cualquier manera -rió su madre.

-Voy a matarla, definitivamente voy a matarla.

----------

Lo primero que Lena hizó al llegar a la empresa al día siguiente fue caminar directamente al escritorio de Kara Danvers, su asistente personal, y la persona que actualmente más le irritaba. Lejos de la sorpresa la rubia la miró sin interés, mientras Lena la tomaba de un brazo y la hacía levantar rumbo a su oficina.

-Supongo que ha visto a su madre -se burló con una sonrisa.

Pero a pesar de eso su jefa se mantuvo en silencio mientras Lena la hizó sentar en el sofá.

-Te quedas ahí -la señalo.

Lo siguiente que Lena hizó fue sentarse en su computadora y empezar a escribir. Kara se quedo allí, sintiendo que estaba de nuevo en el colegio en la oficina del director esperando su castigo. Cuando la impresora que Lena conservaba en su oficina sono, la rubia la miró con intriga cuando Lena tomó una pluma y firmó con furia, después camino hacía Kara a paso acelerado. Y aplasto ambas cosas frente a ella, en la mesa de café.

-Firma, ahora.

La rubia la miró con calma antes de tomar la hoja y comenzar a leer lo que su jefa habia escrito en esos párrafos. Era una carta de renuncia a nombre de Kara dónde se expresaba de ella como una "empleada de mierda", que no tomaba su trabajo en serio, y donde dejaba constancia de jamás volver a pisar L-Corp o acercase a cualquiera de sus sucursales, o incluso a la misma Lena. Kara rió.

-¿Qué es esto? -preguntó dulcemente.

-Sabes lo que es, firma, te vas hoy mismo.

Kara tuvo el presentimiento de que las venas en la frente de Lena iban a explotar.

-¿Y por qué haría eso? Amo mi trabajo. No estoy renunciando en ningún momento pronto.

-Bien, entonces voy a tener que despedirte -dijó caminando hacía su escritorio para redactar otro documento.

-¿Y cuáles serían sus razones de peso para poder hacerlo?

-Vi lo que le enviaste a mi madre.

-¿Y le gusto? -se burló- Sabes que no puedes despedirme por eso, y no dejaras caer tu imperio para despedirme.

Lena se acercó con tal velocidad que Kara no pudo evitar sorprenderse. La tomó de la camisa perfectamente planchada y la acerco a ella, logrando hacerla parar con su bruquedad. "Lindo", pensó Kara.

-Te pasaste.

-¿No le gustó? -sonrió. Tendría que hacer más merito para asustarla.

Lena estrujó más la tela en su puño.

-Te pedí que le dieras un regalo, no que me hagas quedar como idiota, ¿Qué esta mal contigo?

-Bueno, no es mi trabajo -dijó inocente- ¿Cómo podría saber que enviarle?

Sí alguien más le hubiera estado gritando justo en la cara, lo más posible era que la rubia acabara furiosa. Pero el hecho de que su atractiva jefa, le gritará incoherencias a cinco centímetros del rostro no hizó más que prender una chispa dentro de ella. Porqué aún que le gritaba, Kara podía sentir los pechos de Lena contra ella gracias a su cercanía, y a pesar del fuerte puño arruinando su camisa, no sentía más que una firme presión en la parte posterior de su cuello, y también podía ver los ojos de Lena vagar por sus labios y sus pechos.

-Una tonta carta, donde se expresa que lloro de orgullo al saber quien es mi madre, no es un regalo -susurró, peligro de una advertencia "no digas nada estupido"- que mi alegría esta en saber que estamos relacionadas y que no puedo creer que alguien tan insignificante como yo la tenga en su vida -negó- no es un regalo. El espejo fue estupido, y enviar un vibrador del ancho y largo de mi brazo, es por lejos, no un regalo que le das a alguien, mucho menos una madre.

-¿El negro no es su color?

-Juro que vas a acabar conmigo.

No sabía si habia sido el susurró cansado, el que inclinara su cabeza para que sus frentes se tocaran por unos segundos o sí tan solo fue lo que de le vino a la cabeza cuando "Acabar con ella" llenó los oidos de Kara con imágenes tentadoras. Pero la rubia se había inclinado más cerca con un "podría hacerlo sí me dieras la oportunidad", colgando de sus labios antes de unirlos con Lena. Solo pudo sentir sus pies despegar suavemente, casi como sí volara, abandonando el suelo cuando Lena le devolvió el beso y la cargo hacía el escritorio a unos metros tras ellas.

-Acaba conmigo.

Hasta aqui, ¿Qué les va pareciendo?¿Interesante el final?

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