Días habían pasado desde que Nayeon me había dado esa sorpresa, días en los que pude hablar mucho más con Chaeyoung sin sentirme mal, incluso puedo decir que ya me había tomado confianza, habían sido dias buenos, ahora tenía que hacer otras cosas importantes.
Habíamos citado a Jihyo en la cafetería que estaba justo en frente de la preparatoria. No había sido muy difícil convencerla de acompañarnos, Jihyo era muy accesible para todo tipo de cosas, y si le decías que le invitabas la comida, ella aceptaba.
Lo más raro, es que había aceptado sin preguntar nada, en alguna otra dimensión me hubiese parecido raro, pero la conocía como la palma de mi mano.
Estaba con Nayeon sentado en la mesa, no habíamos querido ordenar nada hasta que Jihyo llegase, no sabíamos muy bien cómo decirle, ¿qué pasaba si ella no nos creía? O ¿si lo contaba a alguien más? ¿Qué pasaba en esos casos?
-Nayeon -llame la atención de mi ángel- ¿cómo convenciste a Namjoon de todo esto?
-¿A qué te refieres? -quito la vista del libro que traía con ella para mirarme confusa.
-Tú sabes, todo esto, ¿cómo es que te dejo decirle a otra persona sobre mi? -volví a preguntar.
-Él ha estado viéndote desde que llegaste aquí como Minho, al igual que yo, creemos que no es justo todo lo que está pasando, y sé que es mi culpa el que ahora estés muerta, pero...
-No es tu culpa, Nayeon, fue un accidente... -la interrumpí negando con la cabeza.
-Aún así, él tampoco quería verte sufrir sin poder decirle a nadie sobre lo que en verdad eres -tomo mi mano de manera cariñosa, dándome una mirada de compasión.
-Gracias por todo, Nayeon -le sonreí tiernamente- no podría hacer esto sin ti.
Y era verdad, sin Nayeon aquí probablemente ya hubiera muerto de nuevo, o hubiese terminado confesándole a Chaeyoung quién era realmente.
-Gracias a ti, Minho, si no fuese por lo idiota que eres, no podría estar de nuevo en la preparatoria -me devolvió la sonrisa.
-Voy a tomar eso como un cumplido -dije haciendo reír a Nayeon- ¿no crees que Jihyo tarda demasiado? -pregunte cambiando de tema de un rato para el otro.
-Tú la conoces más que nadie, sabes que siempre ha sido así -se encogió de hombros mirando hacia la puerta.
Justo en ese momento la campana de la puerta sonó, indicando que alguien había entrado, y por el sonido de los tacones tocando el suelo podíamos decir que era nada más y nada menos que Park Jihyo.
-Voy llegando, voy llegando -dejó su bolso y lentes en la mesa en la que nos encontrábamos y se sentó bruscamente.
-Llegas tarde -le dijo Nayeon mirando el reloj que estaba en la pared de la cafetería.
-Traten de cuidar a 2 niños y arreglarse al mismo tiempo, no es fácil -se abanico con su propia mano de manera exagerada.
-¿Hyujin y Yeji? -le pregunte involuntariamente y ella asintió un poco confundida.
-¿Cómo sabes de ellos? -me miró confusa esperando un respuesta, sentí de inmediato como Nayeon me daba una patada por debajo de la mesa para que pensara rápido.
-Es justamente por lo que te citamos aquí -baje la mirada jugando con una servilleta.
-¿Para hablar de mis hermanos? -preguntó de nuevo y nosotros volteamos los ojos.
-No, no, es algo sobre Minho y yo -contestó esta vez, Nayeon.
-Ya entiendo -asintió sonriendo- Sé lo atractiva que soy chicos, pero un trio con ustedes no es lo que estoy buscando ahora -dejó un billete en la mesa y empezó a levantarse- Si es eso lo que querían podría decirle a Dahyun, o incluso a Chaeyoung, ella es...
-¡No! -dije yo rápidamente, levantándome para sentarla de nuevo- ¿qué pasa por tu cabeza, Jihyo?
-No queremos un trio contigo -decía Nayeon- Dios te perdone por pensar esas cosas, una relación sexual solo puede ser entre dos personas y...
-Nayeon, ya entendimos -la interrumpí antes de que pudiera seguir hablando.
-Si no quieren un trio, ¿qué más podría ser? -preguntó de nuevo una vez que estaba sentada otra vez.
-No es fácil contarte esto, Jihyo... -empecé yo.
-No me estén asustando de esta manera chicos, ¿qué es lo que pasa? -se le veía un poco nerviosa pero, tranquila después de todo.
-Dime, Jihyo, ¿qué le ves de familiar a Minho? -Nayeon señaló mi rostro y mi amiga más alta se dedicó a observarlo un poco más de cerca, contemplando cada detalle, incluso me daba miedo lo profundo que su mirada se clavaba en mi.
-¡No puede ser! -se tapo la boca con ambas manos- Eres... tú eres...
-Sí Jihyo, yo soy...
-Eres igual al chico que sale en Cazadores de Sombras, no puede ser! ¿Cómo no lo pensé antes? ¿Han visto ese show en Netflix? Es de lo mejor y sale con otro chico, es....
-¿¡Qué!? -dije yo sin creer lo que estaba escuchando- ¿Es en serio Jihyo? ¿Cazadores de sombras?
-¿No se te viene otra persona a la cabeza? -le preguntó Nayeon al ver como Jihyo seguía igual de confundida que al principio.
-No estoy entendiendo nada, lo siento -se tocó la frente- ¿pueden ir al grano de una vez? Me están asustando.
-El primer día que llegue a la escuela, ¿no me encontraste parecido con nadie? -le pregunte de nuevo abriendo un poco más mis ojos para que pudiera ver lo verde que estaban.
-Sí, lo hice pero... pero, era una estupidez -empezó a reír levemente- Cualquier persona podría tener las mismas facciones que...
-¿Qué Mina? -dije y me miró con los ojos abiertos como platos- ¿Las facciones como Mina?
-¿Cómo es que sabes de ella? ¿Chaeyoung te contó? -volvió a preguntar tratando de unir las piezas.
-Jihyo, Minho es... -empezó de nuevo Nayeon siendo interrumpida de nuevo.
-Minho, Minho... -empezó a decir mi nombre varias veces- ¡Mina! Tú nombre es igual al de...
-Yo soy Mina, Jihyo -dije de una buena vez, esperando que mi mejor amiga se levantara de la mesa y se fuera pensando que era una broma de mal gusto.
-¿Qué? -preguntó mirándonos a los dos- Están bromeando, ¿no es así? -ambos negamos con la cabeza al mismo tiempo.
-Sé que es difícil de creer pero, si nos dejas explicarte...
-¡Mina! -Jihyo se levantó de la mesa rápidamente hacia mi, tomándome entre sus largos brazos en un fuerte fuerte abrazo que me iba a dejar sin aliento.
Empezó a darme besos en las mejillas y pude sentir como empezaba a lagrimear. Cabe resaltar que toda la gente de la cafetería nos empezaba a mirar extraño.
-Jihyo, Jihyo, espera... me estás ahogando -le dije sintiendo como me quedaba sin aire cada vez más.
-¡Sabía que había algo raro en ti! Tus ojos cafés, tu cicatriz, tu piel blanca como si fueras una vaca, tú cabello -empezó a tocarme todo el rostro- Oh por Dios -se tapo la boca con ambas manos- Hablando de... tengo que contarle esto a Chaeyoung, ¡nunca me creerá! Se volverá loca, esto es genial, Mina! Ahora vuelo! -tomo su bolso dispuesta a salir de ahí rápidamente hasta que la sujete del brazo.
-Hey, cálmate un poco, ¿sí? -quería reír a carcajadas por lo emocionada que Jihyo se veía, esperaba que me diese una cachetada y se fuera enojada de ahí, pero no.
-Siéntese los dos -dijo Nayeon que había olvidado que seguía ahí.
Después de que Jihyo se calmara y le pidiésemos una bolsa de cheetos y un té helado, podíamos volver a la plática y explicarles las reglas.
-¡No puedo creer esto, eres Mina! Y eres un chico! Y no eres para nada feo -me guiñó el ojo haciéndome reír.
-Tenemos que explicarte unas cosas -empezaba Nayeon.
-¡No! ¡Espera! -volvió a sacar su teléfono- Tengo que grabar un Snapchat de esto -Nayeon me miró esperando a que hiciera algo.
-No, no, no -le arrebate el telefono- tienes que escuchar primero.
Le explicamos cómo fue que llegue al cielo, la parte del auto y como fue que Nayeon me atropello por accidente y la asignaron como mi ángel guardián.
Como fue que termine en casa de mis padres.
Hablamos de cómo Namjoon habló con Dios para que yo pudiera volver y de cómo me asignaron un cuerpo nuevo.
En todo el proceso, Jihyo parecía sorprendida a su mayor esplendor, empezó a reír cuando le explique cómo me mato Nayeon, y empezó a llorar cuando le explique lo mucho que la echaba de menos allá arriba.
La parte que más me iba a doler iba a ser decirle que solo ella podía saber de esto.
-¿Entiendes? -le preguntó Nayeon una vez que terminamos de decir todo.
-Parece una película -negó con la cabeza- ¿Qué se siente morir? -preguntó dirigiéndose a mi.
-Horrible, lo único que pensaba allá arriba era en ti, Chaeyoung y mi familia -baje la mirada.
-¡Cierto! ¿Qué hay de Chaeyoung? ¿Cuándo le diremos? -preguntó emocionada. Nayeon y yo nos miramos culpables.
-No podemos decirle, Jihyo, ni tú tampoco -dijo Nayeon en tono triste.
-¿¡Qué!? ¿Por qué no? Ella merece saber más que nadie -empezó a hablar exaltada.
-¡Si le decimos a alguien más me regresarán al cielo! -le dije en el mismo tono de voz.
-¿Y por qué me dijiste a mí?
-Podías escoger a alguien y te escogí a ti -respondí con la mirada de todos en mi.
-¿¡Por qué no escogiste a Chaeyoung!? -me reclamó en un tono que pude reconocer como enojado.
-Jamás lo creería -respondió Nayeon por mi.
-Yo lo creí, ¿cuál es el problema? -se encogió de hombros.
-Tú eres diferente -dije yo negando- ya no puedo hacer nada.
-Debiste haberle dicho a ella, no puedo vivir con este secreto, Mina -pude ver cómo sus ojos se ponían brillosos.
-Ahora tienes que hacerlo, por mi -la tome de la mano a través de la mesa.
-Pero, Mina...
-¡Mina ya no está! -grite de la impotencia- Está muerta, ya no puedo volver a ser ella nunca más, Jihyo, ¡entiéndelo!
Lo siguiente que vimos fue a Nayeon salir corriendo de la cafetería.
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[1/05/20]